El rastreo de la madera de Vera Cruz de Cristo desde el principio de la humanidad.
Dios no deja nada al azar y tiene ante sí el pasado, el presente y el futuro, transcurriendo al mismo tiempo.
Y esto le permite planificar los eventos principales de la historia de la salvación, y también de la vida de cada uno de nosotros, desde el momento de la creación.
¿Y qué evento más importante podemos concebir que la crucifixión de Jesús?
Porque abrió el camino de nuestra redención para salvarnos y abrirnos las puertas del Reino de los Cielos, que habían sido cerradas por el pecado de la desobediencia de Adán.
Si hay un evento que merecía haber sido planificado exhaustivamente en la historia es ese.
Aquí hablaremos sobre cómo el símbolo de la cruz, que luego sería con el que Dios quiso que se identificaran los cristianos, la madera con que se fabricó la cruz y su recuperación luego de la crucifixión, obedeció a un plan establecido por Dios desde la eternidad.
La Cruz es el símbolo que identifica a los cristianos y es uno de los pocos distintivos aceptados por todas las confesiones cristianas.
Durante los tres primeros siglos del cristianismo no se utilizó mucho como tal.
Los cristianos utilizaban otras figuras como la del Buen Pastor, el pez, el ancla, la paloma, tal como vemos en las catacumbas de Roma.
Pero sería falso decir que los cristianos de los primeros siglos rechazaban la cruz, sino que era un símbolo latente, que emergería luego desde la propia cabeza del Imperio Romano.
Se consolidó a raíz del sueño del futuro emperador Constantino en el año 312, que vió una cruz en el cielo con la inscripción «con esta señal vencerás».
Lo que precedió a su victoria en el puente Milvio contra su rival Majencio, y que permitió que Constantino accediera, sin rivales, al trono del Imperio Romano y luego promulgara el Edicto de Milán, que legalizó el cristianismo en el año 313.
El padre de Constantino era César de la mitad occidental del imperio y se llamaba Constancio.
Constantino estaba cautivo del emperador Diocleciano en el este del imperio, quien era un gran perseguidor de los cristianos.
Y una noche Constantino escapó de los emperadores de Oriente y fue hacia York en Gran Bretaña, donde estaba su padre.
Constancio murió en el año 306 y Constantino fue aclamado como Augusto o sea el emperador mayor del Imperio Romano de occidente.
Ahora necesitaba probar su título y ahí fue que tuvo el sueño con la cruz previo a la batalla del puente Milvio.
Pero esta cruz que fue un instrumento de muerte y salvación, que le dio el triunfo a Cosntantino, y que se erigió como el símbolo cristiano, nació por una minuciosa planificación desde el principio de los tiempos.
Anna Catalina Emmerick nos habla que en el Paraíso había un árbol muy frondoso, cuyas raíces formaban el piso de esa península.
Ese árbol era tan bello que vencía a todos en hermosura.
Cubría toda la isla y dice que se parecía mucho al cedro.
Y también nos dirá que cuando la expulsión de Adán y Eva del Paraíso, Adán pudo sacar un ramo, que plantó él mismo.
Y que más tarde se sacaría madera de él para la cruz de Jesucristo
Por otro lado en el Evangelio apócrifo de Nicodemo y en otros también, se cuenta la historia de que cuando Adán cayó enfermo, envió a su hijo Set a la puerta del Jardín del Edén, para implorar a Dios por algunas gotas del aceite de la misericordia, destilado del Árbol de la Vida, para ungir su cabeza.
Y el Arcángel Miguel le dijo que no sería posible obtenerlo pero en cambio le dio tres semillas del árbol de la ciencia que debían colocarse debajo de la lengua de Adán cuando éste fuera enterrado.
Prometiéndole que a partir de esas semillas crecería un árbol por cuyo fruto Adán se salvaría y volvería a vivir.
De las tres semillas surgió una trinidad de árboles de tres maderas diferentes, cedro, ciprés, y pino, que unidos formaban un solo tronco.
De este árbol Moisés cortó su vara y debajo de sus ramas compuso sus salmos David.
Salomón lo habría hecho cortar para utilizarlo como columna en su templo.
Pero al ser demasiado corto, fue rechazado y echado sobre un arroyo para servir como un puente.
Se cuenta que la reina de Saba, al visitar a Salomón, se negó a pasar por encima de ese puente por no pisar el árbol, declarando que un día marcaría la destrucción de los judíos.
Entonces el rey ordenó que debería ser removido y fue enterrado cerca de la piscina de Betesda y las virtudes de la madera fueron comunicadas inmediatamente a las aguas.
Después de la condena de Jesús, fue encontrado flotando en la superficie de la piscina y los judíos lo tomaron para utilizarlo como madera principal de la Cruz.
San Beda el Venerable, Juan Cantacuzeno e Inocencio dicen que el montante de la cruz era de una sola madera, la viga transversal de otro, el título de un tercer tipo de madera y que los pies se apoyaban en un escalón sobresaliente hecho de un cuarto tipo de madera.
Y como vimos, los distintos tipos de madera con que se fabricó la Cruz, partieron originalmente desde el Jardín del Edén.
Jesucristo fue crucificado en esa cruz y luego de su muerte el emperador Romano Adriano consideró al judaísmo y el cristianismo como insurrecciones.
Y para erradicar al cristianismo niveló el Monte Calvario y erigió un templo a la diosa Venus.
Recién en el año 312 la cosa cambiaría con el emperador Constantino, y para esa época Santa Elena, su madre, se había convertido al cristianismo, tenía 63 años.
Y Constantino la envió a Jerusalén con una carta para San Macario, que era el obispo de esa ciudad.
Santa Elena llegó a Jerusalén en el año 326 y había soñado con la verdadera Cruz, sintiéndose elegida desde el cielo para encontrarla.
Cuando se apersonó al obispo Macario éste le informó que los lugares sagrados habían sido cubiertos por santuarios paganos.
Y los cristianos no lo visitaban porque de lo contrario estarían adorando ídolos paganos.
También le fue informado que si ella encontraba el sepulcro, encontraría los instrumentos de castigo.
Porque era costumbre en los judíos hacer un agujero cerca de donde estaba enterrado el cuerpo de un crucificado y arrojar todas sus pertenencias y los objetos de su ejecución, porque querían borrar todo rastro de un ser detestable.
Elena comenzó preguntando a varios moradores de Jerusalén dónde podría estar exactamente la cruz.
Y al final fue informada por un anciano hebreo que se llamaba Judas, que la cruz estaba enterrada debajo del templo de Venus.
Cuenta la tradición que un olor dulce y un rayo de luz les informaron el lugar donde debían comenzar a cavar.
Allí descubrieron una antigua cisterna que tenía tres cruces, el títulus que decía INRI, y varios clavos de la crucifixión.
La Leyenda Dorada, un best seller medieval, escrito por Jacobo de la Vorágine, un fraile dominico obispo de Génova, relata que trajeron un joven muerto ante las tres cruces, tomaron su mano y la pusieron sobre la primera y segunda cruz, pero nada pasó, luego la pusieron sobre la tercera cruz e inmediatamente volvió a la vida.
Hay otra versión que dice que Macario trajo a una dama de la nobleza que estaba afligida por una grave enfermedad, en lugar del joven muerto.
A partir de ahí la tradición dice que el judío Judas y otros judíos llegaron a creer en Cristo y se bautizaron.
Judas recibió el nombre de Ciriaco y luego fue obispo de Jerusalén.
Una parte de la vera cruz fue llevada a Constantinopla, mientras que otra parte fue puesta en manos del obispo de Jerusalén y luego enviada a Roma.
Y con el paso del tiempo se fueron quitando fragmentos de la Cruz para regalárselos a personajes políticos y religiosos, y a iglesias católicas en todo el mundo.
Esto generó una multitud de reclamaciones de Iglesias y particulares que decían tener una reliquia de la Vera Cruz.
Y surgió la imagen de que si se sumaban todos esos fragmentos se podría hasta construir un barco con ellos.
Sin embargo se hizo una investigación al respecto y se descubrió que, sumando todos los fragmentos que reclamaban ser de la Vera Cruz que había en el mundo, no daba ni siquiera para hacer una cruz diminuta.
Santa Elena hizo construir varias iglesias en Tierra Santa, una de ellas es el Santo Sepulcro, edificada sobre el lugar de la crucifixión de Jesús.
Y debajo del altar de crucifixión hay una pequeña capilla llamada Capilla de Adán, y también una grieta en la roca que conecta directamente ambos lugares.
Los guías turísticos dicen que luego del terremoto fue expuesto el cráneo de Adán, refiriéndose a una carta de San Jerónimo del año 386 dC.
Y hay tradiciones judías que dicen que el cráneo de Adán fue enterrado por su hijo Set cerca de Jerusalén y fue custodiado por Melquisedec, el sacerdote rey de Jerusalén, en tiempos de Abraham.
El mensaje del Cielo es muy claro, la sangre de Cristo llegó hasta el cráneo de Adán, que fue a través de quién el pecado entró en el mundo.
San Ireneo dijo que Adán, que fue creado a la imagen de Dios, debía haber sido salvado con la redención de Nuestro Señor.
Y por eso se dice que Jesucristo es el nuevo Adán.
Bueno hasta aquí lo que queríamos hablar sobre cómo la cruz, como identificación de los cristianos, y la cruz específica con que fue crucificado Jesucristo, fue un diseño del Cielo desde el principio de los tiempos.
Y me gustaría preguntarte si conoces lugares donde aseveran conservar una astilla de la Vera Cruz de Cristo, o no.
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