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Luego de la Purificación del Mundo vendrá el triunfo de María y la Era de Paz.

El Señor y la Santísima Virgen se le manifestaron repetidamente a una mística eslovaca, que es poco conocida en las Américas, llamada Sor Natalia Magdolna, que falleció en 1992.

Le hablaron sobre la maldad creciente en el mundo, sobre la purificación que se venía, sobre la intercesión de la Virgen para que Dios Padre no tome medidas drásticas contra los pecadores y les de un tiempo de misericordia para que se conviertan.

Y sobre el triunfo del Inmaculado Corazón de María y su reinado, y la era de paz que vendría después es eso.

Todos temas son muy actuales, porque estamos en medio de estos acontecimientos.

Aquí hablaremos sobre lo que Jesús y María le dijeron a Sor Natalia Magdolna de la purificación de la Iglesia y el mundo, y qué emergerá después de eso.

Entre 1901 y 1992 vivió una de las grandes místicas de nuestro tiempo, Sor Natalia Magdolna, que murió en olor a santidad.

Nació cerca de Bratislava, actual Eslovaquia y tuvo sus grandes visiones y visitas de la Santísima Virgen y de Nuestro Señor en conventos de Hungría.

Durante la Segunda Guerra Mundial, Sor Natalia aconsejó al Papa Pío XII que no fuera a Castelgandolfo, su residencia de verano, porque sería bombardeada, como de hecho lo fue.

Y tuvo que transmitir unos mensajes muy duros a la jerarquía católica de Hungría, que repartieran sus riquezas a los pobres, que dejaran sus palacios y que comenzaran a hacer penitencia.

Fue en la festividad de Cristo Rey de 1939 cuando tuvo la visión del Señor. 

Su figura era majestuosa y su rostro muy hermoso. Todo irradiaba amor.

El manto real colgaba de sus hombros y una corona de tres piezas brillaba en su cabeza.

En otra oportunidad vio que los ángeles llevaban un trono celestial, y sentada en el trono como una reina, a la Santísima Virgen.

Llevaba un manto real y una triple corona en referencia a la Santísima Trinidad, ya que la Virgen es al mismo tiempo hija, esposa y madre de Dios.

Tenía el cetro de Reina en la mano derecha y una esfera en la izquierda.

En la esfera estaba sentado el Niño Jesús, también en pompa real, porque sobre la cabeza de Jesús había también una corona.

Y en la mano izquierda del Niño había una pequeña cruz, que apretaba a su Corazón y en su mano derecha el cetro real.

Vio el desarrollo de la devoción universal a la Santísima Virgen como la Victoriosa Reina del Mundo, y que comenzaría en Hungría.

Vio que el Salvador deseaba ardientemente que se estableciera esta devoción.

Porque el Padre celestial quiere probarle al mundo que la Santísima Virgen, como Reina del Mundo, será victoriosa sobre el mundo, el pecado y el infierno.

Y el Señor le dijo que concedería la paz prometida al mundo sólo si se extiende por todo el orbe la devoción a su Madre Inmaculada como Reina del Mundo y se establece la Orden de María.

Y no se refería a la paz que seguiría a la Segunda Guerra Mundial, sino a la que vendría después de la purificación del mundo.

Le dijo que el crimen y el pecado cesarán, las puertas del infierno se cerrarán y el correr de la sangre se detendrá.

Y además le dijo,

«Mi Madre Inmaculada será la Corredentora de esta era que viene».

¿Y cuándo sucederá este triunfo?

El Señor le dijo, «la gracia prometida está muy cerca»

Y le agregó,

«La felicidad de la nueva época llenará el cielo y la tierra, la humanidad me adorará y me bendecirá y vivirá en mi amor».

Y dijo que esa victoria de Su Madre Inmaculada se llevará a cabo como fue decidido en el momento de la Creación, por la Santísima Trinidad.

Los signos más significativos de la intervención de Dios que los mensajes a Sor Natalia Magdolna informan, son que el mundo pecador será purificado y la Iglesia será renovada.

Habrá una era de paz y varias naciones se harán cristianas.

Ese tiempo será el tiempo de María y del Espíritu Santo, y la Iglesia proclamará nuevos dogmas acerca de María, específicamente el Señor le habló de María Corredentora.

Pero el Señor le mostró cómo la mayor parte del mundo se convertiría en un montón de ruinas. 

Vio ciudades y aldeas que parecían como un  bosque después de un incendio. No había signos de vida en ninguna parte. 

Vio cómo el Señor caminaba entre las ennegrecidas ruinas y levantó su mano derecha hacia el cielo, mientras su mano izquierda apuntaba al mundo. 

Sor Natalia entendió que la mano derecha de Jesús, levantada hacia el cielo, significaba el inminente castigo, mientras que su mano izquierda, apuntando hacia el mundo, representaba su prolongada misericordia.

Y aparecía escrito arriba de la derecha de Jesús «esto no sucederá, si mi pueblo se convierte». 

Por medio de la reparación el Padre Celestial tendrá misericordia del mundo.

Entonces entendió que uno de los secretos del Divino Corazón, era que muchos no podrían nacer si viniera esta ruina total, y Su Corazón tenía pena de aquellas almas.

Jesús le dijo que este mundo está obstinado en la maldad, por eso el mundo se está alejando más y más de Él. 

Y le reveló,

«Yo extiendo Mi mano hacia ellos, y es misericordia y castigo al mismo tiempo.

Misericordia y amor para aquellos que Me aman, y castigo para aquellos que Me desprecian».

Y le hizo otra revelación más,

«Desde hace mucho tiempo, el Corazón Inmaculado de María ha impedido la catástrofe del mundo. 

Un terrible destino espera a la humanidad si los hombres no se convierten».

Y entonces vio al Espíritu Santo inundar al mundo como un fuego devastador. 

Este fuego no traía paz ni misericordia, sino castigo. 

Dondequiera que la llama del Espíritu Santo penetraba, los espíritus malignos caían al infierno por miles.

Pero antes de que todo fuera destruido, vio a la Santísima Virgen de rodillas delante de Jesús, orando e implorando misericordia para el mundo.

Y observó al Padre celestial, quien no alejó su mano extendida sobre el mundo en su justa ira.

Entonces la Santísima Virgen se quitó del hombro Su manto y cubrió al mundo con él.

Todas aquellas partes del mundo que quedaron cubiertas con el manto de María, escaparon al castigo y brillaron con el color azul de la paz. 

Pero donde el manto no cubría la superficie, el color rojo de la ira se podía ver ardiente como un tizón.

Y entonces entendió que nosotros podemos escapar del justo castigo de Dios, solamente si buscamos refugio bajo el manto de nuestra Santísima Madre e imploramos misericordia a través de Ella.

Y oyó al Señor decir,

«Ora, para que antes que lleguen la santa paz y la gran misericordia para el mundo, los pecadores se conviertan a Dios y acepten Mi misericordia, enmendando sus vidas. 

De otro modo los que no se hayan convertido antes o durante este período de gracia, morirán eternamente».

Y le agregó, 

«Ustedes, los justos, no deben tener miedo. Oren y confíen en el poder de la santa oración». 

Sor Natalia le preguntó a la Santísima Virgen qué debemos hacer para apresurar la victoria.

Y contestó que si queremos apresurar el gran milagro de la victoria de Ella, debemos confiar en Ella y en Su Hijo, como los niños confían en sus madres, además hacer reparación, ofrecer nuestra vidas y oración.

Y advirtió que hasta ahora nuestra confianza no ha sido suficiente.

Y entonces Jesús le dijo,

«Imploren al Padre celestial para que la maldad de los hombres en la tierra cese pronto. 

Oren fervorosamente para que los corazones de los hombres puedan pronto ser llenos de una santa y celestial paz, la paz que Yo traje a la tierra, para que pueda extenderse a todas partes».

Y le agregó,

«Con mi oración obtuve de mi Padre que el plazo de sufrimiento terminara pronto, para dar cabida a la venida del gozo celestial a ustedes. 

Pero antes que este tiempo llegue, ustedes deben pasar duras pruebas.

Que ustedes pueden mitigar con la oración y la constante reparación.

Por eso oren fervorosamente y con gran confianza para que los ángeles y los santos del cielo también supliquen misericordia de Mi Padre celestial, junto Conmigo y Mi Madre Inmaculada».

¿Y cuáles son esas pruebas?

El Señor le hizo saber que una gran confusión y terror reinarán en la Iglesia exactamente antes de la victoria que Él traerá al mundo. 

La razón de esta confusión será que la impiedad penetrará hasta los santuarios de la Iglesia, la tradición será dañada y habrá un espíritu mundano en todas partes.

Esta calamidad irá junto con el odio entre las naciones, que terminará con el estallido de muchas guerras. 

Muchos atacarán a la Iglesia para alejar a los creyentes de ellas y convertirla en presas de satanás.

Pero Jesús le dijo también que la Iglesia será purificada y renovada por grandes sufrimientos.

El espíritu de santidad penetrará en todos los miembros de la Iglesia y todos vivirán según el espíritu del Sermón de la Montaña.

Y le mostró que después de la purificación, la humanidad vivirá una vida pura y angelical. 

Se acabarán los pecados contra el sexto mandamiento, no cometerás actos impuros, y también las mentiras.

Y un amor incesante, felicidad y gozo divino serán el signo del mundo futuro.

Vio la gracia de Dios derramarse abundantemente sobre toda la tierra, y a satanás y al pecado derrotados. 

Bueno hasta aquí lo que queríamos hablar sobre las visiones de Sor Natalia Magdolna sobre las pruebas que vendrán a la Iglesia y el mundo para purificarlos, y cómo será la era de paz que emergerá luego. 

Y me gustaría preguntarte si estás viendo que más personas que tú conoces están tomando conciencia de que estamos en una época de purificación de la humanidad y la Iglesia, o no.

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