Este es el caso de posesión demoníaca más fuerte que se haya documentado en los tiempos modernos.

Lo documentó el Dr. Richard Gallagher, un respetado psiquiatra con décadas de experiencia.

Ha declarado que el caso de Julia – seudónimo que se le dio – fue “espeluznante”.

En su opinión, lo que hace que el caso de Julia sea tan convincente es que ella,
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«No solo exhibió, de una manera muy dramática, los signos clásicos de posesión.
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Sino que habiendo sido una satanista reconocida y prominente en su vida, también parecía mostrar poderes especiales ocultos.
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Mostrados incluso fuera de sus estados de trance, de una manera bastante abierta, para cualquiera que haya estado en contacto cercano con ella».

Gallagher es un psiquiatra entrenado en Princeton y Yale, que enseña en la Universidad de Columbia y pertenece al Colegio Médico de Nueva York.

Ha sido el delegado estadounidense más veterano a las reuniones de la Asociación Internacional de Exorcistas.

Y durante un tiempo fue el único psiquiatra en su junta directiva.

Gallagher, que es consultor psiquiátrico de una gran red internacional de exorcistas, cree que hay casos genuinos de posesiones demoníacas y otros que parecen serlo pero no lo son.

Hay muchas situaciones que se confunden con la posesión, y que que son síntomas de condiciones médicas, físicas y emocionales.

En estos casos las personas necesitan ayuda médica, no liberación.

Esto incluye por ejemplo «trastornos de personalidad o carácter».

Las personas pueden experimentar

«Sentimientos de rabia profundamente arraigados, baja autoestima, necesidad de atención, una fuerte sensación de victimización o un fuerte sentido de maldad interior».

Algunos acuden a él y le dicen que sienten una presencia maligna dentro de ellos.

Describen estas presencias malvadas como una «serpiente retorciéndose o un espíritu oscuro» dentro de ellos.

Gallagher dice además que hay una serie de condiciones que conducen a alucinaciones o delirios.

Esto puede incluir cosas como el trastorno bipolar, el abuso de drogas y alcohol y la abstinencia de adicciones.

A pesar que los propios pacientes pueden incluso estar convencidos de que los demonios les están hablando.

También hay un tercer grupo cuyas vidas son severamente disociativas.

Esto puede suceder como resultado del abuso.

De modo que las personas pueden abandonar la realidad hasta el punto de formar incluso personalidades múltiples.

Gallagher dice que Julia todavía estaba poseída cuando renunció después de la octava sesión de exorcismo.

«Ella estaba en conflicto», dijo Gallagher.
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«Ella disfrutaba de algunos de los poderes que tenía».
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Julia era perfectamente consciente de que estaba poseída y no le gustaba eso.

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Pero ella se negaba a abandonar el culto, por lo que no era alguien a quien iba a ayudar.

Pero también le tenía miedo al culto. Ella estaba destrozada».

Un año después que Julia se retirara, llamó a Gallagher nuevamente y le pidió que interviniera con el exorcista para que pudiera reanudarlo.

«¿Por qué quieres volver?» le preguntó Gallagher.

Julia dijo que se estaba muriendo de cáncer.

Gallagher se ofreció a discutir su pedido con el equipo.

«Le dije que tendría que hablar con su oncólogo y con el sacerdote exorcista y conocer su estado de salud y diagnóstico».

«Pero nunca volvimos a saber de ella. Creemos que ella murió».

Gallagher dijo que Julia era una pregunta abierta.

¿Julia realmente quería ayuda, o solo quería causarle problemas al sacerdote?

¿O estaba teniendo problemas para alejarse del culto? Nunca estuvieron seguros.

Para Gallagher fue el caso más increíble en el que ha estado involucrado u oído en la era moderna.

Al punto que pidió permiso a Julia para publicar su caso luego de los primeros exorcismos y ella le dio permiso.

Su primer informe se puede encontrar New Oxford Review.

 

QUIÉN ERA JULIA Y CÓMO FUE SU VINCULACIÓN

Julia era una ex católica. Una mujer caucásica de 39 años y autosuficiente que vivía en los Estados Unidos.

Tenía una larga historia de participación con grupos satánicos.

Se refería a sí misma como

«La suma sacerdotisa de un culto satánico.
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E iba vestida con un vestido oscuro que le fluía y llevaba sombra de ojos negra”.

A pesar de que hacía tiempo que se había desvinculado de la Iglesia Católica y no tenía fe, se acercó al clero local después de convencerse de que estaba siendo atacada por un demonio o satanás.

El sacerdote la remitió a un sacerdote-exorcista oficial.

Durante una larga y exhaustiva evaluación, finalmente fue derivada al Dr. Gallagher para un análisis posterior.

Debido a la complejidad del caso, el Dr. Gallagher reunió a un equipo de expertos que incluía a profesionales de salud mental, sacerdotes y diáconos católicos, monjas ambas enfermeras y varios voluntarios laicos.

«Su vida estaba llena de lo paranormal», dice Gallagher.

«La noche antes de que la viera por primera vez, nuestros gatos se volvieron locos en medio de la noche.

Cuando la conocí al día siguiente, ella me preguntó: Dr. Gallagher, ‘esos gatos realmente se enloquecieron anoche, ¿verdad?’”.

A Gallagher no le gustó nada.

«Le dije que si alguna vez estaba involucrada en hacer algo así otra vez, me negaría a considerarla como su exorcista«, dijo.

«En otra ocasión, yo estaba hablando por teléfono con su sacerdote acerca de tener una sesión con ella, y la voz de Julia llegó por teléfono, gritando al sacerdote con una voz demoníaca que decía ‘¡Déjala en paz!, ¡Aléjate de ella!’», cuenta el psiquiatra.

En ese momento, ella estaba a miles de millas de distancia.

Después de hablar con ella, el psiquiatra notó que la mujer no era para nada psicótica, por el contrario, se reveló como una mujer razonable y muy inteligente.

A pesar de esto, Julia a menudo se sentía en estado de trance, pero sin embargo esto no estaba conectado a ningún estado disociativo clásico conocido por la psiquiatría.

Basado en varias sesiones con Julia, él determinó que estaba poseída por un demonio.

Gallagher afirma que sus acciones no fueron solo presenciadas por él mismo y otros «profesionales de la salud mental», sino también por enfermeras, sacerdotes, laicos y monjas.

Explicó que los miembros del equipo observaron a Julia periódicamente cayendo en trances y diciendo amenazas y burlas como: «Déjala en paz, idiota… Ella es nuestra … ¡Vete, imbécil sacerdote!»

La voz era a veces gutural y vagamente masculina y aguda en otras ocasiones.

Los comentarios de Julia generalmente expresaban odio hacia cualquier cosa religiosa.

También había gruñidos parecidos a los de un animal y sonidos no humanos viniendo de ella.

A veces los objetos volaban de los estantes.

Y Julia sabía cosas sobre los miembros del equipo que no tenía manera natural de saber.

Por ejemplo sabía que la madre de Gallagher había muerto de cáncer de ovario.

Dr. Richard Gallagher

 

LAS SESIONES DE EXORCISMO

Dada la complejidad del caso, el Dr. Gallagher decidió ampliar su equipo de colaboradores.

Esto consistió en: algunos psicólogos altamente calificados; al menos cuatro sacerdotes; un diácono y su esposa; dos enfermeras que también eran monjas, una de las cuales era enfermera psiquiátrica; muchos voluntarios.

Estas personas a menudo se juntaban en reuniones para ayudar a Julia.

Durante las llamadas telefónicas que tenían para organizar esas reuniones, a menudo se escuchaba una voz que intentaba interrumpir o interferir con las llamadas.

Era la voz que Julia asumía en su estado de trance, pero la mujer no sabía de las reuniones, ni estaba en el mismo lugar en ese momento.

Además, no podía saber los números de teléfono de todos los participantes.

Sin embargo, durante estas llamadas telefónicas esta extraña voz estallaba.

A veces solo mediante un susurro y a veces en un tono muy fuerte, diciendo cosas como: «¡Déjala en paz, idiotas! ¡Ella es nuestra! o ¡Vete, déjala en paz!».

Cuando se le preguntaba a Julia al respecto, siempre afirmó que no sabía nada.

Sin embargo muchas personas recuerdan haber escuchado esta voz en diferentes ocasiones.

El primer ritual de exorcismo comenzó en un cálido día de junio.

«A pesar del clima, la habitación donde se llevaba a cabo el rito se volvió claramente fría», informó el Dr. Gallagher.
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«Más tarde, sin embargo, cuando la entidad en Julia comenzó a vomitar vitriolo y hacer ruidos extraños, los miembros del equipo sintieron que sudaban profusamente, debido a una sofocante emanación de calor».

Al comienzo del rito Julia entraba en un estado de trance pacífico.

Después de varias oraciones del Ritual Romano recitadas por los sacerdotes que estaban presentes ella comenzaba a hablar.

Julia comenzaba a emitir múltiples voces, fuertes gruñidos y ruidos parecidos a animales que parecían imposibles de imitar por cualquier humano.

En un momento dado, las voces hablaban en idiomas extranjeros, incluyendo español y latín, aunque Julia solo sabía inglés.

No hace falta decir que las voces sonaban enojadas, desafiantes y blasfemas.

«Las voces eran de naturaleza notablemente atacantes, y con frecuencia eran insolentes, blasfemas y altamente escatológicas [obscenidades relacionadas con el excremento]», dijo el Dr. Gallagher.

«Maldecían e insultaban a los participantes de la manera más cruda.

Amenazaban con frecuencia, tratando, al parecer, de defenderse: ‘Déjenla en paz’, ‘Detenganse, putas’ (a las monjas), ‘Lo lamentarán’, y cosas por el estilo”.

Julia también comenzaba a mostrar signos de fuerza extrema, tanto que dos hermanas y tres voluntarios casi no eran suficientes para mantenerla quieta.

Luego comenzaba a levitar sobre la cama, durante un período de aproximadamente treinta minutos.

Las entidades en el cuerpo de Julia podían distinguir el agua bendita del agua normal.

Julia tuvo ocho exorcismos en total.

«La verdadera posesión a veces se puede eliminar en un exorcismo, pero otras veces puede tomar años«, dice Gallagher.

«Puede depender de la voluntad de las víctimas de ayudarse a sí mismas.

El exorcismo hace que el control demoníaco de la persona sea más débil, pero la respuesta de la persona influye en el resultado».

 

CONDUCTAS SOBRENATURALES DE JULIA

Julia exhibía una serie de comportamientos que suelen estar presentes en otros poseídos.

«Julia no era la tipo típica persona que frecuentemente solicita ayuda de la Iglesia y que realmente necesita intervención psiquiátrica o médica», escribió el Dr. Gallagher.

«Ella no era de ninguna manera psicótica; de hecho, ella era consistentemente lógica, muy inteligente, e incluso bastante atractiva a veces, a pesar de su obvia alteración».

En resumen, el caso de Julia ilustra varios signos clásicos de posesión.
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Como conocimientos ocultos, capacidad de hablar en idiomas desconocidos, fuerza física anormal, odio a cualquier cosa sagrada, lenguaje blasfemo, capacidad de discernir objetos benditos, levitación, psicoquinesis.
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Y la aparición de una entidad (o entidades) inteligentes e independientes durante los estados tipo trance.

 

Trances

A menudo entraba en estados de trance durante sus sesiones con él y descubrió que su comportamiento durante estos trances era muy convincente.

«Las personas con problemas mentales a menudo se ‘disocian’, pero los trances de Julia estuvieron acompañados por un fenómeno inusual»

Durante estos trances Gallagher escribe:

«De su boca saldrían varias amenazas, burlas y lenguaje escatológico, frases como ‘déjala en paz, idiota’, ‘ella es nuestra’, ‘déjala sacerdote imbécil’, o simplemente ‘salgan'»

Mientras hablaba, la voz de Julia cambiaba distintivamente.

El tono de esta voz difería notablemente del de Julia.

A veces, era bastante baja con tonalidades de hombre y otras veces muy alta.

Ella también gruñía como un animal.

Después de salir de este estado, no podía recordar nada de lo que había pasado.

Julia nunca recordó hablar o hacer ruidos durante estos trances.

Gallagher dijo que los trances de Julia eran interrumpidos por «una entidad (o entidades) independiente e inteligente».

 

Maldición a las cosas sagradas

Mientras estaba en trance, Julia mostraba «un marcado desprecio por cualquier cosa religiosa o sagrada».

La mayoría de sus comentarios durante estos comentarios durante estos «trances», o en los posteriores exorcismos, mostraron un marcado desprecio por cualquier cosa religiosa o sagrada.

La entidad que la poseía también era capaz de distinguir entre agua bendita y agua regular.

«Ella gritaba de dolor cuando el agua bendita se rociaba sobre ella, pero no tenía ninguna reacción cuando se usaba agua no bendecida».

 

Imitación de lo divino

Durante los trances, Julia hablaba en diferentes idiomas.

Los miembros del grupo pudieron identificar palabras de dos idiomas: latín y español.

Más tarde, Julia afirmó que no sabía nada más que inglés.

Esto pudo haber sido un intento del demoníaco de imitar la glosolalia: hablar en lenguas.

 

Comportamiento agresivo e insolente

Durante las sesiones el espíritu maligno se volvía bastante agresivo y abusivo.

Le decía a las monjas que asistían: «Deténganse, putas».

A un sacerdote que estaba allí le llamaba «imbécil».

En otro caso, la voz decía: «Dejen idiotas» y «Ella es nuestra».

 

Increíble fuerza

Gallagher también dice que Julia mostraba una fuerza increíble.

A veces se hacían necesario varias personas para contenerla.

«A pesar de que las hermanas religiosas y otras tres la retenían con todas sus fuerzas, se les dificultaba retenerla”.

 

Conciencia paranormal

Gallagher dice que otra característica que Julia mostraba era una inusual conciencia paranormal de lo que sucedía a su alrededor, especialmente en las vidas de aquellos involucrados en la liberación.

Este era un intento de asustar e intimidar a los involucrados en la liberación.

Gallagher dice que por ejemplo

«Conocía la personalidad y la forma precisa de muerte (es decir, el tipo exacto de cáncer) de un familiar de un miembro del equipo que nadie podría haber imaginado».

Pudo describir con precisión el estado de ánimo de un sacerdote miembro del equipo cuando no estaba presente en ese momento.

Y podía nombrar su ubicación exacta e incluso qué ropa llevaba en un momento dado.

Gallagher también notó que Julia habló con un miembro del equipo diciendo que «esos gatos realmente se enloquecieron anoche, ¿verdad?».

La noche anterior, el miembro del equipo, que vivía en una ciudad diferente, dijo que sus gatos habían peleado violentamente de madrugada; algo totalmente inusual para ellos.

Es probable, el demonio incitara a los dos gatos a intimidar y asustar a este miembro del equipo.

 

Capacidad de psicoquinesis

La psicoquinesis es un término usado para describir la capacidad de una persona para mover objetos a distancia con el pensamiento.

Gallagher notó fenómenos similares con Julia.

Los objetos eran arrojados de los estantes en las habitaciones donde ella estaba presente.

 

Levitación

Sorprendentemente, «levitaba durante 30 minutos a una altura de 15 centímetros en el aire», dijo Gallagher

Esto fue presenciado por varias personas.

Esta capacidad psíquica se asociaba al fenómeno de objetos que a veces salían volando de los estantes.

Este relato que trajimos es realizado por un médico psiquiatra, que aunque cree en las posesiones, trata de explicar al mundo de los médicos que estos fenómenos existen.

Obviamente también es útil para muchos católicos que descreen de las posesiones e incluso que los demonios sean algo más que sugestiones.

Fuentes:


Equipo de Colaboradores de Foros de la Virgen María

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