La patrona de Argentina.
La Iglesia celebra este miércoles la solemnidad de Nuestra Señora de Luján. Francisco es muy devoto de esta advocación mariana, por lo que decidió otorgarle un lugar especial en este día. En su intervención, habló sobre el Espíritu Santo.
Una imagen de la Virgen de Luján, patrona de Argentina, preside la audiencia pública de los miércoles, que celebra el papa Francisco en la plaza de San Pedro del Vaticano. El 8 de mayo es la festividad de Nuestra Señora de Luján y el papa Bergoglio es muy devoto de la patrona argentina. La presencia de una imagen de la Virgen en la plaza de San Pedro es una manera, aseguraron fuentes vaticanas, de sentirse cercano a la Ella, y a todo el pueblo argentino en esta jornada.
Francisco se acercó hasta la imagen de la Virgen de Lujan, ante la que depositó un ramo de flores blancas. Tras rezar un momento, pasó la mano por la imagen y comenzó la audiencia, a la que asisten varias decenas de miles de fieles procedentes de todo el mundo.
Antes de comenzar la catequesis, el papa Bergoglio recorrió la plaza de San Pedro en el papamóvil, en medio de los aplausos, vivas y ondear de banderas, de las decenas de miles de fieles presentes.
El papa Francisco puso hoy en manos de la Virgen de Luján, patrona de Argentina, «todas las alegrías y preocupaciones» de los argentinos».
En la festividad de la patrona de Argentina, que se celebra hoy, el papa Bergoglio, devoto de la Virgen, la recordó durante la audiencia pública de los miércoles y una imagen de Nuestra Señora de Luján presidió la ceremonia, a la que asistieron unas 80.000 personas de todo el mundo.
«En este día en el que se celebra Nuestra Señora de Luján, celestial Patrona de Argentina, deseo hacer llegar a todos los hijos de esas queridas tierras mi sincero afecto, a la vez que pongo en manos de la Santísima Virgen todas sus alegrías y preocupaciones. Muchas gracias», afirmó el papa Bergoglio hablando en español.
Sus palabras fueron acogidas con grandes aplausos y ondear de numerosas banderas argentinas que portaban ciudadanos del país de procedencia del papa Francisco.
Antes de comenzar la audiencia, el papa se acercó hasta la imagen de la Virgen de Luján, ante la que depositó un ramo de flores blancas. Tras rezar un momento, pasó la mano por la imagen y comenzó la audiencia.
Cuando saludó en español recordó que hoy era la festividad de la Virgen de Luján, «celeste patrona de Argentina».
«Un aplauso, una gran aplauso», pidió el papa para la patrona argentina.
Sonriendo, con aspecto feliz, agregó, siempre hablando en español: «más fuerte, que no lo escucho», mientras se colocaba una mano en una oreja.
Los presentes rompieron en un gran aplauso, que agradeció Francisco, gran devoto de la Virgen de Luján.
MENSAJE DE LA AUDIENCIA DEL MIÉRCOLES
Queridos hermanos y hermanas:
El tiempo pascual es por excelencia el tiempo del Espíritu Santo que culmina con la Solemnidad de Pentecostés. En el Credo profesamos la fe en el Espíritu Santo, que es Dios, «Señor y dador de vida». Él es la fuente inagotable de la vida divina en nosotros. Es «el agua viva» que Jesús prometió a la Samaritana para saciar para siempre la sed, para colmar los anhelos más profundos y más altos del corazón humano. Porque Jesús ha «venido para que tengan vida y la tengan abundante» (Jn 10,10). El Espíritu Santo, que procede del Padre y del Hijo, Cristo lo ha derramado en nuestro corazón, para hacernos hijos de Dios y para que nuestra vida sea guiada, animada y alimentada por él. Esto es precisamente lo que entendemos al decir que el cristiano es un hombre espiritual: una persona que piensa y actúa siguiendo la inspiración del Espíritu Santo. Así, la existencia del cristiano, dice san Pablo, es animada por el Espíritu Santo y rica de sus frutos, que son: «Amor, alegría, paz, comprensión, servicialidad, bondad, lealtad, amabilidad, dominio de sí» (Ga 5,22-23). El don precioso del Espíritu Santo es, pues, la vida misma de Dios, en cuanto verdaderos hijos suyos por adopción.
Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular a la Delegación del Estado de México encabezada por su Gobernador, así como a los venidos de España, Colombia, México, Venezuela y otros países latinoamericanos. Que la relación filial con Dios, por obra del Espíritu Santo, nos haga ver también a los demás como hermanos y hermanas en Cristo. Muchas gracias.
Fuentes: Valores Religiosos, Signos de estos Tiempos