Dos historias que le harán estremecer.
La eutanasia está entrando por la puerta de atrás en occidente. Es un secreto a voces que desde hace tiempo se aplica en los hospitales y ahora se está ‘blanqueando’ con el argumento de los costos innecesarios para cuidar la salud de personas que no pueden recuperarse. Además está entrando en la consideración política, porque en varios países están discutiendo sobre leyes pro eutanasia y suicidio asistido. Y es un tema de debate creciente en la opinión pública.
Obviando los temas éticos sobre la vida y basándonos solamente en los aspectos prácticos, hay casos, como las dos historias que traemos, en que la eutanasia hubiera sido el fin del paciente porque todos los caminos parecían cerrados para su recuperación, sin embargo los irrecuperables se recuperaron.
¿Y por qué pasó esto? Es un misterio la razón por la que alguna gente se cura.
Pero estas dos historias muestran que hay diagnósticos médicos equivocados que llegan a la conclusión que el paciente es irrecuperable y muchos interés alrededor del paciente también (herencias, disminuir el trabajo y las preocupaciones, cultivar órganos, bajar costos) para aceptar el diagnóstico pro eutanasia
Lo cierto es que estas dos historias muestran que hay curaciones inexplicables desde el punto del conocimiento médico, que hay gente en estado vegetativo que no lo están y personas que pueden recuperarse y seguir su vida dando frutos.
¿Qué podemos desearle a una persona que esta formal o informalmente evaluando la eutanasia de otra?
Que le tiemble la mano al momento de decidir. Que un sudor frío le recorra el cuerpo y la duda le estremezca. Que no se dé por vencida porque las cosas pueden cambiar y los milagros existen
LA HISTORIA DE RICH
El abogado norteamericano Harold Cassidy ex miembro de la Comisión de Bioética de Nueva Jersey cuenta historia de su primo Rich, a quien reputa como un intelectual brillante, que durante muchos años, fue presidente de la Cámara de Comercio de Meadowlands, activo en el servicio a los demás, al punto que fundó dos organizaciones benéficas y sirvió en los consejos de otros seis.
Rich es un talentoso escritor y profesor en la Universidad de Fairleigh Dickinson, donde ayudó a desarrollar un programa para que los jugadores de fútbol del New York Giants completaran su educación universitaria.
Hace nueve años, en octubre de 2005, a la edad de cincuenta y cinco años, Rich Fritzky fue repentina y brutalmente atacado por meningitis, una enfermedad particularmente mortal. Él entró en coma, y a su esposa y sus doce hijos se les dijo que iba a morir en cuestión de días.
Los médicos que cuidaban de él, dijeron que era imposible que sobreviviera. Sin embargo, él permaneció en coma durante cuatro meses. Durante ese tiempo, cada uno de sus órganos principales, en un momento u otro, no funcionó. Su corazón se detuvo. Sus riñones fallaron.
Se le dijo a su esposa que, si por algún milagro sobreviviera, Rich nunca la reconocería ella o a sus hijos otra vez, ni sería capaz de tener un pensamiento cognitivo. Los médicos pensaban que la familia de Rich debía orar por su muerte, no por su vida.
ORARON POR SU VIDA
Mientras estuvo en estado de coma, el corazón de Rich tuvo que soportar seis semanas de fiebre altísimas y seis semanas durante las que tuvo que ser conservado en hielo. Durante seis meses, los médicos repetían continuamente que la muerte de Rich era inminente. En una ocasión, su rostro se había necrosado, estaba completamente negro. Durante seis meses, Rich Fritzky no se movió, no tragó, y no habló.
Pero Rich salió de su coma. Él despertó y descubrió que sus dos piernas habían sido amputadas, así como los diez dedos. Su hospitalización duró quince meses e incluyó una vigorosa y dolorosa rehabilitación, esfuerzos para adaptarse a las prótesis, peleas continuas con infecciones, y úlceras.
Aunque la enfermedad le dejó su cuerpo roto y lleno de cicatrices, su mente y su ingenio estaban tan agudos como siempre, y amaba a su familia, más que nunca antes.
Cuando regresó a casa, el hombre sin dedos tuvo que aprender a escribir. Su dolor era a menudo insoportable, y tuvo muchas hospitalizaciones y operaciones subsiguientes. Hace tres años, se vio obligado a soportar diálisis tres días a la semana. Hace 6 meses, después de varios intentos fallidos a causa de infecciones y debilidad, se sometió con éxito a un trasplante de riñón, donado por uno de sus hijos.
Rich regresó a su trabajo como profesor en Fairleigh Dickinson. En los últimos cuatro años, ha escrito tres libros y ha ayudado a otros dos autores a escribir el suyo. Sus hijos terminaron su educación, y uno de sus hijos se encuentra actualmente terminando la carrera de medicina. En los últimos años, al menos en tres ocasiones distintas, se le dijo que su muerte era una certeza, que tendría lugar en cuestión de días o una semana. Todos los días durante los últimos nueve años, ha experimentado un dolor extremo.
Sin embargo, hace un mes Rich Fritzky dijo que su vida nunca había sido más emocionante, más satisfactoria, o con más sentido.
TEOLOGÍA DEL SUFRIMIENTO
Uno de los libros que Rich escribió recientemente habla sobre su tía Mary Cassidy Varick, una hermana de su madre y del padre que quien narra la historia.
Cuando la tía Mary estaba en sus treinta y tantos años, le diagnosticaron leucemia. Tenía cuatro hijos pequeños, y en 1951 la profesión médica no era capaz de tratar eficazmente la enfermedad. El cáncer progresó hasta que estuvo totalmente postrada en la cama y con dolor extremo. Llegó al punto en que los médicos le dijeron que tenía sólo unos pocos días de vida.
Mary tenía un deseo. Ella quería que su marido la llevara a la Ermita de Santa Ana en Beaupré, Quebec. En aquellos días, era un trayecto en coche terriblemente largo, y el médico predijo que ella no sobreviviría al viaje.
El esposo de Mary, Bill y su hermano Ed, la pusieron en la parte trasera de un Chevy 1940 y partieron hacia Canadá. Después de un traumático viaje llegaron a Santa Ana en tiempo para una misa especial de un día de fiesta. Y algo milagroso sucedió esa noche, y cuando Mary volvió a Nueva Jersey no había un rastro de cáncer.
Poco después de su regreso, fundó una organización caritativa, y los siguientes treinta y ocho años se dedicó a trabajar con los discapacitados. Mary misma escribió varios libros, y su historia ha tocado innumerables vidas. Rich tituló su libro sobre ella La Canción de un Peregrino: Teología del Sufrimiento de Mary Varick.
LA HISTORIA DE MARTIN
En la década de 1980 Martin Pistorius era un joven activo típico que crecía en Sudáfrica. Pero a los 12 años le vino una enfermedad que desconcertó a los médicos, y que con el tiempo dio lugar a que perdiera su capacidad de mover sus extremidades, luego de hacer contacto visual, y por último de hablar.
A sus padres, Rodney y Joan Pistorius, se les dijo que era un «vegetal» y que lo mejor para ellos era llevarlo a casa y mantenerlo cómodo hasta que muriera.
Pero el joven continuó viviendo a pesar del diagnóstico.
Ahora, en su libro de memorias, «El Chico Fantasma: Mi Escape de una Vida Encerrada en Mi Propio Cuerpo«, Martin ha revelado que, a pesar de que era inicialmente inconsciente como los médicos pensaron, cerca de dos años después comenzó el despertar, llegando a ser plenamente consciente de todo lo que le rodeaba.
El padre de Martin, Rodney, cuidó de su hijo a lo largo de la prueba, y recuerda la rutina diaria de levantarse a las cinco de la mañana para lograr que Martin estuviera listo para un día en un centro de cuidados especiales.
«Ocho horas más tarde, yo lo recogía, lo bañaba, le daba de comer, lo ponía en la cama, ponía mi alarma cada dos horas para girarlo de manera que él no tuviera escaras», dijo Rodney en un informe.
Martin recuerda, sin embargo, que su mamá en un momento había perdido la esperanza y mientras contemplaba a su hijo y pensaba que no podía oírla, dijo: «Espero que mueras»
Pero él podía escucharla.
«Sí, yo estaba allí, no desde el principio, pero cerca de dos años después de mi estado vegetativo, empecé a despertar», dijo Martin.
«Yo estaba al tanto de todo, al igual que cualquier persona normal. Todo el mundo estaba tan acostumbrado a que no estuviera allí que no se dieron cuenta cuando empecé a estar presente de nuevo. La cruda realidad me golpeó de que iba a pasar el resto de mi vida así – totalmente solo».
Con su cerebro activo, pero su cuerpo sin respuesta, Martin en un principio pensó que estaba atrapado y seguiría estándolo.
«Nadie va a mostrarme ternura. Nadie nunca me amaría», pensó. «Tú estás condenado.»
«Realmente no piensas en nada», recordó Martin. «Simplemente existes. Es un lugar muy oscuro para encontrarte a ti mismo porque, en cierto sentido, te estas permitiendo desaparecer. Mi mente estaba atrapada dentro de un cuerpo inútil, mis brazos y mis piernas no eran míos para controlarlos y mi voz estaba muda. No podía hacer un signo o sonidos para que alguien se enterara de que estaba consciente de nuevo. Yo era invisible, el chico fantasma»
Pero Martin no se dio por vencido, y dice que finalmente llegó a un acuerdo con las palabras de su madre.
«El resto del mundo se sintió muy lejos cuando dijo esas palabras», pero luego se dio cuenta de que «a medida que pasaba el tiempo, poco a poco aprendí a entender la desesperación de mi madre. Cada vez que me miraba, podía ver sólo una parodia cruel del niño una vez que saludable que había amado tanto».
MARTIN SE RECUPERA
Finalmente el cuerpo de Martin comenzó a ponerse al día con su mente e inexplicablemente comenzó a sanar. Él aprendió a comunicarse mediante un ordenador y comenzó a ampliar su mundo más allá de los límites que le habían abrumado.
En 2008 conoció al amor de su vida, Joanna, y emigró al Reino Unido. En 2010 comenzó su propio negocio.
Él tiene ahora 39 años, está casado con Joanna, y vive una vida completamente funcional y normal en Harlow, Inglaterra.
La historia de Martin no es tan inusual como podría parecer. En los últimos años ha habido numerosas historias de personas que se declararon con «muerte cerebral» o en un «estado vegetativo» que han posteriormente se han recuperado y ha puesto de manifiesto que eran plenamente conscientes de lo que estaba pasando a su alrededor.
En un caso particularmente escalofriante, un hombre joven, Zach Dunlap, reveló que él era plenamente consciente cuando los médicos y sus familiares discutían cómo iban a donar sus órganos. Sólo momentos antes de que él estuviera programado para la sala de operaciones para remover sus órganos, un miembro de la familia clavó una uña debajo de la uña del pie, causando una reacción súbita. La cirugía fue cancelada y Zach se recuperó.
Casos como estos están alimentando un creciente debate sobre la precisión de «estado vegetativo», diagnósticos «muerte cerebral» y la eutanasia.
Fuentes:
- https://www.lifesitenews.com/news/man-wakes-up-after-12-years-in-vegetative-state-reveals-i-was-aware-of-ever?utm_source=LifeSiteNews.com+Daily+Newsletter&utm_campaign=e7ddc2f136-LifeSiteNews_com_Intl_Headlines_06_19_2013&utm_medium=email&utm_term=0_0caba610ac-e7ddc2f136-397450001
- http://www.thepublicdiscourse.com/2015/01/14270/
- http://www.ghostboybook.com/
- http://www.npr.org/blogs/health/2015/01/09/376084137/trapped-in-his-body-for-12-years-a-man-breaks-free?utm_medium=RSS&utm_campaign=shotshealthnews
- https://www.lifesitenews.com/news/video-scientists-reveal-the-consciousness-of-a-man-in-39persistent-vegetati
- https://www.lifesitenews.com/news/doctor-says-about-brain-dead-man-saved-from-organ-harvesting-brain-death-is
El problema es que muchos creen que la eutanasia es algo bueno porque acaba con el sufrimiento de la persona y de sus familiares. Ahí es donde hay que empezar a cambiar la mente de la gente para que entienda que el sufrimiento forma parte de la vida y, que una cosa es poner poner los medios para paliarlo en la medida que sea posible y, otra cosa muy diferente eliminarlo.
Tenemos miedo al dolor, tanto, que parece que le tememos menos a la muerte, que siempre ha sido el cuco para la humanidad. La Virgen ha dicho en algún mensaje que el mundo no comprende el enorme valor del dolor. Es muy valorado en el Cielo. Y Jesús mismo ha dicho a uno de sus videntes, «¿con qué derecho la humanidad se siente autorizada para detener el curso de una vida, sólo porque esa persona está sufriendo? ¿Acaso no saben que yo estoy purificando, por medio del dolor, a esa persona o a alguno de sus familiares? ¿Cómo se atreven a interrumpir esa purificación?» Cuando Jesús habla, no queda mucho más para decir. Está lejos del mundo Su voz, pero los cristianos y especialmente los católicos, tendríamos que tenerla bien presente siempre, aunque nos cueste gran sufrimiento.