Desde antes del Concilio Vaticano II, el teólogo Joseph Ratzinger consideraba que la Iglesia se había convertido en una organización de paganos, que dejaron de creer y se identificaban cada vez más con el mundo. Después vino el Concilio Vaticano II, que fue interpretado por muchos como una forma de asimilarse aún más al mundo.  

El contenido de este artículo se ha subsumido en este otro.

 

 

Entre su email para recibir nuestra Newsletter Semanal en modo seguro, es un servicio gratis: