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Marcha a paso redoblado.
En cualquier sociedad hay infinidad de culturas marginales generadas por grupos con algún interés particular, con alguna caraterística física o psicológica, o por la pertenencia a alguna institución. Pero nunca ha sucedido que se promocione a una de estas culturas, como los homosexuales, que no llegan a ser más de 3% de la población, a niveles de que el estado les pague para que divulguen su cultura entre los escolares a nivel masivo, se reprima ferozmente a quienes no les parece bien, y todavía se toleren sus instituciones exclusivas, cuando ellos quieren participar de cualquier otra sin restricción.

 

Nick Williamson

 

Esto desafía cualquier lógica. No es racional. Salvo que el objetivo sea utilizar la particular militancia de esa cultura para controlar o “liquidar” a algún grupo que les parezca peligroso. El que tiene ojos que vea.

Los regímenes totalitarios han tratado siempre la disidencia a sangre y fuego, piense en la Alemania nazi, la Rusia soviética, y actualmente China, Corea del Norte…. Pero esto se puede llegar a justificar, aunque no compartir, porque en la represión de la oposición les la vida a estos regímenes, porque esa oposición les desestabiliza.

Pero aunque no les va la vida a las llamadas democracias europeas con la celebración o no de la homosexualidad, de cualquier forma, es difícil ver la  diferencia con los regímenes totalitarios, en cómo reprimen toda expresión de disenso, en este caso sobre la conducta homosexual.

Hace un par de días decíamos que en occidente comienza a proliferar los “cristianos de armario” que se encierran y no expresan lo que piensan, para no ser agredidos – por parte del lobby homosexual como por los poderes públicos – porque opinan distinto respecto a la homosexualidad. Vea quí.

Ejemplificando esto traemos dos casos. Uno, de un profesor de Gran Bretaña que fue despedido por decir a sus alumnos la posición cristiana respecto a la homosexualidad. Y otro, un imprentero de Irlanda, que se negó imprimir una revista gay y que es acusado en los tribunales.

UN MAESTRO DESPEDIDO POR DAR POSICIÓN CRISTIANA DE LA HOMOSEXUALIDAD A SUS ALUMNOS

En Gran Bretaña. Robert Haya, de 43 años, ha perdido su apelación ante el Tribunal Superior de Londres, ante el que recurría su despido como docente en el colegio inglés Deptford Green School.

Le ha sido prohibido ejercer la enseñanza por expresar sus creencias sobre ética sexual en clase después de que, a preguntas de sus alumnos de 11 años, expusiera su consideración de que la actividad homosexual es un «pecado». 

Uno de los menores comentó el hecho, un profesor asistente se quejó a la gerencia denunciando al maestro por «homofobia», después vino una campaña en ataques en Facebook, la leña añadida por la prensa británica alineada con el lobby gay…, hasta llegar a este punto en los tribunales.

Desde el primer momento se impuso el despido a Haya por parte de la Agencia de la Enseñanza, que le imposibilitó además impartir cualquier actividad docente de forma indefinida.

La pena fue confirmada por el ministro británico de Educación, Michael Gove. El jefe de la Agencia de Educación, Alan Meyrick, reconoció se dirigió a Haya en a audiencia señalándole:

«compartir las opiniones con los estudiantes es responsable y no inapropiado. Usted tiene fuertes y sinceras creencias que no son fundamentalmente incompatibles con la enseñanza. Sin embargo, la expresión de estas opiniones, de esta manera, simplemente no resulta apropiado para un profesor que trabaja en el sistema de educación Inglés que reúne a jóvenes de todas las orientaciones sexuales, clases sociales y credos».  

Una posición que ejemplifica la instalación en las escuelas del poder que Benedicto XVI definió como dictadura del relativismo.

El alto tribunal, lejos de amparar al maestro, incidió en que su respuesta a los alumnos fue «inadecuada» y le presentó culpable de una conducta profesional inaceptable. El juez King señaló al comunicar la sentencia que la escuela donde Robert había enseñado requiere a los profesores «proporcionar información positiva sobre la homosexualidad» para «permitir a los estudiantes a superar estereotipos y prejuicios negativos.»

El abogado defensor incidió en el socavo a la libertad de expresión y religiosa que padece Haya por este caso, pero el juez insistió en considerar que esta política de la escuela es parte de los «valores británicos modernos tolerancia», y por ello el recurso del profesor debía rechazarse.

Robert Haya, Adventista del Séptimo Día, en paro y que carga con 4.200 libras en gastos legales, denunció que la decisión probablemente supondrá el fin de su carrera docente en el Reino Unido,  ya no estaba dispuesto a renunciar a sus creencias:

«No voy a renegar de mis creencias. Dios es lo primero», declaró. «Los cristianos están siendo perseguidos en este país por creer en la Biblia. Eso no puede ser. Tenemos derecho a pensar y expresar lo que creemos, pero la gente tiene miedo de ser castigada por no mostrarse acorde con lo políticamente correcto, añadió. Este país se muestra como una sociedad libre y democrática, pero ¿lo es realmente?», planteó

IMPRENTERO DENUNCIADO POR NO QUERER IMPRIMIR UNA REVISTA GAY

Hasta hace unas semanas, Nick Williamson, de 28 años, dueño de una pequeña imprenta situada en el condado de Armagh, recibió un correo electrónico enviado por Danny Toney, director de la publicación homosexual MyGayZine, que le pedía un presupuesto de impresión para el número de junio, cuya salida está prevista para coincidir con la marcha del «orgullo gay» de Belfast.

Antes de comprometerse, Williamson decidió, por si acaso, echar un vistazo al número deMyGayZine actualmente en venta en los quioscos. Lo que se encontró no tiene desperdicio: un anunció a doble página de la “compañía líder en entretenimiento gay”, que ofrece strippers de ambos sexos, camareras en topless, “mayordomos picantes” y demás servicios de la misma calaña.

En páginas interiores, se puede ver un artículo cuya fotografía principal representa la imagen de una mujer, convenientemente manipulada para que aparezca besándose a sí misma así como otros reportajes con imágenes de las cantantes Rihanna y Raynanna desnudas, con palabras escritas sobre sus pechos que apenas los cubren, según informa Christian News Network.

En su contestación a Toney, Williamson indicó que, “debido a la naturaleza de la revista”, no iba a establecer presupuesto alguno. Toney le pidió que aclarara los motivos de su negativa y Williamson le replicó que había “ciertos tipos de trabajo” con los que se “sentía incómodo” porque iban en contra de sus principios y de su fe cristiana.

El editor, ni corto ni perezoso, ha prometido actuar como actúa el lobby gay en estos casos, denunciando a Williamson en la Comisión de Igualdad de Irlanda del Norte, y, si procede, llevándole a los tribunales.

A su favor, dispone de la ley británica de Igualdad, votada en 2010 bajo el Gobierno de Gordon Brown, que prohíbe cualquier forma de “discriminación” basada en la orientación sexual en la industria y en los servicios y que se aplica a rajatabla: el año pasado los dueños de un Bed&Breakfast perdieron en los tribunales contra una pareja de homosexuales a los que negaron una habitación.

Sin embargo, Williamson está dispuesto a llegar hasta el final y ha pedido asistencia legal a The Christian Institute. Seguramente piensa que tendrá algo más de suerte que el canadiense Scott Brockie, también dueño de una imprenta que ya en 2000 perdió una demanda en la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Ontario porque no quiso imprimir papel membretado para una empresa homosexual.

Fuentes: Hazte Oír, Religión en Libertad, Signos de estos Tiempos 

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