Miguel D’ Escoto y Ernesto Cardenal.
Fueron dos sacerdotes símbolo de la Teología de la Liberación en Latinoamérica y del sandinismo en Nicaragua. Los dos fueron suspendidos a divinis por la Iglesia Católica, ningunos de ellos reniega de su pasado y siguen criticando a la Iglesia.
Pero mientras Miguel D’ Escoto solicitó al Papa Francisco “volver a celebrar la Santa Eucaristía antes de morir”, y el Papa se lo concedió; Ernesto Cardenal descarta pedirlo porque dice “mi vocación no es esa: de administrar los sacramentos, mi sacerdocio es de otro tipo”.
EL PAPA FRANCISCO REVOCA “SUSPENSIÓN A DIVINIS” A MIGUEL D’ ESCOTO
El Papa Francisco revocó la “suspensión a divinis” del sacerdote Miguel D’Escoto Brockmann, de 81 años de edad, luego que éste le enviara una carta expresando su deseo de “volver a celebrar la Santa Eucaristía antes de morir”.
El sacerdote había sido suspendido en 1984 por participar en el gobierno sandinista de Nicaragua, fue ministro de relaciones exteriores hasta 1990, en el año 2007 volvió a trabajar para el gobierno y entre 2008 y 2009 fue Presidente de la Asamblea General de las Naciones Unidas.
Radio Vaticana recordó que el sacerdote aceptó en 1984 la pena impuesta por San Juan Pablo II, aunque permaneció como miembro de la Congregación de Maryknoll, “pero sin desarrollar alguna actividad pastoral. Desde hace años el sacerdote ha abandonado el empeño político”.
“El Padre D’Escoto ha escrito una carta al Papa, manifestando su deseo de ‘volver a celebrar la Santa Eucaristía’, ‘antes de morir’. Respondiendo afirmativamente a su petición, Francisco ha encargado al superior general del Instituto acompañar al hermano en el proceso de reintegración al ministerio sacerdotal”, indicó Radio Vaticana.
Miguel D’Escoto nació el 5 de febrero de 1933 en Los Ángeles (Estados Unidos). Fue ordenado sacerdote en 1961 y en 1977 se unió al Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), movimiento comunista que derrocó a Anastasio Somoza en 1979 y tomó el control de Nicaragua.
En 1984, luego que este frente convocara y ganara las elecciones, el sacerdote –conocido exponente de la teología marxista de la liberación- asumió el cargo de ministro de relaciones exteriores de Daniel Ortega. Ese año el Papa Juan Pablo II lo suspendió a divinis.
Durante el periodo 1985-1990, en el que D’Escoto fue parte del gobierno, la Iglesia local sufrió las presiones del régimen comunista. Uno de estos casos se dio en 1988, cuando un informe de la Comisión Permanente de Derechos Humanos de Nicaragua reveló las intenciones del gobierno de convertir por la fuerza en “informantes” a personas vinculadas a miembros importantes de la Iglesia.
Asimismo, en noviembre de ese año, las autoridades sandinistas prohibieron a Mons. Bismark Carballo oficiar Misa en los locales donde estaban los damnificados del huracán “Joan”. Además se montó una campaña de desprestigio contra el Cardenal Miguel Obando, entonces miembro de la Comisión de Reconciliación Nacional.
Asimismo, el régimen de Ortega se dedicó reprimir a opositores políticos y cerrar medios de comunicación que le fueran críticos.
Años atrás, D’Escoto fundó la editorial Orbis Books, que lanzó el libro de Gustavo Gutiérrez “Teología de la Liberación. Perspectivas”.
Posteriormente, en 2007 fue llamado nuevamente por Daniel Ortega para ser asesor para asuntos limítrofes y de relaciones internacionales del nuevo régimen sandinista.
Una de sus últimas declaraciones públicas se dio al día siguiente de la renuncia de Benedicto XVI. El 12 de febrero de 2013, D’Escoto dijo a Telesur –cadena afín al régimen chavista de Venezuela-, que
“no es suficiente con que cambie un Papa. El Papa es un prisionero de la peor burocracia del mundo, que se corresponde con el imperialismo dentro de la Iglesia. La teología imperial de El Vaticano es su principal obstáculo”.
“Tendremos que rezar mucho y seguir el ejemplo de nuestros profetas laicos para que ocurra una real transformación en el seno del Vaticano. El verdadero cristiano defiende los valores de Jesús: la lucha por la igualdad, la solidaridad y la paz. En una Iglesia imperial, lo primero que un cristiano tiene que ser es antimperialista y anticapitalista”, afirmó entonces.
EL EX SACERDOTE ERNESTO CARDENAL NO ESTÁ INTERESADO EN SOLICITAR LA INDULGENCIA DEL PAPA FRANCISCO
El sacerdote y poeta nicaragüense Ernesto Cardenal descartó la idea de pedir indulgencia al Papa Francisco para que le sea levantada la suspensión a divinis que le fue impuesta por Juan Pablo II cuando era Ministro de Cultura de la Revolución Sandinista, como ha hecho Miguel D’Escoto.
Ernesto Cardenal, de 89 años de edad, declaró al periódico La Prensa que no considera necesario regresar a su antiguo oficio, ya que su vida religiosa posee un carácter «meramente contemplativo».
«Mi vocación no es esa: de administrar los sacramentos, mi sacerdocio es de otro tipo, por eso es que yo no necesito gestionar el levantamiento de la sanción», aseguró Ernesto Cardenal, explicando que su vida se encuentra dedicada a la oración aislada.
Su castigo, impuesto por el Papa Juan Pablo II en 1985, se extendió a otros cuatro sacerdotes de Nicaragua que ocupaban cargos ministeriales dentro de la Revolución Sandinista.
Recientemente, el indulto que otorgó el Papa Francisco al ex Canciller Miguel D’Escoto le permitió a éste oficiar misa y administrar los sacramentos; el perdón le fue entregado en respuesta a una solicitud que realizó el actual asesor en Asuntos Internacionales del gobierno de Daniel Ortega.
Por su parte, el cardenal Leopoldo José Brenes dijo el martes 5 de agosto que las penas en el Derecho Canónico son para reflexionar y cuando se supera la falla, la pena bien puede ser suspendida, porque no son permanentes.
«Todas las penas en el derecho canónico no son para mortificar a la gente, sino que son penas medicinales para cambiar de acuerdo a las observaciones», explicó el cardenal.
Fuentes: ACI Prensa, Religión Digital, Signos de estos Tiempos