Evaluación del viaje del Papa Francisco a Corea.
Que hayan ido 800.000 personas al acto central de la visita del papa a Corea del Sur puede sonar raro a quienes piensan que el cristianismo es la fe de Occidente.

 

multitud por francisco en corea

 

Pero la historia cristiana en Asia es muy antigua, y hoy parece que va hacia una era espectacular de crecimiento.

Sería interesante saber cuándo los primeros creyentes cristianos contemplaron el Pacífico por primera vez. Ciertamente, en el siglo V, pero posiblemente mucho antes de eso.

Iglesias cristianas sucesivas se levantaron y cayeron durante el próximo milenio, pero la continua historia moderna de la presencia católica en la región data del siglo XVI.

Empujando desde el oeste de México al este de la India, los portugueses y españoles crearon el primer imperio verdaderamente global del mundo. El Pacífico una vez intimidante, ahora se convertía en una autopista, no una barrera, y los misioneros cristianos abrieron la marcha.

Si un momento simboliza la unificación de los continentes, fue la creación en 1578 de la diócesis católica de Manila, en Filipinas, como sufragánea de la de Ciudad de México.

Un siglo después de esa fecha, la ruta comercial de Manila a Acapulco fue la arteria central del poder imperial europeo, cuando la plata mexicana era cambiada por las especias asiáticas.

Más significativo aún, la ruta fue el eje más importante del mundo de la expansión misionera. En 1600, los católicos españoles y portugueses parecían dispuestos a convertir gran parte de su nuevo imperio del Pacífico. Más allá de las Filipinas, los sacerdotes jesuitas tenían alta estima en la corte china, y estaban ganando adeptos entre los ambiciosos señores de la guerra del sur de Japón.

Pero, al menos por un tiempo, el sueño de un Pacífico Católico sufrió terribles obstáculos. La misión en Japón fue violentamente arrasada, a la iglesia china le fue un poco mejor pero no tanto, pero Filipinas se mantuvo, y diseminó las primeras semillas de su presencia en otros lugares. El pleno florecimiento del cristianismo en la región se produjo en el siglo XX.

Sólo una gran nación es abrumadoramente cristiana, pero es sumamente importante, a saber, Filipinas. La población del país ha experimentado un auge en el siglo pasado, y la población actual de 100 millones debería aumentar a 150 millones en 2050. Filipinas ya alberga más de 4 por ciento de los cristianos del mundo, 85 millones. La nación es un corazón vital de la Iglesia Católica Romana, con la tercera mayor población católica del mundo. En cualquier año dado, Filipinas tiene más bautismos católicos que Francia, España, Italia y Polonia combinados.

Aunque los números exactos son controvertidos, también podemos estar razonablemente seguros de una población cristiana china de entre 70-75 milliones, quizá cinco por ciento de la nación. Entre los creyentes, los protestantes y los pentecostales son una mayoría considerable, pero la presencia católica es firme y sustancial.

Como hemos visto recientemente, los católicos también florecen en Corea del Sur, junto a una comunidad protestante de tamaño considerable.

Tomados en conjunto, los cristianos representan por lo menos el treinta por ciento de los cincuenta millones de personas de Corea del Sur; algunas fuentes hablan de una proporción mucho mayor.

Y hay otros centros menos conocidos. Aunque Indonesia es el Estado musulmán más grande del mundo, también tiene unos treinta millones de cristianos, con otros ocho o nueve millones en Vietnam. Malasia, Singapur y Taiwán tienen también minorías cristianas sólidas.

Cada vez más, nuestros programas de noticias destacan que el Mar de China del Sur, es una región en la que las rivalidades internacionales podrían probablemente provocar crisis diplomáticas graves, o incluso la guerra. Sin embargo es aleccionador recordar que las naciones que bordean ese mar – China, Vietnam, Filipinas, Indonesia, Malasia y Taiwán – son el hogar de una población combinada de más de doscientos millones de cristianos, un número no muy por debajo del total de Estados Unidos. Cualquier conflicto en el futuro sería devastador para tales comunidades.

Y a eso hay que agregar las comunidades cristianas considerables del subcontinente indio, por lo menos cuarenta millones de miembros. Tal vez trescientos millones de cristianos viven ahora en Asia, alrededor de una octava parte del total mundial, y la mayoría de las proyecciones ven al continente jugando un papel cada vez mayor en la Iglesia.

En diversos grados, estas comunidades tienen una poderosa influencia política en sus respectivos países, más obviamente en Corea y Filipinas. Para las iglesias, sin embargo, la cuestión principal es el impacto que estos creyentes asiáticos tendrán en la futura configuración del cristianismo.

Incluso en sociedades aparentemente más occidentalizadas, esas iglesias operan bajo reglas muy diferentes de las de occidente. Lo más revelador, excepto en Filipinas, es que por lo general ocupan un estatus de minoría, a menudo una muy pequeña minoría del cinco al diez por ciento, entre los vecinos que siguen religiones asiáticas como el budismo. Sin embargo aún confiando en su fe, los cristianos simplemente no pueden darse el lujo de ser tan asertivos como sus contrapartes occidentales.

Aun cuando la situación política parece bastante relajada, como en la China actual, la amenaza de persecución siempre está al acecho en el fondo. Las iglesias deben negociar sobre una base diaria su relación con las sociedades dominantes, sin comprometer los principios fundamentales.

A medida que Europa se convierte cada vez en secular, los creyentes asiáticos serán cada vez más centrales en la historia cristiana.

Fuentes: Aleteia, Signos de estos Tiempos

 

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