¿Empiezan a funcionar los anticuerpos?
En la mayoría de los países de occidente existe la sensación de que los “derechos“ homosexuales, como un cuerpo de privilegios especiales, están ganando la partida. Pero es sólo manejo de la comunicación. Han hecho progresos, pero también tienen muchos obstáculos.
Los países y las instituciones que promueven los «derechos» homosexuales encuentran resistencia incluso donde los activistas gay pensaban haber ganado la batalla.
El objetivo de normalizar las relaciones entre personas del mismo sexo mediante la legislación choca con obstáculos en las legislaturas, los tribunales y entre las personas de todo el mundo.
EN OCCIDENTE
Aunque los activistas han logrado hacer que las sociedades occidentales exijan la aceptación de la conducta homosexual en general, no han podido promulgar derechos sociales y económicos masivos para las personas lesbianas, gais, bisexuales y transgénero (LGBT).
En solo unos cuantos lugares, los activistas LGBT parecen haber alcanzado lo que llaman «igualdad». Pero, incluso allí, su éxito es limitado.
En los Estados Unidos, donde los derechos LGBT están sumamente avanzados, más de la mitad de los estados define el matrimonio como la unión entre un hombre y una mujer, y muchos no permiten que parejas de personas del mismo sexo adopten.
Incluso en Europa, donde la poderosa Comisión Europea apoya con dedicación los derechos LGBT y ha logrado hacer que la mayoría de los países de la UE aprueben acuerdos de unión civil para personas del mismo sexo, varios países no solo han rechazado el «matrimonio» homosexual, sino que también han promulgado enmiendas constitucionales para impedirlo de manera conjunta. Los más recientes son Croacia, Hungría y Eslovaquia.
Finlandia es el último miembro de la Unión Europea en rechazar el «matrimonio» homosexual. El mes pasado, un comité del parlamento finlandés evitó que este sometiera a votación el matrimonio entre personas del mismo sexo, por segunda vez desde 2012, por 10 a 6. Finlandia es el único país nórdico en el que no se celebran matrimonios entre homosexuales.
El matrimonio homosexual es un tema tan delicado que la Comisión Europea y el Tribunal Europeo de Derechos Humanos asumieron un enfoque moderado, que, en su lugar, favorece las uniones civiles.
El presidente de la Organización de los Estados Americanos dijo hace poco que el matrimonio entre personas del mismo sexo no sería impuesto por la organización que encabeza. Ni siquiera la Corte Suprema de los Estados Unidos lo impuso.
La adopción por parejas de homosexuales es, en ciertos aspectos, un tema más difícil, particularmente en Europa. Pocos países europeos permiten a estas parejas que adopten. El debate público a menudo se centra en los derechos de los niños, lo cual produce grandes efectos para quienes se oponen a la adopción gay.
FUERA DE OCCIDENTE
En el sur mundial, los activistas LGBT y los gobiernos que los respaldan enfrentan una ardua lucha para convencer a poblaciones enteras de que lo que consideran como conducta sexual desviada debería ser socialmente aceptable.
Tan solo este año, Uganda y Nigeria elevaron de manera polémica las sanciones en contra de la conducta homosexual además de restringir el activismo relacionado con el matrimonio entre personas del mismo sexo y otros derechos LGBT. Muchas naciones africanas van en pos de una legislación similar, y los políticos que hacen campaña en cuanto a este asunto encuentran apoyo popular.
El Grupo Africano, bloque de negociación de la ONU, eligió a Uganda para la presidencia de la Asamblea General después de que los Estados Unidos y Europa amenazaron con sancionar a ese país por sus nuevas leyes. La elección dio el fuerte mensaje de que los africanos no se rendirán.
Es probable que la parte de la burocracia de la ONU al frente de las iniciativas en pos de los polémicos derechos LGBT en las Naciones Unidas no lo haga más con la elección de un nuevo Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos de Jordania.
La legislación es solo una de las vías en las que los activistas LGBT se topan con obstáculos. Pero algunas culturas ni siquiera contemplan la idea del matrimonio o la adopción homosexual, o ni siquiera tienen palabras para describirlos.
Un escritor del blog profamilia Englishmanif hace poco manifestó que la lengua china carece de vocablo para «pareja» o «padres». En chino, explica, la palabra es, literalmente, «esposoesposa» para «pareja» y «padremadre» para «padres».
Fuentes: C-FAM, Signos de estos Tiempos