Tenemos la idea que ya no hay milagros como en los tiempos bíblicos o de los primeros siglos.

¿Pero eso es así?

¿No será que no tenemos la suficientemente fe para verlos?

¿Y no será que los milagros que se está produciendo son de un tipo diferente?  

Los milagros no tienen una razón de ser por sí mismos, sino que tienen una función de dramatizar el mensaje que Dios quiere dar.

Imagínate esta escena. Dios en forma humana dormido tranquilamente en la popa de una barca. Quizás hasta roncando.

Los discípulos aterrorizados por una terrible tempestad van y lo despiertan (Mateo 8: 23-27).

Jesús le habla a la tormenta y ésta se calma.

Y recrimina a los discípulos por su temor, que ha demostrado que es infundado.

Entonces nos preguntamos ¿por qué Dios no se manifestó antes o no lo previó?

La respuesta más razonable es que no lo hizo por nuestro bien, para darnos un mensaje.

Los milagros son reales y existen, pongamos el caso de San Gregorio Taumaturgo, que nació en el año 213 dC.

  

MILAGROS IMPRESIONANTES DE SAN GREGORIO

San Gregorio de Nisa, escribe que el milagrero San Gregorio de Cesarea o San Gregorio Taumaturgo, fue la primera persona conocida en recibir una visión de la Theotokos, la Virgen María.

La Virgen y San Juan Bautista se le aparecieron en una visión, y le dieron lo que se convirtió en una declaración de la doctrina sobre la Trinidad.

Gregorio tenía el poder de sanación por imposición de manos.

A menudo, su curación era tan poderosa que el paciente se curaba de su enfermedad y se convertía en un ferviente converso en el acto.

Veamos algunos de sus impresionantes milagros.

  

San Gregorio Taumaturgo es el patrón contra terremotos. Veamos por qué.

Durante la construcción de una iglesia para su creciente rebaño, los constructores se encontraron con el problema de una enorme piedra enterrada.

Gregorio ordenó a la roca que se quitara del camino de su iglesia y lo hizo.

  

Al volver del desierto, Gregorio tuvo que buscar refugio de una tormenta repentina y violenta.

La única estructura cercana era un templo pagano.

Gregorio entró, hizo la señal de la cruz para purificar el lugar, y pasó la noche en oración esperando que pasara la tormenta.

A la mañana siguiente, el sacerdote pagano llegó para recibir sus oráculos de la mañana.

Los demonios que se hacían pasar por dioses paganos le aconsejaron que no podía permanecer en el templo purificado o cerca del hombre santo.

El sacerdote amenazó con llamar a las autoridades anti-cristianas para expulsar a Gregorio si no se iba.

El obispo escribió una nota que decía: “Gregorio a Satanás: Entra”.

Con este “permiso” en la mano, el sacerdote pagano fue capaz de convocar a sus demonios de nuevo.

El mismo sacerdote pagano, al darse cuenta de que sus dioses incuestionablemente obedecían al Dios de Gregorio, fue al obispo y le preguntó cómo los había hecho.

Gregorio le enseñó la verdad del cristianismo.

Pero al carecer de fe, el sacerdote le pidió una señal del poder de Dios.

Gregorio ordenó a una piedra grande moverse de un lugar a otro y lo hizo.

El sacerdote abandonó de inmediato su antigua vida y con el tiempo se convirtió en diácono bajo el Obispo Gregorio.

Esta orden sobre las piedras llevó al patrocinio de Gregorio contra terremotos.

  

Y una más de rocas:

Condenado el 26 de julio 1644 y ejecutado al día siguiente, Andrés El Catequista fue el primer mártir vietnamita.

El Padre de Rhodes recuperó el cuerpo y lo envió a Macao para el entierro.

Cuando la nave de transporte fue atacado por los piratas, ellos le tiraron una roca, y se abrió un agujero en el casco del barco.

Pero una gran piedra rodó hasta el agujero, tapó la entrada de agua, y el barco fue capaz de llegar a puerto con su carga.

  

Con el fin de detener el río Lico de sus frecuentes y dañinas inundaciones, Gregorio plantó su bastón o báculo en un punto seguro cerca de la orilla del río.

Luego oró para que el río nunca se elevara más allá del bastón.

El bastó echó raíz, se convirtió en un gran árbol, y el río nunca se inundó de nuevo.

Este acto le llevó a su patrocinio contra las inundaciones.

  

Dos paganos locales, oyendo que Gregorio era despreocupado para el dinero, decidieron engañar al obispo.

Uno yacía junto a la carretera donde Gregorio estaba viajando y fingió estar muerto.

El otro detuvo el obispo, le declaró su pobreza y le pidió dinero para enterrar a su amigo muerto.

Gregorio no tenía dinero con él, así que se quitó la capa y la arrojó sobre el hombre “muerto”, diciendo al “vivo” que vendiera el manto y utilizara los fondos.

Cuando Gregorio se fue, el estafador “vivo” encontró que su amigo había muerto.

  

Dos hermanos en la diócesis de Gregorio habían heredado un pedazo de tierra que contenía un lago.

Incapaces de decidir cómo dividir el lago, los dos decidieron tomar las armas para resolver el asunto.

En la noche antes de la batalla Gregorio oró por una solución pacífica a la cuestión.

A la mañana siguiente, los hermanos descubrieron que el lago se había secado dejando fácilmente divisible explotación de la tierra.

  

Durante el tiempo de Gregorio en el desierto, en los tiempos de las persecuciones de Decio, un informante dijo a las autoridades dónde encontrar al obispo.

Los Guardias fueron al lugar, pero no encontraron nada más que dos árboles de pie de manera aislada en el desierto.

El informante regresó al lugar y encontró que lo que los soldados habían visto como árboles eran en realidad Gregorio y un diácono en oración.

Esto convenció al informante que la realidad del Dios de  Gregorio y se convirtió.

  

¿Qué clase de Dios permite que un barco que lleva el cuerpo de Su santo sea atacado por los piratas y le hagan un agujero? ¿Por qué no preservar el barco de los piratas en el primer lugar?

¿Qué clase de Dios permite inundaciones a las parroquias?

¿Qué clase de Dios permite que estafadores engañen?

¿Qué clase de Dios permite los pleitos entre hermanos por herencias?

¿Qué clase de Dios permite las denuncias contra los hombres que trabajan para Él?

  

UNA EXPLICACIÓN

Pensemos en el primer caso, el de Jesús.

Jesús en su naturaleza divina seguramente sabía que sus discípulos entrarían en pánico mientras estaba en sueño profundo.

Pero esperó hasta el momento justo para mostrar su dominio sobre los vientos y las olas.

Dios tiene el tiempo perfecto. Una sincronización a veces cómica incluso.

Pero siempre perfecta. Él nunca está tarde, ni adelantado. Él llega precisamente cuando se le necesita.

Mirando hacia atrás en nuestra vida, podríamos haber evitado una gran cantidad de preocupación, angustia y estrés si hubiéramos confiado en Él por completo.

Los caminos de Dios no son nuestros caminos.

Él nos enseña algo cada vez que nos hace esperar.

Cada vez que permite que algo calamitoso se produzca.

A través de todo el camino, Él está allí con nosotros, y Él estará allí en el final .

Dios no ha está haciendo un experimento con mi fe o amor con el fin de averiguar su calidad.

Él lo sabe ya. Soy yo quien no lo sabe y no tiene la suficiente confianza.

Esto también nos lleva al por qué no se producen más milagros.

Veamos una explicación en forma y profunda.

  

¿POR QUÉ DIOS NO HACE MÁS MILAGROS PARA DETENER EL MAL?

Si Dios es un Dios de milagros como afirman los teístas, entonces ¿por qué no realiza más para detener el mal?

Se debe admitir que es una pregunta difícil de contestar.

La respuesta inicial es recordar las palabras del profeta Isaías:

«Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Yahvé» (Is. 55: 8). Pero no es una respuesta muy explicativa.

Empecemos por distinguir entre el mal moral y el mal físico.

El mal moral es el mal causado por el abuso de la libertad humana, es decir, el pecado.

El mal físico se refiere a cualquier tipo de sufrimiento, destrucción o corrupción causada por la naturaleza.

Ahora bien, si se habla de mal en general (moral y físico), una de las respuestas erróneas es suponer que Dios no ha hecho nada.

Es muy posible que Dios ya haya impedido y prevenido delitos horrendos o catástrofes naturales que podrían haber acabado con toda la raza humana.
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Pero simplemente no hay manera de saber que ha hecho aún, teniendo en cuenta nuestras limitaciones espaciales y temporales.

Como dice Norris Clarke,

Nuestra ignorancia no puede ser una base para culpar a Dios por lo que ya lo está haciendo(El Uno y los Muchos: A Metafísica Tomista Contemporánea).

¿Por qué Dios no hace más milagros para evitar el mal físico? 

  

SOBRE EL MAL FÍSICO

Si la pregunta se refiere el mal físico en particular, una respuesta posible es que una abrumadora presencia de milagros podría oscurecer el carácter sobrenatural de lo milagroso.

Considera un escenario donde los milagros sean tan comunes como la lluvia.

En tal escenario, sería difícil (aunque quizás no imposible) distinguir entre lo sobrenatural y lo natural.

Ya que sólo podemos conocer lo sobrenatural a diferencia de lo natural; y si lo sobrenatural es muy frecuente entonces se convierte en natural.

Como el filósofo Edward Feser señala en el simposio “Dios, la razón y la realidad”, tal dificultad se presta a cualquiera de los dos extremos.

Un extremo es una visión ocasionalista del mundo, una visión que sostiene que Dios hace todo directamente sin la cooperación de las causas naturales.

El otro extremo es la opinión de que no hay orden en el universo en absoluto, que tiene el potencial de conducir al extremo escepticismo de David Hume, o incluso al ateísmo.

Por lo tanto, se puede concluir que Dios no quiere una presencia muy abrumadora de milagros para detener el mal físico en aras de no oscurecer la distinción entre los órdenes natural y sobrenatural de la realidad.

¿Y ahora, por qué Dios no hace más milagros para evitar el mal físico? 

  

SOBRE EL MAL MORAL

¿Qué pasa con el mal moral?

¿Por qué Dios no realiza más milagros para detener las atrocidades morales en el mundo?

Una respuesta es que violaría su sabiduría divina.

¿Por qué Dios haría al hombre con la capacidad de elegir el bien o el mal con el fin de recompensa eterna y luego le robaría esa capacidad de ejercerla?

O sea ¿por qué le debería impedir siempre hacer el mal cuando el hombre es probado en su decisión?

No tiene sentido.

Del mismo modo, parece contrario a la razón de que Dios creara a los seres humanos con la capacidad de elegirlo a Él o estar contra Él y luego limitara esa capacidad cada vez que alguien decida ejercerla contra Él.

Pero se puede decir que tal vez Dios no tenga que limitar la capacidad del hombre para elegir el mal, pero podría detener a los malos efectos de las malas decisiones.

Como por ejemplo desviar una bala que de otra forma hubiera impactado en una persona.

La respuesta a esta pregunta es que Dios valora el poder de elección con la que creó al hombre.

Si Dios nunca permitiera que las decisiones de los hombres tuvieran malos efectos, no tendría ningún valor real la capacidad del hombre para hacer el bien o el mal.

Porque la alternativa de una mala elección nunca sería una alternativa real.

Tiene que haber efectos reales que surgen del poder del hombre para elegir el bien o el mal.

Porque Dios valora el poder del hombre para elegir el bien o el mal.

Estas explicaciones no solucionan la duda pero arrojan un poco de luz que ayuda a navegar en la oscuridad.

  

Y LA PREGUNTA CENTRAL ¿PORQUE NO VEMOS MÁS MILAGROS ACTUALMENTE?

Una respuesta puede ser que si existieran milagros de una manera regular y predecible dejarían de ser especiales y se transformarían en no milagros.

Otra respuesta es que tal vez no sucedan porque no esperamos los milagros.

O porque cuando suceden los descartamos al racionalizarlos y creer sostenidamente que deben tener una explicación científica aunque no la encontremos.

No estamos viviendo una época de fe y la fe es la que nos permite ver los milagros.

Monseñor Charles Pope cuenta una anécdota de cómo los milagros se relacionan con la fe,

«En una ocasión, hace muchos años me enviaron a ungir a un hombre cerca de la muerte.

Estaba lleno de cáncer, en el páncreas, el hígado y los huesos.

No hay esperanza dijeron los doctores.

Su hija me envió con la expectativa confiada de que podría curarlo.

Pero sinceramente fui más con la intención de dar «últimos ritos», para prepararlo para la muerte.

Pero Dios no fue derrotado por mí, prevaleció la fe de ese hombre y su hija.

Al día siguiente sus signos vitales cambiaron y los médicos sorprendidos no encontraron rastros de cáncer en los exámenes posteriores.

Vivió otros diez años y siempre lo llamé Lázaro».

De modo que si nosotros no vemos milagros del tipo bíblico con regularidad eso no significa que no ocurran.

Misioneros en todo el mundo reportan eventos milagrosos que ocurren.

¿Y nosotros tenemos fe que esas cosas que dicen los misioneros son milagrosas o le damos una interpretación incrédula?

Por otro lado comparamos la frecuencia de milagros que esperamos con la secuencia de milagro tras milagro que vemos en la Biblia.

Sin embargo debemos que tener en cuenta que la Biblia es un resumen de épocas históricas.

Y que si bien estos milagros son puestos uno atrás del otro en el texto, no significa que se hayan producido una semana después de otra.

A veces han pasado meses y hasta años entre un milagro y otro.

Es claro que la vida de Jesús tuvo una densidad anormal de milagros.

Y la explicación de esto es que el milagro era la forma de Jesús de llamar la atención sobre su mensaje.

Desde el Antiguo Testamento vemos que Dios tiende a realizar milagros para dramatizar lo que tiene que decir a su pueblo.

La realización de milagros no tiene un fin en sí mismo sino que es parte integrante del mensaje.

Pero por otro lado hay un tema conceptual.

Los cristianos no deben pensar en una división estricta entre lo natural y lo sobrenatural, porque Dios es tan responsable de las cosas que suceden habitualmente en la naturaleza como de cualquier milagro.

Y en este sentido hay milagros que vemos pero que no los consideramos milagrosos, como por ejemplo que un pecador se arrepienta y crea en Dios, pasando de la muerte de su alma a la vida.


Equipo de Colaboradores de Foros de la Virgen María

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