Un sueño irreal del mundo beduino del siglo VII.
El padre Samir Khalil Samir, jesuita árabe y estudioso islámico, dice que el califato islámico proclamado por Abu Bakr Al Baghdadi «revela un sentido de desesperación», con «un fuerte tono ideológico», pero no va a resolver los problemas del mundo árabe y del Islam.
El profesor de estudios islámicos en la Universidad de Beirut agrega,
«La mayoría de los musulmanes no quieren el califato de Al Baghdadi, sino los valores auténticos y actualidad»
«Es hora de salvar el Islam, luchando contra el fanatismo religioso», escribe para la agencia PIME.
«LOS MUSULMANES NO SUEÑAN CON EL CALIFATO»
Para el jesuita «redefinir» Estado islámico «como algo mundial, es ridículo desde el punto de vista práctico», no sólo porque «casi todos los gobiernos han decidido luchar contra él: Alemania, Argelia, Túnez, Egipto , Siria, Irak, ‘excepto’ quizás Qatar y otros», sino también porque
«la mayoría de los musulmanes no sueñan más con el califato, ni con un imperio sin fronteras. Todo el mundo trata de vivir en una nación, tanto es así que incluso los kurdos han estado trabajando durante años para dar a luz a su nación».
EL FIN DE CALIFATO
Al Baghdadi continúa Samir, busca «restaurar el califato de Bagdad, considerado como el período más brillante del Islam», pero la tarea no es fácil: el fin del califato fue sancionado el 3 de marzo 1924 por Ataturk, el fundador de la Turquía moderna, que en 1922 había depuesto al sultán Mehmet VI.
Desde entonces, «muchos grupos han tratado de revivir el califato», como la Hermandad Musulmana en 1928, pero sin éxito. La Hermandad así mismo, después de reconocer que «ya no es posible tener un califato», trató de «islamizar los diferentes países y gobiernos, con la introducción de la Sharia como Constitución». Así se hizo, por ejemplo, Arabia Saudita.
¿POR QUÉ AL BAGHDADI?
Al Baghdadi trató de revivir el califato a partir de su nombre:
«Su nombre de guerra completo es Abu Bakr Al-Baghdadi Al-Husseini Al Qurashi. Este nombre, para cualquier musulmán educado, es ya un programa. Abu Bakr es el nombre del primer califa, es decir, el primer sucesor de Mahoma. Al Baghdadi evoca al más famoso califato islámico de la época, el abasí, cuya capital era Bagdad (750-1258). Al Husseini se refiere a Hussein, hijo de Ali y Fátima, hija de Mahoma, la figura más venerada en el Islam chiíta. Por último, Al Qurashi refiere a la tribu de Mahoma, originalmente de Quraysh. Según un hadiz el califa legítimo debe ser un descendiente de Mahoma. Los últimos dos nombres significan que él es el califa legítimo por excelencia, que satisface tanto a los sunitas como a los chiítas».
DECADENCIA DEL MUNDO ÁRABE
El proyecto del Estado Islámico, dice el profesor jesuita,
«ya no responde a lo que los musulmanes buscan» aunque «muestra en que dirección se está moviendo en el mundo islámico».
A partir de la observación «reconocida por intelectuales y personas de todos los ámbitos sociales», se nota «el declive del mundo árabe y musulmán».
En un error
«tratar de justificar y traerlos a todos a una forma de vida que se remonta a un período anterior (siglo VII), típico de una región de beduinos y del desierto».
Pero esto «no puede ser una solución para el siglo XXI».
«ERROR IDEOLÓGICO»
«El error del mundo islámico», según Samir, «es ideológico. Esto conduce a guerras ideológicas: culturales, religiosas, históricas, pero nunca sobre la base de las necesidades reales de las personas. El pueblo árabe pide soluciones a las necesidades básicas; la igualdad entre hombres y mujeres; entre musulmanes y no musulmanes; ricos y pobres (los pobres en el mundo árabe nunca tienen voz). En lugar de tomar lo mejor de la civilización moderna y de asimilarlo, buscamos la solución de volver atrás».
Sin miráramos los períodos más brillantes en el mundo islámico:
«Miramos hacia el Califato Abasí y nos preguntamos: ¿de dónde viene su grandeza? Venía de la unión de todas las partes del antiguo imperio musulmán. Desde el punto de vista cultural, más que los árabes, han contribuido los iraníes, afganos, balkh, cristianos de habla siríaca».
LOS PECADOS DEL OCCIDENTE
Si los árabes intentan volver a una
«ley de la sharia que no tiene nada divino, siendo la sedimentación de normas tribales beduinas de los siglos IX y X, y no tiene nada que ver con el Corán, que es del siglo VII, o con el Profeta Mahoma, la culpa es también de Occidente»
«Entre nosotros [los árabes], Occidente se ve como un lugar inmoral, sin valores. Es en parte cierto. El Occidente es visto como el líder del mundo, pero en la práctica su dominio es por las armas, por la ley del más fuerte». Esto conduce a su rechazo.
CUATRO FORMAS DE SALIDA
Samir, rechaza cualquier teoría de la conspiración de que todas las desgracias del mundo árabe se deben a los Estados Unidos, y reconoce que «los que estamos haciendo la guerra intestina, en la religión, en el mundo árabe somos nosotros».
Y ofrece cuatro vías de Salida:
«Nosotros los árabes debemos aprender a vivir juntos sobre la base de valores compartidos, sin ir a la guerra a causa de las diferencias religiosas» y «tenemos que pensar en la solidaridad de los países y la región».
Por otra parte,
«también debemos colaborar en toda la región, sobre todo con Israel, para la paz con los palestinos».
«Escribir constituciones en los países árabes inspiradas en la justicia, la igualdad, los derechos humanos, la paz, sin hacer ninguna distinción entre sexos o religiones».
Por último,
«hay que limpiar la sociedad de corrupción» porque «nuestros países se están ahogando en la corrupción».
«TIEMPO DE SALVAR AL ISLAM»
Esto es lo que «la gran mayoría de los musulmanes quiere: verdaderos valores y actualidad» y no «el califato, que no tendrá éxito y que fortalecerá la discriminación».
Si usted no hace esto, concluye Samir Khalil Samir,
«el mundo árabe sólo retrocederá, y – lo que es peor – lo va a hacer en nombre de la religión, es decir, el Islam. Es hora de salvar al Islam, luchando contra el fanatismo religioso».
Fuentes: Tempi, Asia News, Signos de estos Tiempos