Categories
DEVOCIONES Y ORACIONES FOROS DE LA VIRGEN MARÍA Foros de la Virgen María Sobre el Rosario

La estructura del Santo Rosario

El 7 de octubre de 1571 se llevó a cabo la batalla naval de Lepanto, en la cual los cristianos vencieron a los turcos.
Los cristianos sabían que si perdían esta batalla, su religión podía peligrar y por esta razón confiaron en la ayuda de Dios a través de la intercesión de la Santísima Virgen.
El Papa San Pío V pidió a los cristianos rezar el rosario por la flota.
En Roma estaba el Papa despachando asuntos cuando de repente se levantó y anunció que la flota cristiana había sido victoriosa…
…CONTIENE VIDEOS…

Ordena el toque de campanas y una procesión.
Días más tarde llegaron los mensajeros con la noticia oficial del triunfo cristiano.

Posteriormente, instituyó la fiesta de Nuestra Señora de las Victorias el 7 de octubre.

Un año más tarde, Gregorio XIII cambió el nombre de la fiesta por el de Nuestra Señora del Rosario y determinó que se celebrase el primer domingo de Octubre (día en que se había ganado la batalla).

Actualmente se celebra la fiesta del Rosario el 7 de Octubre y algunos dominicos siguen celebrándola el primer domingo del mes.

¿CÓMO SE REZA EL ROSARIO?

El Santo Rosario es un conjunto de Avemarías, Padrenuestros y Glorias que se rezan en honor de la Virgen María y que van acompañados de meditaciones de los principales misterios de nuestra fe.

Por cada misterio se rezan:
– 1 Padrenuestro
– 10 Avemarías
– 1 Gloria

Se llama Rosario, pues las oraciones entrelazadas con las meditaciones de los misterios, forman una «corona de rosas» que se ofrece a Nuestra Santísima Madre.

Está formado por:

PERSIGNARSE: Por la señal de la santa Cruz †, de nuestros enemigos líbranos Señor, Dios nuestro †. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo †.

A. Acto de contrición.

Existen distintos modos de comenzar a rezarlo, muchos empiezan por la cruz, rezando el Credo, luego el Padrenuestro, los tres Avemarías y el Gloria, continuando con los cinco misterios que le correspondan al día.

B. 5 misterios.

C. Oraciones por las Intenciones del Papa:
1 Padrenuestro
3 Avemarías
1 Gloria.

D. Salve

Otros comienzan Directamente por el Primer Misterio, siguiendo consecutivamente así hasta llegar al quinto, y culminan con el Padrenuestro, los tres Avemarías, el Gloria y finalizan con el Salve.(como lo grafiqué anteriormente)

En la finalización de cada misterio se puede agregar alguna jaculatoria, y bien al terminar el Rosario pueden rezarse las Letanías Lauretanas.

Cada Misterio está compuesto por un Padrenuestro, diez Avemarías y un Gloria.
En el mismo meditamos algún momento de la vida de Nuestro Señor Jesucristo, de La Virgen María o del Espíritu Santo

Ya iremos analizando los distintos modos de hacerlo pero, creo que es importante tener un esquema, sobre el que posteriormente se puede variar, incluso de acuerdo a cada región son distintos las costumbres y modos.

 

CUALES SON LOS MISTERIOS

Misterios Gozosos (Se rezan los lunes y los sábados)

1. La Encarnación del Hijo de Dios (Lucas 1:26-38).
2. La Visitación de Nuestra Señora a su prima Santa Isabel (Lucas 1:39-53).
3. El Nacimiento del Hijo de Dios en Belén (Lucas 2:6-19).
4. La Purificación de Nuestra Señora (Lucas 2:22-40).
5. El Niño perdido y hallado en el Templo (Lucas 2:41-52).

Misterios Dolorosos (Se rezan los martes y los viernes)

1. La Oración del Huerto (Mateo 26:36-41).
2. La Flagelación del Señor (Juan 18:36-38; 19:1).
3. La Coronación de espinas (Marcos 15:14-17; Mateo 27:24-30).
4. La Cruz a cuestas (Juan 19:17; Lucas 9:23).
5. Jesús muere en la Cruz (Juan 19:25-30).

Misterios Gloriosos (Se rezan los miércoles y los domingos)

1. La Resurrección del Señor (Marcos 16:6-8).
2. La Ascensión del Señor (Mateo 28:18-20; Hechos 1:9-11).
3. La Venida del Espíritu Santo (Hechos 2:1-4).
4. La Asunción de Nuestra Señora (Cantar 2:3-6,10).
5. La Coronación de María Santísima (Cantar 6:10; Lucas 1:51-54).

Misterios Luminosos (Se rezan los jueves)

1. El Bautismo de Jesús en el Jordán 2 Co 5, 21; . Mt 3, 17.
2. Las bodas de Caná; Jn 2, 1-12.
3. El anuncio del Reino de Dios Mc 1, 15; Mc 2. 3-13; Lc 47-48.
4. La Transfiguración; Lc 9, 35.
5. La Institución de la Eucaristía, expresión sacramental del misterio Pascual.
Jn13, 1.

Entre su email para recibir nuestra Newsletter Semanal en modo seguro, es un servicio gratis:


Categories
DEVOCIONES Y ORACIONES Foros de la Virgen María FOROS DE LA VIRGEN MARÍA Sobre el Rosario

Oraciones que componen el Rosario

Si toda oración cristiana es un diálogo de amor, un diálogo filial, también cada Rosario debe ser un dulce coloquio de los hijos con la Madre. Un diálogo de amor lleno de confianza y de abandono en el que hablamos como personas vivas con otra persona viva -mucho más «viva», ciertamente, que nosotros mortales- a quien no vemos con los ojos del cuerpo, pero sí con los ojos de la fe.
…CONTIENE VIDEOS PARA REZAR EL ROSARIO…

Es un hablar con María, en el que le manifestamos nuestras esperanzas, le confiamos las penas, le abrimos el corazón, le prometemos fidelidad en toda circunstancia, y le declaramos la propia disponibilidad a aceptar los planes de Dios y todo lo que Ella, en nombre de su Hijo, nos solicite. Por eso al final de cada Rosario la principal pregunta que debemos hacernos es: pero yo, ¿he entrado o no he entrado en diálogo con Santa María?

No vaya a ser que recemos muchos Rosarios y, sin embargo, hablemos muy poco con María Santísima.

Este hablar filial con María no impide que hablemos a la vez filialmente con Dios nuestro Padre. Incluso el padrenuestro, que es una oración para gente como nosotros que vivimos en este mundo y cometemos pecados, y por eso es diferente de la oración que Nuestra Madre sin pecado hará en el cielo, lo podemos rezar con María.

Con Ella resulta más fácil vivir nuestra vida de hijos de Dios. Si alguna vez nos resulta difícil presentarnos solos ante Dios Padre, y siempre que queramos Ella nos presenta a Dios Padre como a sus hijos pequeños y el Padre nos mira con más amor si cabe.

¿Quién presentará al Padre al hijo pequeño mejor que su Madre? ¿Dónde estará mejor el hijo pequeño que en los brazos de su Madre?

Con María nos resulta más fácil decirle a Dios: hágase tu voluntad.

 

ORACIONES QUE FORMAN PARTE DEL ROSARIO

LA SEÑAL DE LA CRUZ

Por la señal de la santa cruz, de nuestros enemigos líbranos, Señor Dios nuestro.
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.Amén.

ACTO DE CONTRICIÓN

Pésame, Dios mío, y me arrepiento de todo corazón de haberos ofendido.
Pésame por el Infierno que merecí y por el Cielo que perdí;
pero mucho más me pesa, porque pecando ofendí a un Dios tan bueno y tan grande como Vos.
Antes querría haber muerto que haberos ofendido, y propongo firmemente no pecar más, y evitar todas las ocasiones próximas de pecado. Amén

Otra Versión

¡Señor mío Jesucristo!, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío; por ser Vos quien sois, bondad infinita, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido, y también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno. Ayudado de vuestra divina gracia, propongo firmemente nunca mas pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me sea impuesta. Amén.

EL CREDO: Profesión de Fe

Creo en Dios Padre todopoderoso, creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo su único Hijo, Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió al cielo y está sentado a la derecha de Dios Padre todopoderoso.
Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia Católica, la Comunión de los Santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna, Amén.

PADRENUESTRO

Es ésta la primera de todas las oraciones, porque nos la enseñó el mismo Dios, hecho Hombre por amor nuestro. La Iglesia hace continuamente uso de ella.

Padre nuestro que estás en el cielo. Santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu Reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden, no nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal, Amén.

AVEMARÍA

La primera parte de esta oración, llamada oración angelical, está formada de dos versículos de la Sagrada Escritura, y son las palabras que dijeron a María el ángel y Santa Isabel.
La segunda parte es de la Iglesia y constituye un acto de fe en la Divina Maternidad de María y una súplica dirigida a la misma celestial Señora por el pueblo cristiano.

Dios te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita Tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

GLORIA

Son estas breves palabras un himno de gloria y alabanza que entona continuamente la Iglesia a la Santísima Trinidad. Bueno sería inclinar un poco la cabeza al pronunciarlas.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en un principio ahora y siempre y por los siglos de los siglos, Amén.

SALVE

Al final del rezo de todos los misterios se culmina con una Salve.

Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra. Dios te Salve. A ti llamamos los desterrados hijos de Eva, a ti suspiramos gimiendo y llorando en este valle de lágrimas.
Ea! pues Señora abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos y después de este destierro, muéstranos a Jesús fruto bendito de tu vientre.
Oh Clementísima! Oh Piadosa! Oh Dulce Virgen María! Ruega por nosotros Santa Madre de Dios para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo. Amén

FINAL

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.


VIDEO

EL SANTO ROSARIO PARTE 1

Luego se puede seguir viendo el resto de los videos de la serie enganchados por Youtube.

Entre su email para recibir nuestra Newsletter Semanal en modo seguro, es un servicio gratis:


Categories
DEVOCIONES Y ORACIONES Foros de la Virgen María FOROS DE LA VIRGEN MARÍA Misterios del Santo Rosario Sobre el Rosario

El Rosario siguiendo los pasos del Evangelio

Oración evangélica centrada en el misterio de la encarnación redentora, el rosario tiene una orientacion netamente cristológica. La repetición del Ave María constituye la trama sobre la que desarrolla la contemplación de los misterios de la vida del Señor vistos a través del corazón de la que estuvo más próxima al Señor. (Pablo VI. Marialis cultus. 2 de febrero de 1974)

Hay una forma de oración que quisiera recordar y subrayar en este momento: la oración de contemplación de los misterios del rosario, esta «escala para elevarse al cielo» compendio de oración mental y oración vocal que son «las dos alas que el rosario de María ofrece a las almas cristianas». Es una forma de oración que el mismo papa practica con asiduidad y a la cual os invita a uniros. (Juan Pablo II. Homilía del 29 de abril de 1979

 

INTRODUCCIÓN

El rosario es un medio privilegiado que nos propone la Iglesia para iniciarnos en la escuela de Nuestra Señora, con el fin de enseñarnos, con su ejemplo y bajo su dirección, a contemplar los diversos aspectos del misterio de la encarnación redentora. ¿Quién, mejor que ella, podría dárnoslo a conocer, puesto que «guardaba todas estas cosas y las meditaba en su corazón»? ( Lc 2, 19)

Desde el primer instante en que apareció esta forma de devoción a la Santísima Virgen en la Iglesia, se han propuesto y utilizado muchas maneras de rezar el rosario, cada una de ellas con sus ventajas e inconvenientes. Entre ellas, el método llamado de las «cláusulas» merece una estima especial, pues posibilita una meditación más profunda de cada uno de los grandes misterios de nuestra salvación. No solamente los evoca paso a paso, como los demás métodos, dirigiendo a cada uno de ellos una mirada de conjunto, que constituye la esencia misma del rosario; sino que además, acentúa las características de los principales episodios y sus diversos aspectos.

Tiene este método también la ventaja de evitar la alternancia entre la alabanza propia de la primera parte del Ave María, y la súplica de la segunda que, a la larga, corre el riesgo de ser un poco monótona. Tanto más cuanto que esta segunda parte fue añadida posteriormente por la Iglesia a la primera, la única que está tomada del evangelio. Su introducción generalizada en el rosario a partir del siglo XVI modificó sensiblemente su significado fundamental, confiriéndole sobre todo un carácter de oración de súplica, siendo en su origen preferentemente una oración contemplativa de alabanza.

El método llamado de las cláusulas apareció por vez primera en la región de Tréveris a comienzo del siglo XV, por influencia del cartujo, Domingo de Prusia. En los países de lengua alemana se ha mantenido en uso hasta nuestros días. Es un motivo de gozo comprobar como en Francia está ganando muchos adeptos. La obra excelente del P. Joseph Eyquem, O.P. Hoy, el Rosario ha contribuido en gran manera a esta renovación.

El autor, después de una amplia exposición sobre la doctrina de la encarnación redentora y de valiosas reflexiones teológicas sobre la naturaleza de la verdadera devoción mariana, propone tres series completas de breves cláusulas: la primera serie basada en el relato evangélico; la segunda, en los escritos de los apóstoles, y la tercera, en la repercusión que deben tener los misterios en nuestra vida diaria. Estos tres formularios son excelentes y muchos fieles sacan un inapreciable provecho espíritual.

La experiencia nos ha demostrado que muchas personas preferirían utilizar cláusulas más desarrolladas, cuya ventaja seria asemejarse a una conversación familiar con Nuestra Señora. Tal es el origen de las que os proponemos en estas paginas. Su extensión no sobrepasa la de la segunda parte del Ave María (cuyo lugar ocupan) por lo que la duración de la recitación del rosario es aproximadamente la misma. Además siguen rigurosamente el orden cronológico del desarrollo de cada uno de los misterios, lo cual ayuda en gran medida a grabarse en la memoria. En fin, hemos introducido algunos episodios que aunque no constan explícitamente en el texto evangélico, forman parte de una tradición comúnmente admitida por la Iglesia y apreciada por la piedad de los fieles, tales como: la triple caída de Jesús en el camino del Calvario, su encuentro con su Madre y con la Verónica, su primera aparición a Nuestra Señora después de la resurreción, etc. En cuanto al hecho de poner la última cena al principio de los misterios dolorosos, no constituye una innovación. En realidad, la institución de la eucaristía es verdaderamente el primer acto de la pasión. Cristo, al hacer presente de forma anticipada toda la realidad del sacrificio que debía llevar a cabo al día siguiente, se comprometía de manera irrevocable a sufrir y a morir por nuestra salvación.

Con un poco de práctica se llega rápidamente a utilizar este método sin la ayuda del texto escrito. El pequeño esfuerzo de memoria exigido para acordarse del encadenamiento de las cláusulas, facilitado, como queda dicho, por la adopción del orden cronológico, ayuda a fijar la atención, evita muchas distracciones y hace esta forma de oración más viva, más atrayente y más fructuosa .

 

USO DEL MÉTODO DE LAS CLÁUSULAS

Al comienzo de cada decena: Padre nuestro…
Después, las diez Dios te salve, María, de las que se dice solamente la primera parte, añadiendo cada vez la cláusula sugerida. Quede claro que cada uno es libre de modificar el contenido o la forma de estas cláusulas según sus propios gustos o su inspiración personal.

Después de la décima cláusula es cuando se añade: Santa Maria, Madre de Dios,… pero de la forma indicada, que evoca el «fruto» del misterio.
Por fin se termina con el Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo…, en la forma tradicional, o utilizando la fórmula bíblica (Apoc:)
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Al Dios que era, y es, y ha de venir. Por los siglos de los siglos. Amén.

 

OTRAS FORMAS DE UTILIZACIÓN

1. Algunos fieles, aunque utilizan las cláusulas desarrolladas, prefieren, sin embargo, añadir la segunda parte del Ave María después de cada una de ellas. Costumbre muy laudable, aunque la recitación del rosario se ve notablemente alargada y el restablecimiento de la alternancia regular entre la alabanza y la súplica corre el riesgo de disminuir el carácter puramente contemplativo de la oración. Dicho de otra manera, se trata más bien de un rosario «meditado» al estilo clásico, utilizando simplemente las cláusulas para formular los diversos aspectos de los misterios.

2. El añadir la segunda parte del Ave María es sin duda indispensable si el rosario se recita con la intención de ganar la indulgencia plenaria. Pero conviene tener presente que, en lo sucesivo, no se puede ganar sino en condiciones muy estrictas determinadas por la constitución apostólica Indulgentiarum doctrina del 1 de enero de 1967. Por el contrario, el método tal como aquí se propone permite ganar ciertamente indulgencias parciales concedidas al uso y recitación del rosario.

3. En la recitación comunitaria será conveniente invertir la forma habitual de rezarlo diciendo la asamblea el Dios te salve, María y solo el animador, la cláusula. Pero ha de tenerse muy en cuenta lo delicado que es modificar la costumbre adquirida y procurar no herir las sensibilidades; pues lo esencial sigue siendo evidentemente favorecer la oración y la devoción a la Santísima Virgen.

 

MISTERIOS GOZOSOS

LA ANUNCIACIÓN
Padre nuestro. Dios te salve, Maria… de tu vientre, Jesús.

1- Tú, a quien el ángel Gabriel, enviado por Dios, saludó de manera tan admirable en tu casa de Nazaret.
2- Tú, que te turbaste, en tu humildad, y te preguntabas qué podia significar ese saludo.
3- Tú, turbada por el ángel cuando te anunciaba que Dios te había elegido para ser la Madre del Mesías.
4- Tú, a quien el ángel recordó que el Mesías, descendiente de David, debía reinar eternamente en la casa de Jacob.
5- Tú, que preguntaste prudentemente: «Cómo será, puesto que soy virgen?».
6- Tú, a quien el ángel respondió: «El Espíritu Santo bajará sobre ti y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra.»
7- Tú, a quien el ángel reveló la maravilla de las maravillas, desvelándote que el Niño que iba a nacer de ti seria el propio Hijo de Dios.
8- Tú, a quien el ángel dio como garantía de su palabra la futura y milagrosa maternidad de tu prima Isabel.
9- Tú, que diste pleno consentimiento al designio del Señor diciendo: «He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.»
10- Este Jesús que, al instante, en un acto de obediencia al Padre, tomó carne en tu seno virginal.

Santa María, Madre de Dios, alcánzanos la gracia de una obediencia pronta y alegre a todos los deseos (o mandatos) del Señor, y ruega por nosotros pecadores…
Gloria al Padre..

LA VISITACIÓN
Padre nuestro. Dios te salve, María… de tu vientre, Jesús.

1- Jesús, cuyo Espíritu te inspiró acudir con prontitud a visitar a tu prima Isabel, para felicitarla y asistirla.
2- Jesús, todavía tan leve en tu seno mientras que tú subías, alegre y presurosa, las colinas de Judea.
3- Jesús, cuya presencia oculta hizo saltar de alegría a san Juan Bautista en el vientre de su madre.
4- Jesús, cuyo Espíritu desveló tan cabalmente a Isabel el significado del regocijo con que te saludó como Madre de su Señor.
5- Jesús, cuyo Espíritu inspiró las felicitaciones afectuosas que ella te dirigió.
6- Jesús, bajo cuya inspiración diste curso libre a tu alegría diciendo: «Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador».
7- Jesús, quien, por su oculta presencia, santificó los últimos meses de la espera de Isabel y el nacimiento del Precursor.
8- Jesús, verdadera luz del mundo y Sol de Justicia, cuyo Precursor saludó Zacarías en su propio hijo recién nacido.
9- Jesús, a quien llevaste en tu seno, como un tesoro escondido, mientras meditabas en los maravillosos acontecimientos que acababas de vivir.
10- Jesús, a quien san José mereció servir como padre aquí abajo por su humilde obediencia al ángel, que le decía que te tomara por esposa.

Santa María, Madre de Dios, alcánzanos la gracia de una caridad más comprometida con el prójimo, y ruega por nosotros pecadores…
Gloria al Padre…

EL NACIMIENTO
Padre nuestro. Dios te salve, María… de tu vientre, Jesús.

1- Jesús, a quien llevaste durante seis meses más con tanto amor, plenamente feliz de sentirle desarrollarse en ti.
2- Jesús, quien debía nacer en Belén, a donde te condujo providencialmente el edicto de César Augusto.
3- Jesús, a quien las circunstancias te obligaron a darlo a luz en un pobre establo, siendo el Creador del mundo.
4- Jesús, a quien recibiste con más amor y ternura, alegría, admiración agradecimiento con que ninguna madre haya recibido nunca a su hijo.
5- Jesús, a quien envolviste en pañales y acostaste en un pesebre, adorándole como Hijo de Dios.
6- Jesús, a quien le presentaste a san José para adorarle a la vez que le confiaste a su ternura paterna.
7- Jesús, cuyo nacimiento saludaron los ángeles con el canto de los ángeles: «Gloria a Dios en el cielo y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor».
8- Jesús, a quien presentaste a los pastores para que le adorasen, aceptando sus humildes ofrendas.
9- Jesús, anunciado por una estrella y a quien presentaste para que los magos le adorasen, aceptando sus regalos llenos de misterio.
10- Jesús, de quien se decían cosas maravillosas que conservabas celosamente y meditabas sin cesar en tu corazón.

Santa María, Madre de Dios, alcánzanos de tu Hijo la gracia de un verdadero y sincero desapego de los bienes terrenos, y ruega por nosotros pecadores…
Gloria al Padre…

LA PRESENTACION
Padre nuestro. Dios te salve, María… de tu vientre, Jesús.

1- Jesús, de quien, con el corazón inmensamente estremecido, viste correr, por primera vez a los ocho días de nacer, su sangre redentora.
2- Jesús, a quien diste ese mismo dia, segun la orden divina transmitida por el ángel, el nombre bendito que significa «Yahvéh Salvador».
3- Jesús, a quien, treinta días más tarde, joven madre radiante de felicidad y nobleza, llevaste al templo de Jerusalén.
4- Jesús, a quien, con la alegria y simplicidad de tu corazón, ofreciste a su Padre presintiendo que sería un día el Cordero del sacrificio.
5- Jesús, a quien seguiste en el camino de la humildad y de la obediencia, sometiéndote tú misma al rito de la purificación.
6- Jesús, a quien pusiste en los brazos del anciano Simeón, que acudió al Templo por inspiración del Espíritu Santo.
7- Jesús, a quien Simeón recibió con tanta alegría exclamando: «Ahora, Señor, puedes dejar a tu siervo irse en paz».
8- Jesús, en quien Simeón saludó la luz de las naciones y la gloria de su pueblo Israel.
9 Jesús, de quien Simeón te predijo que un día, por su causa, una espada de dolor te traspasaría el alma.
10- Jesús, de quien la profetisa Ana decía igualmente cosas maravillosas que guardabas en tu corazón.

Santa María, Madre de Dios, alcánzanos la gracia de una perfecta pureza de cuerpo, de espíritu y de corazón, y ruega por nosotros pecadores…
Gloria al Padre…

JESÚS PERDIDO Y HALLADO EN EL TEMPLO
Padre nuestro. Dios te salve, María… de tu vientre, Jesús.

1- Jesús, con quien tuviste que huir a Egipto para librarle de la cruel envidia de Herodes.
2- Jesús, que aprendió a caminar y a hablar en tierra de exilio, hijo feliz a quien cuidaba una madre tan distinguida.
3- Jesús, a quien, siguiendo el mandato del ángel, llevaste de nuevo a Nazaret, donde continuó creciendo en edad y sabiduría.
4- Jesús, de doce años, a quien llevaste por primera vez en peregrinación a Jerusalén, radiante de alegría él, y tú feliz con su contento.
5- Jesús, con quien oraste en comunión perfecta durante aquella Pascua que presagiaba para él otra, todavía lejana.
6- Jesús, a quien buscaste durante tres días, con lágrimas y angustia.
7 Jesús, a quien encontraste con tanta alegría en medio de los doctores de la Ley, admirados por la sabiduría de sus respuestas.
8- Jesús, quien te hizo comprender que su misión le exigía dedicarse ante todo a las cosas de su Padre.
9- Jesús, vuelto a Nazaret contigo, donde se te mantuvo sumiso con una intimidad de alma más profunda según crecía en edad.
10- Jesús, que en el día de las bodas de Caná a ruego tuyo hizo su primer milagro, revelándonos así tu maternal omnipotencia suplicante.
Santa María, Madre de Dios, alcánzanos el gustar la vida humilde y escondida, únicamente dedicada a la gloria de Dios, y ruega por nosotros pecadores…
Gloria al Padre…

 

MISTERIOS DOLOROSOS

INSTITUCIÓN DE LA EUCARISTÍA
Padre nuestro. Dios te salve, María… de tu vientre, Jesús.

1- Jesús, que envió a dos de sus discípulos preferidos, Pedro y Juan, para preparar el banquete pascual.
2- Jesús, que celebró con tanto fervor, con sus discípulos, la última Pascua del Antiguo Testamento.
3- Jesús,, que en el transcurso de la cena, les dio admirables enseñanzas sobre la vida íntima de Dios y sobre la práctica de la caridad fraterna.
4- Jesús, que confirmó sus enseñanzas con una extraordinaria lección de humildad y de caridad lavándoles él mismo los pies.
5- Jesús, quien al decirles: «Este es mi Cuerpo, esta es mi Sangre» les dio el sacramento de su presencia real, gracias a la cual no cesa de estar entre nosotros.
6- Jesús, que al decirles: «Tomad y comed, tomad y bebed» les dio el sacramento de su amor, la comunión en su Cuerpo y en su Sangre.
7- Jesús, que al instituir el sacrificio eucarístico, se dio a nosotros como la única y perfecta víctima de adoración y de expiación.
8- Jesús, que instituyó el sacramento del orden e hizo de sus Apóstoles los primeros sacerdotes de la Nueva Alianza diciéndoles: «Haced esto en memoria mía».
9- Jesús, que después de esta primera eucaristía y esta primera ordenación, elevó a su Padre la más hermosa acción de gracias, su oración sacerdotal.
10- Jesús, que precedió a los suyos para consumar de forma cruenta el sacrificio que acababa de instituir de forma sacramental.

Santa María, Madre de Dios, alcánzanos participar siempre con mayor fervor y amor en el misterio de la Eucaristía, y ruega por nosotros, pecadores…
Gloria al Padre…

LA ORACIÓN EN EL HUERTO
Padre nuestro. Dios te salve, María… de tu vientre, Jesús.

1- Jesús, que comenzó a temblar de horror y de angustia cuando iba de camino a Getsemaní.
2- Jesús, que eligió a sus tres apóstoles preferidos, Pedro,Santiago y Juan, para ser los únicos testigos de su agonía.
3- Jesús, que al entrar en agonía oró diciendo: «Padre, si es posible, que se aleje de mí este cáliz».
4- Jesús, que al acercarse a sus Apóstoles para buscar en ellos un poco de consuelo, acrecentó su dolor el encontrarles dormidos.
5- Jesús, que oró con más insistencia: «Abba, Padre; todo te es posible, aparta de mí este cáliz».
6- Jesús abrumado de angustia y de dolor hasta el punto de sudar gotas de sangre.
7- Jesús, tan exhausto de fuerzas humanas que su Padre le envió un ángel para confortarle.
8- Jesús, que, al orar por tercera vez, aceptó plenamente salvarnos por su pasión diciendo: «Padre, no se haga lo que yo quiero, sino lo que quieres tú».
9- Jesús, que, para ofrecer a Judas una última posibilidad de salvación, aceptó recibir el beso de la traición.
10- Jesús, que, después de haber dado una última prueba de su poder, se dejó arrestar y presenció cómo le abandonaban todos sus apóstoles.

Santa María, Madre de Dios, alcánzanos la gracia de un profundo y sincero arrepentimiento de nuestros pecados, y ruega por nosotros, pecadores…
Gloria al Padre…

LA CONDENA A MUERTE
Padre nuestro. Dios te salve, María… de tu vientre, Jesús.

1- Jesús conducido al tribunal de Caifás, ante el cual afirmó solemnemente que él era «el Mesías, el Hijo de Dios».
2- Jesús que, por haber dicho esas palabras, fue insultado, abofeteado y condenado a muerte por los jefes de los sacerdotes y el Sanedrín.
3- Jesús conducido al tribunal de Pilato, ante quien no temió afirmar: «Tú lo dices, soy Rey; pero mi reino no es de este mundo».
4- Jesús, a quien Pilato, demasiado débil, remitió a Herodes después de reconocer su inocencia .
5- Jesús, que al negarse a hacer milagros para satisfacer la curiosidad de Herodes, fue tratado de loco y enviado de nuevo a Pilato.
6- Jesús, cuya muerte los judíos persistían en reclamar, mientras pedían la absolución de Barrabás.
7- Jesús, a quien Pilato, con una nueva claudicación más odiosa, hizo flagelar de manera inicua e inhumana para apaciguar a los judíos.
8- Jesús, coronado de espinas en una parodia de investidura real, cruel y sacrílega, pero profética.
9- Jesús, presentado por Pilato a los judíos diciendo: «Este es el hombre», repondiéndole los judíos: «Crucifícalo».
10- Jesús, inocente, a quien Pilato, en un acto supremo de debilidad, condenó a muerte por temor a perder el favor del emperador.

Santa María, Madre de Dios, pide se nos conceda la gracia de mantener siempre firmemente las exigencias de la verdad, cualesquiera que sean los juicios de los hombres, y ruega por nosotros, pecadores.
Gloría al Padre…

CAMINO DEL CALVARIO
Padre nuestro. Dios te salve, María… de tu vientre, Jesús.

1- Jesús, cargado con el peso insoportable de la cruz, el instrumento de suplicio reservado a los esclavos.
2 Jesús, incorporado después de una primera caída, a pesar de los golpes e injurias, para seguir el camino del Calvario.
3- Jesús, desgarrado de dolor en su corazón al encontrarte llorando en su camino.
4- Jesús, dolorido y humillado, cuya sola vista le causó tan cruel quebranto a tu corazón materno.
5- Jesús, tan agotado que los soldados tuvieron que requerir de Simón el Cireneo ayuda para llevar su cruz.
6- Jesús, con quien una santa mujer tuvo tal gesto de piedad compasiva, que fue maravillosamente recompensado.
7- Jesús, que después de una segunda caída siguió subiendo hacia el Calvario por el inmenso deseo de salvamos.
8- Jesús, que en medio de tantos dolores tuvo el coraje de consolar a las mujeres de Jerusalén y exhortarlas a la penitencia.
9- Jesús, que abatido cae por tercera vez al llegar a la cima del Calvario, tan exhausto de fuerzas que no pudo levantarse.
10- Jesús, despojado brutalmente de sus vestiduras y mostrándose así como la víctima dispuesta a dejarse inmolar.

Santa María, madre de Dios, alcánzanos la gracia de soportar con paciencia generosa todos nuestros sufrimientos y pruebas, y ruega por nosotros pecadores…
Gloria al Padre…

LA MUERTE EN LA CRUZ
Padre nuestro. Dios te salve, María… de tu vientre, Jesús.

1- Jesús, cuyas manos, a costa de un sufrimiento atroz, fueron clavadas en la cruz.
2- Jesús, elevado en alto y con sus pies clavados al madero.
3- Jesús, que en medio de tan crueles dolores oró por sus verdugos: «Padre, perdónales, porque no saben lo que hacen».
4- Jesús, que nos confió a todos a tu ternura maternal al mismo tiempo que a san Juan, de quien te dijo: «Mujer, he ahí a tu hijo».
5- Jesús, que se dirigía a cada uno de nosotros cuando decía de ti a san Juan: «He ahí a tu Madre».
6- Jesús, que respondio a la humilde súplica del buen ladrón: «Hoy mismo estarás conmigo en el paraíso».
7- Jesús, que, en el colmo de su desolación, se dirigió a su Padre: «Dios mío, ¿por qué me has abandonado?».
8- Jesús, que consumó su sacrificio en un acto supremo de caridad gritando: «Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu».
9- Jesús, cuyo Corazón fue traspasado por la lanza y cuyo cuerpo fue bajado de la cruz y puesto en tus brazos.
10 Jesús, a quien las santas mujeres y los pocos discípulos que permanecían fieles te ayudaron a depositar en la tumba.

Santa María, Madre de Dios, ruega para que se logre la conversión de todos los pecadores y la salvación de todos tus hijos, y también ruega por nosotros, pecadores …
Gloria al Padre…

 

MISTERIOS GLORIOSOS

LA RESURRECCIÓN
Padre nuestro. Dios te salve, María… de tu vientre, Jesús.

1- Jesús, salido de la tumba vivo y glorioso en la mañana del tercer día.
2- Jesús, que movido por su amor filial quiso revelarte, a ti la primera, el triunfo de su resurrección.
3 Jesús, que quiso recompensar el amor de Magdalena haciéndola la mensajera de la alegría pascual para los Apóstoles.
4- Jesús, que se apareció a las santas mujeres que le habían seguido tan amorosamente hasta el Calvario y hasta la tumba.
5- Jesús, aparecido a san Pedro para perdonarle su triple negación y confirmarle en su cargo de jefe de los Apóstoles.
6- Jesús, aparecido a los discípulos de Emaús para descubrirles, mediante las Escrituras, la necesidad del sufrimiento redentor.
7- Jesús, aparecido a los diez apóstoles reunidos en el Cenáculo, la tarde de Pascua, para hacer de ellos testigos oficiales de su resurreción.
8- Jesús, aparecido ocho días más tarde a los once para mostrar sus llagas a santo Tomás, que exclamó: «Señor mío y Dios mío».
9- Jesús, aparecido misteriosamente a los apóstoles a la orilla del lago de Genesaret, cuando la segunda pesca milagrosa.
10- Jesús, que para confirmar nuestra certeza de su triunfo sobre la muerte se manifestó a más de quinientos de sus discípulos.

Santa María, Madre de Dios, fortalece nuestra fe en el misterio de la resurreción, fundamento de nuestro credo, y ruega por nosotros pecadores…
Gloria al Padre…

LA ASCENSIÓN
Padre nuestro. Dios te salve, María… de tu vientre, Jesús.

1- Jesús, que quiso manifestarse una vez más a sus discípulos reunidos, antes de sustraerse definitivamente a sus miradas.
2- Jesús, que comenzó por reprocharles su tardanza en creer en el testimonio de los que le habían visto resucitado.
3- Jesús, que rehusó satisfacer su curiosidad sobre la fecha de su última venida.
4- Jesús, que tuvo con ellos una última comida para darles una prueba más de la realidad física de su resurrección.
5- Jesús, que les mandó: «Id y haced discípulos en todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo».
6- Jesús, que les prometió confirmar con milagros y prodigios la verdad de su testimonio.
7- Jesús, que quiso confortar sus ánimos diciéndoles: «He aquí que estoy con vosotros hasta el fin del mundo».
8- Jesús, que les bendijo por última vez antes de elevarse al cielo y desaparecer en la nube.
9- Jesús, cuya vuelta gloriosa en el último día como juez soberano de vivos y muertos, fue anunciada por dos ángeles.
10- Jesús, cuyos Apóstoles volvieron a Jerusalén llenos de alegría, a pesar de la pena de la separación, por el pensamiento de la gloria en la que acababa de entrar.

Santa María Madre de Dios, fortalece nuestra esperanza en los bienes futuros que Cristo fue a prepararnos, y ruega por nosotros pecadores…
Gloria al Padre…

PENTECOSTÉS
Padre nuestro. Dios te salve, María… de tu vientre, Jesús.

1 Jesús, encargándote esperar la venida del Espíritu Santo en oración con los apóstoles.
2- Jesús, cuyo Espíritu sopló sobre ti en un viento impetuoso.
3- Jesús, cuyo Espíritu te había hecho antaño Madre de Dios, hizo de ti igualmente la Madre de la Iglesia.
4- Jesús, cuyo Espíritu ha venido a ser desde el día de Pentecostés el alma de la Iglesia naciente.
5- Jesús, cuyo Espíritu te llenó, a ti y a los apóstoles, de piedad y de temor de Dios.
6- Jesús, cuyo Espíritu te llenó, a ti y a los Apóstoles, de fortaleza y de ciencia.
7- Jesús, cuyo Espíritu te llenó, a ti y a los apóstoles, de prudencia y de consejo.
8- Jesús, cuyo Espíritu te llenó, a ti y a los apóstoles, de inteligencia y de sabiduría.
9- Jesús, cuyo Espíritu llenó a los apóstoles de tanta confianza en el Nombre divino para anunciar la Buena Noticia.
10- Jesús, cuyo Espíritu, en solo ese día de Pentecostés, convirtió a tres mil hombres por la predicación de los apóstoles.

Santa María, Madre de Dios, alcánzanos la sobreabundancia de esa caridad que el Espíritu ha derramado en nuestros corazones, y ruega por nosotros, pecadores…
Gloria al Padre…

LA ASUNCIÓN
Padre nuestro. Dios te salve, María… de tu vientre, Jesús.

1- Jesús, cuya presencia guardaste admirablemente en tu corazón, mientras vivías bajo la protección filial de san Juan.
2- Jesús, con quien llevaste una vida de intimidad cada vez más profunda durante estos largos años de espera.
3- Jesús, cuya venida deseaste con un ardor siempre creciente.
4- Jesús, a cuyas manos, cuando te llegó la hora, encomendaste tu alma con el confiado abandono del más perfecto de los actos de caridad.
5- Jesús, que en un instante, en una visión que no ha sido sobrepasada sino por la suya propia, te desveló el esplendor infinito de su gloria divina.
6- Jesús, que, en la misma visión, te reveló el esplendor incomparable de tu propia santidad.
7 Jesús, que quiso devolverte tu cuerpo, a fin de asociarte más plenamente a los misterios de su resurrección y de su ascensión.
8- Jesús, que te ha colocado para siempre en la irradiación íntima de su humanidad divinamente glorificada.
9- Jesús, que te ha conservado hasta en el cielo esa autoridad materna que hace de ti la «Todopoderosa suplicante».
10- Jesús, cuyo Cuerpo místico continúa siendo objeto de tu vigilante y maternal solicitud.

Santa María, Madre de Dios, alcánzanos la gracia de una muerte santa que corone toda una vida dedicada al servicio de Dios, y ruega por nosotros, pecadores…
Gloria al Padre…

LA CORONACIÓN DE NUESTRA SEÑORA
Padre nuestro. Dios te salve, María… de tu vientre, Jesús.
Jesús que te coronó como…

1- Reina de los ángeles, cuya dignidad de Madre de Dios te coloca infinitamente por encima de todas las jerarquías celestes.
2- Reina de los patriarcas, porque siendo la Madre del Redentor, eres igualmente madre del inmenso pueblo de los redimidos.
3- Reina de los profetas, porque trajiste al mundo la Palabra de Dios en toda su plenitud, el Verbo encarnado.
4- Reina de los Apóstoles, porque diste al mundo al que es la Buena Nueva en persona, la fuente de toda verdad y de toda santidad.
5- Reina de los mártires, porque diste gloria a Dios haciendo tuyos los sufrimientos de tu divino Hijo, mejor que si hubieses derramado tu propia sangre.
6- Reina de los santos pontífices, porque tu autoridad materna continúa siendo reconocida por el que es el jefe glorioso de todo el cuerpo místico.
7- Reina de los santos sacerdotes, monjes y religiosos, porque estuviste consagrada más perfectamente que todos ellos al único servicio de Dios y de su Cristo .
8- Reina de las santas vírgenes, porque tu virginidad de cuerpo y alma sobrepasa infinitamente la de todas ellas, en esplendor y en perfección.
9- Reina de los santos esposos, porque tu casta unión con san José fue elevada al momento (o de golpe) a la perfección del amor conyugal plenamente espiritualizado.
10- Reina de todos los santos del cielo, porque tu corona de gloria resplandece con los esplendores variados de toda las formas de santidad.

Santa María, Madre de Dios, sé tú cada día más la Reina de nuestros espíritus y de nuestros corazones, y ruega por nosotros pecadores…
Gloria al Padre…

 

NUEVA LETANÍA DE LA VIRGEN

Esta letanía forma parte del «Ritual de Coronación de una imagen de Santa María Virgen». Se presenta aquí como un complemento adecuado de las decenas de los misterios de rosario, o de otras oraciones, pues es una oración a Santa María Virgen particularmente rica en su aspecto doctrinal y devocional. La traducción es oficial y se encuentra en Pastoral Litúrgica. Documentación, información, nº 135-136 ( 1984) 22-23.
Santa María
Santa Madre de Dios
Santa Virgen de las vírgenes
Hija predilecta del Padre
Madre de Cristo Rey
Gloria del Espíritu Santo
Virgen Hija de Sión
Virgen pobre y humilde
Virgen sencilla y obediente
Esclava del Señor
Madre del Señor
Colaboradora del Redentor
Llena de gracia
Fuente de hermosura
Conjunto de todas las virtudes
Fruto escogido de la redención
Discípula perfecta de Cristo
Imagen purísima de la Iglesia
Mujer nueva
Mujer vestida de sol
Mujer coronada de estrellas
Señora llena de benignidad
Señora llena de clemencia
Señora nuestra
Alegría de Israel
Esplendor de la Iglesia
Honor del género humano
Abogada de la gracia
Dispensadora de la piedad
Auxiliadora del Pueblo de Dios
Reina de la caridad
Reina de la misericordia
Reina de la paz
Reina de los ángeles
Reina de los patriarcas
Reina de los profetas
Reina de los apóstoles
Reina de los mártires
Reina de los confesores
Reina de las vírgenes
Reina de todos los santos
Reina concebida sin pecado original
Reina asunta a los cielos
Reina del mundo
Reina del cielo
Reina del Universo.
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo.- perdónanos Señor.
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo.- escúchanos, Señor.
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo.- ten piedad de nosotros.

Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de a1canzar las promesas de Cristo.

Oremos:
Señor y Dios nuestro: te rogamos nos concedas, como a servidores tuyos, gozar siempre de salud de alma y cuerpo; y por la intercesión gloriosa de la bienaventurada siempre Virgen María, líbranos de las tristezas de la vida presente y otórganos las alegrías eternas. Por Jesucristo, Nuestro Señor. Amén.

Dom Jean Guilmard
ABADIA BENEDICTINA DE SANTA CRUZ DEL VALLE DE LOS CAIDOS 1995
Traducción del original francés
«Le rosaire au pas de I´Evangile : Nouvelle série de calusules. Nouvelle edition revue. Solesmes, 1986» por un monje benedictino de la Abadía de Santa Cruz.


Entre su email para recibir nuestra Newsletter Semanal en modo seguro, es un servicio gratis:


Categories
DEVOCIONES Y ORACIONES Foros de la Virgen María FOROS DE LA VIRGEN MARÍA Lo + leído Misterios del Santo Rosario

Los misterios Gloriosos, Luminosos, Dolorosos y Gozosos del santo Rosario

Vea como rezar y demás indicaciones de cada uno de los misterios en los enlaces de abajo

 

 

 

 

 

Los Misterios Gloriosos del Santo Rosario

Los Misterios Luminosos del Santo Rosario

Los Misterios Dolorosos del Santo Rosario

Los Misterios Gozosos del Santo Rosario

Entre su email para recibir nuestra Newsletter Semanal en modo seguro, es un servicio gratis:

 

Categories
Devociones FOROS DE LA VIRGEN MARÍA Foros de la Virgen María REFLEXIONES Y DOCTRINA

Todos los capítulos de El Secreto Admirable del Santo Rosario de San Luis María Grignion de Montfort

Vea aquí los capítulos de El Secreto Admirable del Santo Rosario de San Luis María Grignion de Montfort, haciendo click en cada título de abajo.

 

 

 

 

 

 

 

El Secreto Admirable del Santo Rosario (1) de San Luis María Grignion de Montfort

El Secreto Admirable del Santo Rosario (2): Primera Decena, de San Luis María Grignion de Montfort

El Secreto Admirable del Santo Rosario (3): Segunda Decena, de San Luis María Grignion de Montfort

El Secreto Admirable del Santo Rosario (4): Tercera Decena, de San Luis María Grignion de Montfort 

El Secreto Admirable del Santo Rosario (5): Cuarta Decena, de San Luis María Grignion de Montfort

El Secreto Admirable del Santo Rosario (6): Quinta Decena, de San Luis María Grignion de Montfort

Entre su email para recibir nuestra Newsletter Semanal en modo seguro, es un servicio gratis:


Categories
00 Todas las Advocaciones 10 Octubre ADVOCACIONES Y APARICIONES Foros de la Virgen María FOROS DE LA VIRGEN MARÍA

Nuestra Señora del Rosario de Nueva Pompeya, Argentina ( 8 de octubre)

Por 1902 vivía en Buenos Aires una joven que padecía una rara enfermedad y viendo que los más eminentes médicos de su propia familia y otros no la podían curar, hizo voto de organizar una peregrinación al templo de Nueva Pompeya, si por mediación de la Santísima Virgen del Rosario de Pompeya, Dios le concedía la salud.
Apenas formulada la promesa se sintió mejor y luego se encontró completamente sana. Conocida la milagrosa cura y el voto hecho por ella, más de 5.000 personas acompañaron a la señorita Calviño en peregrinación al Santuario de Pompeya el 4 de julio de 1902…

El culto de la Virgen nace en Pompeya, Italia, en 1876, cuando el beato Bartolo Longo recibió el mensaje de una amigo muerto años atrás pidiéndole «Salva a esta gente, Bartolo. Propaga el Rosario. Haz que lo recen. María prometió la salvación para quienes lo hagan». El beato, ferviente devoto de María, comienza a difundir el culto de la Virgen del Rosario de Pompeya a partir de un cuadro que consiguió en un convento de Nápoles que hizo restaurar.

Por ese entonces (fines del siglo XIX) existía en la zona sur de Buenos Aires un barrio llamado «de los Corrales» o «Bañado de Flores».

El mismo se había constituido en un verdadero basural sólo habitado por gente de muy escasos recursos y no pocos mal vivientes.

Las damas vicentinas de la parroquia de San Cristóbal (a cuya jurisdicción pertenecía este barrio) comenzaron a llegar deseando extender su acción benéfica a los habitantes. Las mismas damas junto con Darío Broggi, un sacerdote italiano, establecieron en el barrio una capilla bajo la advocación de Nuestra Señora de Pompeya, la que se inauguró el día 15 de setiembre de 1895 con la aprobación del Vicario Capitular del Arzobispado de Buenos Aires y que resultó pequeña para dar cabida a los numerosos fieles que asistían a los oficios religiosos.

 

1902: EL PRIMER GRAN MILAGRO

Por ese entonces, vivía en Buenos Aires una joven de nombre María Luisa Calviño, la que padecía una rara enfermedad y viendo que los más eminentes médicos de su propia familia y otros no la podían curar, hizo voto de organizar una peregrinación al templo de Nueva Pompeya, si por mediación de la Santísima Virgen del Rosario de Pompeya, Dios le concedía la salud.

Apenas formulada la promesa se sintió mejor y luego se encontró completamente sana. Conocida la milagrosa cura y el voto hecho por ella, más de 5.000 personas acompañaron a la señorita Calviño en peregrinación al Santuario de Pompeya el 4 de julio de 1902.

Desde aquel día la afluencia al templo de fieles llegados de todos los ámbitos de la ciudad y sus aledaños, fue en constante aumento y ello se reflejó muy pronto en la condición del barrio.

 

DE CAPILLA A TEMPLO

El día 14 de mayo de 1896 el Arzobispo de Buenos Aires bendecía la piedra fundamental del futuro templo en un terreno donado por las mismas damas vicentinas y que también tendría por titular principal a Nuestra Señora del Santísimo Rosario que se venera en el Valle de Pompeya (Italia) y por segundo patrono a San Antonio de Padua. Por ese motivo, el barrio se llamará en adelante NUEVA POMPEYA. El nuevo templo, de 47 metros de largo y quince de ancho fue solemnemente inaugurado el 29 de julio de 1900, oficiando misa el Nuncio Apostólico Monseñor Sabatucci.

Comenzaba también la construcción del convento y de un colegio gratuito para niños pobres, que fue inaugurado en marzo del año siguiente. A Broggi lo ayudaron los padres capuchinos italianos establecidos en Montevideo. Una vez que la obra estaba en manos del Padre General de la Orden Capuchina, los religiosos españoles de las provincias de Navarra, Cantabria y Aragón también fueron a ayudar. El sacrificio de todos ellos hizo posible terminar todas las obras, así como también atender las necesidades tanto espirituales como materiales del barrio y sus alrededores.

El 16 de marzo de 1906 Mons. Mariano Antonio Espinosa Arzobispo de Buenos Aires, erigió la parroquia de Nueva Pompeya, alegando como causales la creciente población del «barrio de Nueva Pompeya», a partir de entonces el templo fue objeto de varias ampliaciones hasta alcanzar la imponente estructura actual.

La imagen de la Santísima Virgen del Rosario de Pompeya, que se veneró en la primera capilla y luego en los primeros años del nuevo templo, fue un óleo donado por una familia italiana, copia del cuadro de Pompeya de Italia. Al instalarse el retablo del nuevo altar mayor en 1910. Después fue reemplazado por uno más grande, que aún se conserva en la sacristía del santuario. Finalmente en 1914, fue sustituido por el grandioso grupo escultórico de madera tallada, que fue bendecido por Mons. Espinosa en la inauguración del Camarín y se ha venerado desde entonces.

El 3 de mayo de 1914, se inauguró el hermoso camarín de la Virgen, sustituyéndose el cuadro por la imagen tallada, obra del escultor catalán Miguel Castellanas y el 20 de agosto de 1922, por disposición de S.S. Benedicto XV, fue coronada en solemne ceremonia por el Nuncio Apostólico V. De Torregrossa, ante la impresionante concurrencia de alrededor de cien mil personas. Aquella ceremonia se recuerda cada 20 de agosto con cultos especiales, siendo el más destacado la Consagración de los Niños a la Virgen.

 

LA IGLESIA DE LOS PADRES CAPUCHINOS

La iglesia es de estilo neo-gótico, tiene vitrales de la casa Zeller de Munich, un claustro para el descanso de los peregrinos que es una réplica de los claustros monacales del medioevo, y un púlpito de estilo lombardo con elementos moriscos y bizantinos. En el centro del patio hay una fuente que representa a la Virgen de Pompeya y a las ruinas homónimas.

El 14 de Mayo de 1896 se coloca la primer piedra bendecida para la construccion de una capilla, dirijida por el arquitecto y pintor Augusto Cesar Ferrari, fue hasta el 29 de junio de 1900 cuando fue inaugurada la iglesia en el año 1905 se convirete la iglesia en parroquia. Se destaca por sus sobrias líneas de arquitectura neogótica, y se presenta como una pieza armónica.

Posee una única torre de altura. Ventanales en ojiva con maravillosos vitrales de origen aleman en forma de arco ojival representan los quince misterios del Santo Rosario. Pequeñas torrecillas a los laterales con verja de artístico hierro forjado.

En la ambientacion de las naves se observan estatuas religiosas y pinturas al óleo. En las paredes se encuentran cuadros de hechos históricos y en el techo su realizacion es de madera en listones.

Al proyecto original de una nave se le agregó en la década del 20 otra lateral, debido a la gran cantidad de fieles. Ademas posee un reloj que se ubica en la parte superior el cual fue traido por el padre Agustín de Pamplona desde España en el año 1923. Fue en el año 1935 cuando las campanas comenzaron a sonar gracias a Enrique Borneman relojero experto que estudio pacientemente el mecanismo y las puso a funcionar.

Es la iglesia considerada más popular de Buenos Aires.

Entre su email para recibir nuestra Newsletter Semanal en modo seguro, es un servicio gratis:


Categories
10 Octubre ADVOCACIONES Y APARICIONES FOROS DE LA VIRGEN MARÍA Foros de la Virgen María

Advocaciones de Nuestra Señora del Rosario que se festejan el 7 de octubre

La Virgen del Rosario es una devoción que se festeja el 7 de octubre mundialmente.
Estos son los links a las historias de algunas de las advocaciones de Nuestra Señora del Rosario que se festejan coincidentemente con la fiesta central el 7 de octubre.

 

maria entrega a santo domingo el rosario

 

Nuestra Señora del Rosario de Cadiz, España ( 7 de octubre)

Nuestra Señora del Rosario de Hellín, España ( 7 de octubre)

Nuestra Señora del Rosario de La Coruña, España ( 7 de octubre)

Nuestra Señora del Rosario de Mendoza, Argentina ( 7 de octubre)

Nuestra Señora del Rosario de Pomata, Perú ( 7 de octubre)

Nuestra Señora del Rosario de Pompeya, Italia ( 7 de octubre)

Nuestra Señora del Rosario de Talpa, Mexico ( 7 de octubre)

Nuestra Señora del Rosario del Milagro de Córdoba, Argentina ( 7 de octubre)

Nuestra Señora del Rosario del Rayo, Mexico ( 7 de octubre)

Nuestra Señora del Rosario Patrona de Rosario y Paraná, Argentina ( 7 de octubre)

Nuestra Señora del Rosario, Guatemala ( 7 de octubre)

Nuestra Señora del Rosario, Perú ( 7 de octubre)

Reina del Santísimo Rosario de Agua Santa, Ecuador ( 7 de octubre y 13 de diciembre)

Virgen del Rosario de Yauca, Peru ( 7 de octubre)

Fuentes: Foros de la Virgen María

 

¿Le gusto este artículo? Entre su email para recibir nuestra Newsletter, es un servicio gratis:
Categories
00 Todas las Advocaciones 10 Octubre ADVOCACIONES Y APARICIONES Foros de la Virgen María FOROS DE LA VIRGEN MARÍA

Cap-de-la-Madeleine, Quebec, Canadá ( 7 de octubre)

Transcurría el año de 1879. El párroco de la pequeña iglesia de la Villa de Cap-de-la-Madeleine, en Quebec, Canadá, se encontraba delante de un serio problema: el invierno había sido demasiado suave… Los que ya experimentaron la intensidad del invierno en América del Norte, con sus vientos cortantes, fuertes nevadas y temperaturas de calar los huesos, evidentemente encontrarían extraño ver al párroco en oración, no para agradecer una estación tan benigna, como para implorar a la Santísima Virgen con fervor, frío, mucho frío…
Nuestra Señora, como verdadera madre, comprendió lo que él quería y lo atendió generosamente…

…VER VIDEOS…

Y ésta es nuestra historia, en la cual veneraremos la solicitud y el celo con los que María guía a sus hijos para la gloria de Cristo Nuestro Señor. Cuando el P. Desilets recibió, en 1864, la pequeña iglesia en esa provincia francófona, encontró una parroquia en crisis.

Por haber quedado mucho tiempo sin párroco, recibiendo apenas la visita de padres viajeros que administraban los sacramentos en numerosas iglesias de aquel vasto territorio, muchos fieles se tornaron indiferentes a la Fe católica. La capillita, a pesar de ser tan pequeña, era demasiado amplia para el reducido número de fieles que aún asistían a Misa.

En esa lamentable situación, el nuevo párroco se dirigió a la Santísima Virgen, bajo la invocación de Nuestra Señora del Rosario. Celosamente animaba a sus parroquianos a rezar el Rosario con piedad. Predicaba la belleza y eficacia de esta oración tan amada por María y consagró a ella la comunidad.

A los pocos, los resultados se hicieron sentir. La gracia fue operando prodigios en las almas, y el sacerdote, después de 15 años de haber llegado, se vio delante de un serio y agradable problema: debía construir una iglesia más grande.

De común acuerdo con sus parroquianos, decidió dar inicio al proyecto en el invierno, cuando el ancho río San Lorenzo, que pasaba cerca de la iglesia, se congela y su superficie se transforma en un firme camino de hielo, por donde pueden pasar caballos y trineos, cargando piedras y otros materiales necesarios para la construcción; proceso mucho más económico que el transporte por barco.

 

LLEGA NOVIEMBRE

El P. Desilets y sus parroquianos inician rogativas para que el hielo se forme rápidamente. Entretanto, un invierno inesperadamente suave en los meses de diciembre, enero y febrero fue postergando la realización del plan.

El párroco, redoblando su fervor, prometió a Nuestra Señora que, si ella obtuviese un puente de hielo, él no sólo construiría una nueva iglesia, sino que preservaría la anterior y la dedicaría a su honra, bajo el título de Nuestra Señora del Rosario. Llegó el mes de marzo y comenzaron las lluvias. Los parroquianos con sentido común y poca Fe, sugirieron al párroco que esperase hasta el invierno siguiente.

Pero el sacerdote continuó rezando, lleno de confianza en María, argumentando que, si no construyese la iglesia en aquel año, muchas misas no serían celebradas y, por tanto, muchos pecados tal vez no serían evitados. Ya se aproximaba la primavera, pero, curiosamente, o quizá milagrosamente, la temperatura comenzó a caer repentinamente.

La fiesta de San José, patrono y protector de Canadá, se aproximaba. El padre coadjutor anunció que habría una misa solemne el día 19 de marzo en honra del casto esposo de la Santísima Virgen, en la cual se pediría, por su intercesión, la formación del puente de hielo.

 

EL PUENTE DEL ROSARIO

Después de la misa, junto con algunos parroquianos, el sacerdote fue a examinar como estaba el río. Cual no fue la sorpresa de todos, cuando vieron que el fuerte viento del día anterior había traído grandes bloques de hielo, que se encajaron perfectamente de modo que formase un puente. Llenos de alegría, corrieron de vuelta para contar lo ocurrido al P. Desilets y a todo el pueblo.

Con redoblada energía, la comunidad entera se puso manos a la obra, aprovechando esa maravilla operada por Dios. El párroco, que había rezado innumerables rosarios por la obtención del milagro, infelizmente no pudo estar junto a sus parroquianos, debido a una súbita enfermedad. Pero escribió una carta animando a los fieles, que les fue leída por el padre coadjutor: “Vuestras oraciones perseverantes están siendo ahora atendidas. Contra toda expectativa, tenemos ahora un puente por el cual podemos pasar cargando las piedras para nuestra iglesia. Vean el poder de la oración…”

El trabajo comenzó en la propia fiesta de San José y continuó por algunos días. En una sola jornada pasaron 175 trineos llenos de piedras por el “Puente del Rosario” (como fue bautizado popularmente el puente de hielo).

Todos se dedicaban a la labor sin interrupción. ¡Era extraordinario, un verdadero milagro! ¡Algo verdaderamente imposible! – relató uno de los presentes, años después.

El párroco convocó a todas las mujeres y a todos los niños a rezar el Rosario, en cuanto el proyecto se transformaba en realidad, y él mismo era visto en muchas oportunidades, de rosario en mano, rezando delante de una imagen de la Virgen, dentro de la iglesia. Los hombres acostumbraban a rezar innumerables “Ave Marías” mientras trabajaban. Por fin, en el preciso momento en que se completó la cantidad de piedras necesarias para la construcción de la nueva iglesia, el puente se comenzó a deshacer. Entonces, la acción sobrenatural se tornó evidente.

 

EL ROSARIO Y LA MIRADA DE MARIA

En la fiesta del Santo Rosario del año siguiente, la nueva iglesia fue inaugurada y la vieja iglesita anterior empezó a ser conocida como capilla del Santo Rosario, convirtiéndose, rápidamente, en un lugar de peregrinación. A pesar de todo, el P. Desilets ansiaba una nueva señal del cielo, que confirmase que sus deseos estaban conformes a los de Nuestra Señora.

En el día de la dedicación oficial de la capilla en honra a María, el sacerdote estaba rezando delante de la imagen de Nuestra Señora del Rosario, cuando algo extraordinario sucedió. El hecho, presenciado por varias personas, fue así descrito por uno de los testigos:

“La imagen de la Virgen, cuyos ojos están dirigidos hacia abajo, los levanta repentinamente y permanece largo tiempo con ellos totalmente abiertos. La mirada de la Virgen era firme y dirigida hacia delante. No podía ser una Ilusión, pues su rostro estaba enteramente iluminado, debido a los brillantes rayos de sol que entraban por las ventanas, los cuales, además, iluminaban todo el santuario. Los ojos bien formados eran negros y en perfecta armonía con los rasgos de su cara.”

¡Estaba concedida la señal!. Nuestra Señora mostraba de esta manera a sus hijos canadienses, y a los del mundo entero, que ella no sólo atiende los pedidos hechos por medio del rezo del Rosario, sino que también acompaña, con una atenta mirada materna, a aquellos que a ella recurren con confianza.

Cap-de-la-Madeleine se convirtió en el Santuario Nacional de Canadá, reavivando así la devoción a Nuestra Señora del Rosario, magnífica invocación de aquella que siempre será la medianera universal de todos los fieles católicos.

VIDEO

cap de la madeleine


Entre su email para recibir nuestra Newsletter Semanal en modo seguro, es un servicio gratis:


Categories
DEVOCIONES Y ORACIONES FOROS DE LA VIRGEN MARÍA Foros de la Virgen María Sobre el Rosario

El Rosario una Oración de inspiración Dominicana

Todas las comunidades religiosas se glorían de tener y cultivar una forma propia de devoción a la Virgen María. La Orden de Frailes predicadores, desde sus origenes, ha visto en María no solo el modelo perfecto del cristiano sino también del apóstol. Por eso, a través de su historia, ha honrado y venerado su memoria con una devoción conocida y difundida universalmente: EL ROSARIO…
…VIDEOS…

La Iglesia ve en el rosario una síntesis de la oración cristiana unida a una catequesis fácilmente accesible a todas las mentalidades; una enseñanza completa de los principales misterios de nuestra salvación dentro de un clima de oración vocal y mental.

Si miramos solamente el aspecto exterior, el Rosario contiene ya las oraciones más bellas del cristianismo: el Padrenuestro y el Ave María, formulaciones de contenido bíblico, y la invocación Gloria al Padre… Y mientras se recitan, el espíritu es invitado a revivir todos los acontecimientos de la vida de Jesús y de María: acontecimientos gozosos, de luz,de dolor y de gloria. Podemos decir que cada vez que recitamos el Rosario repasamos y revivimos todo el evangelio.

 

EL ROSARIO NACIÓ DE LA PREDICACIÓN

La predicación anuncia los grandes misterios de nuestra salvación y nos invita a descubrir el designio de Dios y a manifestarlo en una vida conforme al Evangelio. Pero esta palabra escuchada hay que meditarla y hacerla oración.

Los misterios de gozo, luminosos, de dolor y de gloria que se nos anuncian en la predicación, se nos proponen en forma sencilla a nuestra contemplación en la oración del Rosario.

El Rosario es ante todo una meditación sencilla de los grandes acontecimientos de la vida de Jesús y de María, anunciados en la Predicación. Por eso el Rosario ha nacido de la Predicación.

 

EL ROSARIO ES UNA PREDICACIÓN

Cuando el creyente medita los acontecimientos de nuestra Salvación en el Rosario, escucha la Palabra de Dios y descubre que «Dios ha amado tanto a los hombres que envió a su propio Hijo, para que quien crea en Él no perezca sino que tenga vida eterna» (Jn 3, 16).

El rosario contiene y sintetiza el objeto fundamental de la predicación del Evangelio. Por eso el Rosario, por sí mismo es una predicación.

 

EL ROSARIO ES UNA PREDICACIÓN POPULAR

Alegría, dolor y triunfo. Son tres palabras que todos los hombres comprenden fácilmente ya que son producto de la experiencia diaria de cada uno. Nuestras alegrías y nuestras tristezas, nuestros triunfos y nuestros fracasos nos llevan a comprender los gozos, los sufrimientos y los triunfos de Jesús y de su santa Madre.

Estas experiencias nos abren el camino de la contemplación. Pronto descubrimos que más allá de toda alegría y de todo sufrimiento sobre la tierra, existe la gloria de la resurrección que todos esperamos.

Cada vez que el creyente recita y medida los misterios que nos dieron vida, revive el mensaje del Evangelio y experimenta la presencia constante de Jesús en su propia vida.

No solo emociona rezarle a la santísima Virgen María, enternece ir recorriendo los momentos más importantes de la vida de Jesús acompañado de su Madre, esa es la gran fuerza de esta devoción, la Virgen María es madre de Dios, desde que acepta la voluntad del Padre hasta que se corona como reina de todas las reina, del cielo y la tierra y madre de todos nosotros.

No podría imaginar cuantos miles y miles han rezado y confiado en la oración del Santo Rosario, es imposible imaginar cuantos testimonios de favores recibidos a través de el pueden existir, esa es la santidad de esta devoción, absolutamente milagrosa.

La palabra Rosario significa ‘Corona de Rosas’. La Virgen María ha revelado a muchas personas que cada vez que rezan un Ave María le entregan una rosa y por cada Rosario completo le entregan una corona de rosas. La rosa es la reina de las flores, así que el Rosario es la rosa de todas las devociones y por lo tanto es la más importante.

El Santo Rosario es considerado como la oración perfecta porque junto con el esta aunada la majestuosa historia de nuestra salvación.

Es una oración simple, humilde como María. Es una oración que podemos hacer con ella, la Madre de Dios. Con el Ave María la invitamos a que rece por nosotros. La Virgen siempre nos otorga lo que pedimos.

Ella une su oración a la nuestra. Por lo tanto, ésta es más poderosa, porque María recibe lo que ella pide, Jesús nunca dice no a lo que su madre le pide.

En cada una de sus apariciones, nos invita a rezar el Rosario como una arma poderosa en contra del maligno, para traernos la verdadera paz.

El Rosario esta compuesto de dos elementos: oración mental y oración verbal.

En el Santo Rosario la oración mental no es otra cosa que la meditación sobre los principales misterios o hechos de la vida, muerte y gloria de Jesucristo y de su Santísima Madre.

La oración verbal consiste en recitar veinte decenas (Rosario completo) o cinco decenas del Ave María, cada decena encabezada por un Padre Nuestro, mientras meditamos sobre los misterios del Rosario.

 

LA IMPORTANCIA DEL ROSARIO

Son numerosísimas las exhortaciones de Nuestra Santa Madre a rezar el Rosario. En diversas apariciones nos manda a decir por medio de sus videntes que seamos perseverantes en esta devoción y que muy grandes son las gracias que por éste se consiguen.

Estas son solo algunas de sus sugerencias:

NUESTRA SEÑORA DE FÁTIMA

«Recen el Rosario todos días…Recen, recen mucho y ofrezcan sacrificios por los pecadores…Yo soy Nuestra Señora del Rosario . Solo yo seré capaz de ayudarlos….Finalmente mi Inmaculado Corazón triunfará».

REINA DE LA PAZ DE MEDJUGORJE

Junio 12 de 1986
“iQueridos hijos! Hoy los invito a comenzar a rezar el Rosario con una fe viva, así podré ayudarlos. Ustedes, queridos hijos, desean recibir gracias, pero no oran. Yo no puedo ayudarlos porque ustedes no se deciden a actuar. Queridos hijos, los invito a rezar el Rosario de tal manera, que se convierta para ustedes en un compromiso que estén dispuestos a cumplir con alegría. Así podrán comprender por qué estoy desde hace tanto tiempo con ustedes. Yo deseo enseñarles a orar. Gracias por haber respondido a mi llamado!”

Febrero 25 de 1988
“iQueridos hijos! También hoy deseo invitarlos a la oración y al abandono total a Dios. Ustedes saben que Yo los amo y es por amor que he venido aquí, para mostrarles el camino de la paz y la salvación de sus almas. Yo deseo que ustedes me obedezcan y que no permitan a Satanás que los seduzca.
Queridos hijos, Satanás es fuerte y por eso les pido sus oraciones y que me las ofrezcan por aquellos que están bajo su influencia, para que sean salvados. Den testimonio con sus vidas y ofrezcan sus vidas por la salvación del mundo. Yo estoy con ustedes y les doy las gracias.
En el Cielo, ustedes recibirán el Padre la recompensa que El les ha prometido. Por tanto, hijitos, no se preocupen. Si ustedes oran, Satanás no podrá hacer nada contra ustedes, porque ustedes son hijos de Dios y el cuida de ustedes. Oren! Que el Rosario esté siempre en sus manos como signo para Satanás de que ustedes me pertenecen. Gracias por haber respondido a mi llamado!”

Enero 25 de 1991
“iQueridos hijos! Hoy, como nunca antes, Yo los invito a la oración. Su oración debe ser una oración por la paz.Satanás es fuerte y desea no solamente destruir la vida humana, sino también la naturaleza y el planeta que ustedes habitan. Por eso, queridos hijos, oren, para que por medio de la oración ustedes sean protegidos con la bendición de la paz de Dios.
Dios me envió a ustedes para que Yo los ayude. Si lo desean, tomen el Rosario. El Rosario por sí solo puede hacer milagros en el mundo y en sus vidas. Yo los bendigo y me quedaré con ustedes tanto tiempo como sea la Voluntad de Dios.
Gracias porque ustedes no van a traicionar mi presencia aquí. Yo les doy gracias también porque su respuesta es la de servir a Dios y a la paz. Gracias por haber respondido a mi llamado!”

Abril 25 de 2001
“Queridos hijos! También hoy, los invito a la oración. Hijitos, la oración hace milagros. Cuando ustedes estén cansados y enfermos y no saben cuál es el sentido de vuestra vida, tomad el rosario y orad, hasta que la oración llegue a ser para vosotros, un alegre encuentro con vuestro Salvador. Yo estoy con ustedes e intercedo y oro por vosotros, hijitos. Gracias por haber respondido a mi llamado!”

NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO DE SAN NICOLÁS

Noviembre 19 de 1988
«…el arma que constituye mayor influencia sobre el mal, es el rezo del Santo Rosario. Con este rezo, se ahonda en la vida espiritual, el espíritu crece en amor a Dios y lo aleja así, del pecado. Disipa las sombras del espíritu y hace que éste permanezca fiel a Dios. Agradad hijo míos, al Señor, orando, ya que de esta manera, se rechazan las tentaciones del maligno. Por siempre sea glorificado el Señor. Hazlo conocer a tus hermanos».

Enero 31 de 1986
» Pido a tus hermanos que oren mucho; a ellos la oración los limpia, los desintoxica y los estimula en el amor a Dios. Hija, todavía debe ser más alto el número de fieles que oren, que se abran al Señor, que encuentren en el Santo Rosario, el complemento básico para un diálogo con el Señor. Cada misterio del Santo Rosario da lugar para una reflexión, una meditación y también para una petición a Dios. Yo les digo a mis hijos: Haced realidad este pedido mío. Gloria al Altísimo».

Junio 13 de 1985
¡Qué valor tiene para el Señor la oración, no lo imagináis hijos míos, por eso os pido tanta oración!Rezad el Santo Rosario meditado, os aseguro que vuestras oraciones se elevarán, como un verdadero canto de amor al Señor. Gloria al Señor.


VIDEO

El santo Rosario

El Rosario – (Visión de Catalina Rivas)

El rezo del Santo Rosario


Entre su email para recibir nuestra Newsletter Semanal en modo seguro, es un servicio gratis:


Categories
Devociones Foros de la Virgen María FOROS DE LA VIRGEN MARÍA REFLEXIONES Y DOCTRINA

El Rosario es Bíblico

El Rosario es un resumen del Nuevo Testamento, que sintetiza de un modo extraordinario los aspectos más sobresalientes de la historia de nuestra redención. Por ello es necesario que se lo rece meditando profundamente en cada uno de sus misterios, mientras los labios pronuncian las oraciones y el corazón siente cada vez más el amor de Dios.

Mediante esta oración recordamos el dolor, el gozo y la gloria de la vida de Jesús y de María, desde la misma Concepción de nuestro Señor, pasando por toda su Pasión y Muerte en el Calvario, y culminando (después de la Ascensión de Cristo Resucitado, y de la Asunción de la Santísima Virgen a los Cielos) en la distinción de María como Reina de la Creación.

Para alcanzar su verdadero significado y efecto, el rezo del Santo Rosario debe llevarnos a contemplar la vida de Jesús y de María, a meditar profundamente sobre el amor de Dios hacia los hombres, sobre la entrega absoluta y sin reservas de la Virgen a la Divina Voluntad, como un ejemplo para todo ser humano; a extraer, en fin, todas las enseñanzas evangélicas que esta oración tiene para transmitirnos, por constituir una síntesis de las vivencias más significativas de Jesús y de su Madre en el misterioso proceso de la Redención. De lo contrario, su repetición será, como decía al principio de esta nota, un simple acto mecánico de falso pietismo.

LA BIBLIA NOS DA TRES RAZONES PARA REZAR EL ROSARIO

1. Porque Dios Padre manda al Ángel Gabriel saludar as a la Madre de su Hijo: “Dios te salve, llena de gracia, el Señor está contigo”. Lee: Lucas 1, 28. Si los siervos de Dios en el cielo deben saludar así a María, ¿los siervos de Dios en la tierra no debemos hacer lo mismo?

2. Porque el Espíritu Santo así inspiró alabar a María y a Jesús: “Isabel se llenó del Espíritu Santo y clamó con fuerte voz: ´Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre´. Lee: Lucas 1,48. Si a ti el Espíritu no te inspira alabar así a María, ¿qué espíritu será ese? Lee: 1 Juan 4,1.

3. Porque Jesús nos recomienda orar sin intermisión. Lee: Lucas 18,1.
Es verdad que este mandato se cumple con cualquier oración, pero el Rosario facilita su cumplimiento.

…Por tanto, el que reza el Rosario obedece al mandato del Padre, a la recomendación del Hijo y a la inspiración del Espíritu Santo….

SINTESIS DE LOS SALMOS: ¿VANA PALABRERIA?

Los salmos de la Biblia son 150, por eso el Rosario se compone de 150 avemarías. El Rosario es la salmodia de los seglares, de la gente ocupada, de los pobres y los ricos, de los sabios y los ignorantes que quieren cumplir con el mandato de alabar a Dios en todo momento con salmos y cánticos inspirados. Lee: Colosenses 3, 16.

Rezar el Rosario es no sólo obedecer lo que la Biblia manda, sino rezar como la Biblia enseña

Jesucristo dijo: “Al orar, no charláis mucho como los gentiles, que se figuran que por su palabrería van a ser escuchados”. Lee: Mateo 6,7.

Pero ¿acaso es vana palabrería el “Padre Nuestro” que rezamos antes de cada decena? ¿Acaso es vana palabrería dar “Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo“? ¿Acaso es vana palabrería el avemaría que repite incesantemente: “Bendito el fruto de tu vientre, Jesús”?

UNA MEDITACION DEL EVANGELIO

El Evangelio es el relato de la vida y obras de Cristo Jesús. El Rosario es la contemplación de esos misterios. “Por eso precisamente los misterios del Rosario se comparan a las ventanas a través de las cuales podéis dirigir y sumergir la mirada hacia el ´mundo de Dios´.” Mensaje de Juan Pablo II (25-IV-87.) El Rosario nos ayuda a ver a Jesús con los ojos de María y a guardar sus enseñanzas en nuestro corazón.

El Rosario es de carácter netamente evangélico. Es del Evangelio de donde el Rosario extrae el enunciado de los misterios y sus fórmulas principales. Es en el Evangelio donde se inspira para sugerir, motivado por el gozoso saludo del Ángel y del religioso consentimiento de la Virgen, la actitud con que el fiel debe recitarlo; toma del Evangelio, y mientras se suceden armoniosamente las Ave Marías, presenta un misterio fundamental -la encarnación del Verbo- contemplado en el momento decisivo del anuncio hecho a María. El Rosario es pues una oración evangélica… El Rosario es una meditación ordenada de los eventos salvíficos realizados en Cristo. Su división en tres partes (nacimiento, pasión y resurrección) refleja el anuncio primitivo de la fe, y del misterio de Cristo: humillación, muerte y exaltación. Lee: Filipenses 2,6-11 y “Marialis Cultus” 44-45.

El Rosario no es decir palabras sin sentido, sino que es una meditación de los misterios de Nuestro Señor.

Fuente catolicoshispanos.com y otras.

Entre su email para recibir nuestra Newsletter Semanal en modo seguro, es un servicio gratis:


Categories
DEVOCIONES Y ORACIONES FOROS DE LA VIRGEN MARÍA Foros de la Virgen María Retiro Videos

Retiro Espiritual: Orar para Sanar del Padre Gustavo Jamut

Videos del Retiro Espiritual del Padre Jamut.
Hay muchas personas que no pueden ir a retiros por razones de movilidad, porque los retiros son lejos o en otros países, por eso estamos trayendo este tipo de actividades en videos como un servicio a los hermanos.

 

padre gustavo jamut

 

Presentamos el video de un Retiro Espiritual del Padre Gustavo Jamut realizado el año 2013 en 4 videos.

Orar para Sanar 01 – Retiro Espiritual – Padre Gustavo Jamut

Orar para Sanar 02 – Retiro Espiritual – Padre Gustavo Jamut

Orar para Sanar 03 – Retiro Espiritual – Padre Gustavo Jamut

Orar para Sanar 04 – Retiro Espiritual – Padre Gustavo Jamut

Fuentes: La Fe Católica, Signos de estos Tiempos

 

Haga click para ver las otras noticias
¿Le gusto este artículo? Entre su email para recibir nuestra Newsletter, es un servicio gratis:
Categories
00 Todas las Advocaciones 10 Octubre ADVOCACIONES Y APARICIONES Foros de la Virgen María FOROS DE LA VIRGEN MARÍA

Biografía de San Francisco de Asís ( 4 de octubre)

Nació en Asís (Italia), en el año 1182. Después de una juventud disipada en diversiones, se convirtió, renunció a los bienes paternos y se entregó de lleno a Dios. Abrazó la pobreza y vivió una vida evangélica, predicando a todos el amor de Dios. Dio a sus seguidores unas sabias normas, que luego fueron aprobadas por la Santa Sede. Fundó una Orden de frailes y su primera seguidora mujer, Santa Clara que funda las Clarisas, inspirada por El.

Ciertamente no existe ningún santo que sea tan popular como él, tanto entre católicos como entre los protestantes y aun entre los no cristianos. San Francisco de Asís cautivó la imaginación de sus contemporáneos presentándoles la pobreza, la castidad y la obediencia con la pureza y fuerza de un testimonio radical.

Llegó a ser conocido como el Pobre de Asís por su matrimonio con la pobreza, su amor por los pajarillos y toda la naturaleza. Todo ello refleja un alma en la que Dios lo era todo sin división, un alma que se nutría de las verdades de la fe católica y que se había entregado enteramente, no sólo a Cristo, sino a Cristo crucificado.

 

NACIMIENTO Y VIDA FAMILIAR DE UN CABALLERO

Francisco nació en Asís, ciudad de Umbría, en el año 1182. Su padre, Pedro Bernardone, era comerciante. El nombre de su madre era Pica y algunos autores afirman que pertenecía a una noble familia de la Provenza. Tanto el padre como la madre de Francisco eran personas acomodadas.
Pedro Bernardone comerciaba especialmente en Francia. Como se hallase en dicho país cuando nació su hijo, la gente le apodó «Francesco» (el francés), por más que en el bautismo recibió el nombre de Juan.

En su juventud, Francisco era muy dado a las románticas tradiciones caballerescas que propagaban los trovadores. Disponía de dinero en abundancia y lo gastaba pródigamente, con ostentación. Ni los negocios de su padre, ni los estudios le interesaban mucho, sino el divertirse en cosas vanas que comúnmente se les llama «gozar de la vida». Sin embargo, no era de costumbres licenciosas y era muy generoso con los pobres que le pedían por amor de Dios.

 

HALLAZGO DE UN TESORO

Cuando Francisco tenía unos 20, estalló la discordia entre las ciudades de Perugia y Asís, y en la guerra, el joven cayó prisionero de los peruginos. La prisión duró un año, y Francisco la soportó alegremente. Sin embargo, cuando recobró la libertad, cayó gravemente enfermo. La enfermedad, en la que el joven probó una vez más su paciencia, fortaleció y maduró su espíritu. Cuando se sintió con fuerzas suficientes, determinó ir a combatir en el ejército de Galterío y Briena, en el sur de Italia. Con ese fin, se compró una costosa armadura y un hermoso manto. Pero un día en que paseaba ataviado con su nuevo atuendo, se topó con un caballero mal vestido que había caído en la pobreza; movido a compasión ante aquel infortunio, Francisco cambió sus ricos vestidos por los del caballero pobre. Esa noche vio en sueños un espléndido palacio con salas colmadas de armas, sobre las cuales se hallaba grabado el signo de la cruz y le pareció oír una voz que le decía que esas armas le pertenecían a él y a sus soldados.

Francisco partió a Apulia con el alma ligera y la seguridad de triunfar, pero nunca llegó al frente de batalla. En Espoleto, ciudad del camino de Asís a Roma, cayó nuevamente enfermo y, durante la enfermedad, oyó una voz celestial que le exhortaba a «servir al amo y no al siervo». El joven obedeció. Al principio volvió a su antigua vida, aunque tomándola menos a la ligera. La gente, al verle ensimismado, le decían que estaba enamorado. «Sí», replicaba Francisco, «voy a casarme con una joven más bella y más noble que todas las que conocéis». Poco a poco, con mucha oración, fue concibiendo el deseo de vender todos sus bienes y comprar la perla preciosa de la que habla el Evangelio.

Aunque ignoraba lo que tenía que hacer para ello, una serie de claras inspiraciones sobrenaturales le hizo comprender que la batalla espiritual empieza por la mortificación y la victoria sobre los instintos. Paseándose en cierta ocasión a caballo por la llanura de Asís, encontró a un leproso. Las llagas del mendigo aterrorizaron a Francisco; pero, en vez de huir, se acercó al leproso, que le tendía la mano para recibir una limosna. Francisco comprendió que había llegado el momento de dar el paso al amor radical de Dios. A pesar de su repulsa natural a los leprosos, venció su voluntad, se le acercó y le dio un beso. Aquello cambió su vida. Fue un gesto movido por el Espíritu Santo, pidiéndole a Francisco una calidad de entrega, un «sí» que distingue a los santos de los mediocres.

San Buenaventura nos dice que después de este evento, Francisco frecuentaba lugares apartados donde se lamentaba y lloraba por sus pecados. Desahogando su alma fue escuchado por el Señor. Un día, mientras oraba, se le apareció Jesús crucificado. La memoria de la pasión del Señor se grabó en su corazón de tal forma, que cada vez que pensaba en ello, no podía contener sus lágrimas y sollozos.

 

«FRANCISCO, REPARA MI IGLESIA, PUES YA VES QUE ESTÁ EN RUINAS»

A partir de entonces, comenzó a visitar y servir a los enfermos en los hospitales. Algunas veces regalaba a los pobres sus vestidos, otras, el dinero que llevaba. Les servía devotamente, porque el profeta Isaías nos dice que Cristo crucificado fue despreciado y tratado como un leproso. De este modo desarrollaba su espíritu de pobreza, su profundo sentido de humildad y su gran compasión. En cierta ocasión, mientras oraba en la iglesia de San Damián en las afueras de Asís, le pareció que el crucifijo le repetía tres veces: «Francisco, repara mi casa, pues ya ves que está en ruinas».

El santo, viendo que la iglesia se hallaba en muy mal estado, creyó que el Señor quería que la reparase; así pues, partió inmediatamente, tomó una buena cantidad de vestidos de la tienda de su padre y los vendió junto con su caballo. Enseguida llevó el dinero al pobre sacerdote que se encargaba de la iglesia de San Damián, y le pidió permiso de quedarse a vivir con él. El buen sacerdote consintió en que Francisco se quedase con él, pero se negó a aceptar el dinero. El joven lo depositó en el alféizar de la ventana. Pedro Bernardone, al enterarse de lo que había hecho su hijo, se dirigió indignado a San Damián. Pero Francisco había tenido buen cuidado de ocultarse.

 

RENUNCIA A LA HERENCIA DE SU PADRE

Al cabo de algunos días pasados en oración y ayuno, Francisco volvió a entrar en la población, pero estaba tan desfigurado y mal vestido, que la gente se burlaba de él como si fuese un loco. Pedro Bernardone, muy desconcertado por la conducta de su hijo, le condujo a su casa, le golpeó furiosamente (Francisco tenía entonces 25 años), le puso grillos en los pies y le encerró en una habitación.

La madre de Francisco se encargó de ponerle en libertad cuando su marido se hallaba ausente y el joven retornó a San Damián. Su padre fue de nuevo a buscarle ahí, le golpeó en la cabeza y le conminó a volver inmediatamente a su casa o a renunciar a su herencia y pagarle el precio de los vestidos que le había tomado. Francisco no tuvo dificultad alguna en renunciar a la herencia, pero dijo a su padre que el dinero de los vestidos pertenecía a Dios y a los pobres.

Su padre le obligó a comparecer ante el obispo Guido de Asís, quien exhortó al joven a devolver el dinero y a tener confianza en Dios: «Dios no desea que su Iglesia goce de bienes injustamente adquiridos». Francisco obedeció a la letra la orden del obispo y añadió: «Los vestidos que llevo puestos pertenecen también a mi padre, de suerte que tengo que devolvérselos». Acto seguido se desnudó y entregó sus vestidos a su padre, diciéndole alegremente: «Hasta ahora tú has sido mi padre en la tierra. Pero en adelante podré decir: “Padre nuestro, que estás en los cielos”.’ Pedro Bernardone abandonó el palacio episcopal «temblando de indignación y profundamente lastimado».

El Obispo regaló a Francisco un viejo vestido de labrador, que pertenecía a uno de sus siervos. Francisco recibió la primera limosna de su vida con gran agradecimiento, trazó la señal de la cruz sobre el vestido con un trozo de tiza y se lo puso.

 

LLAMADO A LA RENUNCIA Y A LA NEGACIÓN

Enseguida, partió en busca de un sitio conveniente para establecerse. Iba cantando alegremente las alabanzas divinas por el camino real, cuando se topó con unos bandoleros que le preguntaron quién era. El respondió: «Soy el heraldo del Gran Rey». Los bandoleros le golpearon y le arrojaron en un foso cubierto de nieve. Francisco prosiguió su camino cantando las divinas alabanzas. En un monasterio obtuvo limosna y trabajo como si fuese un mendigo. Cuando llegó a Gubbio, una persona que le conocía le llevó a su casa y le regaló una túnica, un cinturón y unas sandalias de peregrino. Francisco los usó dos años, al cabo de los cuales volvió a San Damián.

Para reparar la iglesia, fue a pedir limosna en Asís, donde todos le habían conocido rico y, naturalmente, hubo de soportar las burlas y el desprecio de más de un mal intencionado. El mismo se encargó de transportar las piedras que hacían falta para reparar la iglesia y ayudó en el trabajo a los albañiles. Una vez terminadas las reparaciones en la iglesia de San Damián, Francisco emprendió un trabajo semejante en la antigua iglesia de San Pedro. Después, se trasladó a una capillita llamada Porciúncula, que pertenecía a la abadía benedictina de Monte Subasio. Probablemente el nombre de la capillita aludía al hecho de que estaba construida en una reducida parcela de tierra.

La Porciúncula se hallaba en una llanura, a unos cuatro kilómetros de Asís y, en aquella época, estaba abandonada y casi en ruinas. La tranquilidad del sitio agradó a Francisco tanto como el título de Nuestra Señora de los Ángeles, en cuyo honor había sido erigida la capilla.

Francisco la reparó y fijó en ella su residencia. Ahí le mostró finalmente el cielo lo que esperaba de él, el día de la fiesta de San Matías del año 1209.
En aquella época, el evangelio de la misa de la fiesta decía: «Id a predicar, diciendo: El Reino de Dios ha llegado… Dad gratuitamente lo que habéis recibido gratuitamente… No poseáis oro … ni dos túnicas, ni sandalias, ni báculo …He aquí que os envío como corderos en medio de los lobos…» (Mat.10 , 7-19). Estas palabras penetraron hasta lo más profundo en el corazón de Francisco y éste, aplicándolas literalmente, regaló sus sandalias, su báculo y su cinturón y se quedó solamente con la pobre túnica ceñida con un cordón. Tal fue el hábito que dio a sus hermanos un año más tarde: la túnica de lana burda de los pastores y campesinos de la región. Vestido en esa forma, empezó a exhortar a la penitencia con tal energía, que sus palabras hendían los corazones de sus oyentes. Cuando se topaba con alguien en el camino, le saludaba con estas palabras: «La paz del Señor sea contigo».

DONES EXTRAORDINARIOS

Dios le había concedido ya el don de profecía y el don de milagros. Cuando pedía limosna para reparar la iglesia de San Damián, acostumbraba decir: «Ayudadme a terminar esta iglesia. Un día habrá ahí un convento de religiosas en cuyo buen nombre se glorificarán el Señor y la universal Iglesia». La profecía se verificó cinco años más tarde en Santa Clara y sus religiosas. Un habitante de Espoleto sufría de un cáncer que le había desfigurado horriblemente el rostro. En cierta ocasión, al cruzarse con San Francisco, el hombre intentó arrojarse a sus pies, pero el santo se lo impidió y le besó en el rostro. El enfermo quedó instantáneamente curado. San Buenaventura comentaba a este propósito: «No sé si hay que admirar más el beso o el milagro».

NUEVA ORDEN RELIGIOSA Y VISITA AL PAPA

Francisco tuvo pronto numerosos seguidores y algunos querían hacerse discípulos suyos. El primer discípulo fue Bernardo de Quintavalle, un rico comerciante de Asís. Al principio Bernardo veía con curiosidad la evolución de Francisco y con frecuencia le invitaba a su casa, donde le tenía siempre preparado un lecho próximo al suyo. Bernardo se fingía dormido para observar cómo el siervo de Dios se levantaba calladamente y pasaba largo tiempo en oración, repitiendo estas palabras: «Deus meus et omnia» (Mi Dios y mi todo). Al fin, comprendió que Francisco era «verdaderamente un hombre de Dios» y enseguida le suplicó que le admitiese corno discípulo.

Desde entonces, juntos asistían a misa y estudiaban la Sagrada Escritura para conocer la voluntad de Dios. Como las indicaciones de la Biblia concordaban con sus propósitos, Bernardo vendió cuanto tenía y repartió el producto entre los pobres.

Pedro de Cattaneo, canónigo de la catedral de Asís, pidió también a Francisco que le admitiese como discípulo y el santo les «concedió el hábito» a los dos juntos, el 16 de abril de 1209. El tercer compañero de San Francisco fue el hermano Gil, famoso por su gran sencillez y sabiduría espiritual.

En 1210, cuando el grupo contaba ya con 12 miembros, Francisco redactó una regla breve e informal que consistía principalmente en los consejos evangélicos para alcanzar la perfección. Con ella se fueron a Roma a presentarla para aprobación del Sumo Pontífice. Viajaron a pie, cantando y rezando, llenos de felicidad, y viviendo de las limosnas que la gente les daba.

En Roma no querían aprobar esta comunidad porque les parecía demasiado rígida en cuanto a pobreza, pero al fin un Cardenal dijo: «No les podemos prohibir que vivan como lo mandó Cristo en el Evangelio». Recibieron la aprobación, y se volvieron a Asís a vivir en pobreza, en oración, en santa alegría y gran fraternidad, junto a la iglesia de la Porciúncula. Inocencio III se mostró adverso al principio. Por otra parte, muchos cardenales opinaban que las órdenes religiosas ya existentes necesitaban de reforma, no de multiplicación y que la nueva manera de concebir la pobreza era impracticable.

El cardenal Juan Colonna alegó en favor de Francisco que su regla expresaba los mismos consejos con que el Evangelio exhortaba a la perfección. Más tarde, el Papa relató a su sobrino, quien a su vez lo comunicó a San Buenaventura, que había visto en sueños una palmera que crecía rápidamente y después, había visto a Francisco sosteniendo con su cuerpo la basílica de Letrán que estaba a punto de derrumbarse. Cinco años después, el mismo Pontífice tendría un sueño semejante a propósito de Santo Domingo. Inocencio III mandó, pues, llamar a Francisco y aprobó verbalmente su regla; enseguida le impuso la tonsura, así como a sus compañeros y les dio por misión predicar la penitencia.

LA PORCIÚNCULA

San Francisco y sus compañeros se trasladaron provisionalmente a una cabaña de Rivo Torto, en las afueras de Asís, de donde salían a predicar por toda la región. Poco después, tuvieron dificultades con un campesino que reclamaba la cabaña para emplearla como establo de su asno. Francisco respondió: «Dios no nos ha llamado a preparar establos para los asnos», y acto seguido abandonó el lugar y partió a ver al abad de Monte Subasio. En 1212, el abad regaló a Francisco la capilla de la Porciúncula, a condición de que la conservase siempre como la iglesia principal de la nueva orden. El santo se negó a aceptar la propiedad de la capillita y sólo la admitió prestada. En prueba de que la Porciúncula continuaba como propiedad de los benedictinos, Francisco les enviaba cada año, a manera de recompensa por el préstamo, una cesta de pescados cogidos en el riachuelo vecino.

Por su parte, los benedictinos correspondían enviándole un tonel de aceite. Tal costumbre existe todavía entre los franciscanos de Santa María de los Ángeles y los benedictinos de San Pedro de Asís.
Alrededor de la Porciúncula, los frailes construyeron varias cabañas primitivas, porque San Francisco no permitía que la orden en general y los conventos en particular, poseyesen bienes temporales. Había hecho de la pobreza el fundamento de su orden y su amor a la pobreza se manifestaba en su manera de vestirse, en los utensilios que empleaba y en cada uno de sus actos. Acostumbraba llamar a su cuerpo «el hermano asno», porque lo consideraba como hecho para transportar carga, para recibir golpes y para comer poco y mal. Cuando veía ocioso a algún fraile, le llamaba «hermano mosca», porque en vez de cooperar con los demás echaba a perder el trabajo de los otros y les resultaba molesto.

Poco antes de morir, considerando que el hombre está obligado a tratar con caridad a su cuerpo, Francisco pidió perdón al suyo por haberlo tratado tal vez con demasiado rigor. El santo se había opuesto siempre a las austeridades indiscretas y exageradas. En cierta ocasión, viendo que un fraile había perdido el sueño a causa del excesivo ayuno, Francisco le llevó alimento y comió con él para que se sintiese menos mortificado.

SOMETE LA CARNE A LAS ESPINAS; DIOS LE OTORGA SABIDURÍA

Al principio de su conversión, viéndose atacado por violentas tentaciones de impureza, solía revolcarse desnudo sobre la nieve. Cierta vez en que la tentación fue todavía más violenta que de ordinario, el santo se disciplinó furiosamente; como ello no bastase para alejarla, acabó por revolcarse sobre las zarzas y los abrojos.
Su humildad no consistía simplemente en un desprecio sentimental de sí mismo, sino en la convicción de que «ante los ojos de Dios el hombre vale por lo que es y no más». Considerándose indigno del sacerdocio, Francisco sólo llegó a recibir el diaconado. Detestaba de todo corazón las singularidades. Así cuando le contaron que uno de los frailes era tan amante del silencio que sólo se confesaba por señas, respondió disgustado: «Eso no procede del espíritu de Dios sino del demonio; es una tentación y no un acto de virtud.» Dios iluminaba la inteligencia de su siervo con una luz de sabiduría que no se encuentra en los libros. Cuando cierto fraile le pidió permiso para estudiar, Francisco le contestó que si repetía con devoción el «Gloria Patri», llegaría a ser sabio a los ojos de Dios y él mismo era el mejor ejemplo de la sabiduría adquirida en esa forma.

Sobre la pobreza de espíritu, Francisco decía: «Hay muchos que tienen por costumbre multiplicar plegarias y prácticas devotas, afligiendo sus cuerpos con numerosos ayunos y abstinencias; pero con una sola palabrita que les suena injuriosa a su persona o por cualquier cosa que se les quita, enseguida se ofenden e irritan. Estos no son pobres de espíritu, porque el que es verdaderamente pobre de espíritu, se aborrece a sí mismo y ama a los que le golpean en la mejilla».

LA NATURALEZA

Sus contemporáneos hablan con frecuencia del cariño de Francisco por los animales y del poder que tenía sobre ellos. Por ejemplo, es famosa la reprensión que dirigió a las golondrinas cuando iba a predicar en Alviano: «Hermanas golondrinas: ahora me toca hablar a mí; vosotras ya habéis parloteado bastante». Famosas también son las anécdotas de los pajarillos que venían a escucharle cuando cantaba las grandezas del Creador, del conejillo que no quería separarse de él en el Lago Trasimeno y del lobo de Gubbio amansado por el santo. Algunos autores consideran tales anécdotas como simples alegorías, en tanto que otros les atribuyen valor histórico.

AVENTURA DE AMOR CON DIOS

Los primeros años de la orden en Santa María de los Ángeles fueron un período de entrenamiento en la pobreza y la caridad fraternas. Los frailes trabajaban en sus oficios y en los campos vecinos para ganarse el pan de cada día. Cuando no había trabajo suficiente, solían pedir limosna de puerta en puerta; pero el fundador les había prohibido que aceptasen dinero. Estaban siempre prontos a servir a todo el mundo, particularmente a los leprosos y menesterosos.

San Francisco insistía en que llamasen a los leprosos «mis hermanos cristianos» y los enfermos no dejaban de apreciar esta profunda delicadeza. Les decía a los frailes: ¨Todos los hermanos procuren ejercitarse en buenas obras, porque está escrito: ‘Haz siempre algo bueno para que el diablo te encuentre ocupado’. Y también, ‘La ociosidad es enemiga del alma’. Por eso los siervos de Dios deben dedicarse continuamente a la oración o a alguna buena actividad.¨

El número de los compañeros del santo continuaba en aumento, entre ellos se contaba el famoso «juglar de Dios», fray Junípero; a causa de la sencillez del hermanito Francisco solía repetir: «Quisiera tener todo un bosque de tales juníperos». En cierta ocasión en que el pueblo de Roma se había reunido para recibir a fray Junípero, sus compañeros le hallaron jugando apaciblemente con los niños fuera de las murallas de la ciudad. Santa Clara acostumbraba llamarle «el juguete de Dios».

SANTA CLARA

Clara había partido de Asís para seguir a Francisco, en la primavera de 1212, después de oírle predicar. El santo consiguió establecer a Clara y sus compañeras en San Damián, y la comunidad de religiosas llegó pronto a ser, para los franciscanos, lo que las monjas de Prouille habían de ser para los dominicos: una muralla de fuerza femenina, un vergel escondido de oración que hacía fecundo el trabajo de los frailes.

EVANGELIZA A LOS MAHOMETANOS

En el otoño de ese año, Francisco, no contento con todo lo que había sufrido y trabajado por las almas en Italia, resolvió ir a evangelizar a los mahometanos. Así pues, se embarcó en Ancona con un compañero rumbo a Siria; pero una tempestad hizo naufragar la nave en la costa de Dalmacia. Como los frailes no tenían dinero para proseguir el viaje, se vieron obligados a esconderse furtivamente en un navío para volver a Ancona. Después de predicar un año en el centro de Italia (el señor de Chiusi puso entonces a la disposición de los frailes un sitio de retiro en Monte Alvernia, en los Apeninos de Toscana), San Francisco decidió partir nuevamente a predicar a los mahometanos en Marruecos. Pero Dios tenía dispuesto que no llegase nunca a su destino: el santo cayó enfermo en España y, después, tuvo que retornar a Italia. Ahí se consagró apasionadamente a predicar el Evangelio a los cristianos.

LA HUMILDAD Y OBEDIENCIA

San Francisco dio a su orden el nombre de «Frailes Menores» por humildad, pues quería que sus hermanos fuesen los siervos de todos y buscasen siempre los sitios más humildes. Con frecuencia exhortaba a sus compañeros al trabajo manual y, si bien les permitía pedir limosna, les tenía prohibido que aceptasen dinero. Pedir limosna no constituía para él una vergüenza, ya que era una manera de imitar la pobreza de Cristo. Sobre la excelsa virtud de la humildad, decía: «Bienaventurado el siervo a quien lo encuentran en medio de sus inferiores con la misma humildad que si estuviera en medio de sus superiores. Bienaventurado el siervo que siempre permanece bajo la vara de la corrección. Es siervo fiel y prudente el que, por cada culpa que comete, se apresura a expiarlas: interiormente, por la contrición y exteriormente por la confesión y la satisfacción de obra». El santo no permitía que sus hermanos predicasen en una diócesis sin permiso expreso del Obispo. Entre otras cosas, dispuso que «si alguno de los frailes se apartaba de la fe católica en obras o palabras y no se corregía, debería ser expulsado de la hermandad». Todas las ciudades querían tener el privilegio de albergar a los nuevos frailes, y las comunidades se multiplicaron en Umbría, Toscana, Lombardia y Ancona.

CRECE LA ORDEN

Se cuenta que en 1216, Francisco solicitó del Papa Honorio III la indulgencia de la Porciúncula o «perdón de Asís». El año siguiente, conoció en Roma a Santo Domingo, quien había predicado la fe y la penitencia en el sur de Francia en la época en que Francisco era «un gentilhombre de Asís». San Francisco tenía también la intención de ir a predicar en Francia. Pero, como el cardenal Ugolino (quien fue más tarde Papa con el nombre de Gregorio IX) le disuadiese de ello, envió en su lugar a los hermanos Pacífico y Agnelo. Este último había de introducir más tarde la Orden de los frailes menores en Inglaterra. El sabio y bondadoso cardenal Ugolino ejerció una gran influencia en el desarrollo de la Orden. Los compañeros de San Francisco eran ya tan numerosos, que se imponía forzosamente cierta forma de organización sistemática y de disciplina común. Así pues, se procedió a dividir a la Orden en provincias, al frente de cada una de las cuales se puso a un ministro, «encargado del bien espiritual de los hermanos; si alguno de ellos llegaba a perderse por el mal ejemplo del ministro, éste tendría que responder de él ante Jesucristo». Los frailes habían cruzado ya los Alpes y tenían misiones en España, Alemania y Hungría.

El primer capítulo general se reunió, en la Porciúncula, en Pentecostés del año de 1217. En 1219, tuvo lugar el capítulo «de las esteras», así llamado por las cabañas que debieron construirse precipitadamente con esteras para albergar a los delegados. Se cuenta que se reunieron entonces cinco mil frailes. Nada tiene de extraño que en una comunidad tan numerosa, el espíritu del fundador se hubiese diluido un tanto. Los delegados encontraban que San Francisco se entregaba excesivamente a la aventura y exigían un espíritu más práctico. Es que así les parecía lo que en realidad era una gran confianza en Dios.

El santo se indignó profundamente y replicó: «Hermanos míos, el Señor me llamó por el camino de la sencillez y la humildad y por ese camino persiste en conducirme, no sólo a mí sino a todos los que estén dispuestos a seguirme… El Señor me dijo que deberíamos ser pobres y locos en este mundo y que ése y no otro sería el camino por el que nos llevaría. Quiera Dios confundir vuestra sabiduría y vuestra ciencia y haceros volver a vuestra primitiva vocación, aunque sea contra vuestra voluntad y aunque la encontréis tan defectuosa».
Francisco les insistía en que amaran muchísimo a Jesucristo y a la Santa Iglesia Católica, y que vivieran con el mayor desprendimiento posible hacia los bienes materiales, y no se cansaba de recomendarles que cumplieran lo más exactamente posible todo lo que manda el Santo Evangelio.

EL MAYOR PRIVILEGIO: NO GOZAR DE PRIVILEGIO ALGUNO

Recorría campos y pueblos invitando a la gente a amar más a Jesucristo, y repetía siempre: ‘El Amor no es amado». La gente le escuchaba con especial cariño y se admiraba de lo mucho que sus palabras influían en los corazones para entusiasmarlos por Cristo y su Verdad. Sus palabras eran reflejo de su vida en imitación a Jesús, decía:
«El que ama verdaderamente a su enemigo no se apena de las injurias que éste le provoca, sino que sufre por amor de Dios a causa del pecado que arrastra el alma que lo ofendió. Y le manifiesta su amor con obras».

A quienes le propusieron que pidiese al Papa permiso para que los frailes pudiesen predicar en todas partes sin autorización del obispo, Francisco repuso: «Cuando los obispos vean que vivís santamente y que no tenéis intenciones de atentar contra su autoridad, serán los primeros en rogaros que trabajéis por el bien de las almas que les han sido confiadas. Considerad como el mayor de los privilegios el no gozar de privilegio alguno…» Al terminar el capítulo, San Francisco envió a algunos frailes a la primera misión entre los infieles de Túnez y Marruecos, y se reservó para sí la misión entre los sarracenos de Egipto y Siria. En 1215, durante el Concilio de Letrán, el Papa Inocencio III había predicado una nueva cruzada, pero tal cruzada se había reducido simplemente a reforzar el Reino Latino de oriente. Francisco quería blandir la espada de Dios.

San Francisco se fue a Tierra Santa a visitar en devota peregrinación los Santos Lugares donde Jesús nació, vivió y murió: Belén, Nazaret, Jerusalén, etc. En recuerdo de esta piadosa visita suya, los franciscanos están encargados desde hace siglos de custodiar los Santos Lugares de Tierra Santa.

MISIONERO ANTE EL SULTÁN

En junio de 1219, se embarcó en Ancona con 12 frailes. La nave los condujo a Damieta, en la desembocadura del Nilo. Los cruzados habían puesto sitio a la ciudad, y Francisco sufrió mucho al ver el egoísmo y las costumbres disolutas de los soldados de la cruz. Consumido por el celo de la salvación de los sarracenos, decidió pasar al campo del enemigo, por más que los cruzados le dijeron que la cabeza de los cristianos estaba puesta a precio. Habiendo conseguido la autorización del delegado pontificio, Francisco y el hermano Iluminado se aproximaron al campo enemigo, gritando: «¡Sultán, Sultán!». Cuando los condujeron a la presencia de Malek-al-Kamil, Francisco declaró osadamente: «No son los hombres quienes me han enviado, sino Dios todopoderoso.

Vengo a mostrarles, a ti y a tu pueblo, el camino de la salvación; vengo a anunciarles las verdades del Evangelio». El Sultán quedó impresionado y rogó a Francisco que permaneciese con él. El santo replicó: «Si tú y tu pueblo estáis dispuestos a oír la palabra de Dios, con gusto me quedaré con vosotros. Y si todavía vaciláis entre Cristo y Mahoma, manda encender una hoguera; yo entraré en ella con vuestros sacerdotes y así veréis cuál es la verdadera fe». El Sultán contestó que probablemente ninguno de los sacerdotes querría meterse en la hoguera y que no podía someterlos a esa prueba para no soliviantar al pueblo.

Cuentan que el Sultán llegó a decir: «Si todos los cristianos fueran como él, entonces valdría la pena ser cristiano». Pero el Sultán, Malek-al-Kamil, mandó a Francisco que volviese al campo de los cristianos. Desalentado al ver el reducido éxito de su predicación entre los sarracenos y entre los cristianos, el Santo pasó a visitar los Santos Lugares. Ahí recibió una carta en la que sus hermanos le pedían urgentemente que retornase a Italia.

LA CRISIS DEL ACOMODAMIENTO LLEVA A CLARIFICAR LA REGLA

Durante la ausencia de Francisco, sus dos vicarios, Mateo de Narni y Gregorio de Nápoles, habían introducido ciertas innovaciones que tendían a uniformar a los frailes menores con las otras órdenes religiosas y a encuadrar el espíritu franciscano en el rígido esquema de la observancia monástica y de las reglas ascéticas. Las religiosas de San Damián tenían ya una constitución propia, redactada por el cardenal Ugolino sobre la base de la regla de San Benito. Al llegar a Bolonia, Francisco tuvo la desagradable sorpresa de encontrar a sus hermanos hospedados en un espléndido convento. El Santo se negó a poner los pies en él y vivió con los frailes predicadores. Enseguida mandó llamar al guardián del convento franciscano, le reprendió severamente y le ordenó que los frailes abandonasen la casa.

Tales acontecimientos tenían a los ojos del Santo las proporciones de una verdadera traición: se trataba de una crisis de la que tendría que salir la Orden sublimada o destruida. San Francisco se trasladó a Roma donde consiguió que Honorio III nombrase al cardenal Ugolino protector y consejero de los franciscanos, ya que el purpurado había depositado una fe ciega en el fundador y poseía una gran experiencia en los asuntos de la Iglesia. Al mismo tiempo, Francisco se entregó ardientemente a la tarea de revisar la regla, para lo que convocó a un nuevo capítulo general que se reunió en la Porciúncula en 1221. El Santo presentó a los delegados la regla revisada. Lo que se refería a la pobreza, la humildad y la libertad evangélica, características de la Orden, quedaba intacto. Ello constituía una especie de reto del fundador a los disidentes y legalistas que, por debajo del agua, tramaban una verdadera revolución del espíritu franciscano. El jefe de la oposición era el hermano Elías de Cortona. El fundador había renunciado a la dirección de la Orden, de suerte que su vicario, fray Elías, era prácticamente el ministro general. Sin embargo, no se atrevió a oponerse al fundador, a quien respetaba sinceramente. En realidad, la Orden era ya demasiado grande, como lo dijo el propio San Francisco: «Si hubiese menos frailes menores, el mundo los vería menos y desearía que fuesen más.»

Al cabo de dos años, durante los cuales hubo de luchar contra la corriente cada vez más fuerte que tendía a desarrollar la orden en una dirección que él no había previsto y que le parecía comprometer el espíritu franciscano, el Santo emprendió una nueva revisión de la regla. Después la comunicó al hermano Elías para que éste la pasase a los ministros, pero el documento se extravió y el Santo hubo de dictar nuevamente la revisión al hermano León, en medio del clamor de los frailes que afirmaban que la prohibición de poseer bienes en común era impracticable.

La regla, tal como fue aprobada por Honorio III en 1223, representaba sustancialmente el espíritu y el modo de vida por el que había luchado San Francisco desde el momento en que se despojó de sus ricos vestidos ante el obispo de Asís.

LA TERCERA ORDEN

Unos dos años antes, San Francisco y el cardenal Ugolino habían redactado una regla para la cofradía de laicos que se habían asociado a los frailes menores y que correspondía a lo que actualmente llamamos Tercera Orden, fincada en el espíritu de la «Carta a todos los cristianos», que Francisco había escrito en los primeros años de su conversión. La cofradía, formada por laicos entregados a la penitencia, que llevaban una vida muy diferente de la que se acostumbraba entonces, llegó a ser una gran fuerza religiosa en la Edad Media. En el derecho canónico actual, los terciarios de las diversas órdenes gozan todavía de un estatuto específicamente diferente del de los miembros de las cofradías y congregaciones marianas.

LA REPRESENTACIÓN DEL NACIMIENTO DE JESÚS

San Francisco pasó la Navidad de 1223 en Grecehio, en el valle de Rieti. Con tal ocasión, había dicho a su amigo, Juan da Vellita: «Quisiera hacer una especie de representación viviente del nacimiento de Jesús en Belén, para presenciar, por decirlo así, con los ojos del cuerpo la humildad de la Encarnación y verle recostado en el pesebre entre el buey y el asno». En efecto, el Santo construyó entonces en la ermita una especie de cueva y los campesinos de los alrededores asistieron a la misa de medianoche, en la que Francisco actuó como diácono y predicó sobre el misterio de la Natividad.
Se le atribuye haber comenzado en aquella ocasión la tradición del «belén» o «nacimiento». Nos dice Tomás Celano en su biografía del Santo: «La Encarnación era un componente clave en la espiritualidad de Francisco. Quería celebrar la Encarnación en forma especial. Quería hacer algo que ayudase a la gente a recordar al Cristo Niño y cómo nació en Belén».

San Francisco permaneció varios meses en el retiro de Grecehio, consagrado a la oración, pero ocultó celosamente a los ojos de los hombres las gracias especialísimas que Dios le comunicó en la contemplación. El hermano León, que era su secretario y confesor, afirmó que le había visto varias veces durante la oración elevarse tan alto sobre el suelo, que apenas podía alcanzarle los pies y, en ciertas ocasiones, ni siquiera eso.

LOS ESTIGMAS

Alrededor de la fiesta de la Asunción de 1224, el Santo se retiró a Monte Alvernia y se construyó ahí una pequeña celda. Llevó consigo al hermano León, pero prohibió que fuese alguien a visitarle hasta después de la fiesta de San Miguel. Ahí fue donde tuvo lugar, alrededor del día de la Santa Cruz de 1224, el milagro de los estigmas, del que hablamos el 17 de septiembre. Francisco trató de ocultar a los ojos de los hombres las señales de la Pasión del Señor que tenía impresas en el cuerpo; por ello, a partir de entonces llevaba siempre las manos dentro de las mangas del hábito y usaba medias y zapatos.

Sin embargo, deseando el consejo de sus hermanos, comunicó lo sucedido al hermano Iluminado y a algunos otros, pero añadió que le habían sido reveladas ciertas cosas que jamás descubriría a hombre alguno sobre la tierra.

En cierta ocasión en que se hallaba enfermo, alguien propuso que se le leyese un libro para distraerle. El Santo respondió: «Nada me consuela tanto como la contemplación de la vida y Pasión del Señor. Aunque hubiese de vivir hasta el fin del mundo, con ese solo libro me bastaría». Francisco se había enamorado de la santa pobreza, mientras contemplaba a Cristo crucificado y meditaba en la nueva crucifixión que sufría en la persona de los pobres.

El santo no despreciaba la ciencia, pero no la deseaba para sus discípulos. Los estudios sólo tenían razón de ser como medios para un fin y sólo podían aprovechar a los frailes menores, si no les impedían consagrar a la oración un tiempo todavía más largo y si les enseñaban más bien, a predicarse a sí mismos que a hablar a otros. Francisco aborrecía los estudios que alimentaban más la vanidad que la piedad, porque entibiaban la caridad y secaban el corazón. Sobre todo, temía que la señora Ciencia se convirtiese en rival de la dama Pobreza. Viendo con cuánta ansiedad acudían a las escuelas y buscaban los libros sus hermanos, Francisco exclamó en cierta ocasión: «Impulsados por el mal espíritu, mis pobres hermanos acabarán por abandonar el camino de la sencillez y de la pobreza».

En sus escritos, esto es lo que el Santo nos dejó dicho sobre la vigilancia del corazón: “Cuidémonos mucho de la malicia y astucia de Satanás, el cual quiere que el hombre no tenga su mente y su corazón dirigidos a Dios. Y anda dando vueltas buscando adueñarse del corazón del hombre y, bajo la apariencia de alguna recompensa o ayuda, ahogar en su memoria la palabra y los preceptos del Señor, e intenta cegar el corazón del hombre mediante las actividades y preocupaciones mundanas, y fijar allí su morada”.

Antes de salir de Monte Alvernia, el Santo compuso el «Himno de alabanza al Altísimo». Poco después de la fiesta de San Miguel bajó finalmente al valle, marcado por los estigmas de la Pasión y curó a los enfermos que le salieron al paso.

LA HERMANA MUERTE

Las calientísimas arenas del desierto de Egipto afectaron la vista de Francisco hasta el punto de estar casi completamente ciego. Los dos últimos años de la vida de Francisco fueron de grandes sufrimientos que parecía que la copa se había llenado y rebalsado. Fuertes dolores debido al deterioro de muchos de sus órganos (estómago, hígado y el bazo), consecuencias de la malaria contraida en Egipto. En los más terribles dolores, Francisco ofrecía a Dios todo como penitencia, pues se consideraba gran pecador y para la salvación de las almas. Era durante su enfermedad y dolor donde sentía la mayor necesidad de cantar.

Su salud iba empeorando, los estigmas le hacían sufrir y le debilitaban, y casi había perdido la vista. En el verano de 1225 estuvo tan enfermo, que el cardenal Ugolino y el hermano Elías le obligaron a ponerse en manos del médico del Papa en Rieti. El Santo obedeció con sencillez. De camino a Rieti fue a visitar a Santa Clara en el convento de San Damián. Ahí, en medio de los más agudos sufrimientos físicos, escribió el «Cántico del hermano Sol» y lo adaptó a una tonada popular para que sus hermanos pudiesen cantarlo.

Después se trasladó a Monte Rainerio, donde se sometió al tratamiento brutal que el médico le había prescrito, pero la mejoría que ello le produjo fue sólo momentánea. Sus hermanos le llevaron entonces a Siena a consultar a otros médicos, pero para entonces el Santo estaba moribundo. En el testamento que dictó para sus frailes, les recomendaba la caridad fraterna, los exhortaba a amar y observar la santa pobreza, y a amar y honrar a la Iglesia. Poco antes de su muerte, dictó un nuevo testamento para recomendar a sus hermanos que observasen fielmente la regla y trabajasen manualmente, no por el deseo de lucro, sino para evitar la ociosidad y dar buen ejemplo. «Si no nos pagan nuestro trabajo, acudamos a la mesa del Señor, pidiendo limosna de puerta en puerta».

Cuando Francisco volvió a Asís, el Obispo le hospedó en su propia casa. Francisco rogó a los médicos que le dijesen la verdad, y éstos confesaron que sólo le quedaban unas cuantas semanas de vida. «¡Bienvenida, hermana Muerte!», exclamó el Santo y acto seguido, pidió que le trasportasen a la Porciúncula. Por el camino, cuando la comitiva se hallaba en la cumbre de una colina, desde la que se dominaba el panorama de Asís, pidió a los que portaban la camilla que se detuviesen un momento y entonces volvió sus ojos ciegos en dirección a la ciudad e imploró las bendiciones de Dios para ella y sus habitantes.

Después mandó a los camilleros que se apresurasen a llevarle a la Porciúncula. Cuando sintió que la muerte se aproximaba, Francisco envió a un mensajero a Roma para llamar a la noble dama Giacoma di Settesoli, que había sido su protectora, para rogarle que trajese consigo algunos cirios y un sayal para amortajarle, así como una porción de un pastel que le gustaba mucho.

Felizmente, la dama llegó a la Porciúncula antes de que el mensajero partiese. Francisco exclamó: «¡Bendito sea Dios que nos ha enviado a nuestra hermana Giacoma! La regla que prohibe la entrada a las mujeres no afecta a nuestra hermana Giacoma. Decidle que entre».

El Santo envió un último mensaje a Santa Clara y a sus religiosas, y pidió a sus hermanos que entonasen los versos del «Cántico del Sol» en los que alaba a la muerte. Enseguida rogó que le trajesen un pan y lo repartió entre los presentes en señal de paz y de amor fraternal diciendo: «Yo he hecho cuanto estaba de mi parte, que Cristo os enseñe a hacer lo que está de la vuestra”. Sus hermanos le tendieron por tierra y le cubrieron con un viejo hábito. Francisco exhortó a sus hermanos al amor de Dios, de la pobreza y del Evangelio, «por encima de todas las reglas», y bendijo a todos sus discípulos, tanto a los presentes como a los ausentes.

Murió el 3 de octubre de 1226, después de escuchar la lectura de la Pasión del Señor según San Juan. Francisco había pedido que le sepultasen en el cementerio de los criminales de Colle d’lnferno. En vez de hacerlo así, sus hermanos llevaron al día siguiente el cadáver en solemne procesión a la iglesia de San Jorge, en Asís. Ahí estuvo depositado hasta dos años después de la canonización. En 1230, fue secretamente trasladado a la gran basílica construida por el hermano Elías.

El cadáver desapareció de la vista de los hombres durante seis siglos, hasta que en 1818, tras 52 días de búsqueda, fue descubierto bajo el altar mayor, a varios metros de profundidad. El Santo no tenía más que 44 o 45 años al morir. No podemos relatar aquí ni siquiera en resumen, la azarosa y brillante historia de la Orden que fundó. Digamos simplemente que sus tres ramas: la de los frailes menores, la de los frailes menores capuchinos y la de los frailes menores conventuales forman el instituto religioso más numeroso que existe actualmente en la Iglesia. Y, según la opinión del historiador David Knowles, al fundar ese instituto, San Francisco «contribuyó más que nadie a salvar a la Iglesia de la decadencia y el desorden en que había caído durante la Edad Media».

¡San Francisco de Asís: pídele a Jesús que lo amemos tan intensamente como lo lograste amar tú!

Fuente: corazones.org

Entre su email para recibir nuestra Newsletter Semanal en modo seguro, es un servicio gratis: