En febrero de 2013 Benedicto XVI renunció a su pontificado y se llamó a silencio.
El debate sobre las causas de la renuncia de Benedicto XVI sigue.
Él y su biógrafo son tajantes al declarar que no hubo tales presiones.
Sin embargo hay fuertes sospechas de que sí las hubo.
La renuncia de Benedicto XVI no lo ha colocado en un ostracismo, sino por el contrario sus profecías siguen más vigentes que antes.
Se han manejado complots internos dentro de la Iglesia así como presión de líderes internacionales que desencadenaron su abdicación.
Se ha apuntado a la presión de EE.UU. durante la presidencia de Obama.
Que veía con malos ojos la voluntad de Benedicto XVI de acercamiento al patriarca Ortodoxo Ruso, mientras él veía con buenos ojos el proyecto de resurgimiento de Rusia.
Esta simpatía podría a su vez acercar Europa a Rusia, y esto no era del agrado de la política unipolar que aplicaba EE.UU.
Pero a pesar de su retiro, su voz no deja de oírse en las graves polémicas desatadas en la Iglesia.
Él sigue participando de ellas. Sus argumentos hoy son centrales.
Y nos advierten de los males mayores que se vienen.
¿BENEDICTO XVI EN SILENCIO?
Lo que la mayoría del mundo recuerda conscientemente del pontificado de Benedicto XVI parece ser su decisión de retirarse en el 2013.
Es más, sus oponentes predijeron que su abdicación sería lo único recordado de su pontificado.
Sin embargo nace por detrás la enorme estatura de este teólogo profeta.
Y su reputación entre los estudiosos del cristianismo sigue creciendo porque sus posiciones están hoy en el centro de todas las polémicas de la Iglesia y del mundo.
Un indicador de su fermento es que muchas de las profecías que vertió se están cumpliendo hoy.
Por ejemplo hay una típica, que hemos publicado en este artículo sobre la implosión de la Iglesia Católica en occidente, cómo lo estamos viendo en este momento.
Esto fue dicho alrededor de la fecha del Concilio Vaticano II o sea hace medio siglo y era impensable en ese momento lo que vemos hoy.
También hay cosas recientes de Benedicto XVI que se han eclipsado misteriosamente.
Durante su pontificado fue llamado “el Papa Verde” por su preocupación ecologista.
Sin embargo quien hoy tiene esos laureles es el Papa Francisco, recordado por su encíclica “Laudato Si”.
Ya en el año 2002, siendo cardenal, había condenado el uso industrial de los animales, criticando especialmente a las grandes corporaciones, diciendo que contradice la relación de reciprocidad entre las especies que aparece la Biblia.
Benedicto XVI no ha reclamado los logros de su pontificado y se ha referido a sí mismo como “un monje enclaustrado”, viviendo en el monasterio Mater Ecclesiae en el Vaticano estudiando y orando.
Pero sobre todo lo que llama la atención es que su discurso no ha sido enclaustrado junto con él, porque resurge cada vez que alguien quiere conocer a fondo algún tema del debate actual.
Sin embargo ha mantenido un cerrado silencio vocal sobre su sucesor y especialmente sobre el estado actual de la iglesia.
Este silencio es llamativo tomando en cuenta las dificultades internas que están sacudiendo a la Iglesia en este momento.
Sólo 2 hechos lo revelan vocalmente.
Uno es el epílogo del libro del cardenal Sarah sobre la liturgia y otro el mensaje para el funeral del cardenal Caffarra.
Estas dos intervenciones van en sentido opuesto de las prédicas que se mantienen en el pontificado de Francisco.
Pero no deja de ser una suposición, porque la fineza de la erudición de Ratzinger a veces nos sorprende y nos cambia el enfoque.
Joseph Ratzinger probablemente pase a la historia como el teólogo más inteligente e influyente del post Vaticano II, que está en el debate actual de la Iglesia.
A pesar que haya permanecido en silencio sobre el debate vocal sobre los divorciados vueltos a casar y en la controversia sobre Amoris Laetitia.
Y sobre la que es más actual en este momento, que es el desmantelamiento de las enseñanzas de Humanae Vitae del Papa Pablo VI sobre la anticoncepción artificial.
Podemos suponer indirectamente cuál es la opinión de Benedicto XVI, porque si se desmantela Humanae Vitae no sólo se desmantela el magisterio de Pablo VI sino también el de Juan Pablo II.
Y Ratzinger fue el sustento teológico de ese pontificado, que continuó con su propio pontificado.
También hay que recordar los lazos con Pablo VI, que lo nombró arzobispo de Múnich y luego Cardenal.
Pero podemos saber su opinión directa sobre los puntos de debate que actualmente están activos en la iglesia, porque son los que Benedicto XVI predijo que serían los puntos centrales de polémica en los próximos años.
Sin embargo permanece en silencio enclaustrado en el Vaticano, quizás dejando que sus argumentos de décadas antes hablen por él.
Y quizás por la convicción de que si hablará hoy generaría más daño en la Iglesia.
LA REPUTACIÓN DE BENEDICTO XVI ESTÁ AUMENTANDO
Cuándo un católico interesado en los problemas de fondo quiere conocer lo que opina la iglesia sobre los temas candentes de hoy, están en primera línea las opiniones que invirtió el teólogo Joseph Ratzinger.
Por ejemplo en pleno apogeo de la Revolución Cultural en 1968, Ratzinger escribió un libro clásico llamado Introducción al Cristianismo, dónde defendió el cristianismo bíblico como la única cura que vendría a la sociedad.
También es un referente en la polémica actual sobre cómo interpretar la Biblia.
Ha sido muy crítico sobre la lectura literal de la Biblia y también sobre los esfuerzos de desmitificar lo que se dice en ella.
Su obra póstuma, la trilogía Jesús de Nazaret, es un referente central para estudiar no sólo a Jesús sino también toda la escatología católica.
También está hoy en el centro del huracán su motu proprio Summorum Pontificum, donde argumentó que la misa tridentina y la nueva misa de Pablo VI son formas válidas católicas, y no deben ser vistas cómo opuestas.
Otra ponencia suya también está en el centro de las polémicas de hoy. Se trata de cómo interpretar el Concilio Vaticano II.
Él se distanció tanto de progresistas como de conservadores que interpretaban que era una ruptura radical con la enseñanza clásica de la iglesia.
Argumentó contra la hermenéutica de la discontinuidad respondiendo a los modernistas y a los tradicionalistas.
Su lectura es que las resoluciones del Vaticano II son una continuación de las enseñanzas de la iglesia, en un contexto de reforma y de desarrollo, enraizado en el depósito de la fe.
Al poner al Concilio Vaticano II como un continuador de la tradición, genera un antídoto para que caiga presa del secularismo y el relativismo.
Sin embargo esto no significa que no haya criticado al Concilio por dos temas.
El primero es por restar importancia algunos aspectos vitales de la tradición católica.
Y el segundo, por la renuencia a criticar ideologías peligrosas.
Esta independencia de criterio es un antídoto para idealizar el Concilio, ya sea en un sentido o en otro.
También el Papa Benedicto ha expresado su opinión respecto a la descentralización de la iglesia, que hoy se está discutiendo e incluso operando.
Ya en el año 2001 debatió sobre la descentralización con el cardenal Walter Kasper, quién había argumentado la importancia de la iglesia local y sus prácticas en contra de las normas generales promulgadas por el Vaticano.
Y recientemente el cardenal Robert Sarah ha traido esa polémica y ha hablado de los daños de la descentralización, refiriéndose a lo expresado por el Papa Benedicto XVI.
El Papa Benedicto XVI no se ha expresado con respecto a Amoris Laetitia ni respecto a la comunión a los divorciados vueltos a casar.
Pero Stephan Kampowski argumentó contra ello basándose en la hermenéutica de la continuidad de Benedicto XVI.
Dijo concretamente
“…el Espíritu Santo no se contradice.
Por lo tanto, una hermenéutica de la continuidad es lo único legítimo para la interpretación de los textos magistrales.
Una manera de leer los pasajes difíciles del capítulo 8 [en Amoris Laetitia ] que contradice claramente el magisterio en particular, con respecto a la práctica concreta, de Familiaris Consortio de Juan Pablo II y de Sacramentum Caritatis de Benedicto XVI…, simplemente que no es plausible, sino, teológicamente hablando, ilegítima”.
Y quizás su más célebre y cuestionada intervención en el pontificado, que esté viva hoy, sea el discurso de Ratisbona en el 2006.
Dónde criticó al Islam por no incorporar la fe junto con la razón en su doctrina.
Su discurso fue rechazado por los musulmanes y por los medios de comunicación del sistema.
Pero su visión profética demostró ser correcta una década después, cuando los ataques de los terroristas islámicos se generalizaron en el mundo.
Esta posición de Benedicto XVI no fue la manejada originalmente por el Papa Francisco, pero últimamente especialmente en su reciente visita a Egipto, Francisco revivió la posición de Ratzinger.
Como vemos los temas polémicos de hoy han sido tratados por Ratzinger y su posición ha sido clara.
Y su silencio actual tampoco es un silencio histórico respecto a los desafíos que tiene por delante la Iglesia.
LOS DESAFÍOS DE LA IGLESIA SEGÚN RATZINGER
En el año 1989 el cardenal Ratzinger dio una conferencia sobre las Dificultades que Enfrenta la gente en Europa hoy.
El contenido no se refiere sólo a Europa sino a toda la Iglesia.
Básicamente es un rebatimiento a las posiciones sostenidas por los progresistas.
Una de ellas, muy actual en este momento, es referida a la concepción artificial.
Porque todo indica que se está promoviendo en el Vaticano el desmantelamiento de la encíclica Humanae Vitae de Pablo VI, que sentó las bases de la actual posición de la iglesia.
Ratzinger rechaza colocar a los anticonceptivos artificiales en el mismo nivel moral que todo tipo de medios para la prevención de la concepción.
Además critica la idea de que sólo la conciencia individual puede decidir al respecto.
También en esa alocución criticó a los católicos progresistas que ven una equivalencia moral para todas las formas de actividad homosexual siempre que estén motivadas por el amor y no lastimen a nadie.
Esta posición de los progresistas es el motor para aceptar la homosexualidad dentro de la iglesia.
También curiosamente, engloba dentro de las cuestiones de la moralidad sexual la admisión de los divorciados vueltos a casar en los sacramentos de la iglesia, y la ordenación de las mujeres al sacerdocio.
Reflexionó que el hombre siente hoy que tiene que aceptar su sexualidad de una manera diferenciada y menos restrictiva.
Y por eso se está dando una revisión de la moral sexual en general.
En el fondo se buscan derechos para la libertad de conciencia, para que no estén subordinados a ninguna autoridad externa.
Esto implica también la reordenación de la relación fundamental entre el hombre y la mujer, terminando con las expectativas anticuadas de ambos roles.
Ratzinger dijo, en aquella oportunidad, que sería sorprendente que la Iglesia, siendo una institución conservadora, estuviera de acuerdo con esta ideología.
Y en su disección del pensamiento progresista, sostuvo que los conceptos claves sobre los que se instrumenta este mal son la conciencia y la libertad.
Que si bien pueden parecer tener un aura moral, no dejan ser rendiciones de la integridad moral y una laxitud de la conciencia.
Porque la conciencia ya no se entiende en este caso como algo derivado de una forma superior de conocimiento, sino como la autodeterminación del propio individuo.
Si cada persona decide por sí misma, estamos hablando de una moral basada en cada situación personal.
La diferencia entre los progresistas respecto a la lógica con que hasta ahora se ha manejado la iglesia, es que para los progresistas la regla externa, o sea el mandato divino, puede proporcionar modelos de orientación, pero no es el árbitro de la obligación de cada uno.
Esta polémica la vemos desatada en este momento, porque un miembro de la Academia Pontificia para la Vida sostuvo que la conciencia y la responsabilidad están por encima del precepto moral de la anticoncepción artificial como mal intrínseco
La respuesta del cardenal Ratzinger ya fue dada en el año 1989, diciendo que estas posiciones – que son consideradas como una liberación – en realidad conducen a la desaparición de la diferenciación entre los sexos.
También a una separación entre la sexualidad y la procreación, que ya fue introducida con la píldora anticonceptiva.
Y finalmente lleva a abrir la puerta para generar seres humanos en el laboratorio.
Pero además fue más claro respecto el tema de la homosexualidad.
Dijo que al restarle importancia a las diferencias entre la homosexualidad y la heterosexualidad, así como a las relaciones extramatrimoniales, objetan las enseñanzas de la iglesia durante toda su historia.
En su visión profética del año 1989 dice que éste será uno de los principales desafíos antropológicos en los próximos años.
Sugirió que si el tema es presentado como una opción entre la conciencia y la libertad, contra el legalismo y la restricción, la posición proclamada por el magisterio no tiene esperanzas de subsistir.
Y entonces tienen razón los progresistas contemporáneos cuando dicen que esto ya fue laudado hace tiempo.
Pero lo más interesante es su explicación a cómo se generó esta revolución.
Estos nuevos paradigmas se generaron:
En primer lugar, por la desaparición de la doctrina teológica sobre la creación, que está conectada con la desaparición de la metafísica.
En segundo lugar, por lo que llama “prisión en lo empírico”, que es el conocimiento basado únicamente los sentidos, que lleva al debilitamiento de la cristología y al final, a la falta de creencia en la divinidad de Cristo.
Y en tercer lugar a la pérdida de fe en las últimas cosas y a la disminución del papel de la vida eterna, que desempeña un papel muy menor en la predicación de hoy.
Sentenció que el reino de Dios está siendo sustituido por la utopía de un mundo mejor en la tierra.
Y advirtió el predominio en las oraciones y los sermones de la terminología del mundo, que reemplaza la fe con un placebo.
Por lo visto en este artículo el silencio de Benedicto XVI no es tal.
Aunque no se exprese vocalmente e intervenga con su voz en las polémicas actuales, sus profecías dan cuenta de su opinión en los debates centrales que están teniendo lugar dentro de la iglesia.
LOS MOTIVOS DE LA RENUNCIA DE BENEDICTO XVI SEGÚN ÉL MISMO
Las respuestas proporcionadas por el Papa Emérito, claras en su simplicidad, se oponen a cualquier especulación o conspiración sobre la renuncia a la Cátedra de Pedro, producida el 11 de febrero de 2013.
“Nadie ha intentado chantajearme”, dice Ratzinger a Seewald.
“No lo hubiera permitido. Si hubieran tratado de hacerlo yo no lo habría aceptado, porque uno no se va cuando está bajo presión.
Tampoco es cierto que me decepcioné o algo así. De hecho, gracias a Dios, yo estaba con el estado de ánimo pacífico de quien se ha sobrepuesto a las dificultades.
El estado de ánimo de quien puede pasar el timón con seguridad a los que vienen detrás”.
Ante estas palabras, repetidas en el libro en varias ocasiones y formas, hay poco espacio para los teóricos de la conspiración.
El Papa emérito reconoce además que no es un hombre de gobierno ni un hábil gestor.
Aunque matiza que su pontificado no fue tampoco un fracaso porque supo enfrentarse a desafíos graves, como la crisis de la pederastia y el escándalo Vatileaks, y ayudó a revitalizar la fe de muchos creyentes.
LAS DECLARACIONES DEL ARZOBISPO NEGRI SOBRE LA RENUNCIA DE BENEDICTO XVI
En marzo 7 de 2017 el portal Aleteia publicó unas declaraciones del Arzobispo Negri que hablaba de un complot, de presiones y de un chantaje detrás de la renuncia de Benedicto XVI.
Luigi Negri, de 75 años, arzobispo emérito de Ferrara también es autor de ensayos sobre la historia de la Iglesia.
El prelado concedió una entrevista al periódico en línea Riminiduepuntozero.
Habló de su “fuerte amistad” con Benedicto XVI, indicando que lo había visitado varias veces e incluso recientemente.
“En estos últimos cuatro años he encontrado varias veces a Benedicto XVI.
Fue él quien me pidió que guiara la diócesis de Ferrara, porque estaba muy preocupado por la situación en la que estaba la diócesis.
Con Benedicto nació una relación de fuerte amistad.
Siempre me he dirigido a él en los momentos más importantes para discutir sobre las decisiones que había que tomar y nunca me negó su parecer, siempre en espíritu de amistad”.
El entrevistador le preguntó su opinión sobre la renuncia al papado. Y esto es lo que respondió el arzobispo emérito de Ferrara:
“Se trató de un gesto inaudito.
En los últimos encuentros lo encontré más frágil físicamente, pero muy lúcido de pensamiento.
Conozco poco (por fortuna) los hechos de la Curia romana, pero estoy seguro de que un día surgirán graves responsabilidades dentro y fuera del Vaticano.
Benedicto XVI sufrió presiones enormes.
No es casualidad que en Estados Unidos, incluso con base en lo que ha publicado Wikileaks, algunos grupos católicos hayan pedido al presidente Trump que abra una comisión de investigación para averiguar si la administración de Barack Obama ejerció presiones sobre Benedicto.
Por ahora sigue siendo un misterio muy grave, pero estoy seguro de que las responsabilidades saltarán.
Se acerca mi personal “fin del mundo” y la primera pregunta que le haré a San Pedro será justamente sobre esta historia”.
Negri, por lo tanto, está seguro de que Benedicto XVI abandonó su ministerio porque fue sometido a fuertes presiones.
Y de que hay personas responsables de su decisión adentro y fuera del Vaticano.
Ahora ha salido a luz un análisis de un geo estratega italiano que avala la impresión de Negri y apunta a la responsabilidad de EE.UU. en la presión a Benedicto XVI.
LAS DECLARACIONES DEL UN GEO ESTRATEGA SOBRE LAS PRESIONES A BENEDICTO XVI
Un artículo publicado recientemente por un geo-estratega italiano y profesor universitario ha despertado la polémica de los motivos de la renuncia de Benedicto XVI en 2013.
El profesor Germano Dottori, profesor en el Instituto de Estudios Estratégicos de la Universidad LUISS-Guido Carli de Roma, escribió un artículo en el la edición 4/2017 de Limes, una revista italiana de geoestratégica,
El artículo fue recogido por el periodista italiano Alessandro Rico, el comentarista italiano Antonio Socci , así como por Giuseppe Nardi de Katholisches.de en Alemania y Maike Hickson de One Peter Five.
Dottori hace los siguientes impresionantes y fundamentados comentarios:
Los conflictos entre la Iglesia y los Estados Unidos no han sido menos, incluso con la muerte de Juan Pablo II.
En su lugar, continuaron durante el pontificado del Papa Ratzinger.
En el curso de la cual, lo que los exacerbó no fueron sólo las políticas y estratégicas inversiones hechas por Barack Obama y Hillary Clinton en el Islam político de los Hermanos Musulmanes durante la llamada Árabe primavera.
Sino también el firme deseo de Benedicto XVI para lograr una reconciliación histórica con el Patriarcado de Moscú [bajo el Patriarca Kirill].
La verdadera y propia coronación religiosa de un proyecto geopolítico de integración euro rusa, que se encontraban fuertemente apoyado por Alemania y también por la Italia de Silvio Berlusconi, pero no por uno de los más americano-amigables italianos, Giorgio Napolitano [presidente italiano, 2006-2015].
Cómo ha llegado a su fin es bien conocido por todos.
Los gobiernos italiano y papal fueron golpeados simultáneamente por una coordinada campaña escandalosa, inusualmente violenta y sin precedentes.
Incluso la participación de maniobras más o menos visibles en el campo financiero, con el efecto final llegando a un punto en noviembre de 2011 con la salida de Berlusconi del Palazzo Chigi y, el 10 de febrero [sic- 11], de 2013, con la abdicación de Ratzinger.
En el apogeo de la crisis, Italia vio progresivamente su acceso a los mercados financieros internacionales bloqueada, mientras que el Instituto para las Obras Religiosas (IOR) [Banco del Vaticano] fue dejado temporalmente fuera del circuito Swift.
A pesar del considerable cambio realizado tanto en la política italiana como en el Vaticano, las dificultades han persistido.
Un hecho que confirma su naturaleza estructural y no permite prever ninguna simplificación a corto o medio plazo del contexto dentro del cual nuestro gobierno [el italiano] tendrá que asumir en el futuro las decisiones más importantes en el ámbito de su política exterior.
Por lo tanto el afamado experto italiano en estudios geoestratégicos afirma que tanto el gobierno italiano de Berlusconi como el pontificado de Benedicto XVI fueron derribados debido a maniobras financieras que pusieron en peligro ambos estados.
Esto le llevó a Alessandro Rico a publicar, el 17 de mayo, un artículo titulado “Ratzinger obligado a abdicar Debido al chantaje de Obama” en el diario italiano La Verità, que es una publicación que no tiene inclinación al catolicismo tradicional en absoluto, sino, más bien, reprende fuertemente católicos tradicionales y conservadores en esa misma edición del 17 de mayo (como señala Giuseppe Nardi).
El propio Rico pone la declaración de Dottori en contexto con la Carta abierta al Presidente de Trump, del 20 de enero de 2017, publicada por el periódico católico tradicional The Remanent, que pidió una investigación sobre una posible intervención de Estados Unidos contra el Papa Benedicto XVI.
Como señala Rico, el Papa Benedicto en el momento se oponía a la colaboración del presidente Obama con los Hermanos Musulmanes, especialmente con la declaración del Papa en Ratisbona en la que criticó al fundamentalismo islámico.
Los EE.UU., como Rico y Dottori explican, no es partidario de un acercamiento del Papa con el Patriarca de Moscú, que también podría apoyar, además, un acercamiento a Europa con Rusia.
Una base para este acercamiento deseado, también podría ser el rechazo al relativismo moral de Occidente.
Cuando se habla de la presión financiera que había en 2013, que excluyó al estado Papal del Vaticano del sistema SWIFT – y que interrumpió los pagos con tarjeta de crédito en la Ciudad del Vaticano, y por lo tanto en los museos del Vaticano – Rico también recuerda:
“Extrañamente, esta exclusión [SWIFT] se solucionó inmediatamente después de la renuncia de Benedicto XVI”.
Recordemos también, que recientemente, en marzo de 2017, varias voces católicas influyentes – entre ellos el arzobispo Luigi Negri y Ettore Gotti Tedeschi (el ex jefe del Banco del Vaticano) habían apoyado a The Remanent en solicitud y la sospecha.
Maike Hickson, se refiere a la opinión de su esposo, el Dr. Robert Hickson, un profesor retirado de Inteligencia del Military College y la Universidad de Operaciones Especiales, que apunta a
“La importancia de la guerra financiera, especialmente en el mundo cibernético, como parte de la guerra fractal, en el que un pequeño cambio puede dar lugar a un gran y desproporcionado efecto”.
Antonio Socci, en su propio post sobre esta nueva revelación de Dottori, se refiere a otra entrevista, que Dottori había dado previamente a Zenit, el 13 de noviembre de 2016.
Dottori dijo, cuando se le preguntó sobre el reciente escándalo de Wikileaks en relación con el staff de Hilary Clinton y su influencia sobre la Iglesia Católica, de la siguiente manera:
Los documentos que se presentaron muestran un fuerte deseo del staff de Hillary para provocar una revuelta desde el interior de la Iglesia con el fin de debilitar la jerarquía.
Hicieron uso de asociaciones y grupos de presión de base, siguiendo un esquema consolidado de la experiencia de las revoluciones anteriores.
No tenemos todavía el cuerpo del delito, pero estamos cerca.
Aunque no tengo pruebas, siempre he pensado que Benedicto XVI fue conducido a la abdicación por una trama compleja, ordenada por los que tenían un interés en el bloqueo de la reconciliación con los ortodoxos de Rusia, que es el pilar religioso de un proyecto de una convergencia progresiva entre la Europa continental y Moscú.
Por razones similares, creo que la carrera del cardenal [Angelo] Scola en la sucesión [de Benedicto XVI] también fue detenida, porque el Patriarca de Venecia, había llevado a cabo negociaciones con Moscú.
Para estar seguro, sin embargo, vamos a tener que obtener más pruebas.
De Wikileaks también hemos tomado conciencia de las operaciones de condicionamiento psicológico realizadas recientemente hacia Francisco.
Ellos miserablemente fracasaron: Bergoglio es la renovación de la Iglesia, para fortalecerla, y desde luego no para debilitarla como algunos querían.
Y firmó un armisticio verdadero con Kirill [de Moscú], en medio de tanta división dentro de las esferas recíprocas de influencia.
Justo debajo de la costa de los Estados Unidos, en Cuba [donde Francisco y el Patriarca Kirill firmaron el documento].
Esto no quiere decir que la renuncia de Benedicto haya sido forzada, explica Antonio Socci.
Sino que más bien nos muestra que hay un “misterio colosal” las muchas presiones rodea la decisión del Papa Benedicto a renunciar.
Sin embargo un hecho resaltable es que el pontificado de Francisco no ha dado mayor preeminencia a la consolidación con los ortodoxos rusos.
Más bien ha apuntado hacia los anglicanos, los luteranos, los ortodoxos griegos.
Parece que aprendió la lección, o los sucesivos encuentros con Obama lo persuadieron.
Fuentes:
- http://www.ncregister.com/blog/edward-pentin/cardinal-ratzingers-far-sighted-address-on-current-challenges-in-the-church#When%3A2018-02-6+18%3A34%3A01
- http://www.mondayvatican.com/vatican/the-crisis-of-european-values-and-the-world-order-without-god
- https://www.firstthings.com/web-exclusives/2017/05/ratzinger-rising
- https://ethikapolitika.org/2017/05/30/ratzinger-toil-christian-living/
- http://spiritdaily.org/blog/commentary/creation-rebels
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