Cómo está Atacando actualmente el Demonio, cuáles son los Síntomas y cómo Liberarse.
La absoluta mayoría de los ataques del maligno son ocultos y se pueden identificar solamente por un discernimiento adecuado.
Porque la normalización de la pecaminosidad que está sucediendo en el mundo les pone un velo.
Debido a que aumenta la cantidad de personas que desconocen que es el pecado el que trae el ataque demoníaco y cuáles de sus conductas son pecaminosas.
Y entonces resulta que los ataques son cada vez más efectivos, produciendo toda clase de perturbaciones en la vida de la gente.
Desde problemas mentales y nerviosos, hasta dificultades en las relaciones, enfermedades físicas, problemas laborales y económicos, etc.
Aquí hablaremos sobre cuáles son los ataques del maligno actualmente, cómo descubrirlos sobre uno mismo y sobre los demás, cuáles son los recursos que puedes tener a tu disposición para liberarte de ellos, y cómo acceder a estos recursos paso a paso.
La existencia y actividad de los demonios están claramente testimoniados en la Biblia.
En el Antiguo Testamento se nombra a Lucifer en Isaías, a Asmodeo en Tobit y a Satanás en Job.
Y San Juan en el Nuevo Testamento dirá que la razón por la que vino Jesús a la Tierra fue para destruir las obras del diablo, 1 Juan 3:8 y muestra que realizó varios exorcismos.
Los exorcistas dicen que la actividad básica del demonio es la tentación.
Él influye en nuestros pensamientos con mensajes sutiles, que a primera vista pueden aparecer inofensivos, pero rápidamente pueden conducir al pecado si no los reprendemos.
O sea cuando encuentra a una víctima propensa a abrirle las puertas en cosas cada vez más pesadas.
Pero también existe la posibilidad de que el diablo vaya tras una persona y la asedie constantemente para que caiga.
Otro asedio del demonio es la infestación, que sucede cuándo a una casa, a un objeto, a un animal, le suceden fenómenos paranormales inexplicables.
Por ejemplo una lámpara se apaga y se enciende sola, o cuando se oyen ruidos inexplicables permanentemente en una casa, como pasos, o cuando sistemáticamente se suceden cambios de lugar de las cosas.
Esto puede suceder por una brujería maleficio o maldición que te han hecho o por estar en el radar del maligno por algo que has hecho, como por ejemplo haber abierto una puerta al pecado.
Otra forma de ataque del demonio es la opresión, que puede tener varias manifestaciones, como una enfermedad, alteración de las relaciones con otras personas, u otras áreas de la vida como las finanzas, el trabajo, etc.
La opresión espiritual se nota por extraños patrones de infortunio, enfermedades inexplicables o repetidos problemas de relaciones.
Una más es la obsesión, que sucede cuando una persona es acosada en forma de pensamientos no deseados, recurrentes, irracionales, que le llevan al abatimiento o incluso en los casos más graves, al intento de suicidio.
Un caso típico son las pesadillas. Por ejemplo, una persona puede tener pesadillas de ataques satánicos sexuales, de enfermedades graves, de accidentes.
También hay maldiciones que atraviesan generaciones como si fueran atributos epigenéticos espirituales.
Estás maldiciones de antepasados no se pueden romper hasta que no se confiesen los pecados de los predecesores.
Uno debería sospechar que hay una maldición generacional cuando las circunstancias no cambian con la oración.
La oración no va a cambiar la situación, sino el arrepentimiento, pero siempre es un auxilio para manejar estas situaciones.
Y también nos pueden haber hecho maldiciones a nosotros mismos, como por ejemplo trabajos o hechizos o brujerías.
El Padre Garbriele Amorth decía que son la mayoría de los casos que él había tratado, y pueden desencadenarse en ataques menores, como los que vimos hasta aquí o en el mayor, que es la posesión.
Hay maldiciones específicas para matar, para causar que uno sea poseído, para que las cosas vayan mal en los negocios, para hacer que alguien se enferme, etc.
Y los casos más extremos de ataque del maligno son la dependencia y la posesión demoníaca, que son los más infrecuentes.
En el caso de posesión, el maligno toma el cuerpo de la persona, no el alma, pero actúa sin el consentimiento de la víctima.
Aunque la víctima generalmente le ha abierto una puerta, por ejemplo jugando a la Ouija.
En los casos de dependencia y posesión demoníaca es necesario utilizar el Rito del Exorcismo y para el resto se usan oraciones de liberación.
Sea cual fuere el tipo de ataque del demonio, éste puede ser atado y quebrado mediante dos pasos consecutivos.
En primer lugar por el arrepentimiento y el acercamiento a Dios, lo que invariablemente implica la confesión de los pecados, la reparación y la restitución de una vida cristiana.
Y en segundo lugar, la oración que rompe maldiciones.
Y en este proceso la Iglesia habla de exorcismo y reconoce 3.
El primero es el exorcismo litúrgico que se realiza en el bautismo.
El segundo es el exorcismo privado o simple, que puede ser realizado por los fieles, o sea las oraciones de liberación.
Y el tercer exorcismo es el solemne, público o formal, que se realiza en base al Ritual de Exorcismo, con la autorización del Obispo, que se utiliza en los casos de posesión, que son la minoría.
¿Y cuáles son los síntomas que podemos encontrar en una persona que pueden evidenciar que está siendo atacada?
Por ejemplo, la ansiedad severa.
En la mayoría de los casos comienza en la juventud, y tiene su sustrato en las disfunciones familiares, como hogares rotos, padre ausente, alcoholismo de los padres, materialismo excesivo, violencia doméstica, etc.
Muchas veces las personas comienzan por ser asaltadas por una ansiedad debilitante, insomnio, ataques de pánico, pensamientos obsesivos recurrentes y depresión.
Otros experimentan trastornos físicos.
Y no es infrecuente que experimenten una presencia oscura, siniestra, especialmente durante la noche.
Es aquí donde algunos recurren a las adicciones para salir de la depresión.
Y al final, aquel que sufre alguna influencia del demonio, termina haciendo cosas malignas sin explicación.
Como blasfemar a Dios sin saber por qué lo hace, hacer cosas indeseables, obsesionarse con conductas compulsivas.
Y se transforma en campo fértil para que se desarrollen los pecados capitales, como el orgullo, la avaricia, la envidia, la lujuria, etc.
Y progresivamente se da una pérdida del temor a Dios.
En ocasiones pueden darse cuenta que algo anda mal y que deberían hacer algo al respecto.
Pero muchas veces desconocen que algunas conductas desordenadas que tienen abren las puertas al maligno, porque las consideran normales.
A medida que nuestro mundo se vuelve más secular, las familias se desintegran, los traumas psicológicos se incrementan.
Y las prácticas pecaminosas se extienden y se produce una progresiva esclavitud a los impulsos pecaminosos, llegando luego a la apertura a la influencia demoníaca.
Nuestra cultura por ejemplo ha normalizado las conductas sexuales indiscriminadas y son un gran instrumento en manos del maligno
Y la influencia demoníaca comienza a profundizarse cuando se buscan respuestas en lo oculto, los horóscopos, lectura de manos, tratar de adivinar el futuro.
Y se instala definitivamente cuando la persona acude a brujerías, al espiritismo y la magia.,
Así la persona pierde finalmente el control de sus facultades mentales, como para intentar llegar a una espiritualidad que lo libere de las influencias del demonio.
Y en estos casos la única esperanza en que tengan la gracia de Dios de que se crucen por su camino personas que les puedan llevar a una sanación y liberación.
La liberación de los ataques del demonio implica llegar al conocimiento de cómo está atacando maligno a la persona y reconocer los pensamientos erróneos que a menudo infectan nuestras mentes.
Implica reconocer los pensamientos retorcidos que a menudo infectan nuestras mentes.
Implica arrepentimiento y renuncia sistemática a su influencia para alcanzar una mayor serenidad, paz y sanación, es decir alcanzar la liberación.
Esta liberación se realiza de muchas maneras: mediante la Palabra de Dios proclamada y leída con devoción, la recepción frecuente de los sacramentos de la Confesión y de la Sagrada Comunión acompañados de dirección espiritual, a través de la experiencia de la Sagrada Liturgia, alabanza y adoración.
Y por las oraciones de liberación.
¿Y cómo actuar cuando se sospecha un ataque demoníaco de algún tipo?
Primero recitar oraciones de liberación, en la descripción de este video te dejo links a oraciones de liberación habituales.
Y concurrir a misa, confesarse, comulgar, ir a adoración.
Si con esto no se solucionan los síntomas, entonces hablar directamente con un sacerdote y buscar algún Ministerio de Liberación, que son grupos de laicos y sacerdotes que se especializan en realizar oraciones de liberación a los atacados y trabajar en su sanidad interior.
Porque hay dos movimientos a hacer.
Uno es trabajar en la liberación de la persona, para que sea libre de ataduras, vicios, maldiciones, etc.
Y otro es trabajar en la parte interior, para que el corazón de la persona sea limpiado de amargura, malos recuerdos, falta de perdón, auto acusaciones, etc.
En el caso de la influencia del demonio, hay que orar, en el nombre del Señor Jesucristo, hasta que las fuerzas del mal dejen de operar.
Y luego de haber sido ministrada a la persona la liberación, se debe trabajar en su sanidad interior, para quitar de la persona los recuerdos y las cargas acumuladas, y llevarla a la renovación de la mente y el corazón.
Hay que limpiar el alma de emociones y sentimientos dañinos que son los que provocan depresión, ansiedad, angustia, falta de paz, negativismo.
Y hacer que desarrolle buenos hábitos, cosechar buenos pensamientos, hasta lograr la paz interior y que viva una vida con alegría de acuerdo a la voluntad de Dios.
Bueno, hasta aquí lo que queríamos hablar sobre cómo reconocer los ataques del maligno y cómo liberarse de ellos.
Y me gustaría preguntarte si has reconocido en ti y otras personas ataques del maligno, qué hiciste para combatirlos, y cuáles ataques aún persisten.
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