Cuál es el camino que han emprendido los obispos alemanes.

La Iglesia Católica está al borde del cisma en este momento.

Sólo los que siguen los temas internos de la Iglesia lo conocen.

Los obispos alemanes están firmes con su proyecto de ordenar mujeres sacerdotes, curas casados y bendecir a las parejas no heterosexuales, lo que significaría una ruptura de la Iglesia alemana con el Vaticano.

Esto no es una amenaza, porque del 12 al 16 de mayo, coincidente con el día de la Fiesta de Nuestra Señora de Fátima, habrá un suceso que conmoverá las bases católicas mundiales y que significa la rebelión de los obispos alemanes contra el Vaticano, y de hecho la división de la Iglesia.

Un cisma ya estaba predicho por varios videntes y se está desarrollando.

Aquí te vamos a contar lo que sucede y los entretelones a través de las últimas décadas.

Está previsto que del 12 al 16 de mayo habrá en Alemania una especie de celebración mega «ecuménica» en la que todos los cristianos podrán recibir la Sagrada Comunión, no importa que sean católicos, luteranos, calvinistas o de cualquier otra religión cristiana.

También habrá bendición de todas parejas, basta que se “amen” no importa que sean parejas del mismo o de diferente sexo.

Por lo tanto tendrá lugar una masiva rebelión a lo que la Congregación para la Doctrina de la Fe reprobó en documento del 15 de marzo de 2021, porque se trata de una unión no ordenada al designio de Dios según la Biblia.

La Iglesia Alemana está inmersa en un camino sinodal, por fuera a la autoridad general de la Iglesia universal.

Están en marcha una serie de cambios que implican la consagración de mujeres como sacerdotes, que los curas se casen, que se bendigan las uniones no heterosexuales y que los laicos dirijan parroquias y otros cargos reservados a los ordenados. 

Bajo este plan, los laicos estarían predicando homilías y los sacerdotes serían dispensadores sacramentales y nada más. 

Todo lleva a pensar en un cisma, porque de realizarse provocaría una ruptura de la iglesia católica alemana con Roma.

Tal como sucedió en el Cisma de Oriente y Occidente ocurrido en 1054, cuando el máximo jerarca de la Iglesia católica en Roma, san León IX, y la máxima autoridad de la Iglesia ortodoxa, el patriarca de Constantinopla, Miguel I Cerulario, se excomulgaron mutuamente. 

Lo que sucede en Alemania es por dos cosas, por el modernismo de la teología alemana y por la bonanza económica que tiene la Iglesia alemana, a pesar de perder año a año gran cantidad de fieles.

Empecemos por eso.

Los católicos en Alemania tienen que registrarse y luego pagar un impuesto eclesiástico de alrededor del 8 por ciento de sus ingresos. 

Cuando un católico renuncia oficialmente a su membresía en la Iglesia, ya no tiene que pagar el impuesto, pero también se le niegan los sacramentos.

En los viejos tiempos, el cobro de los sacramentos se llamaba «simonía» y está penado en la Iglesia, no así en Alemania. 

En 2019, por ejemplo, más de 272.000 católicos abandonaron la iglesia.

En Colonia, Alemania, la computadora de un tribunal administrativo de la ciudad, utilizada para formalizar las salidas de la iglesia se sobrecargó, informó la Deutsche Welle.

Sin embargo, este impuesto generó casi U$S 8 mil millones en ingresos para la Iglesia alemana ese año. 

Con iglesias cada vez más vacías y una gran cantidad de dinero, es natural que la Iglesia alemana sea vista por ellos como un modelo para otras iglesias en Occidente. 

Cuando tienes un montón de dinero y muy pocos laicos problemáticos a quienes ministrar, porque los católicos están renunciando a raudales, eso significa trabajos administrativos bien financiados para todos, con deberes mínimos.

Y por otro lado, a la finalización del Concilio Vaticano II, la teología alemana fue fuertemente influenciada por el teólogo Hans Kung, padre de todas estas ideas.

Pero durante 60 años, desde su ordenación en 1951 hasta su abdicación en 2013, Joseph Ratzinger se convirtió en una especie de ancla en mares tormentosos.

Durante generaciones, un gran número de obispos alemanes han estado del lado protestante en muchas cuestiones. 

Pero Ratzinger los había mantenido católicos.

Ratzinger era el hombre de Roma para contener la teología alemana dentro de la tradición católica

En 1977 Pablo VI nombraría al profesor Ratzinger como nuevo arzobispo de Múnich y cardenal. 

Y en 1981, Juan Pablo II nombraría al cardenal Ratzinger como prefecto de la Congregación de la Doctrina de la Fe. 

En su última visita a Alemania en 2011, Benedicto XVI entregó una devastadora evaluación al Comité Central de Católicos Alemanes, la fuerza impulsora detrás del actual «camino sinodal»:

«La Iglesia en Alemania está magníficamente organizada. Pero detrás de las estructuras, ¿hay también una fuerza espiritual correspondiente, la fuerza de la fe en el Dios vivo?»

Y les sentenció,

«La verdadera crisis a la que se enfrenta la Iglesia en el mundo occidental es una crisis de fe. 

Si no encontramos una manera de renovar genuinamente nuestra fe, toda reforma estructural seguirá siendo ineficaz»

El desafío que enfrentaron Pablo VI, Juan Pablo II y Benedicto XVI fue prevenir el cisma. 

Ellos temían que vendría del lado “progresista”. 

Y a través de una serie de decisiones hábiles y valientes, desde la Humanae Vitae y el Credo del Pueblo de Dios, hasta el Catecismo de la Iglesia Católica y Veritatis Splendor, los timoneles mantuvieron a la Iglesia unida en la verdad de Cristo durante las tempestades.

Pero ahora, desaparecida la influencia de Ratzinger, se acerca la catástrofe posconciliar largamente temida y evitada: el cisma. 

Francisco ha dejado claro que el “Camino sinodal” alemán es inaceptable y debe abandonarse como se formuló originalmente. 

Aunque la prédica de Francisco era a favor de la sinodalidad para toda la Iglesia, lo que le quita fuerza a su posición actual.

Francisco escribió una carta larga a la Iglesia de Alemania en junio de 2019, advirtiendoles que su camino terminaría “multiplicando y alimentando los males que quería vencer”.

Pero los alemanes hicieron caso omiso de las objeciones.

En 2021 La Congregación para la Doctrina de Fe intervino en la práctica de bendecir las uniones entre personas del mismo sexo, que ya se estaba llevando a cabo de manera ilícita en algunas parroquias alemanas, y sin duda será una de las decisiones del «camino sinodal».

Pero la mayoría de los obispos alemanes han dicho que «… no hay una sola verdad del mundo religioso, moral y político, y ninguna forma de pensamiento que pueda reclamar la máxima autoridad», lo cual significa una rebelión contra la autoridad del Vaticano.

La vía sinodal alemana corregirá al Señor Jesús sobre la constitución de la Iglesia y su gobierno episcopal 

Es una medida confeccionada por académicos ideológicamente progresistas y burócratas de la Iglesia impulsados por el poder. 

Es apostasía al servicio del credo posmoderno que sostienen que aún dentro de la Iglesia Católica puede haber “tu verdad” y “mi verdad” pero nada propiamente como una verdad objetiva, la que está plasmada por las palabras de Jesucristo en la Biblia.

No hay ningún misterio en cuanto a hacia dónde conducirá el camino: cambios en la enseñanza de la Iglesia sobre el matrimonio, el divorcio, la sexualidad y la anticoncepción; cambios en la enseñanza sobre las órdenes sagradas; y la disminución de la autoridad de los obispos para gobernar la Iglesia. 

Francisco sabe lo que está en juego y que toda su agenda y el legado de su pontificado están en juego. 

Si el cisma se llevara a cabo, sus prioridades de “sinodalidad” y “discernimiento” quedarían desacreditadas en la práctica.

Está claramente en contra, porque un Papa que preside un cisma es un Papa fallido según lo que ha sucedido en la historia de la Iglesia.

Es por eso que el Papa Francisco ha dejado muy claro que el camino sinodal alemán es inaceptable y debe abandonarse como se formuló originalmente. 

Y por eso ha emprendido la batalla por Alemania con considerable vigor.

Así Roma pudo evitar que la Diócesis alemana de Trier ‘racionalizara’ las 887 parroquias en solo 35 ‘megaparroquias’, dirigidas sólo por laicos y algún que otro sacerdote.

Mientras los directores del «camino sinodal» alemán han tratado sus intervenciones con desprecio y desdén, e ignoraron por completo sus súplicas a favor de la unidad católica en la doctrina y la disciplina.

El presidente de la conferencia episcopal alemana el obispo Georg Batzing dijo que continuaría dando la Sagrada Comunión a los protestantes que la soliciten. 

Al tiempo que el Vaticano le dijo al obispo, a través de una carta, que:

“Las diferencias doctrinales siguen siendo tan importantes que actualmente descartan la participación recíproca en la Cena del Señor y la Eucaristía a los protestantes”.

Porque sólo aquellos que están unidos en las mismas creencias, como la adhesión a los siete sacramentos y las enseñanzas del Catecismo de la Iglesia Católica, pueden recibir la eucaristía.

Ante esta situación que se hace cada vez más compleja, por ejemplo el Movimiento Sacerdotal Mariano, ha instado al mundo a crear muchos Cenáculos de Oración empezando desde ahora mismo.

Con el objetivo de que el Corazón Inmaculado de María pueda interceder para impedir el sacrilegio que sucedería en mayo de 2021 en Alemania, justo alrededor del 13 de mayo, la fiesta de Fátima: eucaristía a no católicos y bendición a parejas no heterosexuales.

Bueno hasta aquí lo que te queríamos contar sobre el peligro de Cisma que se cierne sobre la Iglesia Católica que empezaría por Alemania y se podría extender por el norte de Europa.

Y me gustaría preguntarte si tu piensas que al final el Vaticano podrá detener el cisma o no.

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