Evangelii Gaudium exacerbó las opiniones.
Si bien es discutible si al interior de la Iglesia Católica se puede hablar de los parámetros políticos de izquierda y derecha, lo cierto es que estás categoría políticas funcionan cuando se piensa en la Iglesia desde afuera. Y en este caso, los sectores católicos más conservadores de derecha consideran a Francisco como de izquierda, y hasta marxista, y los sectores más de izquierda están contentos con él.
Incluso esta ofensiva contra Francisco puede verse en la operación de varios videntes, que catalogan a Francisco como el anti papa, el anti Cristo, el demonio, precisamente condenando las posiciones más liberales de Francisco y sus silencios relativos en temas como el aborto y la homosexualidad, entre otros.
Y esto que traemos es un ejemplo de esta operación en marcha. El Papa Francisco es un marxista y la Iglesia católica es hipócrita cuando critica el capitalismo que la financia, dice, con su acostumbrada violencia verbal, el comentador radiofónico estadounidense Rush Limbaugh desencadenó una nueva polémica, pero tras la cual se advierte el resentimiento, más o menos explícito, del mundo conservador de los Estados Unidos hacia Bergoglio.
El motivo de este ataque fue la “Evangelii gaudium”, criticada por Limbaugh en un programa llamado «It’s Sad How Wrong Pope Francis Is (Unless It’s a Deliberate Mistranslation By Leftists)», es decir “qué tristeza todo lo equivocado que está Francisco (a menos que no sea una traducción deliberadamente manipulada por la izquierda)”.
El comentador más popular de la extrema derecha, como acostumbra, no usó medias tintas:
«Es triste, increíble. El Papa escribió, en parte, sobre los males intrínsecos del capitalismo. Es triste porque da a entender que no sabe de lo que está hablando, cuando se trata de capitalismo y socialismo».
Limbaugh describió la “Evangelii gaudium” como un ataque contra la «nueva tiranía del capitalismo» y contra la «idolatría del dinero», para después criticarla de esta manera:
«yo he estado varias veces en el Vaticano: no existiría sin las toneladas de dinero. Pero, además de eso, alguno escribió esta cosa en su lugar, o se la envió. Es puro marxismo, que sale de la boca del Papa. ¿Capitalismo sin límites? No existe en ningún sitio. El capitalismo sin límites es una frase socialista para describir a los Estados Unidos. Sin límites, sin regulación».
Limbaugh también expuso los males del socialismo y los bienes del capitalismo, incluida la «trickle-down economic», y se declaró «sorprendido» por las palabras de Francisco:
«La iglesia católica estadounidense tiene un presupuesto anual de 170 mil millones de dólares. Creo que es más de lo que la General Electric acumula cada año. La Iglesia es el principal propietario edilicio en Manhattan. Es decir: tienen muchísimo dinero. Recolectan muchísimo dinero. No podrían operar como lo hacen si no tuvieran todo ese dinero».
Limbaugh es tan popular como controvertido. A pesar de sus inclinaciones de maestro de moral, fue arrestado en Florida hace tiempo por abuso de substancias estupefacientes. Durante la última campaña electoral se vio obligado a pedir disculpas en público por haber definido a Sandra Fluke, una estudiante de Georgetown que apoyaba la reforma sanitaria de Obama, como una prostituta.
Sin embargo, alrededor de 20 millones de personas siguen los programas de Limbaugh, que firmó un contrato de 400 millones de dólares para conducir su programa.
Pero Mucha mgente, pues, piensa como él. Un ejemplo: Jonathon Moseley, exponente del Tea Party, escribió en el “World Net Daily” que
«Jesús está llorando en el paraíso por las palabras del Papa».
Cristo en persona, según Moseley, había desmantelado la teoría de la redistribución, cuando le preguntaron si era justo que un hermano compartiera con los demás familiares una herencia recibida:
«Jesús hablaba con el individuo, nunca con el Estado o con la pol’itica del gobierno. Era un capitalista, que predicaba la responsabilidad personal, no un socialista».
Por lo menos un grupo católico (la Catholics in Alliance for the Common Good), criticó a Limbaugh y lanzó una petición para denunciarlo, pero el mundo conservador estadounidense se encuentra en fermento desde la elección de Francisco.
Durante los Pontificados de Wojtyla y Ratzingere creían tener un sólido aliado en el Vaticano, por la manera en la que Juan Pablo II contribuyó en la demolición de la URSS como por su compromiso y el de Benedicto XVI en contra del aborto y a favor de la vida.
Intelectuales del tipo Richard John Neuhaus se convirtieron del protestantismo, y filósofos como Michael Novak exaltaron la nueva doctrina económica de la responsabilidad, a pesar de que ni Juan Pablo II ni Benedicto XVI hubieran dejado de denunciar los excesos del capitalismo. Los conservadores católicos ahora están desconcertados sobre todo por las palabras de Francisco en relación con los temas de la vida, y los protestantes por las afirmaciones sobre la economía. Los que han alzado la voz son los extremistas, pero la discusión sigue abierta.
Fuentes: Vatican Insider, Signos de estos Tiempos