Distinto al de Benedicto XVI.
El ecumenismo que sostiene Francisco es el del diálogo y de los encuentros, sin que cada uno se aleje de la denominación donde comenzó y se crió.
Él piensa que cada iglesia tiene un perfil y una cultura especial que enriquece al conjunto y que se debería mantener, por eso considera al Ordinariato Anglicano en la Iglesia Católica innecesario.
Cuando Jorge Mario Bergoglio fue elegido Papa, George David, un sacerdote anglicano, rector de la Catedral anglicana San Juan de Buenos Aires, se regocijó. Y confió su entusiasmo a un comentario sobre la revista católica Criterio, ver aquí.
También se mostró entusiasmado Greg Venables, obispo anglicano de Argentina, que ha confiado su reflexión a las páginas inglesas del Telegraph, ver aquí. Y así, como explicó David que
«todo el tiempo cuando era arzobispo de Buenos Aires, el cardenal Bergoglio apoyó la reconciliación entre las diferentes tradiciones cristianas en un espíritu de humildad y respeto,»
Venables le confió al Daily Telegraph que el Cardenal le había criticado a él personalmente el Ordinariato anglicano de la Iglesia Católica, porque – explicó –
«no habría necesidad de que los anglicanos que quieren tener mejores relaciones con sus homólogos católicos abandonen su Iglesia.»
También hubo un debate sobre el fondo en la reunión entre el primado anglicano Justin Welby y Papa Francesco. El discurso del Papa Francisco también tuvo un toque personal del Papa:
«Estoy muy agradecido, por el sincero esfuerzo que la Iglesia de Inglaterra ha demostrado para comprender las razones que llevaron a mi predecesor, el Papa Benedicto XVI, para ofrecer una estructura canónica capaz de responder a las demandas de los grupos de anglicanos que han pedido ser recibidos corporativamente en la Iglesia Católica: Estoy seguro de que esto permitirá entender y apreciar mejor en el mundo católico las tradiciones espirituales, litúrgicas y pastorales que componen el patrimonio anglicano».
El ecumenismo de Bergoglio es un ecumenismo hecho de encuentros, gran apertura y poca formalidad. Una característica muy apreciada en América del Sur, donde el sacerdote es percibido como algo distante de la sociedad, e incluso el cardenal algo divorciado de la realidad.
También es cierto que la situación de los anglicanos en Argentina es diferente de la que se percibe en Europa. Argentina se encuentra en la Provincia Anglicana del Cono Sur, que tiene una característica peculiar: es una de las mayores provincias anglicanas por extensión y una de las más pequeñas en el número de miembros: son cerca de 30.000, con 300 congregaciones. Argentina es entonces un territorio en el que el diálogo ecuménico e interreligioso está muy desarrollado, es practicamente natural. Y el modelo de Bergoglio es el de un diálogo en el que nadie se sienta incómodo.
Más que un modelo, un estilo de vida. Por lo tanto, en lugar de una estructura como el ordinariato anglicano que de alguna manera le da una estructura paraguas a los que quieran convertir, Jorge Mario Bergoglio pensaba en su lugar, buscar la unidad ecuménica en la cual nadie debe salir de la «casa» donde se crió.
El obispo Venables ha dicho claramente al Telegraph:
«Una vez – dijo – Bergoglio me invitó a desayunar con él y me dijo muy claramente que el Ordinariato anglicano era totalmente innecesario, y que la Iglesia nos necesita como anglicanos».
También en la Iglesia Luterana, el Papa Francesco puede confiar en un amigo de confianza. Primero fue sacerdote católico, ahora es un pastor luterano. Su nombre es Manuel Acuña, y se le conoce por muchos como el exorcista de confianza de Bergoglio. Entrenado en Tierra Santa, parece que Bergoglio enviaría extraoficialmente a los fieles que llamen a su puerta en busca de ayuda, porque para poder recibir el permiso del Vaticano para proceder a un exorcismo llevaría demasiado tiempo. Él prefiere no hablar de ello, y no niega que él ha ayudado a la Iglesia Católica Argentina para resolver los casos más urgentes. Con cerca de 500 demonios expulsados en su curriculum, fue nombrado embajador protestante ante la Santa Sede, donde llegó llevando la cruz pectoral que le regaló el Papa
Dijeron que estuvo orando con el Papa Francesco media hora por la unidad de los cristianos, como más tarde contó en la audiencia general toda dedicada al ecumenismo.
En el año de los cinco patriarcas, ¿el estilo de Bergoglio será capaz de hacer un gran avance en el diálogo ecuménico?
Fuentes: Korazym, Signos de estos Tiempos