La Biblia habla que Jesús y sus Apóstoles bebían vino.

Pero la mayoría quizás no sepa que la cerveza ha sido fabricada por más de 1500 años por monjes católicos.

La cerveza está dentro de las tres cosas que la civilización debería agradecer al catolicismo.

La mejor cerveza del mundo se fabrica en monasterios trapenses y benedictinos.

Ellos inventaron la cerveza moderna y popularizaron su consumo, como bebida profiláctica y como alimento.

Las otras dos cosas que la civilización debe agradecer al catolicismo son los hospitales, porque los monjes católicos fueron los primeros en acoger a los enfermos en sus monasterios.

Antes existían los médicos pero sólo dedicados a curar a la nobleza y a veces a los soldados.

Y la otra son son las universidades volcadas a la creación de conocimiento y tecnología, para aplicar en la vida diaria.

De ahí salieron las leyes internacionales, la música sacra, la arquitectura y muchos adelantos tecnológicos en la agricultura y la industria, que marcaron la diferencia de occidente con el mundo.

La cerveza revolucionó la salud medieval.

Algunos no consideran a la cerveza como una bebida genuinamente católica sino más bien pagana.

Porque en la Biblia se menciona básicamente el vino, ya que en esos momentos la cerveza no era una bebida muy difundida en la palestina.

El vino se asoció además, por su color, a la sangre, y a la sangre de Cristo en la tradición cristiana.

Sin embargo la cerveza tiene todos los ingredientes principales que se manejan en la Biblia: agua, cereales y levadura.

La cerveza tiene más del 90% de agua y el agua fue bendecida por Jesús, por que le habla a la samaritana en el pozo sobre el “agua que da vida”.

El agua también había sido central en la huida de los israelitas de Egipto, cuando la separación del Mar Rojo, que es contado en el Éxodo 14.

Y los granos de trigo y la cebada eran abundantes en la región mediterránea lo mismo que la levadura.

Es posible ver en la Biblia muchas menciones sobre estos ingredientes, de modo que no se puede considerar a la cerveza como extra bíblica.

  

LA HISTORIA DE LA CERVEZA

Los datos más antiguos de fabricación de cerveza son del año 3400 aC, porque se descubrió cerveza de cebada en las montañas Zagros en Irán, según el Dr. Patrick McGovern, apodado «The Beer Archaeologist» por Smithsonian Magazine.

Allí existía una diosa de la cerveza llamada Ninkasi, que según la leyenda elevó la cerveza a un estado divino.

Se cree que la cerveza era un alimento básico en Mesopotamia en esos tiempos. La cerveza además tenía nutrientes que otras bebidas no tenían.

Además, la fermentación es un método eficaz para matar las bacterias y las enfermedades transmitidas por el agua.

La cerveza era consumida por todos los niveles sociales y ofrecida a los dioses y a los muertos en los rituales de libación.

Nisaba era a la diosa de los granos y Ninkasi diosa de la cerveza.

Las sacerdotisas Ninkasi fueron las primeras cerveceras, elaborándola en el hogar, y era una habilidad imprescindible para la preparación del matrimonio.

Hasta que comenzó la producción industrial y los hombres tomaron el control.

De modo que pareciera que desde el comienzo de la civilización la cerveza ha sido un elemento básico de la dieta.

La cerveza asegura el agua para beberla y su bajo contenido alcohólico la hacía apta para la familia.

En la Edad Media los monjes europeos se especializaron y monopolizaron la fabricación de la cerveza.

La que luego se convirtió en una excelente fuente de ingresos para las comunidades religiosas.

Hasta que el mundo laico y la nobleza tomaron el control del negocio, cuando esté creció.

De modo que la asociación entre los monjes católicos y la elaboración de la cerveza es legendaria y central para el catolicismo y el renacimiento medieval.

Durante 1500 años los monjes han revolucionado y perfeccionado el proceso de fabricación de la cerveza.

La cual se estima que comienza a principios del siglo VI con San Benito de Nursia.

La cerveza entra en el mercado a fines del siglo XIII, donde aparecen las asociaciones de productores laicos, luchando contra la competencia desleal de los monjes, porque los monjes gozaban de exenciones fiscales.

Y ahí se reglamenta la profesión de cervecero, que implica un aprendizaje de 3 años y la prohibición de acceder a esta profesión a los excomulgados, las concubinas y los bastardos.

Poco a poco se produjo a la división del mercado que más o menos se mantiene hasta ahora.

Por un lado están los laicos que elaboran cerveza con menos propiedades, más refrescantes y baratas.

Y por otro lado están los monjes, que elaboran bebidas más nutritivas, aromatizadas y más caras.

  

FUNCIONES DE LA CERVEZA PARA OCCIDENTE

La cerveza se desarrolló básicamente en occidente porque era una alternativa más saludable al agua y más barata que la leche y otras bebidas.

Era a una parte importante de la dieta de la gente en el medioevo lo mismo que el pan.

Además era seguro que no estaba contaminada, como podría estarlo la leche, porque el proceso de fermentación elimina las bacterias.

Por otro lado era más barata de producir que el vino.

Era una bebida indispensable en los hospitales y orfanatos. Porque su composición con avena y otros cereales alimentaba a un precio razonable.

Además luego se descubrió que tenía propiedades antibióticas, que prevenían algunas enfermedades, como la tuberculosis.

Las cervezas monacales para consumo masivo tenían sólo un 3% de alcohol.

Pero los monjes estaban autorizados a beber cerveza con más graduación alcohólica que las monjas.

En aquellos tiempos los religiosos estaban autorizados a consumir hasta 5 litros diarios, que aumentaba durante el ayuno cuaresmal.

Cuando en el siglo XIII cerveza pasó a ser un bien comercializable y por lo tanto aumentó su precio, la cerveza pasó a constituirse en una fuente de ingresos importante de los monasterios.

  

CERVEZA Y MONASTERIOS

San Benito de Nursia escribió su regla para la vida monástica en el siglo VI.

Y allí se especificaba que los monjes debían ganar su sustento por sus propias manos y donar a los pobres.

Por esas razones los monasterios han producido queso miel y cerveza a través de los siglos.

También era importante la hospitalidad a los viajeros y peregrinos en esa época.

Y la cerveza era más segura desde el punto de vista epidemiológico que el agua, la que estaba contaminada por el mal manejo de las aguas residuales.

Pero también cumplía una función importante en la cuaresma y el adviento, porque permitía a los monjes pasar periodos de ayuno sin otro alimento sólido.

Desde ahí se empezó a llamar la cerveza como el “pan líquido”.

Además, para asegurar la salud de la población, los monjes de la Edad Media introdujeron regulaciones sanitarias en sus cervecerías y adicionaron el lúpulo como conservante.

La cerveza monástica de tradición benedictina, trapense y hasta franciscana, era muy importante en la vida monacal cómo lo expresa una oración del Monje Fermano:

“La cerveza te hace dormir tranquilo. Dormir fácil te hace no pecar. No pecar te llevó al cielo”.

Fueron los monasterios del norte de Europa los primeros en elaborar cerveza.

Y luego surgió la especialidad de elaboración de cervezas ricas y pesadas, que es la actual.

Los monjes trapenses – que es una orden reformada de los cistercienses – fabrican cerveza en muchos de sus 170 monasterios que hay en el mundo.

Y sus cervezas están consideradas por los expertos como las mejores del mundo y también las más caras.

Con ella sostienen su monasterio, pero también lo consideran un trabajo de amor al creador, a los hombres y al trabajo.

Las cervecerías monásticas más famosas son 8 fábricas trapenses en el norte de Europa.

En el monasterio de San Sixto de Westveltern, Bélgica, se elabora la que se considera la mejor cerveza del mundo.

Para algunos monjes la cerveza es parte de la nueva evangelización.

Porque permite contactarse con personas desconectadas de la religión, que nunca pensarían ir a misa.

Pero ir a la tienda de regalos del monasterio les da contacto con los monjes y su entorno, y reciben un beneficio espiritual de esa vinculación.

Algunos conventos franciscanos han incorporado la cerveza como parte de su tradición, lo mismo que el tradicional horneado de crujientes panecillos.

Consideran que hornear es diferente que cualquier arte culinario y para ellos la cerveza es una horneada.

La mayoría de los conventos cultivan su propio lúpulo en los terrenos de las abadías, donde los monjes trabajan y oran.

Pero no se trata de monasterios sólo masculinos. También hay monasterios femeninos, como el de las hermanas de la Inmaculada Concepción, las benedictinas de Indiana, que abrieron su propia cervecería.

Hoy las cervecerías monacales están especializadas en estilos diferentes de cerveza.

Por ejemplo la abadía trapense de Engelszell, Austria, fábrica 4 tipos de cerveza especiales: Benno (dubbel), Gregorius (cerveza oscura fuerte), Jubiläumsbier (cerveza clara belga) y Nivard (cerveza oscura belga).

Y además se da el caso de abadías especializadas en sólo un tipo de cerveza que es única en el mundo, como la  abadía Maria Toevlucht que ha estado elaborando una cerveza de color ámbar que actualmente solo está disponible en los Países Bajos y Bélgica.

En la época medieval se creó no sólo una tradición de beber cerveza sino también se asoció a milagros.

  

LOS SANTOS Y LA CERVEZA

San Nicolás de Myra era un fanático de la cerveza.

Y el 6 de diciembre, el día de su fiesta, se elabora una cerveza especial en su honor.

Samichlaus Bier tiene un estacionamiento de 10 meses y se vende después en la fiesta del año siguiente.

Samichlaus Bier fue una vez conocida como la cerveza más fuerte del mundo.

Samichlaus quiere decir Santa Claus.

También hay otro santos asociados a la cerveza como San Columbano, San Wenceslao, Santa Brígida de Irlanda, San Arnulfo de Metz.

San Arnulfo o San Arnoldo de Metz es el santo patrón de los cerveceros en Bélgica y vivió entre los años 560 y 640 dC.

San Arnulfo predicó contra el agua potable en su época, debido a lo insalubre de las aguas residuales, porque no había sistema de alcantarillado.

Y predicaba los beneficios de la cerveza diciendo, “del sudor del hombre y del amor de Dios vino la cerveza al mundo”.

Se le atribuye su autoría de detener la propagación de la peste cuando colocó su crucifijo en la olla de cerveza, para que toda la gente bebiera cerveza bendecida en lugar de agua.

Después de su muerte fue enterrado en un monasterio de Francia en Remiremont.

Pero en el año 641 su rebaño obtuvo la aprobación para exhumar sus restos y llevarlo de regreso a Metz, para su entierro en la Basílica de los Santos Apóstoles.

Lo llevaron en procesión en un día caluroso, y como estaban sedientos se detuvieron en una posada a beber cerveza.

Desafortunadamente quedaba una sola taza de cerveza.

Entonces antes de beber el cortejo hizo una oración a San Arnulfo.

Y se cuenta que ahí se produjo un milagro, porque la taza permaneció llena a pesar que toda la gente de la procesión bebió hasta saciarse.

Algo similar se cuenta de San Arnoldo de Soissons, que es el santo patrón de los recolectores de lúpulo de Bélgica.

El techo de la cervecería de la abadía colapsó destruyendo gran parte del suministro de cerveza.

Pero San Arnoldo oro y se multiplicaron los suministros de cerveza que quedaban.

Santa Brígida de Irlanda tenía una gran afición por la cerveza.

Y escribió: “me gustaría un gran Lago de cerveza para el rey de reyes; me gustaría que los ángeles del cielo lo beban a través del tiempo eterno”.

Se cuenta que Santa Brígida mantuvo la cerveza fluyendo en 18 parroquias durante semanas, con un solo barril en cada caso.

Y no sólo daba cerveza a los leprosos para aliviar su sufrimiento, sino que cambió el agua sucia del baño por cerveza.

San Columbano de Irlanda escribió, “mi intención es morir en la cervecería y que se me lleve cerveza la boca cuando esté expirando, para que cuando venga el coro de ángeles digan ‘se propicio, Dios, para este bebedor’”.

  

LA RELACIÓN DE EVANGÉLICOS Y PROTESTANTES CON LA CERVEZA

La relación de los evangélicos con la cerveza ha sido matizada.

En las últimas décadas muchos evangélicos conservadores han considerado que el consumo de alcohol es un comportamiento pecaminoso.

Se olvidan que el primer milagro que hizo Jesús fue convertir el agua en vino.

Por lo tanto su posición es más ideológica que teológica.

El gran Magnate de la cerveza Arthur Guinness era protestante.

Y se inspiró para desarrollar industrialmente la cerveza a partir de un sermón de John Wesley.

Guinness fundó alguna de las primeras escuelas dominicales en Irlanda e Inglaterra.

Era conocido por su generosidad con los pobres.

Y la familia Guinness creía que estaba haciendo un negocio ético.

Al punto que durante la Segunda Guerra Mundial la fábrica Guinness operaba 24 horas al día para asegurar que cada soldado inglés recibiera una botella de Guinness en la Navidad.

Martín Lutero era un enamorado de la cerveza.

Incluso en una carta de invitación a sus amigos para una fiesta les instó a que llevarán comida, porque su esposa Katie había preparado 14 toneles de cerveza.

Incluso se le atribuye una frase que vincula la cerveza a la teología.

“Quien bebe cerveza, se duerme rápido; el que duerme mucho, no peca; ¡Quien no peca, entra en el cielo! Así, ¡bebamos cerveza!”

Otro gran aficionado de la cerveza fue el famoso escritor CS Lewis.

Él era habitué de los bares locales reuniéndose con los compañeros escritores de Oxford, grupo que también incluía a Tolkien.

Lewis se pronunció claramente contra la abstención de alcohol como un valor cristiano diciendo,

“Un cristiano individual puede considerar adecuado renunciar a todo tipo de cosas por razones especiales: el matrimonio, la carne, la cerveza o el cine.

Pero en el momento en que comienza a decir que las cosas son malas en sí mismas, o mirando por encima de sus narices a otras personas que las usan, se ha equivocado de dirección”.

Benedicto XVI en el brindis de sus 90 años

  

BENDICIÓN DE LA CERVEZA

El ritual romano trae una bendición para la cerveza.

Adjutorium nostrum in nomine Domini. (Nuestra ayuda está en el nombre del Señor).
R. Qui fecit caelum et terram. (Quien hizo el cielo y la tierra)

Dominus vobiscum. (El Señor esté contigo).
R. Et cum spiritu tuo. (Y con tu espíritu).

Oremus. (Oremos).

Bene + dic, Domine, creaturam istam cerevisiae, quam ex adipe frumenti producere dignatus es: ut sit remedium salutare humano generi, et praesta per invocationem nominis tui sancti; ut, quicumque ex ea biberint, sanitatem corpus et animae tutelam percipiant. Per Christum Dominum nostrum.

(Bendice, + O Señor, esta cerveza, que te has dignado a producir del fruto del grano: para que sea un remedio saludable para la raza humana, y concede mediante la invocación de Tu santo nombre, que quienquiera que beba pueda obtener salud en el cuerpo y paz en el alma. Por Cristo nuestro Señor).

Fuentes:


Equipo de Colaboradores de Foros de la Virgen María

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