La Biblia profetiza la Gran Tribulación que está comenzando y la Purificación del Mundo
Muchas veces oímos decir que Dios es malo porque está dejando pasar una gran tribulación en el mundo.
Pero el responsable de lo que sucede no es Dios, somos nosotros, que con nuestro libre albedrío nos hemos separado de las normas que Él nos ha dado para que vivamos sin problemas.
Y hemos acogido formas de vida que nos están trayendo dolores, devastaciones y terminarán en una gran tribulación.
Si Dios no interviniera e hiciera una gran limpieza del mundo, la vida se aniquilaría en la Tierra por sí misma.
Esta rebelión contra los mandamientos de Dios, que nos está llevando a la aniquilación, comenzó hace muchos siglos y está progresando rápidamente.
Hoy ya vemos que entramos en la tribulación que está descrita en la Biblia por el propio Jesús, en su discurso escatológico antes de la última semana santa.
Aquí hablaremos sobre lo que dice la Biblia de esta tribulación que hemos comenzado a vivir y a dónde nos conducirá en concreto.
Desde el punto de vista histórico hemos visto que un par de siglos después de la peste negra, en que murió la tercera parte de la cristiandad, comenzó el Renacimiento, en que los valores paganos del mundo greco-latino comenzaron a predominar sobre los valores judeocristianos.
Y comenzó el proceso de quitar a Dios y sus mandamientos de la civilización.
Lutero rechazó a la iglesia en 1517.
Luego la masonería rechazó a Cristo en 1717.
Más tarde el marxismo rechazó a Dios en 1917 con la Revolución Rusa.
Que se complementó con la revolución sexual de los años 1960 y luego la instauración de la lucha de clases en todas las instituciones 30 años después, en la familia, los sexos, las razas, etc.
Es un largo viaje que principia con la denuncia de que Dios es un enemigo de la ciencia y la cultura en la época renacentista.
Enemigo de la felicidad según Marx.
Enemigo de la sexualidad según Freud.
Enemigo de la autorrealización personal para Nietzsche y sus seguidores.
Y también dentro de la Iglesia, conduciendo a la abolición del Dios que se reveló en la Biblia, por un Dios amable con la cultura de su tiempo.
De esto nos habla la Biblia.
Y nos advierte que Dios castigará la apostasía para evitar la aniquilación humana.
La Biblia nos habla de 3 juicios: el juicio a Israel, el juicio a las naciones y el juicio final.
Todo está explicitado en los capítulos 24 y 25 de Mateo, el 13 de Marcos y el 21 de Lucas.
Hace 40 siglos Dios se fue revelando a los judíos, segun relata el Antiguo Testamento.
Y hace 20 siglos Dios envió a su hijo Jesús a la Tierra, pero el pueblo judío no lo aceptó.
Con lo cual Dios lo castigó con la destrucción del Templo de Jerusalén y con su dispersión, hasta el año 1948, en que le restituyó Israel con la creación del Estado de Israel, pero en medio de tribulaciones constantes.
Y ahí comenzó visiblemente el movimiento de los judíos mesiánicos, que son judíos que creen que Jesús es el mesías.
A partir de que lo judíos no habían aceptado a Jesús, San Pablo comenzó a predicar a Jesús a los gentiles, o sea a los no judíos, que dio como resultado la gran expansión del cristianismo en el mundo.
Pero como vimos la apostasía comenzó a crecer a partir del renacimiento, siendo de tal magnitud que culminará con lo que se llama el juicio a las naciones.
En Mateo 24, Marcos 13 y Lucas 21 no habla del Fin del Mundo, sino de la tribulación que vendrá en el Final de los Tiempos, cuando el juicio a las naciones, cuando Dios purificará el mundo y envíe un Nuevo Pentecostés.
¿Y qué diferencia hay entre el Fin del Mundo y el Final de los Tiempos?
Cuando el fin del mundo ya no quedará nadie en la Tierra y vendrá Jesucristo físicamente, la parusía.
Los que estén vivos serán transformados y los que estén muertos resucitarán y comparecerán ante el juicio de Dios.
En cambio, el Final de los Tiempos es el período de purificación de la Tierra, donde gran parte del mal será borrado a través de una tribulación, por la guerra, la peste y el hambre.
Lo que dará lugar luego a una Era de Paz, que la Biblia simboliza con la cifra de 1000 años, que significa un tiempo largo.
En este tiempo de purificación habrá grandes señales en el cielo, según los tres evangelistas, y una persecución a los cristianos para que demos testimonio.
Los evangelios dicen cuatro cosas.
Que va a ser una tribulación como no la ha habido desde el comienzo del mundo.
Que será selectiva, porque dice que de dos personas una será llevada y otra será dejada.
Y sucederá hasta dentro de las familias, porque habla de hermano contra hermano y padre contra hijo.
Y que será el comienzo de un nuevo mundo, porque dicen los evangelios que cuando esto suceda “levantad vuestra cabeza porque es la señal de que se acerca vuestra liberación”.
O sea que tendremos entonces una tribulación por la apostasía y una recreación del mundo.
¿Y cómo sucederá la recreación del mundo?
A través de un segundo pentecostés.
El profeta Joel del siglo octavo antes de Cristo, profetiza que habrá una efusión del Espíritu Santo que afectará a todos los hombres, de todos los tipos y lugares de la Tierra.
Y no como el primer pentecostés que fue para el grupito de los discípulos del Señor.
Y dentro de esta nueva efusión del Espíritu Santo vendrá el Aviso, o Iluminación de Conciencia, donde cada persona verá su alma como Dios la ve.
O sea la Misericordia Divina bien visible antes que empiecen los momentos más fuertes de la gran tribulación.
Como dice Conchita de Garabandal, vendrá en el peor momento y cuando la humanidad más lo necesite, cuando se esté procesando el cisma en la Iglesia y haya una gran guerra.
Allí empezará la gran división, la predicación del Evangelio por un lado, y la persecución de los cristianos por el otro.
Porque algunos hombres rechazarán el nuevo Pentecostés y la iluminación de la conciencia que Dios les ofrecerá, y se endurecerán aún más.
De modo que así como el primer Pentecostés, detonó el comienzo de la primera evangelización del mundo, el segundo Pentecostés será decisivo para purificar el mundo y realizar la segunda evangelización.
Veremos una primavera en la Iglesia, que crecerá desde las catacumbas, en las que habrá permanecido oculta por la persecución del gobierno mundial satanista.
¿Y qué debemos de hacer desde ahora?
Permanecer en estado de gracia, estar con las lámparas encendidas como las vírgenes prudentes de la parábola de Mateo 24, y orar sin cesar para que la purificación sea rápida.
Porque como dice la biblia, si Dios no acorta los tiempos de tribulación, hasta los más justos se condenarían.
Orar para que se salve físicamente el mayor número posible de gente, y para que los que mueran acojan la misericordia de Dios en el momento de morir.
Una vez realizada la purificación del mundo sucederá el triunfo del Inmaculado Corazón de María y el advenimiento del Reino Eucarístico de Cristo.
O sea que Jesús reinará en el mundo de forma oculta como en la Eucaristía.
Bueno, hasta aquí lo que queríamos hablar sobre lo que dice la Biblia respecto a la gran tribulación, que ya estamos viviendo, qué nos indica cómo seguirá y a dónde nos conducirá.
Y me gustaría preguntarte si crees que la mayoría de los cristianos que conoces creen que estamos en la gran tribulación de que habla la Biblia o no.
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