Luego de la liberación Patricia Olguín recibió apariciones y mensajes de Jesús y María por 18 años.

Estamos dando a conocer, por primera vez para todo el mundo, un hecho que desafía la comprensión de muchos.

En San Rafael, Mendoza, Argentina, sucedieron hechos impresionantes que la Iglesia debe estudiar seriamente.

A finales de la década de 1990 Patricia Olguín quedó poseída demoníacamente.

El Obispo nombró tres exorcistas, los Padres Miguel López, Ricardo Coll y Carlos Spahn, quienes lograron expulsar al demonio el 21 de enero del año 2000 a las 3 de la tarde.

Esto lo contamos en un video anterior, cuyo link está en la descripción de este video. https://youtu.be/NpLJODtM0Gw 

Pero desde dos días antes, le fueron apareciendo las llagas del Señor en sus manos, pies y espalda. 

El mismo día de su liberación aparecieron las heridas de la corona de espinas y sudor de sangre.

Los dolores de la Pasión del Señor se acentuaban los martes y viernes.

Y a partir de allí, y hasta su muerte en el 2018, tuvo una serie de apariciones con cientos de mensajes. 

Aquí contaremos esas apariciones.

Tendremos la oportunidad de escuchar al Padre Alberto Iocco, que trabajó incansablemente asistiendo a Patricia y documentando lo que sucedía.

Y un pequeño video del Padre Luis Costaguta quien analiza esta etapa crucial en la vida de Patricia. Este material tiene un propósito trascendental: cumplir la misión que Nuestra Señora dejó encomendada para bien de la Iglesia y el mundo.

Desde su liberación, Patricia comenzó a ver y tratar con Nuestro Señor, la Santísima Virgen, el Padre Pío y otros Santos.

Los veía como personas vivas. 

Y recibió varios anuncios: tendría que cumplir una misión; sufriría mucho; tendría una vida de sacrificios y contradicciones. 

Y también padecerían contradicciones quienes la acompañaran en esta misión. 

En distintas ocasiones, el Señor y la Virgen pidieron a Patricia que se consagrara a Ellos. 

Patricia aceptó, hizo esa consagración. Varias veces la renovó, hasta que el 5 de agosto de 2017 hizo su última y definitiva consagración como Víctima de Holocausto.

En todo este período y hasta su muerte en el 2018, Patricia vivió la Pasión Redentora del Señor, sus dolores y su tremenda agonía por la Iglesia.

Y por esto, soportó terribles ataques del demonio, que a veces, hasta llegó a poseerla de modo pasajero. 

En esos ratos de posesión, algunas veces el demonio dijo: “estoy en ella, como estoy en la Iglesia”.

Por eso el descanso prácticamente no existió para ella, y muchas veces dijo que su descanso estaba en Jesús.  

Fue muy duro para Patricia soportar el sufrimiento que le producía conocer el estado, muchas veces miserable, en que se encontraba la Iglesia en tantas partes del mundo. 

Y más difícil le resultó siempre soportar la vergüenza de verse ella, “una indigna creatura pecadora”, portadora de dones tan sublimes.

Sucedieron muchos hechos extraordinarios en el tiempo de las apariciones.

La Virgen le entregó una cinta indicando el lugar en que quería la construcción de su Santuario, en el año 2000. 

La Sagrada Hostia apareció con una mancha de sangre en el año 2008. 

Y desde el 2008 y hasta el final de su vida, muchas veces la comunión se convirtió, en su boca, en carne y sangre.

Se produjeron también manifestaciones en imágenes del Señor, de la Virgen, del Padre Pío.

Como lágrimas de sangre, marcas de estigmas, exudación de aceite, y una magnífica imagen de Nuestro Señor en un rollo de fotografías.

También flores naturales y artificiales exudaron aceite y perfume de rosas. 

En Corpus Christi de 2005, la imagen de la Virgen y la gruta que la contiene, ubicada frente a la casa de Patricia, aparecieron con aceite.

Esta exudación de aceite sucedió muchísimas veces, la última, fue en diciembre de 2016. 

Cuenta el padre Alberto Iocco:

Cuando Patricia quedó liberada de la posesión del demonio, comenzó a vivir la pasión de Nuestro Señor Jesucristo.

Y como imagen viva de la Iglesia muchas veces sufrió molestias y ataques del demonio. 

Cuando el demonio le atacaba, ella misma o quien le acompañara avisaban pidiendo ayuda. 

Enseguida se avisaba a los padres exorcistas y a los ayudantes. 

Teníamos que ser varios.

Ya junto a Patricia teníamos que rezar y sostenerla para que el demonio hiciera el menor daño posible a ella y a nosotros.

Siempre se cuidó que hubiera alguna mujer para ayudar a Patricia en lo que necesitara y para que fuera testigo de lo que se hacía. 

Distinto era cuando Patricia tenía que vivir episodios de la Pasión del Señor. 

Entonces se necesitaban menos personas y no había tanta urgencia. 

Se registraba lo sucedido y cuando Patricia avisaba que las heridas se habían cerrado, entonces con gasas y agua bendita se le quitaba la sangre.

Varios médicos examinaron los estigmas que tuvo Patricia. 

Usábamos agua bendita para limpiar las heridas. 

Al principio, el obispo Monseñor Taussig creía que Patricia era enferma y esos episodios eran como montajes que ella hacía. 

Por eso quiso que usara agua sin bendecir. Lo hice y Patricia lo advirtió. 

El obispo no sabía que Patricia no fingía y que por el sabor distinguía cuando el agua era bendita o no. 

Además, el agua sin bendecir le provocaba dolores más intensos.

Patricia no quería fotografías. 

Como alma víctima, quería que su sacrificio fuera solo para el Señor.

Y yo quería registrar todo lo que pudiera para cuando la Iglesia se ocupe del tema. 

Arreglamos en que solo tomaría una o dos fotos cada vez. 

Varias veces pasó cuando había tenido sudor de sangre que al limpiarle la cara notamos una presencia, una expresión, una mirada distinta a la de Patricia. 

Como si fuera otra persona. 

Ante esto, siempre creímos que realmente era Nuestro Señor quien nos miraba y era a Él que le limpiábamos el rostro.

Gracias a Dios que me dio vivir estas cosas.

Y el Padre Luis Costaguta nos dice:

Hay 3000 páginas de documentos y varios terabytes de documentación audiovisual sobre el tema que no han sido aún estudiados, incluyendo informes de personal médico, sacerdotes, personas que colaboraron en algunas ocasiones o que recibieron curaciones o conversiones.

Patricia escribió oraciones en lenguas completamente desconocidas para ella.

Decía ella que eran dictadas por los propios Ángeles. 

Casi no sabía escribir, sin embargo, uno cuando lee los mensajes de la Virgen percibe que son escritos en un Castellano clásico muy pulido. 

Patricia fue la mensajera, en realidad la que habla a través de ella es la Santísima Virgen María.

El 5 de junio del año 2000, por ejemplo, decía lo siguiente la Virgen: «Darás a conocer lo que te haré conocer para que tú le digas lo que te he dicho a los padres más cercanos a ti», o sea, los sacerdotes. 

La Santísima Virgen habló porque no fue escuchada, eso lo dijo repetidas veces en el año 2017 cuando se cumplieron los 100 años de Fátima. 

Y también dijo que estamos en el último combate, en el combate final entre Satán contra Dios, y Dios ha querido que ella sea la conductora de esta última batalla.

Muchas veces se ha escuchado en los mensajes que recibió Patricia por parte de la Santísima Virgen esa frase que aparece en Fátima: «Al fin Mi Corazón Inmaculado triunfará». 

Dios nos dejó en Patricia un signo viviente y visible de la realidad invisible y dolorosa de la iglesia. 

El destinatario de los mensajes es la Iglesia Universal, no solo la iglesia en San Rafael, no solo el clero o los laicos de San Rafael, sino toda la iglesia.

Hay una comunicación especial para los consagrados, ya que María Santísima dice que el triunfo llegará cuando ella sea escuchada, o sea, los consagrados atiendan a su mensaje y se preparen para este último combate.

En las apariciones también quedó claro que existe un lugar físico elegido por María Santísima como estrado de sus pies. 

Lo mostró incluso poniendo sus pies físicamente, ella, María Patricia lo vio, puso sus pies físicamente en un lugar. 

Hoy está ese lugar, en ese lugar hay un pedestal sobre el cual la Santísima Virgen apoyó sus pies.

Ella quiere que se levante un santuario en la isla del río Diamante de San Rafael. 

Desde ese santuario, dice, derramará gran cantidad de gracias espirituales y corporales y ese lugar será el epicentro de la restauración futura de la Iglesia.

Bueeeno, hasta aquí lo que queríamos contar sobre la etapa de las apariciones de Jesús y María a Patricia Olguín.

En un video posterior publicaremos un análisis de los mensajes recibidos y en el último hablaremos sobre la misión que la Virgen dejó a los sacerdotes.

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Y me gustaría preguntarte si has leído algunos de los mensajes que se están publicando en el Grupo de WhatsApp de Nuestra Señora de los Milagros de San Rafael https://chat.whatsapp.com/EnmJ03i2DdiB6AyRLWG0fO   

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