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2 Comments

  • Angeles dice:

    En este momento de confusión interna de la Iglesia, en que ni los propios católicos saben mucho del Evangelio y lo mezclan con nuevos inventos que no son precisamente evangélicos, uno se aferra a lo que le inspira confianza. La Iglesia rechaza las apariciones por temor a que en lugar de venir del Cielo, vengan del otro lado. Pero si pueden existir apariciones «del otro lado», también son una muestra de la existencia de un mundo sobrenatural. «Por sus frutos los conoceréis», dijo Jesús y esa debería ser la condición exclusiva, «sine qua non», para aceptar o negar una aparición. Hubo en la historia falsas apariciones, como las que tuvieron Mahoma y John Smith, que desviaron a miles de personas hacia su supuesta visión y las consiguientes normas que de ellas devinieron. Pero no se puede aplicar lo mismo a Garabandal, o a Medjugorje. O incluso a Bayside, una aparición de la Virgen de las Rosas que ha sido «prohibida» por la Iglesia, sin que el Arzobispo de Nueva York hubiera nunca citado a la vidente o estudiado el asunto. Simplemente no les gustó lo que decía la Virgen y la suprimieron. En fin, mucho para decir y la religiosidad popular toma un camino mientras que la Iglesia, en su papel de madre educadora, pone cara severa. Siempre ha sido así y hemos llegado, después de 2000 años hasta aquí. Pero debemos pensar en la Sma. Virgen, que se fatiga llamando a la conversión y a la oración una vez sí y otra también: «Larga será la andadura de Mi Madre», había dicho Jesús a un vidente en el pasado. No nos es posible a nosotros, sino es con nuestra oración, conciliar ambas caras de lo que se supone es una única Verdad. El tiempo lo irá diciendo. Oremos para ello. Bendiciones.

  • josé abel campo dice:

    Ángeles, coincido en todo lo que has escrito denotas una buena base cultural sobre estos temas. Mi humilde opinión sobre estos fenómenos sobrenaturales es que llegan a cada uno en su fibra más intima como apelando y poniéndote en jaque interiormente… tanto que la iglesia como institución pone un manto de prudencia y no quiere arriesgar, pero sin embargo remueve conciencias… motivándote sí… a analizar tu propia relación con el fenómeno ya que es una relación muy particular, propia, reservada para cada uno; esto también se demuestra en cada uno de los videntes en forma particular..