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Un lenguaje religioso para el crimen organizado en México.

 

Un manual para nuevos adeptos de los Caballeros Templarios, banda michoacana dedicada al narcotráfico y a extorsionar empresas en sus áreas de influencia, utiliza una retórica religiosa, vinculada al catolicismo y más específicamente copia ideas de la ‘Teología de la Liberación’. Una de sus reglas dice:

 

Mexico Cartel Code

 

“Un caballero templario entiende que hay un Dios, una vida creada por Él, una verdad eterna y un propósito divino”.

Los Caballeros Templarios es un grupo que surgió en marzo de 2011 de la otrora poderosa Familia Michoacana. Al igual que sus predecesores en la Familia, los Caballeros Templarios se presentan como un grupo de “autodefensa” comprometido con la lucha frente a los grandes carteles criminales de México, en nombre de la población Michoacana, y con frecuencia emplean la imaginería religiosa en sus comunicados públicos.

El grupo toma su nombre de la orden religioso-militar medieval que se encargó de la defensa de los peregrinos en Tierra Santa, cuyos miembros eran conocidos tanto por su piedad como por su osadía en el campo de batalla. La elección del nombre es parte de la apuesta del grupo de ser visto como algo más que una banda de narcotraficantes — los miembros usan cascos de guerreros romanos durante las ceremonias de iniciación y distribuyen propaganda promoviéndose a sí mismos como campeones de la lucha contra el «materialismo, la injusticia y la tiranía». El grupo llegó a anunciar un alto al fuego temporal por motivo del viaje del Papa Benedicto XVI a México en marzo de 2012.

MANUAL DE ADOCTRINAMIENTO INTERNO

El documento es una presentación consistente en prohibiciones y mandamientos, con imágenes de los Caballeros Templarios originales vestidos con mallas metálicas y armados con artillería medieval, intercaladas entre el documento. La presentación parece estar dirigida a los posibles nuevos miembros de la organización, exponiendo lo que se esperaría de ellos al ser incorporados.

El manual aparece en un momento en el que las operaciones de los Caballeros no sólo han llevado a olas de violencia, sino también a ataques de tipo insurgente contra la infraestructura, así como al surgimiento de grupos vigilantes opuestos a la banda. Como resultado, algunos dicen que la agitación que surge de las actividades de los Caballeros ha dejado a su hogar natal de Michoacán sin un gobierno estatal que funcione adecuadamente.

Existen algunas señales en el documento que explicarían por qué el grupo entra tanto en conflicto con las autoridades mexicanas, así como múltiples ejemplos de la singularidad de los Caballeros.

LOS ROBIN HOODS

Con más de 53 mandatos y otros cuantos dichos, la presentación evoca la imagen de los Caballeros Templarios como una banda de Robin Hoods que luchan desinteresadamente por la seguridad y prosperidad de Michoacán.

El segundo mandamiento proclama que la misión más importante de los Caballeros es “la protección de las personas y del territorio sagrado de… Michoacán” La necesidad de defender a Michoacán reaparece a través del documento.

El texto también se sale de su rumbo para señalar las obligaciones morales propias de los Caballeros. Algunas de estas están ligadas con las expectativas básicas de una sociedad pacifica.

Las reglas prohíben a los miembros el uso de drogas o a secuestrar por dinero, hacen un llamado a la libertad de culto y pensamiento, y afirman que ninguna mujer o niño debe temer a los Caballeros.

Otros mandamientos hablan de que se exige devoción a Dios, en ocasiones en un tono evidentemente evangélico. Una de sus reglas dice

“Un caballero templario entiende que hay un Dios, una vida creada por Él, una verdad eterna y un propósito divino”.

Otra afirma que

“Un soldado del templo no puede estar esclavizado por creencias sectarias u opiniones estrechas. Dios es la verdad y sin Dios no hay verdad.”

EL DOBLE DISCURSO

A pesar de los elementos que podrían parecer atractivos fuera del contexto de la situación actual en México, para las personas que están familiarizadas con los Caballeros, gran parte de su manual es ridículamente hipócrita.

Mientras se muestran a sí mismos como los sensatos defensores de Michoacán, el grupo no dice nada sobre sus intereses económicos, propiamente la producción y el tráfico de drogas.

Si bien prohíbe el secuestro, el manual no tiene nada que decir acerca de la extorsión, una practica notoria en los Caballeros, que como el secuestro, suele tener como objetivo a civiles.

El manual tampoco intenta reconciliar las preocupaciones en cuanto a la seguridad de Michoacán con el impacto genuinamente negativo que los Caballeros han tenido sobre la seguridad publica en su estado, así como tampoco hace referencia a sus brutales actos de violencia a plena luz del día.

Como se señala anteriormente, el grupo recientemente dinamitó una serie de plantas de energía, dejando sin electricidad a algunas de las áreas más populosas del estado. El líder del grupo, Servando “La Tuta” Gómez, ha aparecido repetidamente en medios masivos socavando a las autoridades legitimas del estado. No es claro cómo muchos de estos actos, detonantes de una inmensa cantidad de consecuencias negativas para millones de ciudadanos, encajan con las nobles ideas que establecen en el documento.

UN LENGUAJE DE LA TEOLOGÍA DE LA LIBERACIÓN

No obstante, aunque esté lleno de un lenguaje condescendiente y poco honesto, el documento es útil en ilustrar el concepto que tienen los Caballeros de si mismos. Es decir, la forma en que genuinamente se ven a si mismos como un grupo único, con un propósito superior que el de los grupos narcotraficantes promedio. Aunque esto no los diferencie por completo de otros grupos como el Cartel de Sinaloa o los Zetas, sí influencia sus actividades hasta cierto punto.

El manual está sobre todo dedicado a aspiraciones abstractas, pero incluye prescripciones operacionales. Por ejemplo, llama a una especial y constante atención a la seguridad cuando grupos de Caballeros están en movimiento. También exige que los miembros respeten la cadena de mando y los obliga a realizarse pruebas de drogas.

Gran parte del manual parecería un manifiesto nacionalista de izquierda de la Guerra Fría, lo que tiene sentido dada la prevalencia de grupos guerrilleros en el sur de México. Por ejemplo, el documento ataca el materialismo y la injusticia, y urge a los Caballeros a comportarse de acuerdo con su “ideología” y “patriotismo”. Las palabras finales del documento declaran “Fieles a nuestro juramento y luchando por un mundo mejor”, un sentimiento compartido por incontables revolucionarios de tiempos pasados.

De hecho, de acuerdo con los elementos religiosos del manual, el adoctrinamiento de los Caballeros Templarios no es inmensamente distinto al de la Teología de la Liberación, el movimiento Católico que surgió en los años sesenta en Latinoamérica. Esto puede que convenga a los lideres de los Caballeros, aunque tenga poco que ver con la realidad en el campo.

Fuentes: Insight Crime, Signos de estos Tiempos

 

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