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Se ha informado que el gobierno de Malasia está monitoreando a lo que considera musulmanes desviados. Y un observador poco informado diría ¡qué bueno están monitoreando a los radicales!
Pero no es así, están monitoreando a los “musulmanes liberales” que según el gobierno se apartan de las creencias religiosas tradicionales del Corán.
Malasia tiene alrededor de 60% de su población musulmana.
Datuk Seri Jamil Khir Baharom, un funcionario de la oficina del Primer Ministro y encargado de los Asuntos Islámicos, dijo qué estos grupos liberales podrían llegar a tener su publicaciones censuradas si intentan publicar sus ideas en forma impresa o electrónica en medios de comunicación.
Tanto el Presidente Obama como los Papas Benedicto XVI y Francisco han sugerido en repetidas oportunidades la necesidad de una revisión de la doctrina islámica similar a la que ha tenido el cristianismo, que la ‘aggiorne’ de visiones prejuiciadas y autoritarias, por ejemplo en lo relativo a la mujer, a la violencia, a la convivencia con los que no tienen su misma fe.
Según una fatwa del Congreso Nacional de Asuntos Islámicos de Malasia, los movimientos liberales contienen entendimientos que se apartan de la fe y la sharía.
Según la fatwa estas creencias liberales que se basan en el concepto de pluralismo, dudan de la autenticidad del Corán, cuestionan la interpretación del Corán y de los hadits, empujan hacia nuevas interpretaciones de la moral y tienen sus propios criterios sobre la jurisprudencia islámica.
Esto demuestra que los gobiernos musulmanes, por más qué no apoyen la interpretación estricta del Estado Islámico sobre el Islam y sobre la fe coránica, no están dispuestos revisar y a tener una mente abierta para evaluar la doctrina islámica.
No están dispuestos a reflexionar sobre la sharía, reprimiendo cualquier intento de cuestionamiento o reforma.
Esto muestra claramente la dificultad para que los musulmanes puedan desarrollar una versión del Islam compatible con un relacionamiento pacífico dentro de Occidente, pues la sharía tiene puntos de vista muy diferentes sobre la moral y los derechos que la jurisprudencia occidental, y si no se está dispuesto a revisar esos puntos, el entendimiento entre las dos civilizaciones se torna impracticable de hecho.
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