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Las cinco piedritas de Medjugorje nos deben llevar a la verdadera conversión. La paz es consecuencia de cumplir con ello, y es otorgada como don y recompensa.

La Reina de la Paz quiere que en nosotros reine la paz como reina en Ella. Aprovechemos el Tiempo de Gracia que Dios nos está dando como preparación para el nuevo tiempo de paz que Nuestra Madre Santísima nos ha prometido.

En los primeros tiempos los videntes le hacían innumerables preguntas y le traían peticiones de la gente durante las apariciones. Con una gran dulzura Ella respondía a sus inquietudes y oraba con ellos por las intenciones que le traían. La Virgen les daba importantes mensajes y les pedía que los viviesen.

En 1984 comenzó a darles mensajes semanales, y en 1987 estos se hicieron mensuales, dándolos para el mundo entero, el día 25 de cada mes.

 

EL LLAMADO A LA CONVERSIÓN

Para mucha gente los mensajes son repetitivos y simples, y por eso no los siguen. Les parece que la Virgen no dice nada nuevo. Pero no es así.

Sus mensajes tienen un sentido muy profundo y nos hablan del plan de Dios. Ella nos ha dicho que nos daría mensajes concretos para estos tiempos y nos ha pedido que los hagamos parte de nuestras vidas. Ya desde el comienzo expresó lo siguiente:

“Deseo darles mensajes como nunca antes en la historia, desde el principio del mundo”… “Que cada mensaje sea para ustedes un nuevo crecimiento”… “¡Mediten mis mensajes en oración!”

Estos mensajes se pueden resumir en un gran pedido: “¡Conviértanse, hijos míos!”

El mensaje central de Medjugorje es el llamado a la conversión, es decir, volver a Dios. El propósito de la Virgen es guiarnos hacia Jesús a través de innumerables mensajes que nos ha estado dando durante estos mas de veinte años.

Nuestra conversión es importante, y para lograrla la Virgen nos indica cinco medios importantes, o “piedritas”, como se acostumbra decir en Medjugorje, recordando la hazaña de David al derrotar al gigante Goliat con cinco guijarros y una honda (1Sam 17,50).

Estos medios, que se repiten constantemente en sus mensajes, son: la Oración, el ayuno, la Eucaristía, la Confesión y la lectura de la Biblia.

Las cinco piedritas de Medjugorje nos deben llevar a la verdadera conversión. La paz es consecuencia de cumplir con ello, y es otorgada como don y recompensa.

La Reina de la Paz quiere que en nosotros reine la paz como reina en Ella.

Aprovechemos el Tiempo de Gracia que Dios nos está dando como preparación para el nuevo tiempo de paz que Nuestra Madre Santísima nos ha prometido.

 

LAS «CINCO PIEDRITAS DE DAVID»

PRIMERA PIEDRITA: EL PEDIDO DE ORACIÓN

La Virgen nos exhorta a orar con el corazón y a dedicar un tiempo diario para nuestro diálogo con Dios. De esa manera, el Espíritu Santo nos hará ver los tiempos que vivimos y el plan que Dios tiene para cada uno de nosotros, así como la importancia de su venida a Medjugorje.

Nos pide además que todos reciten el Santo Rosario, especialmente los sacerdotes, el cual recomienda también para defendernos de los ataques de satanás, del que nos alerta en innumerables ocasiones.

La oración en familia es un tema importante y constante en sus mensajes. Ella nos dice que debemos poner a Dios en primer lugar en nuestro hogar. También nos recomienda la oración comunitaria y pide que se hagan grupos de oración en todas las parroquias.

La Virgen nos ha dicho que no hay nada que le agrade más que cuando nos escucha recitar su oración preferida: el Credo, que es nuestra profesión de fe.

Debemos aspirar a tener una fe profunda, fuerte, total, una fe que no vacila y que es generosa.

La Santísima Virgen nos pide también la consagración al Corazón de su Divino Hijo Jesucristo y a su Corazón Inmaculado.

 

SEGUNDA PIEDRITA: EL PEDIDO DE AYUNO

Casi al principio de las apariciones la Virgen dijo: “Ustedes han olvidado que a través de la oración y el ayuno se pueden evitar las guerras y suspender las leyes de la naturaleza”.

Algunos años después, en los años 90, la guerra de Bosnia trajo grandes sufrimientos al pueblo croata y entonces muchos entendieron las palabras de la Virgen. La Madre de Dios nos recuerda que toda penitencia y mortificación son santificadoras y atraen favores especiales de Dios.

Ella nos invita especialmente a ayunar dos veces por semana: los miércoles y los viernes.

Y el «mejor» modo de ayunar, nos explica Ella, es a pan y agua. Esto significa que puede haber otros modos de ayunar.

Se aconseja que la gente determine su propia capacidad de ayuno.

También podemos privarnos de ciertos gustos a los que estamos acostumbrados, ofreciendo este sacrificio para que se realice el plan de la Virgen.

 

TERCER PIEDRITA: LA EUCARISTÍA

La Virgen ha señalado la importancia de la Eucaristía y nos llama a vivir la Santa Misa, haciendo de ella el centro de nuestra vida y de nuestro día.

También nos ha dicho:
“Los invito a enamorarse del Santísimo Sacramento del Altar. Adórenlo, hijitos, en sus parroquias, y de esta manera estarán unidos al mundo entero.
Jesús será su Amigo y ustedes no hablarán de El como de Alguien a quien escasamente conocen. La unión con El será una alegría para ustedes y ustedes se convertirán en testigos del Amor que Jesús tiene por cada criatura. Hijitos, cuando ustedes adoran a Jesús también están cerca de mí”.

 

CUARTA PIEDRITA: LA CONFESIÓN

La Virgen nos señala que la paz viene de nuestra reconciliación con Dios, con nuestros hermanos y con nosotros mismos. Y para reconciliarnos con Dios necesitamos del sacramento de la reconciliación o confesión.

La confesión es el remedio para apartarnos del mal y encontrar la paz del corazón, tan necesaria, tan buscada y tan añorada en este mundo sin paz.

No podemos decir que nos hemos convertido si no hay un cambio radical en cada uno de nosotros, acompañado de contrición y del propósito firme de no desviarnos nuevamente del camino que Dios nos ha señalado.

Y si por desgracia caemos, levantarnos rápidamente y pedir perdón a Dios, apelando a su Misericordia y amor por nosotros.

 

QUINTA PIEDRITA: LA LECTURA DE LA SANTA BIBLIA

Un gran número de católicos no conoce la Biblia. La Virgen nos invita a leer la palabra de Dios y se lamenta diciendo: “Se han olvidado de la Biblia”.

Ella recomienda poner la Biblia en el centro de nuestros hogares, en un lugar visible. Nos dice que debemos leerla con frecuencia, porque la oración se alimenta con la palabra de Dios, y recomienda leer ciertos pasajes de la Escritura en los grupos de oración, tal como Mt 6, 24-34.

 

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