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La vana idea de que se puede cambiar de sexo.
El sexo no se cambia, por más que alguien tenga esa pretensión; a lo sumo se pueden cambiar algunos rasgos externos, algunas funcionalidades respecto al placer, y adquirir otra psicología. Se nace hombre o mujer, y alguien que se hace una operación y tratamiento hormonal para cambio de sexo continuará siendo un hombre o una mujer para la naturaleza, y las enfermedades y los medicamentos actuarán de formas distintas.

 

 

Una persona nace con un sexo, hombre o mujer, y eso afecta su vida en todos los planos, porque el físico de la mujer es distinto que el del hombre, y por lo tanto las enfermedades actúan de distinta forma y los medicamentos también.

LA MEDICINA POR SEXOS

Es el estudio de cómo las enfermedades difieren entre hombres y mujeres en cuanto a la prevención, signos clínicos, el enfoque terapéutico, pronóstico, aspectos psicológicos e impacto social. Es una dimensión descuidada de la medicina.

En una revisión llamada “Medicina del Sexo: una tarea para el tercer milenio”, ve aquí el informe, se señalan algunas cuestiones importantes en cinco enormes campos de la medicina: las enfermedades cardiovasculares (ECV), la farmacología, oncología, enfermedades del hígado y la osteoporosis.

SE LE HA DADO POCA IMPORTANCIA

La medicina por sexo o género es una dimensión descuidada de la medicina con respecto al estudio de la influencia del sexo en la fisiopatología, los signos clínicos, la prevención y la terapia de enfermedades. En los últimos 30 años, demasiados resultados fueron reportados por estudios epidemiológicos y clínicos en un solo sexo.

En 1991, B. Healy describió síndrome Yentle. (Yentl, la heroína del siglo XIX del cuento de Singer, que tuvo que disfrazarse de hombre para asistir a la escuela y estudiar el Talmud).

En ese momento, el editorial del New England Journal of Medicine destacó la discriminación de la mujer en cardiología: las mujeres que fueron hospitalizadas por enfermedades coronarias se sometieron a un menor número de procedimientos diagnósticos y terapéuticos que los hombres. Este paper fue un punto de partida para un buen trabajo en el campo de la cardiología. Sin embargo, otros campos de la medicina no mejoraron de la misma manera. La investigación sobre el hombre continúa dominando en estudios en animales y ensayos clínicos humanos  y un editorial de Nature en 2010 recomienda «poner el sexo en la agenda».

La revisión a que venimos haciendo referencia hizo una serie de hallazgos que resumimos a continuación.

SOBRE EL CÁNCER

El cáncer de colon es una de las formas de cáncer más comunes en hombres y mujeres. Sin embargo, las mujeres sufren esta enfermedad en una fase más tardía de su vida. Además, los tumores de colon tienden a surgir en las mujeres en una ubicación corporal distinta de la que es típica en hombres, y esos tumores acostumbran a ser mejor tratables en mujeres que en hombres mediante ciertos tratamientos químicos.

El género también tiene una influencia notoria en la sensibilidad del paciente a la quimioterapia administrada para tratar tipos de cáncer como el de colon, el de pulmón o el de piel. Por tanto, el género influye tanto en el curso de la enfermedad como en las oportunidades de supervivencia del paciente.

ENFERMEDADES DEL HÍGADO

La cirrosis biliar primaria es una enfermedad del hígado que afecta sobre todo a las mujeres. El equipo de ha aportado evidencias claras de que para esta enfermedad y la hepatitis C crónica, la composición genética y los niveles hormonales propios del sexo femenino son un factor de riesgo primario.

LA OSTEOPOROSIS

Este hallazgo también se aplica a la osteoporosis. Aunque habitualmente se la ha visto como una enfermedad femenina debido a la proporción mucho más alta de pacientes que son mujeres, la osteoporosis también afecta a los hombres.

El equipo ha llegado a la conclusión de que la osteoporosis se pasa por alto muy a menudo en los pacientes masculinos. De hecho, en el estudio se documenta una tasa de mortalidad más alta en los hombres con fracturas óseas.

EN FARMACOLOGÍA

El equipo también ha comprobado que hay diferencias significativas entre el hombre y la mujer en la farmacología de la aspirina y otros medicamentos.

Las diferencias en la acción y en los efectos secundarios son atribuibles a diferencias en el estado hormonal, en el tipo de cuerpo, y en los tiempos de reacción fisiológica ante la absorción y la eliminación de substancias.

Así, para administrar la medicación con una seguridad y una eficacia mayores, la dosificación y la duración del tratamiento deberían determinarse teniendo en cuenta el género del paciente.

Fuentes: De Gruyter, Signos de estos Tiempos

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