Una acusación hacia el deterioro climático de China.
Científicos dicen que el mal aire en Asia podría estar contribuyendo a los patrones climáticos violentos en América del Norte y el mundo.
El clima es un sistema caótico en que todo está interconectado. Por eso, el concepto de “efecto mariposa” (que proviene del proverbio chino: «el aleteo de las alas de una mariposa se puede sentir al otro lado del mundo”) se suele aplicar a la descripción de los procesos climáticos.
La investigación reciente de científicos texanos está realizada en base a modelos climáticos, y por tanto había que corroborar con nuevos mediciones reales, cosa que no informan debidamente los medios de comunicación.
Y sobre todo merece más estudios porque es la base de dos políticas en que está empeñado EE.UU. en este momento: imponer la lógica de que existe un calentamiento global del planeta producido por el hombre, y frenar política y militarmente a China.
Diversos estudios hablan del smog en China, lo que está fuera de toda duda y es un costo del rápido desarrollo industrial chino, pero de ahí inferirlo como causa de un presunto calentamiento global de todo el planeta requiere más análisis y sobre todo análisis independiente. Porque la sugerencia de que China es causante de los grandes cambios del calentamiento global mata dos pájaros de un tiro.
Por un lado refuerza el concepto de que el cambio climático es producido por el hombre, y por otro lado apunta el dedo hacia China como responsable. Por esto sugerimos tomar esta información con cautela y discernimiento.
LA INVESTIGACIÓN RECIENTE
Ondulaciones en el ‘estanque global’, a medio mundo de distancia, pueden tener efectos en todo el mundo. Investigadores de la Universidad de Texas dicen que la contaminación atmosférica en la India y China, es casi seguro que afecta los patrones climáticos globales, particularmente en los Estados Unidos y Canadá.
El smog en Asia, hay que señalar que se debe a algo más que la quema de combustibles fósiles – está compuesta por óxidos de nitrógeno, metano y otros compuestos orgánicos volátiles que se combinan para producir ozono. El tamaño exacto del efecto, dicen los investigadores, aún está por verse.
Están de acuerdo en que sólo está empeorando los problemas: aumento de la intensidad y frecuencia de las tormentas, la fusión de la capa de hielo, aumento del nivel del mar y sequía. Además, la contaminación está causando un aumento en la formación de nubes convectivas profundas, del 20 al 50 por ciento. El resultado es más tormentas violentas, según el estudio financiado por la NASA y la Fundación Nacional de Ciencia.
“Los modelos muestran claramente que la contaminación que se origina en Asia tiene un impacto en la atmósfera superior y parece incluso fortalecer las tormentas o los ciclones”, asegura Renyi Zhang, profesor de ciencias atmosféricas de la Texas A&M University en un comunicado de dicha Universidad.
«Durante las últimas décadas, ha habido un aumento dramático en los aerosoles atmosféricos – en su mayoría de sulfato y de hollín de la combustión del carbón – especialmente en China y la India», dijo.
Esas toxinas montan la trayectoria de las tormentas del Pacífico hasta la costa occidental de Canadá y los EE.UU., a través de América del Norte, y, finalmente, sobre la mayor parte del mundo, impactando las nubes a su paso, lo que podría conducir a una mayor frecuencia e intensidad de las tormentas o incluso graves sequías.
Las partículas de hollín en la forma de carbono negro se pueden recoger en las bolsas de hielo en los polos Norte y Sur, atraer más calor del sol y acelerar el derretimiento del hielo. El derretimiento de los casquetes de hielo resulta en la liberación de metano, lo que agrava los fenómenos climáticos y también contribuye al acelerado aumento del nivel del mar.
EL COSTO CHINO
En los últimos 30 años, China ha vivido un rápido desarrollo económico e industrial, que ha conllevado la apertura de grandes fábricas, plantas industriales y eléctricas, y otras instalaciones que producen grandes cantidades de contaminantes aéreos.
Además, el uso del carbón para calderas y las emisiones de los coches constituyen fuentes contaminantes fundamentales. En términos generales, los niveles de contaminación de las ciudades chinas es a menudo más de 100 veces superior a los límites establecidos por los estándares de la Organización Mundial de la Salud.
La contaminación del aire en el país es tal que, según un estudio realizado en China el año pasado, está acortando significativamente la esperanza de vida de las personas expuestas.
Esta investigación previó que los 500 millones de chinos que viven al norte del río Huai están a punto de perder un agregado de 2.500 millones de años de esperanza de vida (cinco años por cabeza) debido sobre todo a la amplia utilización de carbón para calderas de calefacción en toda la región.
Otro estudio demostró que las tasas de cáncer de pulmón se han elevado en un 400% en algunas áreas del país, debido a los contaminantes aéreos. Pero el efecto nocivo de la contaminación del aire en China y otros países asiáticos va mucho más allá, y se extiende fuera de las fronteras del país.
Una vez que todas esas partículas contaminantes son emitidas a la atmósfera, afectan a las formaciones de nubes y a los sistemas climáticos de todo el planeta, señala el estudio de Zhang y sus colaboradores.
CHINA NO SERÍA EL ÚNICO CULPABLE
Los resultados de la presente investigación han de ser contemplados teniendo en cuenta el papel que otros países juegan en esta situación (no deberíamos olvidar que, en cuestiones climáticas, todo esta interconectado).
Y es que Estados Unidos tiene subcontratadas muchas de sus líneas de producción con China, al igual que otros países desarrollados –de ahí que nos hayamos acostumbrado a las etiquetas “made in China” de muchos de los productos que consumimos-.
Según la revista New Scientist, concretamente en EEUU, la subcontratación de la producción en las últimas décadas ha hecho que en este país se hayan cerrado muchas fábricas, al tiempo que se abrían en tropel en China.
En otro estudio de la Universidad de Pekín -en el que se midieron las emisiones producidas en China para productos que se consumen en China, y las emisiones producidas en China para productos destinados a Estados Unidos- se reveló en este sentido que entre el 17 y el 36% de la contaminación producida en el país asiático en 2006 provino de las fábricas de producción de bienes para la exportación (una quinta parte de esos bienes van a EEUU).
Esta otra investigación demostró además que, en un día cualquiera de 2006, los productos fabricados en China para el mercado de EEUU provocaron hasta un cuarto de la contaminación de sulfatos que había en ese momento en el oeste del país norteamericano.
Por otro lado, según otro artículo de New Scientist, es bien sabido que la mayor parte del dióxido de carbono producido por las fábricas chinas se puede atribuir a los productos estadounidenses, lo que implica que EEUU sería en parte responsable del crecimiento de las emisiones de gases de efecto invernadero en China.
La polución del aire se ha vuelto un problema político cada vez más candente en China, estimulando incluso protestas públicas. En junio de 2013, el gobierno chino anunció su intención de adoptar una serie de medidas para reducir la contaminación del aire procedente de la industria en casi un tercio para el año 2017.
Fuentes: Catholic News, Tendencias 21, Signos de estos Tiempos