Por primera vez en la historia humana.
Occidente está en una línea de fractura de la historia, donde por primera vez una pulsión sexual se transforma en un movimiento político con poder, legitimado por la mayoría de los políticos, y que tiene por meta hacer crecer su volumen, y a largo plazo, constituirse en el paradigma de una nueva humanidad, además de definir las políticas de inclusión y exclusión en las sociedades en lo inmediato.
Esta visión no es común a todos los homosexuales, sino que es la de un lobby gay que abusa de su representatividad de los homosexuales y que ha hecho una alianza con los sectores feministas, la izquierda internacional que había quedado huérfana de contenido ideológico, sectores de la burocracia internacional y de la “intelligentzia” académica.
UNA PULSIÓN SEXUAL TRANSFORMADA EN UNA CATEGORÍA POLÍTICA
Ser homosexual es una cosa, pero convertir esta convicción personal en un credo político y buscar la transformación de la sociedad y de sus instituciones para que adopten las condiciones y estilos de vida homosexuales, para que transformen la homosexualidad en una categoría superior e irreversible de la condición humana, es otra muy distinta.
Es la primera vez en la historia que una pulsión sexual alcanza categoría política. El sexo siempre ha influido, como toda gran pasión humana, pero nunca ha desarrollado un planteamiento globalizador que implique que un grupo que es partidario de una determinada forma de entender la relación sexual se transforme en una visión cosmológica que sea la razón de todo y que intente imponerse a todos.
LA IDEOLOGÍA DE GÉNERO
Este desarrollo no hubiera sido posible sin la emergencia con fuerza de una ideología realmente extraña e irracional en su planteamiento, pero aceptada por un gran número de universidades, como es la ideología de género.
Ésta y el homosexualismo político forman parte del mismo paquete, porque este último constituye la punta de lanza y una expresión que aporta argumentos a aquélla.
A este hecho se unió un segundo, la desvertebración política y cultural de la izquierda, abocada al fracaso económico de sus soluciones, la izquierda, lo que hoy podríamos llamar la postizquierda abrazó de pleno los postulados liberales.
Pero entonces tuvo que suplir lo que era el eje de su concepción, la transformación económica y social, por una nueva bandera que se puede resumir en tres conceptos: más gasto público, ideología de género y homosexualismo político.
Este paquete es el que caracteriza a lo que hoy, en una inercia histórica, se sigue llamando todavía socialismo o socialdemocracia, si bien tenga poco que ver con sus respectivas matrices históricas.
UN PROGRAMA QUE SE DESARROLLA EN TRES FASES HASTA AHORA
Un análisis de los países donde se plantea la “cuestión gay” permite a los analistas establecer tres pasos en la estrategia del homosexualismo político como “Caballo de Troya” del cambio moral que el Nuevo Orden:
FASE 1: Los activistas homosexualistas piden una serie de “derechos” que los “equiparen” a la familia. Por lo general suelen ir en este orden:
1. Ley de parejas o uniones que incluya a los homosexuales.
2. A continuación, institucionalizar el matrimonio gay.
3. Pedir el “derecho” a adoptar niños.
4. Establecer una ley “de género”, que redefina legalmente lo que significa ser hombre o mujer, permitiendo que éstos conceptos dependan no de la genética sino de la voluntad de cada uno (ser hombre, mujer, homosexual, lesbiana, bisexual, transexual, etc… serían “identidades sexuales” libremente asumidas y cambiantes).
FASE 2: Se pide que haya una educación sexual o de valores en las escuelas en clave homosexual. Activistas visitan los colegios y desarrollan con los niños diversos juegos: “Pepito, imagínate que estás casado con Pedro, ¿cómo paseáis por la calle?, muy bien, cogidos de la mano”. Se enseña a los niños que los opositores a la homosexualidad son malos o tontos y se les invita a “experimentar”: “niño, ¿qué te gusta más, los niños o las niñas?”
FASE 3: Establecer leyes que contemplen toda crítica a la homosexualidad como un delito de opinión que se debe castigar penalmente. La consecuencia es que hay versículos de la Biblia que pronto no se podrán usar para predicar, o dicho de otra forma, que el Estado interfiere ilícitamente en las enseñanzas de la Iglesia y las libertades de los ciudadanos.
EL MUNDO HOMOSEXUAL ES VARIADO
Pero no todos los homosexuales comparten la visión del lobby gay, aunque, la mayor parte usa l;os avances que éste logra.
Políticamente hay al menos seis tipos de homosexuales y muchos están en contra del matrimonio gay por diversas razones.
Homosexualidad como conducta que se rechaza. Por razones religiosas o culturales existen homosexuales que consideran inadecuada la práctica y buscan su modificación.
Homosexuales que asumen su práctica pero la mantienen al margen de su sistema de convicciones políticas. El sexo constituye una opción gratificante pero no un estilo de vida.
Homosexuales que ven en el matrimonio una forma de normalizar su situación ante la sociedad. Consideran que la legitimación del emparejamiento en términos equivalentes a los de la relación heterosexual, dignifica su condición.
Homosexualismo lúdico. Participan de un estilo de vida ostentosamente homosexual, pero no tienen ninguna aspiración política, si bien apoyan al homosexualismo político por cuanto consideran su mejor protección ante su capacidad para hacerse visibles a la sociedad en términos llamativos.
Homosexualismo revolucionario. Consideran el matrimonio como el fruto de una concepción heterosexual mucho más cerrada y patriarcal que la que promueve la homosexualidad, que está basada en la apertura permanente a nuevas relaciones. Ven el matrimonio homosexual como una trampa del sistema para continuar con su dominación, rechazan radicalmente los territorios homosexuales porque consideran que es una práctica ghettista.
Homosexualismo político: el matrimonio y la adopción son objetivos intermedios de la agenda política que aspira a configurar la sociedad en términos de diversos géneros, o en términos más precisos según otras opiniones a considerar el sexo como una categoría cultural y no biológica.
Este proyecto pasa por asumir que es bueno que las parejas homosexuales puedan adoptar y que no es un inconveniente, sino todo lo contrario, que los niños adquieran la misma tendencia homosexual. Su objetivo es aumentar el número de homosexuales en la sociedad una vez conseguida la hegemonía en el control de la agenda política.
Son objetivos subsiguientes la regulación de los costes de la fecundación in vitro a cargo de la Seguridad Social, y la legalización de las madres de alquiler.
EL LOBBY GAY ARRASTRA AL RESTO DE LOS HOMOSEXUALES
Una de las características del homosexualismo político, que incorpora solo a una parte de la población homosexual y a otra numerosa que no lo es, tiene una vocación extraordinaria por la manipulación, por el juego de poder y de influencias, por el situar a sus personajes en lugares clave. Manipulación y entrismo son dos de sus características.
Ahora mismo, por ejemplo el presidente Obama acaba de enviar a España a un destacado homosexual como embajador. No se trata de elevar a condición pública una que pertenece al ámbito de lo privado, nada de esto, se trata de que James Costos es un notorio líder del movimiento homosexual norteamericano y que, con su pareja, un decorador muy reconocido, Michael Smith, son conocidos como una «pareja de poder».
Esta decisión de Obama es la compensación necesaria, según los periódicos norteamericanos como The Washington Posty The Hollywood Reporter’s, por el extraordinario apoyo que la comunidad homosexual tuvo en su campaña electoral.
Se afirmaba entonces que habría la recompensa de nombrar un miembro del Gabinete o un embajador en un país del G-20 que fuera abiertamente gay o lesbiana. Como escribía The Hollywood Reporter’s, la designación de Costos como embajador significaría poner a una pareja gay (subrayémoslo, no están nombrando un embajador sino una pareja) para un cargo de relieve.
LA OCUPACIÓN POLÍTICA
Vemos en este caso cómo el homosexualismo político practica una ocupación sistemática de los lugares en beneficio de su propia ideología.
También podemos constatar una vez más que Obama es un presidente abiertamente militante de la causa del homosexualismo político.
Y este discurso le permite justificar ante los sectores ‘progres’ del Partido Demócrata todas sus otras actividades en el terreno de la represión, que son de una dureza y de una magnitud que, de haber sido aplicadas por un presidente republicano moverían escándalo en todos los medios de comunicación liberales del universo.
Fuentes: Forum Libertas, Conoze, Signos de estos Tiempos