Las cosas seguras que sabemos sobre los ángeles, evitando la desinformación de la New Age.
Vivimos en medio de un mundo sobrenatural, todo lo que parece un espacio vacío está lleno de ángeles.
Los ángeles nos rodean y nos asisten, aunque nuestros ojos, cegados por el pecado y la sensualidad, no puedan verlos.
Sin embargo en los últimos tiempos hemos visto que la New Age se ha apropiado de la narrativa sobre los ángeles.
Los considera independientes de los mandamientos de Dios y desinforma a mucha gente.
Aquí hablaremos sobre la información más segura que tenemos sobre la naturaleza y la función de los ángeles – la de la escritura, el Catecismo y las conclusiones de los Padres de la Iglesia -, y que pueden hacer los ángeles por nosotros.
Los ángeles son espíritus puros, creados por Dios y bajo sus órdenes; los hay buenos y luego están los demonios.
El numeral 336 del Catecismo dice que, desde su comienzo hasta la muerte, la vida humana está rodeada del cuidado vigilante y la intercesión de los ángeles buenos.
El numeral 352 del Catecismo dice que nos ayudan en el peregrinaje terrenal y protegen.
Eusebio dijo que, “temiendo que la humanidad pecadora se quedara sin gobierno y sin dirección, como manadas de ganado, Dios nos dio protectores y superintendentes: los santos ángeles, en forma de capitanes y pastores. Y su Hijo Primogénito es puesto por encima de todos estos.”
El Éxodo capítulo 23 dice “envío un ángel delante de ti para que te proteja en el camino y te lleve al lugar que he preparado. Prestadle atención y escuchad su voz; no lo desafiéis, porque no perdonará la rebelión, ya que Mi Nombre está en él”.
Y agrega, “si escuchas atentamente su voz y haces todo lo que te digo, seré enemigo de tus enemigos, porque Mi ángel irá delante de ti”.
Cada uno tiene un Ángel de la Guarda personal, pero Dios también pone ángeles sobre naciones, territorios y organizaciones y sobre las iglesias locales y diócesis.
En los capítulos 2 y 3 del Libro de Apocalipsis, las cartas a las siete iglesias, todos comienzan de la misma manera. Por ejemplo, «Escribe esto al ángel de la iglesia en Éfeso…».
El Salmo 91 habla del cuidado de los ángeles por nosotros, dice que Yahvé mandará a sus ángeles para que te guarden en todos tus caminos. Y te sostendrán para que tu pie no tropiece.
También es muy conocido el pasaje en el que Jesús se refiere a los ángeles de la guarda, “no despreciéis a uno de estos pequeños, porque os digo que en los cielos sus ángeles ven siempre el rostro de mi Padre que está en los cielos”, Mateo 18.
Y en Hechos de los Apóstoles 12 hay un ángel que ayuda a Pedro a escapar de la prisión.
Pero los ángeles hacen más que proteger y consolar. También reprenden y castigan, exhortándonos a la penitencia.
Los Padres de la Iglesia también afirman que los ángeles asisten en nuestra oración y transmiten nuestras peticiones a Dios.
Orígenes dice que “toda alma humana está bajo la dirección de un ángel que es como un padre”.
Pero la opinión teológica está dividida sobre si los no creyentes tienen ángeles guardianes.
Santo Tomás de Aquino dice que lo tienen, pero agrega que el ángel guardián tiene un papel completamente nuevo después del bautismo.
Antes del bautismo, satanás tiene ciertos “derechos legales” sobre la persona y los ángeles sólo pueden establecer límites.
Pero el bautismo invierte la situación y aumenta el poder del ángel para defendernos.
Debemos respetarlos y reverenciarlos, estando inmensamente agradecidos por su ministerio con nosotros.
Cada uno de nosotros debe escuchar su voz, que resuena en nuestra mente y conciencia, y obedecer.
Orígenes dijo que “si hay buenos pensamientos en nuestro corazón, no hay duda de que el ángel del Señor nos está hablando.
Pero si cosas malas entran en nuestro corazón, no hay duda de que un ángel del maligno nos está hablando”.
Y Atanasio agregó que “en oposición a la agitación en la que los demonios arrojan al alma, la visión de los ángeles obra suave y pacíficamente, despertando alegría y júbilo”.
Y la acción de los ángeles buenos y malos puede verse claramente en los exorcismos.
Monseñor Stephen Rossetti se refiere a un exorcismo en que el poseso estaba fuera de control, se zafó sorprendentemente de las ataduras y sus puños empezaron a volar.
El exorcista temió por la seguridad de todos, y con voz firme invocó a los Poderes Angélicos, para que contuvieran a los demonios.
E inmediatamente, los brazos del poseso cayeron, su cuerpo se puso flácido y el equipo volvió a colocarle las ataduras.
Y también relata que otro de los sacerdotes de su equipo rezaba por un pequeño grupo de personas con oraciones de liberación y curación.
Invocó a los nueve coros de ángeles por su nombre y en especial a los santos Miguel, Rafael y Gabriel.
Y entonces, cada uno del grupo sintió la poderosa presencia del Espíritu Santo y descansó en una profunda paz y consolación.
Dos de ellos informaron curaciones físicas: uno sintió una especie de fuego en sus rodillas artríticas y, hasta ahora, puede caminar sin dolor, y el otro afirmó haberse curado de un tumor.
Los ángeles también nos asisten en el momento del pasaje.
En una de las parábolas de Jesús, leemos sobre el pobre Lázaro y cómo los ángeles lo escoltaron después de su muerte, dice “llegó el momento en que murió el mendigo, y los ángeles lo llevaron al lado de Abraham”, Lucas 16.
También leemos en las Escrituras sobre el papel de San Miguel Arcángel disputándose a Moisés en su muerte con un demonio, Judas 1:9.
Y la oración del ofertorio de la Misa de Réquiem en la Forma Extraordinaria implora que “Miguel, nos guíe hacia la Luz Santa, prometida en la antigüedad a Abraham y su descendencia”.
Los ángeles nos ayudan en la confusión en el momento del pasaje.
Efrén dijo que la confusión de un hombre cuando ve los poderes celestiales justo después de la muerte es grande.
Pero Gregorio Magno dice que “los himnos de los ángeles llenan el alma de un gozo tan divino, que no se da cuenta de los sufrimientos de la muerte. Y durante su viaje hacia el cielo, los ángeles dispersan a los demonios que tratan de impedir el avance del alma.”
San Aloysius Gonzaga enseñó que cuando el alma deja el cuerpo, es acompañada y consolada por su ángel guardián para que el alma pueda presentarse con confianza ante el tribunal de justicia de Dios.
Y el texto apócrifo “El Apocalipsis de Pablo”, del siglo II, dice que el ángel le advierte al moribundo, que si es impuro pero está arrepentido, es llevado primero para adorar a Dios, y luego por mandato del Señor, es entregado a Miguel y otros ángeles, quienes lo “bautizan” en el río de fuego y luego lo conducen a la Ciudad de Dios; en una clara alusión al purgatorio.
Y agregó que el ángel guardián intercede ante Dios y busca ayuda entre las personas en la Tierra para orar por el alma a su cuidado.
Los Padres de la Iglesia también han dicho que los ángeles son fundamentales en la evangelización del mundo.
Así como los apóstoles fueron enviados a todas las naciones para evangelizar al mundo, también los ángeles son enviados invisiblemente para preparar a muchos para el evangelio.
Por lo tanto los ángeles cumplen un papel preparatorio, trabajando invisiblemente junto a los apóstoles, evangelistas, misioneros, padres y catequistas.
También están presentes en las misas.
Debido a que la Misa es una participación en la liturgia celestial, hay una miríada de ángeles y santos alrededor de cada una.
No podemos ver la multitud de ángeles porque nuestros ojos están oscurecidos por el pecado.?
Los ángeles también tendrán una misión especial en la Segunda Venida de Jesucristo y en el Juicio Final.
El numeral 333 del Catecismo dice que estarán presentes en el regreso de Cristo, que lo anunciarán, y servirán en su juicio.
En Mateo 24 dice que el Señor enviará a sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos de los cuatro vientos, desde un extremo hasta el otro
San Cirilo describió la extraordinaria magnificencia del juicio final por la presencia de la multitud de ángeles.
Y San Efrén acotó sobre los ángeles despertando a los muertos, diciendo, “levántate, tú que duermes” y entonces se abrirán los sepulcros y en un abrir y cerrar de ojos todo el pueblo se levantará.
El Señor aparecerá entonces en los cielos como un relámpago con una gloria inefable y los Ángeles y los Arcángeles irán delante de su gloria como llamas de fuego.
Mateo 14 describe a los ángeles separando a los malos de los justos, “el Hijo del Hombre enviará a sus ángeles, y recogerán de su reino a todos los causantes del pecado y a todos los malhechores, y los echarán en el horno de fuego, y entonces los justos resplandecerán como el sol en el reino de su Padre”
Y San Efrén describió a los ángeles conduciendo a los elegidos al paraíso.
Bueno hasta aquí lo que queríamos contar sobre la real misión y asistencia de los ángeles según las escrituras y los padres de la Iglesia.
Y me gustaría preguntarte si hablas con tu ángel de la guarda y si has visto su asistencia o no.
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