Tercera vez que se encuentran Francisco y Evo.
Tal como lo venimos anunciando, el papa Francisco, se está convirtiendo en un operador político eficaz tratando de contener las necesidades de respaldo y orientación que tienen muchos mandatarios latinoamericanos. El Papa ha elaborado una doctrina, la doctrina del encuentro, en la que está basando estas operaciones.
Es la tercera vez que el presidente boliviano Evo Morales se ve con Francisco desde que asumió, y esta vez lo hizo durante 47 minutos, realmente importante.
Pero además, hay una diferencia de tono, una actitud sustancialmente distinta a la que tuvo en su anterior visita a un Papa. El 17 de mayo de 2010, al reunirse con el Papa Benedicto XVI, Evo Morales le entregó una carta en la cual le pidió cambios radicales en la Iglesia para superar «una crisis» que la tiene «herida» y «en pecado». Ese texto propuso abiertamente «democratizar la estructura eclesiástica» a través de la apertura al sacerdocio femenino y la abolición del celibato sacerdotal.
Morales había quedado enfrentado a la Iglesia boliviana a partir de su aliento a la creación de una secta, «la Iglesia Católica Apostólica Renovada del Estado Plurinacional». El Obispo de Oruro Mons. Bialasik dijo en su momento que «el gobierno (de Evo) pretende dividir la fe de los bolivianos».
Ahora el comunicado oficial de la entrevista estableció que:
«en la perspectiva de la cultura del encuentro se estuvo de acuerdo en la importancia de las buenas relaciones entre la comunidad eclesial y el Estado, sobre todo en temas de común interés al servicio de la entera nación».
De modo que la doctrina de la cultura del encuentro, que Francisco esbozó en la JMJ de Rio de Janeiro ante el clero y los políticos, es la base para esta operación a nivel político que está emprendiendo. Ver aquí lo que escribimos en esa oportunidad.
Evo pareció cambiar su discurso de enfrentamiento luego de su participación en la misa de clausura de la JMJ realizada en julio en Río (Brasil).
«Después de escuchar algunos mensajes del Papa otra vez vuelvo a confiar en la Iglesia Católica», señaló entonces Evo, a quien le complace que Francisco haya dicho que si un cristiano no es revolucionario, «no es tal».
Al final de la visita, el embajador boliviano ante la santa Sede precisó:
“He entendido que se ha llegado a un compromiso de ambas partes sobre esto, o sea de un acercamiento franco y confiado”.
La reunión se efectuó en un marco afectuoso, comenzando con apretón de manos y un abrazo que Evo le dio a Francisco. Ya en la biblioteca, el presidente le dijo:
«Para mí usted es el hermano Francisco», a lo que el papa respondió «así debe ser, así debe ser».
El embajador De la Riva destacó dos de los temas tratados en la reunión:
“De los temas tratados el presidente me indicó dos: hablaron un tiempo pequeño sobre Siria y el presidente adhiere a esta jornada oración y de ayuno; el presidente ayunará en Bolivia. Y después me dijo que hablaron sobre el tema de la relación del Gobierno con la Iglesia boliviana y han acordado ‘asumir la cultura del encuentro que predica el papa’”.
En el coloquio también se ha resaltado la contribución de la Iglesia Católica en Bolivia en el ámbito de la educación, sanidad, apoyo a las familias y a la asistencia a los niños y ancianos
Durante la entrega de regalos, Morales le entregó al santo padre un libro con el título «Memoria gráfica de reintegración marítima boliviana», en donde se expone el deseo de su gobierno y la reivindicación histórica de obtener una salida al océano Pacífico, perdida tras la Guerra del Pacífico.
Por su parte el pontífice le regaló a Morales una medalla de su pontificado y dos libros, uno de los cuales es el documento de Aparecida, texto que resume las conclusiones de la cumbre de obispos latinoamericanos de 2007.
Al despedirse, Francisco le mandó «saludos a Dilma» (la presidenta de Brasil).
Fuentes: Agencias, Signos de estos Tiempos