La purificación del mundo para hacer Su Divina Voluntad.
En varios videos hemos hablado que está llegando una purificación a la tierra, luego de la cual vendrá una era de paz sobre el mundo.
Esta purificación puede ser indolora o no, dependiendo de cuantos acepten la voluntad divina en sus vidas.
Si hoy todos viviéramos de acuerdo a la divina voluntad de Dios, no sería necesario ninguna purificación, y ya tendríamos una multiplicación de gracias dadas por Él.
Pero como muchos no reconocen a Dios y lo desprecian, entonces la purificación llegará de la mano de la justicia de Dios, o sea que la hará cumplir en lugar de que cada uno acepte pacíficamente Su divina voluntad.
Aquí hablaremos del plan que Dios tiene para instaurar Su reino en la tierra, aún antes de que vivamos la vida eterna, y que se haría en nuestra ventana de tiempo.
Sobre finales del siglo XIX y principios del XX Jesucristo le dictó una serie de enseñanzas a Luisa Piccarreta sobre lo que vendría al mundo.
Luisa Piccarreta era una humilde mujer, que apenas había cursado el primer año escolar y sin embargo escribió 36 volúmenes con las enseñanzas de Jesús, no las puede haber inventado ella.
Además estuvo 64 años sin comer, sólo alimentándose de la sagrada eucaristía.
Y desde los 22 años hasta que murió a los 82 años, permaneció en la cama con una extraña enfermedad, que nunca le pudieron diagnosticar.
Nuestro Señor le dijo que el reino de Dios vendrá a la tierra, como se pide en la oración de del padrenuestro: «venga a nosotros tu reino».
Esta es la era de la paz, como está escrito en la biblia, en el libro de apocalipsis y como prometió Nustra Señora en Fátima.
Es el momento de la alegría y la paz completa que el mundo experimentará cuando el mal haya terminado.
En concreto le dijo en 1919, que desde el pecado de Adán, durante 6.000 años, ha tenido un plan: restaurar a todos los seres humanos a la felicidad de vivir en Su voluntad.
Le explicó concretamente,
«Quiero darte a conocer el orden de mi providencia: con cada curso de dos mil años he renovado el mundo.
Después de los primeros dos mil años, lo renové con el diluvio.
Después de los segundos dos mil años, los buenos y los santos vivieron de los frutos de Mi humanidad, y en ocasiones también disfrutaron del goce de Mi divinidad.
Ahora estamos al final de los terceros dos mil años y habrá una tercera renovación. Esta es la razón de toda esta confusión.»
O sea que la confusión que reina en el mundo es consecuencia de la tercera renovación del mundo que culminará en la época de paz.
Jesús le dijo que estaba cansado de los desaires de la humanidad y quiere que los seres humanos lo sientan.
Porque con demasiada frecuencia los seres humanos no toman las decisiones correctas.
Y entonces explica que el desorden que hay en la sociedad es porque allí no reina Su voluntad.
Y le dice a Luisa, «Sus almas son como casas desordenadas: todo está al revés»
Y advierte que esto pasa en todos lados, pero aún más en el clero y en los que se llaman católicos.
Y que aunque vive en cada uno de ellos no interviene mayormente en sus obras.
Es por esta razón que ahora Dios está usando la naturaleza para advertirnos. Por eso los desastres están aumentando.
Le explicó a Luisa que Él permite los desastres que suceden, para despertarnos, haciéndonos conscientes de la inmensidad de su amor.
Y le dice que es la divina voluntad la que controla todo, la que permite inundaciones, incendios, tornados, etcétera.
Y sentencia algo parecido a lo que años después le diría a Santa Faustina Kowalska, que si las almas no quieren saber nada por medio del amor, lo sabrán por medio de la justicia.
Y por lo tanto ofrece dos caminos, que la persona acepte la voluntad de Él en su vida, o que aquellas criaturas que no quieren reconocerle oirán la voz de su justicia.
Y afirma que
«Será necesario mover la tierra, el cielo, el mar, el aire, el viento, el agua y el fuego, para hacer todo lo posible por renovar la faz de la tierra y traer el nuevo orden del reino de Mi voluntad divina entre las criaturas».
De modo que la renovación de la vida en la tierra se producirá en medio de fenómenos naturales que culminará en la instauración de Su divina voluntad en la Tierra como sucede en el cielo.
Por lo tanto, no podríamos considerar que los fenómenos que produce el cambio climático, por ejemplo, se puedan solucionar con ecología, un mundo con energía verde o quitando las vacas como quiere Bill Gates, porque los fenómenos naturales está sucediendo porque Dios está en proceso de cambiar la tierra, eliminando el pecado.
Dice concretamente,
«No os extrañéis de que un bien tan grande, que estoy preparando y que quiero dar, esté precedido de muchas plagas».
Él dice que cuando levante un viento impetuoso que purificará el aire malsano de la voluntad humana y lavará todas las cosas tristes de esta época, entonces, Él nos abrumará con sus gracias y amor.
De tal forma que la era de paz supone una presencia espiritual de Dios entregándonos más gracias.
Con el reino de Su voluntad todo se renovará en la creación; las cosas volverán a su estado original, antes del pecado original de Adán y Eva, donde reinaba la felicidad.
Esto no es un deseo de Dios sino un decreto planificado desde el principio, que confirma que la era de la paz triunfará en la tierra.
Dice,
«Este tiempo en que reina el mal llega a su fin; pronto el amor reinará en los corazones de todos los que estarán en la tierra.
Se acerca rápidamente un tiempo de amor, pero ciertos eventos deben suceder para que nuestros frutos de amor vengan a nosotros». El nosotros es la Santísima Trinidad.
Esta purificación, cuando el mundo será renovado, parece que sucederá nuestro tiempo histórico.
Por eso son tan importantes las revelaciones que Jesucristo hizo a Luisa Picarreta.
Tan es así que Jesús le dijo a Luisa que Dios hizo 3 fiat, palabra que significa hágase.
El primer fiat es la voluntad de Dios en el momento de la creación cuando Dios dijo hágase y creó todo lo que existe.
El segundo fiat se pronunció en el momento de la redención, cuando Jesús vino a la tierra.
Y el tercer fiat es el hágase de santificación que se estará realizando en nuestro tiempo presente.
Cuando luego de la purificación las personas hagan la voluntad de Dios.
Este tercer decreto es el tiempo de la llegada del reino de Dios a la tierra, a imagen de lo que sucede en el cielo, como dice el padrenuestro «hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo».
¿Y qué es lo que se purificará y cómo se hará en cada uno?
En nuestro tiempo se purificará la voluntad del hombre.
No vivirá más según la voluntad humana, sino en la voluntad de Dios.
Y así le dice a Luisa que podremos experimentar la felicidad completa en la tierra y todo será alegría.
Esta purificación ya comenzó, algunos ya están viviendo en la Divina Voluntad.
¿Y cómo se hace para sumarse?
Todo lo tenemos que dejar para que Jesús viva en nosotros.
Es transformarse cada vez más en Jesús.
Vaciarnos para dejar que Jesús viva en nosotros.
Vivir en la divina voluntad es lo contrario a pecar porque por definición el pecado es lo opuesto a la voluntad de Dios.
Al punto que Nuestro Señor le dijo a Luisa que «oponerse a la divina voluntad, incluso en las cosas más pequeñas, es como convertirse en enemigo de Dios»
Por eso vivir en la divina voluntad hace desaparecer las pasiones, las malas inclinaciones y las debilidades.
Y Nuestro Señor le hizo una promesa muy fuerte, dijo que las almas que viven continuamente en la divina voluntad, después de su muerte van directamente al cielo.
Y que quienes se entreguen completamente a Él no serán tocados por las llamas del purgatorio.
En definitiva, la purificación del mundo y la era de paz en la tierra dependen de que cada ser humano haga la voluntad divina en la Tierra.
No es más que una purificación por la suma de la purificación que hace cada ser humano.
Y sucede en cada uno, si le damos nuestro sí a Dios, cada día, cada momento.
Si le decimos a Dios «todo lo que haces, yo lo hago contigo»
Y desde ese momento participamos en el poder de Dios, y atraemos la protección divina para nosotros y nuestra familia.
Convirtiéndonos en un punto de luz en el mundo, que desde ya vive como si estuviera en la vida eterna y no en el tiempo.
Bueno hasta aquí lo que queríamos contarte sobre la purificación que está viniendo al mundo, la era de paz posterior y cómo se relaciona esto con el pedido de Jesucristo de hacer Su Divina Voluntad.
Y me gustaría preguntarte si tú crees que estás avanzando en hacer la voluntad divina en tu vida o que te está costando mucho.
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