Cómo proteger a los seres queridos.
Quizás en tu trabajo, entre tus vecinos o incluso entre tus familiares haya alguna persona que se haya dedicado al demonio.
Que esté trabajando para él.
No es fácil detectarlo hoy, porque el rechazo a Dios está tan extendido que ya no es signo de que la persona está al servicio del maligno.
Pero hay características clave que nos permitirán saberlo.
Los exorcistas dicen que el número de estas personas está creciendo y es poco lo que pueden hacer, porque optan por ser acólitos de satanás con su libre albedrío.
Aquí hablaremos sobre por qué está creciendo la cantidad de personas poseídas voluntariamente, como detectarlas y cómo proteger a tus personas queridas para que no les suceda esto.
Los exorcistas han estado alertando en los últimos años que se han encontrado con cada vez más posesiones demoníacas voluntarias.
Hay cada vez más gente que se esfuerza por alcanzar estados alterados de conciencia, para interactuar con lo que cree que es un mundo espiritual, con el objetivo de canalizar energías trascendentes.
Entonces atraen a los demonios, que al principio se camuflan, pero luego se muestran tal cual son poco a poco, les otorgan poderes que de otras maneras no tendrían y muchas personas aceptan los costos que deben pagar por esto.
Un caso típico es la ex medium Ivani Greppi que lo contó en un video https://youtu.be/JFrXqWaSj2M
Se crió en Brasil.
Sus bisabuelos, abuelos y padres eran médiums y curanderos.
Y a pesar de llamarse católicos, la verdadera religión de la familia era el espiritismo. Ni siquiera tenían una biblia.
Para ella era normal ver estas figuras oscuras entrando y saliendo por las paredes, durante todo el día y ya no le causaban miedo.
Y una vez por semana concurría a terreiros de Umbanda donde llamaba a los espíritus para que vinieran y tomaran posesión de ella.
Ella al final pudo liberarse.
Pero el exorcista Vincent Lampert cuenta el caso de una persona que no quería liberarse.
Una familia lo llamó porque estaba preocupada por un integrante y él fue a hablar con esa persona.
Quien le dijo que a lo largo de su vida había cultivado relaciones con los demonios y con satanás.
Y que cuando muriera, era su deseo pasar la eternidad con estos demonios.
Le dijo: «Sé que mi familia está preocupada por mí, pero ésta es la libre elección que hago».
Él estaba usando su libre albedrío para ser acólito de satanás.
Y en estos casos es poco lo que se pueda hacer, salvo que la familia ore por él para que Dios mantenga encendida una llamita de Su presencia en él, y algún día alguna mala experiencia lo lleve a buscar ayuda para liberarse.
Y hay un caso que cuenta el psiquiatra Dr. Richard Gallagher en su libro «Enemigos Demoníacos».
Cuenta de una mujer que recurrió al equipo de exorcistas.
Era una «suma sacerdotisa» de un culto satánico y se había comprometido voluntariamente con satanás.
Había disfrutado de poderes sobrenaturales impresionantes, por su cooperación en los males que él y el culto deseaban.
El propio Gallagher y los exorcistas experimentaron que podía poner violentos a los animales, ver desde una distancia de muchos kilómetros lo que estaba haciendo el exorcista, intervenir sus llamadas telefónicas.
El exorcista principal le contó a Gallagher que en las sesiones de su exorcismo se sintió a las puertas del infierno literalmente.
Las manifestaciones incluían gritos y gemidos, aullidos de animales, como si estuvieran en medio de una jungla peligrosa.
Todos comprobaron que la temperatura en la habitación se desplomaba hasta el punto de congelación y luego se disparaba a un calor que les hacía sentir como si estuvieran junto a una caldera.
Esta mujer estaba en una posición ambigua.
A pesar de su disgusto con la posesión, aún no estaba dispuesta a renunciar a su dedicación a satanás, por lo beneficios que le traía.
Esperaba que después de su muerte, se le diera un lugar destacado en el Reino del Infierno, como el demonio le había prometido, aunque esperaba que eso también implicara la experiencia de sus castigos.
Cuando los exorcistas le pedían en el nombre de Jesús que renunciara a satanás, decía que era imposible para ella renunciar,
«¡Renunciar a Satanás! ¿Me estás tomando el pelo? ¿Cómo puedo hacer eso? ¿Quién sabe qué me pasará? Este no es alguien a quien quieres contra ti. Créeme lo sé», decía
Ella no solo estaba enganchada al poder, las promesas y la protección que satanás le brindaba, sino que estaba legalmente ligada a él.
No podía liberarse sin la ayuda de la Iglesia, pero sólo cuando ella quisiera liberarse decididamente.
Por eso los demonios tenían una base firme para oponerse a ser desalojados, resistían al exorcista diciendo que nadie tiene derecho a liberarla porque ella se entregó libremente a ellos.
Y esta situación es la que explica que la Iglesia frecuentemente haga oraciones colectivas de renovación de las promesas bautismales, donde se pregunta
«¿Renuncian al pecado para vivir en la libertad de los hijos de Dios?» y la asamblea responde » Sí, renuncio», y así sucesivamente.
Y también recomienda a los fieles hacerlo en el aniversario de su bautismo.
Hay que tomar en serio estas renovaciones para que los demonios no tengan una base legal para hacerse fuertes.
Bueno, pero lo cierto es que esta mujer iba a los exorcistas, luego desaparecía por meses, luego volvía, hasta que al final lo último que se supo de ella es que tenía cáncer y el Dr. Gallagher supone que luego murió.
El pionero en estudiar lo que hoy los exorcistas llaman estas posesiones perfectas fue el padre Malachi Martin.
Se les llama perfectas porque el demonio tiene perfectamente sellado al poseso, impidiendo que los exorcistas tengan éxito, salvo que la persona haga el esfuerzo de voluntad y use su libre albedrío para declarar que quiere liberarse.
Entonces ahí el Señor puede permitirlo, de lo contrario Dios se limitará a hacerle llamadas para que recapacite durante su vida.
El padre Martin sostiene que una persona controlada por el mal absolutamente, da pocas indicaciones externas de que el demonio reside en su interior.
Estas personas no reaccionarán intempestivamente frente a un Crucifijo un Rosario, o cuando se les asperge agua bendita.
Incluso podrán hablar de temas religiosos manteniendo la calma.
Pueden llegar a ser sofisticadas y eso conspira contra un diagnóstico adecuado.
Sin embargo hay algo que llama la atención, y que se puede advertir en sus ojos o en su tono de voz.
Una sensación de frialdad y de desprecio, algo inhumano, que lo pueden comprender mejor quienes han tenido experiencias con el demonio.
Y pueden volverse impredecibles, incluso violentas y conspirativas, respecto a las personas amigas y de la familia.
Pero lo más llamativo es la pérdida de calidad humana en estas personas, que es lo contrario a la propuesta de Dios.
La falta de empatía de estas personas hace que los psicólogos las definan como psicópatas o sociópatas, pero no pueden explicar en detalle porque son así.
Y la policía está advirtiendo el avance de este tipo de personalidades en la delincuencia juvenil, generalmente asociada a las drogas.
Estas personas pierden el sentido del valor de la vida y de los demás.
Para ellos, matar no es nada en absoluto.
El padre Martin dice que esto se va adquiriendo de a poco, incursionando por ejemplo con tableros de ouija, sesiones de espiritismo, meditación trascendental, etc..
Que van predisponiendo a la persona para la posesión, porque está llenando un vacío en su alma.
Y a esto hay que agregar lo que se le ha dado en llamar malosinógenos, como abusar de drogas y la pornografía, escuchar música obsesionada con la muerte, películas violentas y macabras, llenarse en cuerpo de tatuajes oscuros, etc.
Por lo tanto debemos considerar que la juventud está especialmente vulnerable, en estos momentos, para las posesiones perfectas y por eso están creciendo.
En resumen, el número de las personas que están poseídas por los demonios está creciendo, porque cada vez más personas quieren dedicarse a él, ya que creen que pueden tener más poder, dinero, placeres.
En un mundo que los propios demonios han hecho que el poder y el dinero esté cada vez más concentrado en pocas manos y sea difícil de obtener.
Y entonces los ambiciosos no miden los dolorosos costos que esto trae.
La juventud está especialmente vulnerable hoy y por esa razón es que se ve más el avance del mal y de la delincuencia.
Estos nuevos posesos no son fáciles de detectar porque no recurren a los exorcistas.
Sin embargo hay algo en su carácter que los delata, su frialdad e inhumanidad y en los casos más extremos los psicólogos les llaman sociópatas o psicópatas.
El problema radica en que, si una persona quiere trabajar con los demonios no hay nada que un exorcista pueda hacer.
Y por eso es conveniente acostumbrar a todos los bautizados a renovar las promesas bautismales, para que el demonio no tenga una base legal, como para impedir que los exorcistas los desalojen de los posesos.
Bueno, hasta aquí lo que queríamos hablar sobre cómo se están extendiendo las posesiones demoníacas voluntarias.
Y me gustaría preguntarte si conoces a alguna persona con estas características de personalidad y que pienses que se ha dedicado voluntariamente a los demonios.
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