El Papa Francisco llamó a la mujer por teléfono.
Nadie pudo desmentir ni ratificar el contenido de la llamada que hizo el papa Francisco a la argentina Jacqueline Lisboa, en que el pontífice supuestamente le dijo que puede tomar la comunión a pesar de que su esposo está divorciado y casado en segundas nupcias con ella.
Pero es llamativo que el padre Lombardi, director de la Oficina de Prensa del Vaticano, no haya salido a decir claramente que Francisco no dijo eso, sino que lo ha relativizado. Esto nomás es una señal y en eso probablemente quedará el tema.
De cualquier forma, es razonable pensar que lo que dijo el Papa no puede ser tomado como una orden de cambio de la entrega de la comunión a los fieles, y toda la promoción de esta comunicación pondrá presión a varios párrocos para reforzar su firmeza en la doctrina, por ejemplo, el párroco de San Lorenzo, el Padre José Ceschi, dijo luego el miércoles que el supuesto «permiso» para recibir la comunión dado por el Papa sería «absurdo».
LOS DICHOS DE JACQUELINE LISBOA
¿Que dijo Jacqueline Lisboa, en una entrevista a la emisora argentina Red AM910 de Buenos Aires?
Casada civilmente con un divorciado, había dicho que en septiembre pasado había escrito una carta al Papa en la que se quejaba de que había encontrado un párroco que le negó la comunión.
El Papa Francisco la había llamado hace unos días. Y – de acuerdo a la historia de la mujer – le habría animado a acercarse a la comunión «sin problemas».
«Él me dijo que fuera a tomar la comunión en otra parroquia.»
«Hay sacerdotes más papistas que el Papa», habría comentado Francisco, qué habría asegurado que «se está ocupando de este tema», en referencia al sínodo sobre la familia en octubre.
Jacqueline Lisboa, quien vive con Julio Sabetta, en la localidad santafesina de San Lorenzo dijo a Cadena Ser,
«El 21 me llamó por teléfono el Papa».
«(a la carta) Se la escribí con el corazón. Es un tema que trascendió fronteras. Soy casada con una persona divorciada y nunca me dejaron tomar la comunión. No soy de ir todos los domingos a misa, pero la fe la tengo», contó.
«Esto no es de ahora, si no desde hace 10 años. Fui a confesarme y el sacerdote me dijo que no podía, porque volvía a vivir en pecado en mi casa», indicó al tiempo que agregó que luego el cura que le negaba el sacramento dejó los hábitos.
«Francisco me dijo que puedo comulgar, no sé si será en todos los casos. Estoy contestando tu carta que me mandaste, me dio fecha y todo», mencionó como para echar por tierra el llamado de un posible bromista o imitador.
«No sospeché de que fuera una broma. Se lo oía tranquilo, así como se lo escucha en los reportajes», apuntó.
LAS REACCIONES DE LA OFICINA DE PRENSA DEL VATICANO
En la mañana del jueves, 24 de abril el director de la oficina de prensa del Vaticano, el padre Federico Lombardi, un día y medio después que las palabras de la mujer habían dado la vuelta al mundo con gran fanfarria, es la siguiente
En el ámbito de las relaciones personales pastorales del Papa Francisco ha habido diversas llamadas de teléfono.
Como no se trata absolutamente de la actividad pública del Papa no hay que esperar informaciones o comentarios por parte de la Oficina de Prensa.
Las noticias difundidas sobre esa materia -ya que están fuera del ámbito propio de las relaciones personales- y su amplificación mediática no tienen por lo tanto confirmación alguna de fiabilidad y son fuente de malentendidos y confusión.
Por lo tanto hay que evitar deducir de esta circunstancia consecuencias relativas a la enseñanza de la Iglesia.
Las palabras del padre Lombardi no niegan nada de la historia de Jacqueline Lisboa. Simplemente las llama «una fuente de malentendidos y confusión.»
O sea, que a pesar que se trata de un tema muy sensible que apunta a una polémica sobre el cambio de la doctrina de la comunión, Lombardi dejó la cosa sin explicación.
MÚLTIPLES HIPÓTESIS
Tal vez, de hecho, en estas circunstancias, el Papa Francisco haya puesto en práctica la vía que conduce a la comunión de los divorciados y vueltos a casar propugnada por el cardenal Walter Kasper en el consistorio de febrero de este año, aunque aún no se haya discutido en un sínodo, cuyas conclusiones se esperan para 2016. De ser así, podría ser un globo sonda del Papa para testear la reacción pública hacia el tema.
O tal vez se trate de una tergiversación de las palabras de Francisco que hizo la Sra. Lisboa. Pero en este caso, llaman la atención las declaraciones de Lombardi, porque si fuera así, hubiera salido inmediatamente a desmentir con vehemencia lo que dijo Francisco, como es su estilo. Aunque quizás Francisco no quiera armar revuelo sobre el tema.
Son todas incógnitas que se irán develando de aquí a octubre, pero daría la impresión que Francisco estaría abierto a considerar algunos cambios respecto a la comunión de los divorciados.
Fuentes: Settimo Cielo, Cadena Ser, Signos de estos tiempos