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El maligno ataca preferentemente a quienes están en misiones importantes para Dios.

Esto explica que el Padre Pío sufriera dos persecuciones dentro de la Iglesia.

La primera está vinculada a sus estigmas.

Y la segunda fue en los años ’60.

El Padre Pío fue rehabilitado por el Papa Pablo VI de las restricciones injustas y severas a su ministerio, y que el Santo había tomado con profunda obediencia.

padre pio de pietrelcina sentado

El humilde fraile italiano había sido bendecido con dones sobrenaturales como la lectura de las almas, los corazones y las mentes, y también fenomenales poderes intercesores por los enfermos para curaciones milagrosas.

Pero las internas de recelos y envidia funcionaron a la perfección durante un tiempo para aislarlo y castigarlo.

Obviamente la obediencia del Padre Pío a sus superiores, aunque lo persiguieran, no justifica las persecuciones.

Y constituyen un pecado grave de sus superiores.

foto del padre pio

 

LA PRIMERA PERSECUCIÓN

La primera persecución contra el padre Pío se vincula a la experiencia de los estigmas visibles, que había recibido el 20 de septiembre de 1918 (desde comienzos de esa década los tenía, pero invisibles).

Los estigmas le dieron gran fama.

El provincial de los capuchinos de Foggia, primero, y la Curia Generalicia de los Capuchinos en Roma, después, le enviaron médicos famosos para estudiar sus heridas.
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Ambos galenos dieron veredictos favorables.

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Para el profesor Romanelli, director de un hospital, no cabía duda que los estigmas eran sobrenaturales.
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Para el doctor Jorge Festa,  estos “tenían un origen que los conocimientos científicos estaban lejos de explicar”.
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El hecho de poseer los estigmas, y la atestiguación médica en su favor, acreció la fama del padre.

Miles de personas fueron a ver al Padre Pío a San Giovanni Rotondo para besarle las manos, confesarse con él o ir a sus misas.

Hasta los periódicos informaron que un sacerdote de Pietrelcina tenía los estigmas de la pasión de Cristo.

La Santa Sede quiso investigar. Uno de sus más importantes allegados se hizo presente.

Se trataba del sacerdote y doctor en medicina Agostino Gemelli –cuyo nombre lleva hoy el policlínico en donde fue hospitalizado san Juan Pablo II tras el atentado de la Plaza de San Pedro, el 13 de mayo de 1981.

El padre Gemelli también era franciscano, y una autoridad en psicología experimental, fundador de la Universidad Católica de Milán y gran amigo del  papa Pío XI.

Gemelli viajó a San Giovanni Rotondo para ver al padre Pío. Y una vez ante él le pidió que le mostrase los estigmas.

El padre le preguntó si tenía una autorización escrita, lo cual era necesario.

Como Gemelli dijo que no, Pío se negó a mostrárselos.

El padre Gemelli se sintió desairado y se fue del convento con la idea de que los estigmas, que no había revisado, eran falsos.

De este modo Gemelli publicó un artículo de negativa publicidad para el padre Pio afirmando la falsedad de los estigmas y su carácter neurótico.

El Tribunal del Santo Oficio, apoyado en esta opinión emitió un decreto declarando que no constaba que los estigmas fuesen de carácter sobrenatural.

dibujo padre pio ovejas

En los años siguientes se emitieron tres decretos más de carácter restrictivo.
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El último formalmente sancionaba al padre Pío: le prohibía recibir visitas, o que los fieles mantuviesen con él correspondencia epistolar.
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No podía pues, ni confesar ni dar dirección espiritual.
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Incluso su propio confesor fue apartado de él.
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No podía mostrar las llagas, ni hablar de ellas, ni permitir que se las besaran,
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La Misa debía celebrarla en privado, sin fieles, sin los muchos hijos de carácter espiritual que para entonces ya tenía.

Entre 1923 a 1933, el padre Pío pasó diez años aislado del mundo exterior en esta confinación impuesta por la autoridad eclesial.

El sufría y sus hijos espirituales también. Pero se mostró siempre obediente.

La opinión de Gemelli no fue la única herida infligida contra su fama.

Nada menos que el arzobispo de Manfredonia, Pasquale Gagliardi (en cuya diócesis se encuentra situado el convento) le acusó de estafador.

Hombre de proceder pecaminoso, miraba con cierta envidia que aquel humilde convento se convirtiese en fuente de peregrinación, y que recogiese en limosnas y donaciones el aporte de los fieles agradecidos llegados de afuera.

Eso excitó su codicia.

Además le resultaba un reproche que en el aquel lugar hubiese un hombre santo, cuya vida era una denuncia de la suya propia, que navegaba por aguas impuras.

El santo, que leía las conciencias, le descubrió que mantenía una amante, cosa que excitó su odio contra él.

De hecho monseñor Gagliardi tenía mala reputación aún antes del caso del padre Pío.

Había fieles que le acusaban de simonía y conducta depravada, pero él siempre había logrado eludir las acusaciones.

padre pio muestra el niño jesus a un cura

Por lo que respecta al padre Pío, monseñor Gagliardi tejió una conspiración en su contra.
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Contaba con un grupo de canónigos que le apoyaban y calumniaban al santo.

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Pero él mismo procedió aún con más audacia.
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Personalmente, monseñor Gagliardi se trasladó a Roma para entrevistarse con el papa Pío XI.
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Tal reunión se realizó el 2 de julio de 1922.
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Y agregó el perjurio a sus calumnias.
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“Yo mismo lo he visto, lo juro, descubrí un frasco de ácido con el que se provoca las heridas y colonia para perfumárselas.
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El Padre Pío es un poseso del demonio y los monjes de su convento unos estafadores…”
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El 16 de mayo de 1923, el Santo Oficio procedió a su condena formal, negando el carácter sobrenatural de los carismas del padre Pío y aislándole.

Pero también amigos del padre Pío, como Emmanuele Brunatto, exigieron una investigación.

Así se descubrió la verdad sobre estos farsantes.

Los canónigos amigos de Gagliardi que habían infamado al padre Pío fueron descubiertos paulatinamente y sancionados.

Pero también hubo testigos con numerosas pruebas que demostraron los escándalos de monseñor Gagliardi.

De modo que en octubre de 1929, por fin, el arzobispo de Manfredonia fue destituido.

Despojado de sus insignias episcopales e incluso de los derechos del estado clerical se retiró miserablemente a la vida privada.

No obstante el Santo Oficio mantuvo sus presiones sobre el padre Pío.
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Pesaba aún la opinión del padre Gemelli y entre 1931 y 1933 se le aisló aún más.

Pero finalmente, en 1933 el papa Pio XI envió a monseñor Paretto para obtener información de primera mano y fidedigna sobre la personalidad y los fenómenos en torno al padre Pío.

Esta opinión fue favorable.

En julio de 1933, por voluntad expresa de Pío XI, el Santo Oficio rehabilita al Padre Pío.

Pasarán casi 30 años hasta que vuelva a ser perseguido por el Santo Oficio, siendo pontífice Juan XXIII.

Veamos por qué.

estatua de padre pio con velas fondo

 

LAS REALES RAZONES DE LA NUEVA PERSECUCIÓN AL PADRE PÍO

Resulta intrincada la manera en que sus compañeros frailes intentaron manipularlo.

Un tema muy divisivo era el dinero invertido en el hospital, que el Padre Pío había fundado, la Casa Alivio del Sufrimiento.

Cientos de miles de dólares fueron donados para la construcción del hospital.
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Entusiasmados por la idea de hacer dinero rápido, los superiores del Padre Pío le preguntaron si podían utilizar las donaciones para otros fines.
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Aparentemente también para un esquema para hacerse rico rápidamente.
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El Padre Pío se negó porque el dinero no le pertenecía.
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Cuando perdieron grandes sumas de dinero en el esquema, le ordenaron a él, por obediencia, darles las donaciones del hospital.
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Para su disgusto, se negó de nuevo.
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Esto le valió su descontento, y con el fin de buscar pruebas contra él, espiaban lo que pasaba en su confesionario.

Un informe detallado sobre del Padre Pío alegando males acciones, fue enviado al Papa Juan XXIII. 

Incluía acusaciones de que el Padre Pío tenía contacto sexualizado con algunas mujeres que iban a la confesión.

El libro de Stefano Campanella – «Obedientia et pax. La verdadera historia de una persecución falsa»  – es una clase magistral para la comprensión de los acontecimientos que condujeron a la información falsa dada a San Juan XXIII, y las consecuencias para el Padre Pío.

estigas padre pio

 

CÓMO SE PROCESÓ LA SEGUNDA PERSECUCIÓN

El principio de la llamada “segunda persecución” del padre Pío, sucedió entre 1960 y el 1961.

Estuvo involucrado Umberto Terenzi, párroco romano del Divino Amor, que quería proteger al fraile y a su Casa de Alivio del Sufrimiento, de las injerencias de los que mostraban demasiado interés por el dinero.

Terenzi obtuvo del Santo Oficio el encargo verbal de investigar, pero presentándose a San Giovanni Rotondo como representante papal, ciertamente exageró: dejó que se creyese (pero no era así) que se tenían que referir los hechos al Pontífice.

Y ahí le dio pie a sus perseguidores.

Se pusieron micrófonos y una grabadora en el lugar donde el padre Pío – fuera del confesionario – se reunía con los fieles.
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Y en una charla con una tal Cleonice Morcaldi, los que escuchaban creyeron oír “un beso”.

Las grabaciones fueron enviadas al Santo Oficio.

La iniciativa enfadó al Papa que, por esto, ordenó quitar los micrófonos.

No sólo esto, sino que desde ese momento evitó todo encuentro con Terenzi.

Fue nombrado por tanto, Carlo Maccari como visitador apostólico.

monseñor essef con padre pio

 

LA VISITA APOSTÓLICA DE MONSEÑOR MACCARI

La CDF, entonces conocida como el Santo Oficio, dio el rol de visitador apostólico a Mons. Maccari. 

En el verano de 1960, el solemne Mons. Maccari visitó al Padre Pío, en el 50 aniversario de la ordenación del santo, y luego hizo una lista de sanciones.

Una difusión del P. Apostoli, Padre Pio: Los años posteriores, aborda el tema de la visita de Mons. Maccari.

Este Monseñor tenía el simple cometido de recoger información para referirla a su superior.

Pero se sintió tan apoyado por el Papa que se atrevió a hablar en su nombre.

Y acabó acreditando las acusaciones falsas contra el padre Pío, el fraile que puede decirse hermanado con Roncalli

“no sólo por la coincidencia de las misma fecha de ordenación sacerdotal -explicó Campanella- sino sobre todo por la concepción idéntica de la misión y papel del sacerdote y del mismo modo de posicionarse en el interior de la Iglesia, es decir encontrar la paz interior en la obediencia”.

Al Padre Pío se le prohibió celebrar bodas y bautizos, sólo se le concedió un espacio estricto de 30 minutos para la misa.
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Lo cual era ajustado si tenemos en cuenta que el Padre Pío pasaba cuatro horas celebrando la misa en un día de fiesta.
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A algunos individuos se les prohibió ir con él para confesarse, y cuando oía confesiones, él sólo tenía tres minutos para cada penitente.
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No se le permitió hablar con las mujeres a solas.
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Además, los monjes en el monasterio que eran sus amigos fueron trasladados, entre ellos algunos que actuaban en calidad de enfermeros de San Pio porque estaba muy enfermo.
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Y especialmente, el padre Pío tuvo que cederles el título de la Casa Alivio del Sufrimiento.

Lo más irritante, es que el superior del Padre Pío, el padre Rosario, fue más allá de la CDF. 
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Puso carteles embarazosos diciéndole a la gente que no se acercase al Padre Pío.
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Prohibió a los otros frailes mostrar bondad hacia el Padre Pío, como ayudarlo a subir las escaleras o llevarle un vaso de cerveza cuando había calor extremo.

Durante un tiempo pareció que el Padre Pío viviría sus últimos años tratado como un bellaco.

Para un relato maravillosamente detallado de este período en la vida de San Pio, es recomendable el libro de Renzo Allegri, El Padre Pío: El hombre de la Esperanza.

padre pio y estigmas

 

UN NUEVO GOLPE CON LA VISITA APOSTÓLICA DEL PADRE PHILIPPE

Lo verdaderamente inédito, relatado por Campanella, es la visita apostólica de un solo día, hecha en febrero de 1961 por el padre dominico Paolo Philippe.

Llegado a la localidad de Garganica, el futuro cardenal y consultor del Santo Oficio, interrogó al padre Pío.

El informe de este suceso no deja espacio a otras interpretaciones.

“El padre Pío me pareció un hombre de inteligencia limitada -escribió el padre Paolo Philippe.
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Pero muy astuto y obstinado, un agricultor astuto que camina por sus caminos sin enfrentar a sus Superiores de frente, pero sin ninguna voluntad de cambiar.
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Él no es ni puede ser un santo (…) y ni siquiera un sacerdote digno”.

“El padre Pío ha pasado insensiblemente de manifestaciones menores de afecto a actos cada vez más graves, hasta el acto carnal.

Y ahora, después de tantos años de vida sacrílega, quizás no se da cuenta de la gravedad del mal.

Esta es la historia de todos los místicos falsos que han caído en el erotismo.

El padre Pío no es sólo un falso místico, que es consciente de que sus estigmas no son de Dios.

Sino que  a pesar de esto, deja que se construya toda su fama sanctitatis sobre sí.

Sino que peor todavía, es un desgraciado sacerdote, que se aprovecha de su reputación de santo para engañar a sus víctimas”.

En fin, el padre Pío era para el dominico

“El mayor fraude que se pueda encontrar en la historia de la Iglesia”.

Y pensar que le bastó un solo día de investigación, construida exclusivamente en rumores, para poner en papel tanta animosidad.

padre pio escribiendo

 

LA POSICIÓN DE JUAN XXIII Y DE PABLO VI

El Papa, titubeante, llamó a consultas al arzobispo de Manfredonia.

De la charla, que Campanella cuenta en su libro, se evidencia que Juan XXIII entendió que las acusaciones dirigidas al padre Pío se habían construido artificialmente.

Y por esto ordenó al Santo Oficio que no aumentara las sanciones al fraile estigmatizado.

Por tanto, aunque la persecución existió, no fue Roncalli el que la dirigía.

Cuando llegó Pablo VI al pontificado cambió las cosas rápidamente.
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El Papa no era reacio a San Pío.
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Como cardenal de Milán, Pablo VI había enviado una solicitud de oraciones al Padre Pío en 1959.
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En 1964, el Papa Pablo intervino con la CDF y ordenó que al Padre Pío se le permitiera practicar su ministerio «en completa libertad» y que no fuera limitado «como un criminal».

Ahora ha pasado medio siglo desde que el buen nombre de Padre Pío fue restaurado en 1964.

Este es un motivo de celebración en sí mismo, pero hay aún más razones para la alegría.

El hecho de que lo sucedido en 1964 significa que el Padre Pío tuvo cuatro años enteros antes de su muerte en 1968, para ejercer su ministerio y establecer su reputación como santo.

padre pio orando

 

LA RESPUESTA DEL PADRE PÍO A LA PERSECUCIÓN DESDE DENTRO DE LA IGLESIA

En el libro de Padre Pio: La Verdadera Historia de Bernard Ruffin, se relata que después de las vísperas del 11 de junio de 1931, el Padre Raffaele convocó a la sala convento al Padre Pío para leerle el decreto recibido:

«El Padre Pío es despojado de todas las facultades de su ministerio sacerdotal, excepto la facultad de celebrar la Santa Misa.

La que puede seguir haciéndolo siempre que lo haga en privado, dentro de las paredes del convento, en la capilla interior, y no publicitada en la iglesia».

Respuesta del Padre Pío:

«Que se haga la voluntad de Dios»… entonces él se cubrió los ojos con las manos, bajó la cabeza y murmuró:
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‘La voluntad de los superiores es la voluntad de Dios’»

Esto causó un inmenso sufrimiento a Pío, que lo confió en privado a su amigo y ex profesor, el padre Agostino.

Él no se quejó o hizo objeciones, sobre todo de una manera pública.

El Padre Agostino le preguntó cómo pasó su tiempo y Pio respondió:

«Rezo y estudio tanto cuanto pueda, y luego molesto a mis hermanos».

Pío pasó a hacer bromas con sus hermanos.

En lo que respecta a estudiar, pasó mucho tiempo leyendo la Sagrada Escritura, y estudió sobre todo los Padres de la Iglesia.

Dios permitió que estas cosas le sucedieran a él.
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Y él optó por tratar con esto de la forma en que la Escritura nos dice que manejemos el ayuno, en privado.

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El Padre Pío no permitió que su «ayuno» fuera «visto».

Dos años más tarde, el 14 de marzo de 1933, el Papa Pío XI, envió representantes personales para ver al Padre Pío (Monseñor Luca Pasetto y Monseñor Felice Bevilaqua).

Porque había sido «encarcelado» (como se refirió a él), sin la posibilidad de celebrar la Misa públicamente desde junio de 1931.

Bernard Ruffin continúa en su libro:

«No encontraron un fanático de ojos salvajes, ni neurótico, ni un rebelde amargado enloquecido, sino un hombre agradable, de buen humor.

Según [el Padre] Raffaele, Pasetto estaba muy impresionado con la humildad de Pío, su docilidad, y el conjunto de su conducta.

Reconoció a Pío como un hombre de oración y totalmente divino».

pintura padre pio fondo

El Postulador de la causa de San Pio, el Padre Florio Tessari, en un inteview en L’Osservatore Romano dijo esto acerca de él en un junio de 2009:

El Padre Pío fue «un fraile que observó profundamente los consejos evangélicos (pobreza, castidad y obediencia) en su vida.
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Él sufrió las dificultades en silencio como un auténtico Cirineo y al mismo tiempo fue crucificado sin cruz…»

Luego pasó a señalar dos elementos fundamentales que llevaron a la canonización del Padre Pío:

«La fe hasta el final y la obediencia también hasta el final, a pesar de las dificultades que encontró en su vida…»

Por supuesto, que la fe y la obediencia hasta el final fue dentro de la Institución de la Iglesia, en comunión con sus superiores, obispos y otras autoridades que trabajan en nombre del Santo Padre. 

No tiró la toalla, y se abandonó en la senda en que Dios permitió que sufriera.

Hay algo que aprender del gran santo en la manera en que manejó una situación particular que involucró a sus partidarios.

San Pío se enteró que algunos hombres iban a ir tan lejos como para exponer información escandalosa sobre los miembros de alto rango de la jerarquía en un libro. 

El esfuerzo estaba dirigido a liberarlo de su «prisión».

Ruffin explica la respuesta de Pío.

Cuando el Padre Pío, sin embargo, se enteró del próximo libro, tomó a Morcaldi por la garganta.

«¡Tu diablo!» rugió.
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«¡Quítate y échate a los pies de la Iglesia en vez de escribir esta basura!
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¡No te configures en contra de tu madre!»

Incluso después que se enteró más tarde por Bevilacqua durante esa visita que las acusaciones eran ciertas, San Pío continuó tratando de disuadir los esfuerzos para poner fin a su «prisión» a través de la utilización de lo que equivalía a un chantaje.

Él no quería exponer escándalos, incluso si fueran verdad, por el daño que vendría a la Santa Madre Iglesia, y cómo afectaría a la unidad.

Pío sabía que incluso los obispos no son inmunes a los efectos del pecado original, y que las puertas del infierno no prevalecerían contra la Iglesia.

Fuentes:

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7 Comments

  • Loboazul dice:

    Buena presentación. Pero extraño, ya que nos hablan de la segunda persecucion del Padre Pío, en los años 60, que no abundaran en la primera persecución, aquella de los años 30, en que el propio arzobispo de Manfredonia (NO el mismo de los 60) le persiguió y calumnió. Aquello sí te deja con la boca abierta. El arzobispo adujo que el mismo padre Pío se causaba los estigmas con ácido y dijo muchas mentiras más. Al final todo se supo: aquel arzobispo era un malvado canalla , abyecto, que competía en vicios con el padre Maciel, y que envidiaba la vida de santidad que el padre Pio llevaba en su propia diócesis, lo cual le avergonzaba y le acusaba ante Dios , pero no le arrepentía, ni mucho menos le convertía. La Iglesia le descubrió y despojo de todos sus cargos. Y rehabilitó a Pío . El artículo debería agregar estos datos. Como comentario, digo que aquí el misterio del sufrimiento y la prueba, se mezcla con el misterio de la fe y del perdón. Muchas veces el sufrimiento en la vida de la iglesia nos lo causa gente de Iglesia, gente que dice tener fe. Porque donde están o deben estar las virtudes se agazapan tambien, para atacarnos, los vicios. Vea estos ejemplos: san Juan de la Cruz, encarcelado y sufriendo hambre, frío y gusanos en una mazmorra sin luz, durante nueve meses, y siendo azotado por sus propios hermanos de orden. Don Bosco, perseguido por su propio arzobispo, que le prohibió confesar como al padre Pio (y pienso que Don Bosco es, con el santo Cura de Ars, de los grandes confesores del siglo XIX. Podían juntar el día con la noche confesando doce, catorce horas…) Santa Teresa, acosada e interrogada por la Inquisición, acusada por el Nuncio Papal. San Ignacio de Loyola llevado en cadenas por un piquete de Soldados del Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición.. Y cuán doloroso es, para quienes han amado a la Iglesia como ellos (y como ellos nadie), que los persiga la propia Iglesia. En definitiva, tener fe implica demostrar mucho amor también.

  • alejandro dice:

    Gracias Loboazul, es acertada tu apreciación de que faltan cosas, pero la idea no es hacer un post muy largo, porque si no mucha gente no lo leería.
    ¿nos puedes ayudar a hacer un resumen de las anteriores persecuciones?

  • Olga María Ropero dice:

    Una vez más compruebo cómo Satanás despliega todas sus estrategias para acallar la voz de Dios a través de sus Santos. Pero nunca lo consigue. Y el sufrimiento que a cualquier persona le llevaría a desesperarse, a ellos les lleva a llegar aún más lejos difusión del Bien, con la ayuda de Dios en Quien confían.

  • Loboazul dice:

    Por supuesto, se lo enviaré, estimado Alejandro, como unos breves párrafos que puede introducir en este trabajo donde corresponda, sin necesidad de reconocimiento, solo para completar este trabajo suyo o de ustedes, que es muy bueno.

  • Angeles dice:

    El ejemplo del Padre Pío es incomensurable, pero me presenta dudas en la actualidad. Cuando llegue la apostasía a la Jerarquía de la Iglesia, ¿a quien deberemos obedecer? Porque en esa época los Papas eran consagrados verdaderamente a su condición de vicarios de Cristo en la tierra. Había una cabeza real y visible que guiaba al rebaño. Había a quien obedecer. El problema es en el futuro cercano, cuando existan cambios que no sean coherentes con la Doctrina de la Iglesia y la Tradición Apostólica, o sea, cuando se tomen decisiones que quieran alejarnos de Cristo. Ese será el momento para «no obedecer», rompiendo una historia de 2000 años de obediencia. Que Dios nos asista y nos guíe. Bendiciones

  • Loboazul dice:

    Angeles, me haces recordar que hubo un período en la Iglesia; cuando se dio el Cisma de Avignon, que algún santo canonizado hubo del lado del papa de Avignon y alguno del lado del papa romano. Es decir, que hasta los santos pueden estar divididos y lo han estado en la historia, pero la pureza de su intención, su buena fe, los ha salvado y han mantenido íntegra su santidad. Pienso sin embargo, que no será lo mismo la división entre un papa y un antipapa por cuestiones mundanas o políticas, como en el pasado, que la división que marcará el futuro entre un papa de Dios y el Falso Profeta, que será un heraldo del Anticristo y tratará de llevarnos a la condenación. Para entonces, creo que Nuestro Señor nos dará suficientes luces para saber discernir donde está la verdad. Por ejemplo: 1) creo que primero se dará la revolucion o asalto de Roma, por la que el papa verdadero (el actual muy probablemente, tendrá que salir huyendo de Roma, «sobre los cadáveres de sus sacerdotes» (visión terrible, que nadie quiere ver cumplida, pero profética, vista por los videntes de Fátima, por san Pio x y antes por don Bosco en el sueño de las dos columnas, cuando vio un papa herido, y luego otro papa muerto). Esto no veo tanto que lo hagan los rusos, aunque en el transcurso de una guerra europea cualquier desmán es posible, como más probable Estado Islámico, que está en Libia, frente a Italia y a las puertas de Roma, que han amenazado conquistar 2) Luego el papa verdadero será muerto en el exilio, en cumplimiento de la profecía, 3) la sede romana no será abandonada por los enemigos de Dios, tratarán de aprovecharse de su prestigio para elegir en ella al Usurpador (eso será una verdadera usurpación del lugar santo, de la sede romana). Este usurpador será notorio; a) por la naturaleza de su elección totalmente irregular, aupado por fuerzas que no son de Dios, tal vez poderes seculares (otra vez las potencias interviniendo) y el apoyo de la prensa mundial;b) tratará de promover la paz y la tranquilidad por medio de ideas inaceptables y la integración de las religiones por medio de la supresión de la misa (suspensión del culto santo, profetizado) y su remplazo por un culto sincrético, donde no está el Cuerpo de Cristo. Esto será una señal irrevocable de que es el falso profeta. Ningún católico verdadero lo seguirá c) Para entonces aparecerá el Anticristo como líder y él Falso Profeta hará milagros en su presencia – hará bajar fuego del Cielo- d) recuerden que san Pablo dijo en Tesalonicenses 2 que el hombre de la Perdición (Anticristo) no puede manifestarse hasta que desaparezca el Retenedor (katejon) y este no puede ser otro que el papa legítimo. PUes el anticristo es un líder político, de prestigio mundial, que dirá: «la cosa es por aquí». Pero no puede hacerlo mientras haya un líder espiritual, de prestigio mundial también, que lo contradiga advirtiendo a la gente «no señores, la cosa es por acá». Por eso el Satanás necesita aprovechar ese lapsus en que la sede queda vacia por la muerte del Papa en el exilio, para instalar al falso profeta y que este le haga el juego y pida el apoyo para el lider político (el Anticristo).

  • Angeles dice:

    Tienes razón, Loboazul, pero lo que dijiste del usurpador (y que todos sabemos), o sea, elección irregular del Falso Papa, el apoyo de las potencias, el apoyo de la prensa, etc., etc., se parecen mucho a lo que existe hoy. Hay cada vez más entre los Obispos la duda de que la elección de Francisco fue irregular desde todo punto de vista, la prensa lo apoya incondicionalmente, si no, véase las primeras planas de revistas mundanas que lo pusieron «de portada» nada menos. El aplauso general, que viene desde todos lados, aún de los pecadores contumaces, que ni siquiera piensan en entrar en la Iglesia, no me deja muy tranquila. En el libro del admirador de Francisco, Austin Ivereigh, «El gran reformador» aparecen un montón de cosas extrañas y discordantes con una elección canónicamente aceptable, como lo que le contó el Cardenal Mc Carrick, cardenal no elector por su edad, pero que, recibió la visita de un «ciudadano romano no religioso muy influyente», que lo conminó a votar por Bergoglio. «Cosas veredes, Sancho». Pero sólo puedo referirme a las palabras de Jesús: «Ay de ustedes cuando todos hablen bien de sus
    personas, porque de ese modo trataron a los falsos profetas.» Lc
    6,26. Que Dios nos ayude y nos envíe Su Santo Espíritu para que podamos ver claro. Bendiciones.