El abanderado natural de las causas sociales.
Dos meses después de que francisco asumió su pontificado publicamos un artículo donde sosteníamos la tesis de que el Papa Francisco estaba en condiciones de convertirse en un referente de la izquierda latinoamericana, ver aquí. Seis meses después de ese artículo, el periódico británico The Guardian, de tendencia izquierdista liberal, acaba de publicar un artículo donde dice que Francisco podría reemplazar a Barack Obama como el rostro de la izquierda a nivel mundial.
En una columna titulada «¿Por qué hasta los ateos deberían rezar por el Papa Francisco? «, The Guardian indica que -mientras el afiche con la cara de Obama, prometiendo esperanza y cambio, se está desdibujando- «el nuevo y obvio héroe de la izquierda es el Papa».
En su artículo, el periodista Jonathan Freedland destaca desde los gestos de humildad del pontífice católico hasta sus mensajes a favor de una reforma de las prioridades de la iglesia, menos centrada en cuestiones polémicas como el aborto o la homosexualidad y más focalizada en ayudar a los pobres.
¿ES LO QUE BUSCA FRANCISCO?
¿Es un posicionamiento premeditado por Francisco o algo que se está dando naturalmente? Nos atrevemos a decir que un poco de cada cosa.
Porque no cabe duda que la ausencia del tema del aborto y la homosexualidad en el discurso de Francisco es algo deliberado para que su mensaje central pase a los medios y de ahí al gran público.
Pero también es claro que Obama ni ningún otro líder de la izquierda mundial encarna la vieja prédica de la izquierda a favor de los más pobres y desposeídos, y sí la encarna Francisco a la perfección.
Parecería como que el Espíritu Santo vio una oportunidad de mercado no satisfecha (para hablar con términos de marketing) en la lucha a favor de los pobres y desposeídos y buscó un líder de la iglesia que fuera un paladín de esto.
Pero por otro lado, no se puede considerar a Francisco como una persona de izquierda. Salvo esta conexión a través del discurso sobre los pobres y desposeídos y contra la opulencia, los demás postulados de la izquierda internacional no son los de Francisco, por el contrario profesa criterios opuestos.
En todos los demás temas, entre ellos el aborto y la homosexualidad, probablemente Francisco apueste a que pueda reconvertir a la mayoría de la izquierda internacional.
LA POPULARIDAD DE FRANCISCO
Freedland, el autor de la nota de The Guardian, resalta la popularidad de Francisco con algunos datos:
«Es el hombre que más se buscó en internet durante 2013. Mucho más que el Obamacare o el escándalo de espionaje de la Agencia Nacional de Seguridad de EE.UU. Y no solo eso, sino que en Italia el nombre más popular para bautizar a los niños es Francesco».
Para el autor una de las cosas que más llama la atención de las palabras del nuevo Papa es que no son simple retórica sino que sus acciones lo respaldan.
El periodista de The Guardian destacó que los mensajes del Papa Francisco hablan de una igualdad elemental.
«Su popularidad no es difícil de comprender. Las historias de su modestia personal se han convertido en una leyenda instantánea. Lleva su propia maleta. Se negó a la grandeza del palacio papal, y prefieren vivir en un albergue sencillo. Cuando le presentaron los zapatos rojos tradicionales del pontífice, se negó, sino que telefoneó a su zapatero de 81 años en Buenos Aires y le pidió que reparara sus zapatos viejos. El jueves, Francisco visitó al presidente italiano llegando en Ford Focus sin una sirena a todo volumen…»
«La gente puede acusarlo de que sus acciones son meramente publicitarias. Pero su mensaje es mucho más profundo, de una igualdad casi elemental. Él esta en el negocio de retirar las trazas de riqueza que cubren los edificios del Vaticano para regresar a la Iglesia a su propósito fundamental que él mismo define como ‘una Iglesia pobre para los pobres'».
Y añade,
«para él, no es la institución la que cuenta, es la misión».
Sin embargo, el periodista también analiza los retos que tiene Francisco frente a un sector conservador de la curia que lo rodea en el Vaticano y de la política de convertir una Iglesia que juzga en una que perdona. Y que ese ejemplo podría replicarse en el mundo.
«Podrá no tener un ejército, ni batallones ni regimientos, pero tiene un púlpito y en este momento lo está usando para ser la voz más clara y contundente del mundo contra el status quo», concluye el artículo.
Puede leer el artículo de The Guardian aquí.
Fuentes: The Guardian, Signos de estos Tiempos