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El tiempo y el espacio de Dios.

 

Una de las cosas que algunos católicos han criticado de Francisco es lo que llaman el poco cuidado de la liturgia, lo que ha puesto un interrogante en lo que realmente piensa sobre la misa.

 

papa francisco inciensando

 

Pero el lunes 10 de febrero, repentinamente, Francisco ha roto el silencio y ha dedicado toda la homilía de la misa matutina en la capilla de Santa Marta a la liturgia, diciendo cosas que, desde que es Papa, no había dicho nunca anteriormente.

Esa mañana en la misa se leía el primer libro de los Reyes, cuando durante el reino de Salomón la nube, la gloria divina, inundó el cielo y «el Señor decidió habitar en la nube».

Tomando como punto de partida esta «teofanía», el Papa Francisco ha dicho que «en la liturgia eucarística Dios está presente» de manera aún «más cercana» que en la nube en el templo; la suya «es una presencia real».

Y ha continuado:

«Cuando hablo de liturgia me refiero principalmente a la santa misa. La misa no es una representación, es otra cosa. Es vivir otra vez la pasión y la muerte redentora del Señor. Es una teofanía: el Señor se hace presente en el altar para ser ofrecido al Padre para la salvación del mundo».

Más adelante el Papa ha dicho:

«La liturgia es tiempo de Dios y espacio de Dios, y nosotros debemos ponernos allí en el tiempo de Dios, en el espacio de Dios y no mirar el reloj. La liturgia es precisamente entrar en el misterio de Dios, dejarse llevar hacia el misterio y estar en el misterio. Es la nube de Dios que nos envuelve a todos».

Y refiriéndose a Jesucristo expresó:

“Hay que tener siempre claro  que la Eucaristía no es algo que hacemos nosotros; no es una conmemoración nuestra de lo que Jesús dijo e hizo. No. Es obra de Cristo; es un don de Cristo, que se hace presente y nos reúne a su alrededor para nutrirnos con su Palabra y su vida. Esto significa que la misión y la identidad de la Iglesia brotan de allí: de la Eucaristía y siempre allí asumen forma… Una celebración puede resultar impecable, bellisíma, desde un punto de vista externo, pero si no nos lleva al encuentro con Jesucristo, corre el peligro de no aportar alimento alguno a nuestro corazón y a nuestra vida. A través de la Eucaristía, Cristo quiere entrar en nuestra existencia y llenarla de su gracia, de modo que en cualquier comunidad cristiana haya coherencia entre liturgia y vida”.

Trajo también el recuerdo de un hecho de su infancia:

«Recuerdo que cuando era niño, cuando nos preparaban para la primera comunión, nos hacían cantar: “’Oh santo altar, custodiado por los ángeles” y esto nos hacía entender que el altar estaba verdaderamente custodiado por los ángeles, nos daba el sentido de la gloria de Dios, del espacio de Dios, del tiempo de Dios».

Cerca ya de la conclusión, Francisco ha invitado a los presentes a

«pedir hoy al Señor que de a todos este sentido de lo sagrado, este sentido que nos haga entender que una cosa es rezar en casa, rezar el rosario, rezar tantas bellas oraciones, hacer el via crucis, leer la Biblia, y otra cosa es la celebración eucarística. En la celebración entramos en el misterio de Dios, en ese camino que nosotros no podemos controlar. Él solo es el único, él es la gloria, él es la potencia. Pidamos esta gracia: que el Señor nos enseñe a entrar en el misterio de Dios».

Fuentes: VIS, Sandro Magister, Signos de estos Tiempos 

 

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