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Cómo se puede evitar o mitigar una gran tribulación sobre el mundo.

Hemos entrado en el tiempo de las tribulaciones, así lo muestran los hechos que suceden en el mundo y lo advierten mensajes de Nuestra Señora dados a los videntes actuales.

El pecado sigue en aumento en calidad y cantidad y no existe suficiente reparación.

Y en las apariciones de Akita, aprobadas por la Iglesia, hay una fuerte advertencia sobre un castigo a la humanidad, porque la ira de Dios está al tope.

Pero también Nuestra Señora ha indicado cómo debemos reparar las heridas infligidas a Dios por los pecados, para que Su santa ira no se desborde.

Esto ha pasado desapercibido porque los comentaristas de Akita se han centrado en lo que hace más ruido y por eso muchos quedaron con la impresión de que las apariciones de Akita sólo predicen grandes desastres, y no es así.

El mensaje es un gran condicional que nos dice que sólo si no hay arrepentimiento y reparación a través del Sagrado Corazón podrán venir esos desastres.

Y nosotros no estamos en condiciones de lograr el arrepentimiento de la mayoría de los seres humanos por los pecados, pero podemos hacer reparación.

Aquí hablaremos de las formas en que el cielo nos ha indicado, en mensajes de varias apariciones, sobre cómo podemos hacer reparación al Sagrado Corazón de Jesús, incluyendo oraciones.

El convento de las Siervas de la Sagrada Eucaristía en Akita, Japón, se convirtió en un sitio de múltiples eventos sobrenaturales de 1973 a 1985.  

Se reportaron visiones de luz brillante emanando del tabernáculo, junto con una especie de humo en el santuario, e incluso una multitud de seres semejantes a ángeles que rodeaban el altar en adoración, lo que fue observado incluso por el obispo local.

Y más tarde, cientos de personas fueron testigos de una estatua de la Santísima Virgen llorando en 101 ocasiones. 

En este período la monja sorda Agnes Sasagawa recibió visiones y mensajes de su Ángel de la Guarda y de la Santísima Virgen, algunas de las cuales contenían terribles advertencias y un llamado a la oración y la penitencia. 

El 3 de agosto de 1973, la Santísima Virgen María le dijo, mientras oraba en la capilla del convento,  

«Muchos hombres en este mundo afligen al Señor… El Padre Celestial se dispone a infligir un gran castigo a toda la humanidad». 

Y añadió,

«Yo he impedido la venida de calamidades ofreciéndole los sufrimientos del Hijo en la Cruz, Su Sangre Preciosa y las almas amadas que lo consuelan formando una cohorte de almas víctimas. 

La oración, la penitencia y los sacrificios valientes pueden suavizar la ira del Padre.» 

Y en su último mensaje, el 13 de octubre de 1973, aniversario del Milagro del Sol en Fátima, Nuestra Señora le dio un mensaje muy fuerte sobre la Iglesia, dijo,  

«La obra del diablo se infiltrará incluso en la Iglesia, de tal manera que se verán cardenales contra cardenales, obispos contra otros obispos … la Iglesia estará llena de los que aceptan compromisos». 

El 22 de abril de 1984, el obispo John Shojiro Ito declaró que los eventos de Akita eran sobrenaturales, incluido el milagro de la restauración permanente de la audición de la Hermana Agnes, como la Santísima Virgen María le había prometido en 1982.  

Y el Cardenal Joseph Ratzinger declaró en 1988 que las apariciones de Akita son una continuación de las de Fátima de 1917.

En estas apariciones ha habido un llamado a la reparación que es poco conocido y que está relacionado con el Sagrado Corazón de Jesús.

El 5 de julio de 1973, un ángel despertó a Sor Agnes, alrededor de las tres de la mañana y le dijo,

«El mundo hoy hiere al Sacratísimo Corazón de Nuestro Señor con sus ingratitudes e injurias.

Las heridas de María son mucho más profundas y dolorosas que las vuestras. Vayamos a rezar juntos a la capilla».

Y entonces el ángel, la Virgen María y Sor Agnes oraron juntos,

«Sacratísimo Corazón de Jesús, verdaderamente presente en la Sagrada Eucaristía, consagro mi cuerpo y mi alma para ser enteramente uno con Tu Corazón, sacrificado a cada instante en todos los altares del mundo y dando alabanza al Padre, implorando por la venida de Su Reino».

En esta oración vemos entonces que la devoción al Sagrado Corazón es la puerta para suavizar la ira de Dios y evitar el castigo por los pecados de la humanidad.

Lo que fue corroborado en la última aparición Nuestra Señora le dijo a Sor Agnes,

«Los hombres deben arrepentirse y mejorarse.

Las únicas armas que les quedarán serán el Rosario y la Señal dejada por Mi Hijo».

¿Y cuál es esa señal dejada por Jesús?

La devoción a Su Sagrado Corazón.

Esta devoción al Sagrado Corazón tiene como gran antecedente las apariciones a Santa María Margarita de Alacoque, a quien se le representó el Corazón de Jesús como en un trono, derramando rayos por todos lados, el 2 de julio de 1674.

La herida en el corazón que recibió en la Cruz era claramente visible y una corona de espinas lo rodeaba, rematada por una cruz.    

Y le dio a entender que aquellos instrumentos de la pasión significaban que la fuente de todos sus sufrimientos había sido el amor sin límites de su Corazón por los hombres.

Que todos los tormentos e injurias le habían sido puestos delante, desde el primer momento de Su Encarnación.

Que la Cruz fue, por así decirlo, plantada en Su Corazón, desde ese momento. 

Y que desde ese mismo momento, aceptó todas las penas y humillaciones que su sagrada humanidad había de sufrir en el curso de su vida mortal, junto con todos los ultrajes a los que había de exponerse hasta el final de los tiempos por amor a la humanidad.

Y dijo que deseaba que esa representación fuera expuesta públicamente para tocar los corazones insensibles de los hombres.

Y siglos más tarde Jesús se apareció el 22 de febrero de 1931 a Santa Faustina Kowalska, con la mano derecha en señal de bendición y con la izquierda indicando su propio Corazón, del cual salían dos rayos. 

Y le dijo, «mi corazón es misericordia, de este mar de misericordia brotan gracias sobre el mundo».

Pero le agregó, «el que se niega a pasar por la puerta de mi misericordia debe pasar por la puerta de mi justicia».

De modo que el Corazón de Jesús es misericordioso, anhela el amor de los hombres, espera que los hombres se arrepientan de sus pecados y reparen las heridas de Su corazón.

Y si no lo hacen, el corazón misericordioso aplicará su justicia, de la forma en que lo advirtió en Akita.

¿Y cómo podemos hacer reparación al Sagrado Corazón de Jesús por nuestros pecados y los pecados del mundo para evitar los castigos manifestados en Akita?

Podemos hablar de un repertorio de acciones que incluyan la Consagración personal y de la familia al sagrado Corazón, recitar oraciones de desagravio e imitar el amor del corazón de Jesús por los demás y la entronización en el hogar de una imagen del Sagrado Corazón.

Esto funciona. Se dice que los habitantes de Antioquía detuvieron un violento terremoto escribiendo en las puertas de sus casas las siguientes palabras, Cristo está con nosotros, ¡alto!. 

Lo cual es un antecedente del pequeño Escapulario del Sagrado Corazón que le llamamos Detente, y que le pidió Nuestra Señora a la propia Santa Margarita María.

El 2 de marzo de 1686 Ella le dice «Jesús desea que mandes a hacer unas placas de cobre con la imagen de su Sagrado Corazón para que todos aquellos que quisieran ofrecerle un homenaje las pongan en sus casas, y unas pequeñas para llevarlas puestas».

Pero hay una devoción que ha sido la más característica del Sagrado Corazón y que también le pidió Nuestro Señor a Santa Margarita María.

Es la devoción al Sagrado Corazón de los primeros viernes de mes, que implica recibir la Sagrada Comunión durante nueve primeros viernes de mes de forma consecutiva y sin ninguna interrupción.

Tener la intención de honrar al Sagrado Corazón de Jesús y de alcanzar la perseverancia final.

Y ofrecer cada Sagrada Comunión como un acto de expiación por las ofensas cometidas contra el Santísimo Sacramento.

Se trata esencialmente de una novena que nos recuerda el amor del Sagrado Corazón de Jesús por nosotros.

El Sagrado Corazón le hizo 13 promesas a sus devotos, y hay una que es llamada la «gran promesa» y que se aplica a los que van a comulgar en nueve viernes consecutivos, dijo,

«Yo les prometo, en el exceso de la infinita misericordia de mi Corazón, que Mi amor todopoderoso les concederá a todos aquellos que comulguen nueve primeros viernes de mes seguidos, la gracia de la penitencia final, no morirán en desgracia ni sin recibir los sacramentos y Mi divino Corazón será su refugio seguro en este último momento».

Y hay una oración corta que se puede realizar luego de comulgar los primeros viernes de mes,

«Oh Dios, que en el corazón de tu Hijo, herido por nuestros pecados, has depositado infinitos tesoros de caridad, te pedimos que, al rendirle el homenaje de nuestro amor, le ofrezcamos una cumplida reparación.

Por Jesucristo nuestro Señor. Amén. Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío»

Bueno, hasta aquí lo que queríamos contar sobre cómo el Sagrado Corazón de Jesús es la devoción que debemos practicar para evitar el castigo al mundo que está siendo traído por los pecados reiterados, en aumento y sin reparación.

Y me gustaría preguntarte si tú tienes devoción al Sagrado Corazón de Jesús y como has expresado esa devoción en tu vida.

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