Los Ángeles son Mensajeros de Dios y muchas veces toman forma humana para sus misiones.

¿Y cómo no van a dar la noticia que espera la humanidad hace 2000 años?

En la Biblia hay cantidades de ángeles que se aparecen a humanos.

Todos cumpliendo una misión importante.

Por ejemplo un ángel se aparece a Lot en el Génesis 19: 1-16, cuando la destrucción de Sodoma y Gomorra.

Jesús se aparece a los dos discípulos en el camino de Emaús luego de resucitado y no es reconocido por ellos (Lucas 24: 13-35).
.
Y quizás el más relacionado con lo que estamos escribiendo, es el encuentro de Felipe con el eunuco etíope, relatado en Hechos 8: 26-39.

Esto se da en un carruaje en el que iba el etíope y al que sube Felipe.

Felipe le explica los evangelios y el etíope le pide ser bautizado. Felipe lo bautiza y luego desaparece misteriosamente.

Pero también hay leyendas urbanas típicas.

Por ejemplo casos de una mujer joven asesinada o atropellada por un auto y que en el aniversario de ese suceso se la ve aparecer por la autopista caminando.

Hay muchas versiones de autoestopistas fantasmas (o sea personas que hacen autostop), que suben a un vehículo, hablan con el conductor mientras transitan y luego desaparecen con el vehículo en movimiento.

Jan Harold Brunvand escribió un libro en 1981 llamado y La Autostopista fantasma que hizo catapultar estas leyendas.

Él dice que estas leyendas se dan en todo el mundo y se remontan al año 1870, teniendo paralelos reconocibles en Corea, la Rusia zarista, entre los chinos estadounidenses, los mormones, etc.

Estos cuentos se disparan en momentos importantes, como por ejemplo sucedió en la década de 1940 en Estados Unidos, donde aparecieron historias de estos fantasmas prediciendo el fin de la Segunda Guerra Mundial.

En 1960 vemos una historia en Brasil de un ministro conduciendo por un camino, cuando ve a un hombre en un tramo desierto de la ruta.

El ministro recoge al hombre y empiezan a hablar de Jesús.

Y el conductor predicador le dice que la venida del Señor se acerca.

A lo que el autoestopista le contesta “eso puede ser antes de lo que piensas”.

Y cuando el conductor lo miró para contestarle, el joven ya había desaparecido.

También en la década de 1980 los televangelistas Jim y Tammy Bakker hablan de un joven en las mismas condiciones que les dijo “Jesús vendrá pronto” y desapareció.

Y cuando fueron a reportar a la policía que el joven había desaparecido de adentro de su auto, el policía dijo que era el séptimo que le había informado eso.

En 1990 hay informes similares en Nueva Zelanda y en Holanda.

Y el predicador Oral Roberts cita un caso de un autoestopista que dijo que tenía “los labios cerca de la trompeta”, antes de desaparecer.

Lo común a estos sucesos es que estos profetas o Ángeles que desaparecen, predicen catástrofes o hablan de la venida de Cristo o del fin del mundo.

Y en muchos casos son parecidos a Jesús o dicen que son directamente Jesús.

El otro ingrediente es que desaparecen esfumándose de improviso.

Y el cuarto elemento es que cuando se avisa a la policía, las autoridades dicen que han recibido otros informes similares, lo cual es necesario para darle verosimilitud a la historia.

Entonces tenemos dos cosas.

Por un lado tenemos hechos mencionados en la Biblia de ángeles que aparecen dan un mensaje y luego desaparecen de improviso.

Y luego tenemos informes sobre seres con apariencia humana que hacen autostop, son levantados, le dan un mensaje al conductor y luego desaparece de improviso de adentro del auto.

¿Estos últimos cuentos son todas leyendas urbanas o realmente hay casos de ángeles que están dando un mensaje a la gente?

Veamos algunas de estas historias

  

CASOS DE SUPUESTOS ÁNGELES AUTOESTOPISTAS

En el libro de Jan Harold Brunvand se menciona del caso de un hombre que iba con su novia y su tía, y recogieron a un autoestopista.

Hombre quería saber si alguna vez habían escuchado el evangelio y si conocían a Jesús.

Y de repente él les dijo “Él viene pronto”.

Cuando fueron a contestarle ya no estaba adentro del auto.

Se detuvieron en el área de servicio más cercana para informarlo y el encargado de la gasolinera les dijo que no estaba sorprendido, porque 20 personas habían reportado lo mismo.

  

También Brunvand menciona el caso de una mujer que conducía por una carretera desierta en una noche fría y lluviosa.

Vio a en autoestopista de la carretera empapado y se detuvo para llevarlo.

Y en la conversación, después de un largo periodo de silencio, dijo “Jesús volverá”.

Cuando se volvió a mirarlo se había ido.

  

Michael Brown menciona un caso que le informaron al Sargento Barry Reed.

Un automovilista de camino al trabajo había recogido a un autoestopista, al que describió como un hombre alto, delgado, con pelo largo y vestido con un abrigo largo y oscuro.

El autoestopista se sentó en el asiento trasero.

Y le dijo “estoy aquí para decirle que el final está cerca”.

Cuando el automovilista miro para atrás al individuo, éste había desaparecido del auto.

El sargento Reed dice que en el mismo día había tenido tres informes similares de ciudadanos locales de buena reputación.

También los otros que le informaron dijeron que el autoestopista había hecho comentarios sobre la turbulencia de la sociedad y el Ángel Gabriel tocando su trompeta una segunda vez, y la famosa frase “Jesús viene”.

  

Otro caso sucedió luego de un terremoto en Pensilvania en 1994.

Una mujer conducía a Los Ángeles y recogió un anciano con una barba gris larga.

En la conversación el anciano le dijo “Yo soy el Ángel Gabriel y voy a tocar mi trompeta”.

Y cuándo la mujer miró al autoestopista, este ya no estaba allí.

  

Por los mismos días hay otra historia donde el autoestopista era un hombre de mediana edad que le dijo al conductor: “Crees que has visto una gran tormenta, espera hasta que veas venir la próxima”.

Y luego la misma rutina, el hombre desaparece con el auto en movimiento.

  

También hay un informe recogido en el año 2009 de una mujer que conducía por una autopista y vio a un hombre joven caminando.

Nunca había levantado a nadie pero esta vez lo hizo.

El hombre tenía una capucha que no le permitía ver su rostro.

En la conversación él le dijo “mis labios están cerca de la trompeta”.

Y cuando giró para hablarle, el joven había desaparecido.

Quedó tan sorprendida que se detuvo por unos minutos al borde de la carretera.

Entonces llegó un policía para ver porque estaba estacionada al costado del camino y advertirle que era peligroso estar allí.

Entonces la mujer le dice que está muy conmocionada y no puede manejar. Y el policía le pregunta por qué.

Ella le dice que si se lo cuenta no le creería.

El policía le pide que se lo cuente de cualquier manera.

Y cuando ella se lo cuenta, el oficial le contesta “eres la quinta persona que me ha dicho esto hoy”.

  

Sobre la trompeta hay una historia que circuló luego de los atentados al World Trade Center del 11 de diciembre de 2001.

Varios vieron a un hombre extraño en la Zona Cero tocando la trompeta.

Algunos fueron a sacarle fotografías pero los obturadores de sus cámaras no dispararon.

Un caso publicado es el de un conocido fotógrafo llamado Miklos, referenciado por un periódico suburbano de Nueva York.

Miklos se había enterado de este trompetista escuchando la radio WNYC y fue a la Zona Cero para fotografiarlo,

Mientras se iba acercando a la barricada policial, a unos 150 metros, Miklos dice que vio al trompetista, iluminado por rayos de luz provocados por el humo y el polvo.

Miklos levantó su cámara pensando que tenía una imagen increíble, que era la fotografía de su vida.

Pero cuándo apretó el obturador, nunca se realizó el disparo.

Otros fotógrafos han descripto lo mismo

Quienes investigaron el tema se preguntaron si no era el Arcángel Gabriel, que a menudo se representa con una trompeta.

Y otros informe al respecto son que el supuesto Ángel habría dicho “mis labios están cerca de la trompeta”.

Sin embargo hay que prevenir que este tipo de historias surgen cuando hay desastres naturales.

Y en esos momentos de confusión son difíciles de verificar.

  

Michael Brown también cuenta de un gerente de fábrica retirado, un pentecostal.

Quien tuvo una historia que sucedió el 20 de noviembre de 1979 antes del Día de Acción de Gracias.

Eran las 5:30 de la mañana, estaba conduciendo y llegó a un pequeño pueblo.

Ahí había un anciano parado el costado la carretera con un bastón en la mano.

Simplemente estaba mirando a los coches que pasaban.

El anciano estaba encorvado pero por su rostro no parecía demasiado viejo.

Tenía el pelo blanco una cara regordeta y era de buen tamaño pesaba 85 kilos.

Su aspecto le recordaba a Santa Claus.

Este gerente se detuvo al lado de la carretera, lo recogió y el auto siguió por la autopista circulando entre grandes extensiones de frijoles y maíz.

El hombre le preguntó “¿eres cristiano verdad?”.

El gerente le respondió “sí lo soy”.

A lo que el anciano le dijo “bien, el Señor vendrá pronto”.

“Extiéndelo, cuéntale a tu familia, cuéntale a tu iglesia, cuéntales a todos que el Señor vendrá pronto”.

Mirando por su espejo retrovisor al asiento de atrás vio que tenía los ojos azules.

Siguió manejando, y cuando llegó a la ruta donde él debía tomar para ir a la fábrica frenó y le preguntó a dónde quería ir.

Y no obtuvo respuesta.

Miró al asiento trasero y la persona ya no estaba allí, se había ido.

  

Otro caso es del conocido Vincent Tan, un ex budista que emigró desde Singapur a Estados Unidos, se convirtió al cristianismo y trabajó como químico.

Esta historia sucedió en 1993.

Tan cuenta que era alrededor de la 1:30 y se preparaba para irse de la oficina.

Vio a un hombre parado al lado de su auto. Vestía jeans y una camiseta, era de pelo corto y bien peinado y aparentaba 35 años.

Se preparó para hacerle frente porque pensó que era un delincuente.

Cuando llegó al auto le preguntó si necesitaba algo.

Y el individuo le contesto “Hola Vincent”.

Entonces Vincent le preguntó “te conozco”.

El hombre le contesto “en realidad no”.

Vincent le dijo “cómo te llamas, quién eres”.

Y el hombre le contestó “tengo el nombre de la escuela secundaria y primaria”.

Tan, aunque era budista, había ido a la escuela primaria y secundaria llamada San Gabriel de Singapur.

Tan se puso nervioso y el individuo le dijo “no necesitas usar Chi Sao en mí”.

Vincent le preguntó cómo sabía que él era experto en ese arte marcial.

Y el individuo le contesto “lo sé”.

Y le siguió diciendo que sabía también que tanto amaba al Señor y que el Señor también lo quería mucho.

Luego cambió el tono de voz y le dijo “el Señor llegará muy pronto, muy pronto”.

El hombre tenía apariencia normal, sin acento y lo único que se destacaba era su sentido de urgencia.

  

Vincent Tan cuenta otra historia parecida.

Ocurrió dos días antes de Navidad en el mismo año.

Iba camino a casa después de visitar a un amigo cuando vio un camión al borde de la carretera con problemas técnicos.

Decidió parar para auxiliarlo y el conductor era un anciano como de 75 años, vestido con un mono tipo granjero. Su pelo era gris y estaba bien afeitado.

Era a un camión Ford muy viejo que no podía encender, así que debía conectarlo a su batería para cargarle la suya.

Precisamente llevaba cables en su camioneta.

El sujeto conectó ambas baterías a una velocidad anormal, a pesar de no usar linterna en la noche oscura.

Cómo estaba muy frío ambos esperaron en la camioneta de Vincent hasta que el viejo camión carga su batería.

En la conversación el anciano le preguntó si podía orar y Vincent dijo que sí.

La oración fue “Dios santo y poderoso que estás en el cielo, sabemos que vendrás muy muy pronto, en tu propio tiempo y tu propio camino, en el nombre de Jesús, amén”.

Le preguntó si tenía una Biblia en el auto, Vincent se la dio y el anciano miró Mateo 24: 36 y 42 que tratan acerca de estar atentos a la venida del Señor, porque no se conoce la hora.

Y también abrió en el Apocalipsis 3:11 que dice “he aquí vengo pronto…”.

Una vez que la batería del viejo Ford estuvo cargada, el hombre salió con su camión; Tan lo siguió de atrás para ver a dónde iba.

Cuando llegaron a una curva el viejo Ford desapareció frente a sus ojos de una manera imposible.

Fuentes:

¿Te gustó este artículo? Entra tu email para recibir nuestra Newsletter, es un servicio gratis: