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Refleja el cambio demográfico del catolicismo.

 

En un mundo donde el 75% de los niños en los países pobres pueda que no aprendan a leer y escribir, la Iglesia Católica naturalmente se está enfocando en estos sectores del planeta, porque el centro de gravedad del catolicismo pasó del norte global al sur global, y su sistema de educación también lo ha hecho.

 

colegio en africa

 

Y ahora se transforma en un desafío grande el manejo de las diferentes culturas en esas regiones, donde la propuesta es el diálogo intercultural y no el multiculturalismo o la asimilación cultural.

LA DEMOGRAFÍA DEL CATOLICISMO CAMBIÓ

El centro de gravedad en la iglesia católica, demográficamente hablando se ha desplazado desde el norte global al sur del planeta, es decir, Al llamado «mundo en desarrollo».

De los 1,2 mil millones bautizados católicos romanos en el planeta hoy en día, dos tercios viven fuera de Occidente, una participación que se espera que llegue a las tres cuartas partes para mediados de siglo. Mientras que las poblaciones católicas en Europa están en declive, los católicos de África subsahariana (África negra) se dispararon en casi un 7.000 por ciento en el siglo XX y continúa creciendo.

Y CAMBIÓ TAMBIÉN LA DEMOGRAFÍA DE LA EDUCACIÓN CATÓLICA

Según las estadísticas del Vaticano a conocer el jueves pasado, la misma trayectoria amplia atraviesa la empresa de la educación católica.

Entre otras cosas, los datos sugieren la educación católica es una industria en crecimiento a principios del siglo XXI.

El cardenal polaco Zenon Grocholewski, prefecto de la Congregación Vaticana para la Educación Católica, dijo a los periodistas que el número total de escuelas católicas en el mundo en todos los niveles creció entre 2008 y 2011 en más de 6.000, alcanzando un total de 209.670.

Durante el mismo período, dijo Grocholewski, el número global de estudiantes en las escuelas católicas se incrementó en casi 3 millones, a un total de 57,6 millones.

Esas cifras globales, sin embargo, pasan por alto diferencias significativas por región.

El número de escuelas en realidad cayó en Europa, dijo Grocholewski, pero aumentó significativamente en otras partes del mundo.

Europa perdió 1.189 escuelas católicas en el período de cuatro años 2008-2011, mientras que África ha ganado 4.695 nuevas escuelas. Eso significa que sólo África representó el 75 por ciento de todas las nuevas escuelas católicas en el mundo.

Con respecto a los estudiantes, se aplica la misma tendencia. Europa perdió 177.918 alumnos y las Américas, tanto del Norte como del Sur, perdieron 1,8 millones, según los datos del Vaticano. Y África, por su parte, registró una ganancia de 2,5 millones de estudiantes y Asia 2,4 millones. Más allá de un ligero repunte en Oceanía, África y Asia representaron todo el incremento, y sin ellos, la matrícula en las escuelas católicas en realidad habría disminuido.

APERTURA SIN SACRIFICAR LA IDENTIDAD CATÓLICA

Grocholewski proporcionó los datos en el contexto de la presentación de un nuevo documento de la Congregación para la Educación Católica titulado «Educar para el diálogo intercultural en las escuelas católicas: Viviendo en Armonía para una civilización del amor.»

En esencia, el documento sostiene que en un mundo cada vez más móvil, las escuelas católicas deben promover «la apertura a la pluralidad y las diferencias» sin sacrificar su identidad católica.

El documento pide rechazar tanto el enfoque del «multiculturalismo», que describe como basado en el relativismo y el tratamiento de todas las culturas como separados pero iguales, y la «asimilación», que insiste en la absorción de una cultura a otra, normalmente la dominante.

En cambio, el documento pide un enfoque «intercultural» en las escuelas católicas, la promoción de «encuentro, diálogo y transformación mutua», que absorbe las cualidades positivas de las diferentes culturas sin desdibujar su carácter distintivo.

LA CLAVE ES EL DIÁLOGO

Grocholewski ha indicado que el «diálogo» es la «palabra clave» que une todos los aspectos que se tocan en el documento.

«Y para que la escuela católica desempeñe, con ese enfoque, un papel constructivo, no puede debilitar su identidad, sino al contrario, reforzarla, ni tanto menos su misión puede separarse de la evangelización».

Esa identidad, según ha precisado,

la sostiene «la enseñanza de la religión católica, que se conjuga muy bien con el respeto de la libertad personal y de la formación continua de los dirigentes y docentes».

«Este es el servicio con el que las escuelas católicas, que buscan siempre conjugar la tarea educativa con el anuncio explícito del Evangelio, constituyen una contribución muy válida a la evangelización de la cultura, incluso en los países y ciudades donde una situación adversa estimula a utilizar la creatividad para encontrar recorridos adecuados», ha puntualizado.

MÁS DE 70 MILLONES DE NIÑOS NO VAN A LA ESCUELA

En este sentido, ha recordado que, según datos de UNICEF, en 2013, los niños y niñas que no van a la escuela en el mundo superan los 70 millones; que el 75% de los estudiantes de los países más pobres puede que no aprendan ni a leer ni a escribir; y que en el planeta faltan 1,7 millones de maestros para alcanzar el objetivo de una educación primaria calificada.

Por ello, la Congregación para la Educación Católica une su preocupación a la de la comunidad internacional,

«convencida del papel insustituible de la educación para el futuro de la humanidad, la paz, el desarrollo sostenible y la dignidad de los pueblos».

Fuentes: Europa Press, NCR on line, Signos de estos Tiempos 

 

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