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Fachada principal del Convento

En el centro histórico de Lima una de las visitas obligadas es a la Basílica Convento de San Francisco de Lima, que se empezó a construir a mediados del Siglos XVI por el arquitecto Constantino de Vasconcellos. Vulgarmente se conoce como San Francisco el Grande. Está ubicado en las intersecciones del Jirón Ancash y el Jirón Lampa.

Ver también Nuestra Señora del Milagro de Lima, Perú ( 27 de Noviembre y 19 de julio)

Mapa del centro de Lima

Mapa del centro de Lima

No se puede hablar de una Iglesia sino de un conjunto de recintos religiosos, no debemos olvidar que es uno de los más extensos legados de la época del Virreinato. Los edificios que se pueden visitar con guía son el Santuario de Nuestra Señora de la Soledad, el Convento de San Francisco, la Capilla del Milagro, las bibliotecas, claustros, jardines y catacumbas.

Capilla del Milagro

Capilla del Milagro

Santuario de Nuestra Senora de la Soledad

Santuario de Nuestra Senora de la Soledad

Ya desde la fundación de Lima por Francisco Pizarro, la orden Franciscana recibió un solar vecino al de Santo Domingo. Y aquello que en un principio no fue más que una pequeña ramada que fray Francisco de la Cruz levantó para usarla de capilla, es hoy, tras contratiempos, derrumbes, esfuerzo y oración, uno de los centros religiosos, culturales y turísticos más importantes del Perú, y cuyo templo lleva nada menos que el título de Basílica Menor, concedido por el Papa Juan XXIII en el año 1963.

Jardines exteriores

Jardines exteriores

Interiormente en la actualidad, el Convento presenta atractivos como sus notables patios y jardines, que están rodeados de arquerías con zócalos de azulejos sevillanos. Según cuentan las tradiciones escritas por Ricardo Palma, dichos azulejos fueron colocados por Alonso Godínez, natural de Guadalajara, España, quien había sido condenado a la horca por haber dado muerte a su esposa, el mismo que al ser confesado por el guardián de San Francisco el mismo día de su ejecución, le comunicó dicha habilidad. Sin pérdida de tiempo, el confesor se trasladó inmediatamente a Palacio, para solicitar el perdón de Godínez, lo que consiguió bajo la condición de que éste vestiría el hábito de lego y no pondría nunca más los pies fuera de la puerta del convento.

Dichos azulejos sevillanos, traídos directamente de Sevilla, fueron donados por personas de gran corazón, encontrándose entre estos bienhechores, la famosa Catalina Huanca, quien fuera ahijada de Francisco Pizarro, que vino desde Huancayo a Lima con 50 acémilas, cargadas de oro y plata. Por otro lado la gran cantidad de madera de cedro, con que fueron realizadas las diferentes obras de arte que presenta el convento, fue vendida por Pedro Jiménez Menacho que era importador de madera, quién como pago recibió según Palma, un pocillo de chocolate, ya que al saborearlo, dejó sobre la mesa los recibos cancelados, sin esperar su retribución. La madera fue usada en los artesanados del claustro mayor.

Galería con azulejos valencianos

Galería con azulejos valencianos

Desde la anteportería y el vestíbulo el templo empieza a mostrar su riqueza. Los lienzos y esculturas, tanto de maestros como de genios anónimos, hacen casi tangible el hambre espiritual y la piedad de aquellos artistas que desde distintas épocas supieron plasmar su amor por lo sagrado y divino.

Sector de la Eucaristía

Sector de la Eucaristía

Bóveda

Tanto la sala de exposición penitenciaria, el claustro principal y la sala capitular, en donde los franciscanos se reunían para celebrar sus capítulos conventuales y tratar asuntos de fundamental importancia, conforman un rico mosaico de diseños y formas que conjugan estilos de diversas escuelas, épocas y países.

Los 39 lienzos del claustro principal de artistas limeños como Diego de Aguilera y Francisco de Escobar, compiten en belleza con la talla en madera en alto relieve que corona la cátedra principal de la sala capitular y que muestra las imágenes de Fray Duns Scoto y de la Inmaculada Concepción. La sillería y el techado, el retablo y los lienzos de tan bellas escenas del Antiguo Testamento, de santos de la propia orden, como del Señor y de su Madre Santísima son testimonio de la riqueza espiritual de nuestra Iglesia.

Cuadro de la Ultima Cena

Cuadro de la Ultima Cena

Sala con el impresionante cuadro de la Ultima Cena

En el museo o sala de profundis encontramos lienzos de la escuela del flamenco Pedro Pablo Rubens dedicados a la «Pasión de Cristo» junto a diversos ornamentos en oro y plata. Seis pontífices franciscanos velan la sala Clementina mientras que el Refectorio muestra un lienzo de la Última Cena que destaca por sus dimensiones y belleza.

Recia madera de cedro tallada reviste la sacristía mientras que los coloridos lienzos de Francisco de Zurbarán y de José de Ribera deslumbran por la vitalidad de su ejecución. El retablo, el lavabo, la capilla penitencial: lo barroco se impone por momentos sin opacar los otros estilos: diversas maneras de expresar una misma fe y una misma devoción

Biblioteca con mas de 25000 obras

Biblioteca con mas de 25000 obras

En el Claustro Superior se encuentran las galerías donde estaban las celdas de los frailes, quienes se reunían en el Coro para sus oficios o ceremonias religiosas. Ambas piezas conservan y transmiten parte del espíritu de aquellos hombres a quienes albergaron. La biblioteca reúne unos 25 000 volúmenes, entre ellos verdaderas joyas de la literatura universal y de las diversas ciencias y quehaceres. La belleza del recinto armoniza con la riqueza bibliográfica.

Pasillos de las catacumbas

Pasillos de las catacumbas

Osario de las Catacumbas

Osario de las Catacumbas

Una de las zonas que más impresionan de la Basílica son las llamadas Catacumbas, algo así como el antiguo cementerio de los tiempos coloniales. De hecho funcionó como tal hasta el año 1810, se suponen que hay aquí enterradas más de veinticinco mil personas. Para ello alguien ordenó darle forma artística a los huesos y ordenarlo formando grupos.

Como ocurre en estos sitios tan fúnebres, existen corredizos, puertas secretas y comunicaciones entre las Catacumbas y el Convento, además de con otras iglesias e incluso con lo que era el Palacio de Gobierno, ¡de Película!

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