El Papa tiene el poder de dar al mundo una época de Paz.
La invasión de Rusia a Ucrania es providencial para recordamos de algo que Dios le ha pedido a la Iglesia Católica, para otorgar un período de paz al mundo: la consagración de Rusia al Inmaculado Corazón de María.
La Iglesia tiene esa responsabilidad de hacerlo, Dios lo está esperando.
Pero su renuencia ha permitido que la purificación del mundo no haya llegado hasta ahora, que tenga que ser más cruenta en la medida que los errores siguen avanzando y que se dilate en el tiempo la materialización de la era de paz.
Aquí hablaremos sobre por qué la consagración de Rusia al Inmaculado Corazón de María es fundamental hoy, para evitar la aniquilación de las naciones, como Nuestra Señora advirtió que sucedería.
La escalada del conflicto en Ucrania ha llevado al mundo al borde de una guerra ampliada en Europa.
Y a que indirectamente otras naciones como China lo imiten, aprovechando esta situación para apoderarse de Taiwan, de lo que ha amenazado en varias oportunidades.
No estamos hablando de política, no importa si la opción bélica que tomó Rusia haya sido razonable, o no, en razón de la desestabilización que estaba realizando la OTAN de un país en la frontera de ambos imperios.
No decimos que un imperio sea malo y el otro bueno, nada que ver.
Estamos hablando de las consecuencias que este acto tiene para profundizar la aniquilación de las naciones, que Nuestra Señora profetizó en Fátima.
Que ocurriría si el Papa no consagraba Rusia al Inmaculado Corazón de María en unión con todos los obispos del mundo.
El Mensaje de Fátima predijo con exactitud en 1917 los siguientes eventos que en efecto ocurrieron:
El fin de la Primera Guerra Mundial;
El surgimiento de Rusia como potencia mundial, la cual propagaría sus errores alrededor del mundo, fomentando guerras y persecuciones en contra de la Iglesia;
La elección de un Papa que sería llamado Pío XI;
La advertencia de que vendría una segunda Guerra Mundial.
Pero el Mensaje de Fátima predijo también cosas que no se han materializado totalmente, si las peticiones de Jesús y María no eran cumplidas,
Se perderían muchas almas;
El Santo Padre tendría que sufrir mucho;
Habría aún más guerras y persecuciones en contra de la Iglesia;
Varias naciones serían aniquiladas.
Nuestra Señora de Fátima advirtió concretamente que si sus peticiones no eran atendidas, Rusia esparciría sus errores por todo el mundo, provocando guerras y persecuciones a la Iglesia, en que los buenos serán martirizados, el Santo Padre tendrá mucho que sufrir y varias naciones serán aniquiladas.
Y ante esto, Dios, en Su infinita misericordia, nos ofreció la forma de evitar este terrible castigo.
Mediante la consagración de Rusia al Inmaculado Corazón de María, no sólo evitaremos los castigos previstos, sino que se nos concederá un tiempo de paz a la humanidad.
Es importante notar particularmente dos de las palabras de Nuestra Señora en la profecía, naciones y aniquilamiento.
El cielo ha escogido esas palabras con infinita sabiduría.
Nuestra Señora no dijo que los estados serían aniquilados y, por lo tanto, no se refería a gobiernos civiles o soberanías.
Una nación es un grupo o colectivo de personas con características comunes que incluyen idioma, tradiciones, costumbres, cultura.
Es una comunidad cultural que ha tomado conciencia de su autonomía, de su unidad, de sus valores, y de su estilo de vida.
Del mismo modo, la palabra aniquilación es muy significativa.
Proviene de la palabra latina nihil que significa nada.
Literalmente ser aniquilado significa ser reducido a la nada.
Si Nuestra Señora hubiera querido decir que habría una destrucción casi total, pero no total, de los pueblos, habría elegido otra palabra como «devastado».
Pero se refirió entonces a que pueblos y culturas serán borrados de la faz de la Tierra si no hacemos la Consagración de Rusia a su Inmaculado Corazón.
El proyecto de globalización del mundo que tienen las élites, y que se está desarrollando ya a través de la promoción de migraciones forzadas, es una forma de aniquilación de las culturas.
Por ejemplo, sabemos que George Soros ha financiado a organizaciones para promover las migraciones musulmanas a Europa para erosionar su cultura cristiana.
Y en el caso de la invasión de Rusia a Ucrania, significa la rusificación de una cultura vecina pero independiente, como es Ucrania.
Pero hay que tener en cuenta la función que cumple Rusia en el plan de purificación del mundo.
En su entrevista de 1957 con el Padre Fuentes Sor Lucía, la vidente de Fátima afirmó, que
«muchas veces la Santísima Virgen nos dijo a mis primos y a mí misma, que muchas naciones desaparecerán de la faz de la tierra.
Y que Rusia será el instrumento de castigo escogido por el Cielo para castigar al mundo entero si no logramos de antemano la conversión de esa pobre nación«.
O sea que la conversión de Rusia traerá la purificación del mundo.
Que Dios use una nación, como Rusia, para castigar al mundo no es un acto que deba sorprendernos.
Dios ha usado muchas veces a las naciones como instrumentos de castigo.
En el Antiguo Testamento, por ejemplo, Jeremías advirtió a los judíos que Dios usaría al reino de Babilonia para castigar a los judíos.
Los sacerdotes de su época rechazaron la afirmación del profeta, apelando a la promesa de Dios de permanecer con Jerusalén para siempre.
Pero se olvidaron de lo que el Señor le dijo a Salomón inmediatamente después de esta promesa:
«Pero si tú y tus hijos rebeldes, se apartan de mí y no guardan mis mandamientos y mis ceremonias que he puesto delante de ustedes, sino que van y adoran dioses ajenos, quitaré a Israel de sobre la faz de la tierra que les he dado y el templo que he santificado a mi nombre», 1 de reyes 9:6-7.
Debido a que los israelitas estaban apostatando y porque rechazaron las profecías de Jeremías, Babilonia saqueó Jerusalén, destruyó el Templo y llevó cautivos a los israelitas durante 40 largos años.
Y Jeremías, que trató de advertirles, se lamentaría diciendo:
«Nunca los reyes de la tierra, ni todos los que habitan en el mundo, creyeron que el enemigo entrara por las puertas de Jerusalén», Lamentaciones 4:12.
Rusia no está convertida al cristianismo, si bien respeta más algunos preceptos cristianos que un occidente hoy anticristiano.
Pero utiliza a la Iglesia Ortodoxa Rusa como barniz espiritual de sus ambiciones imperiales aún presentes.
Una función que esta denominación también cumplió en la época de los zares.
Para comprender lo que está pasando hay que entender sobre todo que Rusia fue quien esparció los errores por el mundo.
Los que comenzaron en Rusia en 1917 con el comunismo, que fue una creación masónica para terminar con la civilización cristiana.
Esa ideología de desacralización de la vida, atea, materialista, dictatorial, penetró fuertemente en occidente a través de los intelectuales, subyugados por un elemento accesorio a ella, como la lucha de clases y la justicia social.
Al punto, que está en la base del método de gobierno que quieren implantar los globalistas, una sociedad capitalista en su economía y comunista en su forma de gobierno.
Este error se esparció por el mundo porque los Papas de turno no hicieron la consagración a tiempo.
La Consagración de Rusia al Inmaculado Corazón de María, que conducirá a su conversión, es necesaria para evitar los castigos, incluida la sumisión de la humanidad que manejan los promotores de la Cuarta Revolución Industrial, y que por cierto Rusia también apoya.
Hoy el Papa tiene el poder de Moisés.
Hace 3.500 años, cuando Moisés condujo a los israelitas a las orillas del Mar Rojo, los israelitas tenían las aguas frente a ellos y al ejército egipcio detrás, con las espadas desenvainadas y listos para liquidarlos.
El Pueblo de Dios del Antiguo Testamento estaba desarmado, aparentemente sin medios de escape.
Pero Dios dijo que escaparían cuando Moisés extendiera su brazo sobre el Mar Rojo.
Moisés obedeció a Dios y extendió su brazo sobre el mar, el mar se abrió, los israelitas pudieron cruzar el Mar Rojo a salvo y sus enemigos fueron aniquilados, por las aguas que se cerraron detrás del pueblo judío.
Dios le ha dado al Papa hoy la misma misión.
El Pueblo de Dios del Nuevo Testamento también está desarmado, con sus enemigos en condiciones de destruir la Iglesia y de aniquilar naciones.
Todos los poderes políticos de este mundo están apuntando a lo mismo.
Pero Dios nos ha dado los medios para combatirlos.
Si el Santo Padre extiende su brazo de autoridad sobre la Iglesia y sobre Rusia, como hizo Moisés hace 3.500 años, consagrando Rusia al Inmaculado Corazón de María y ordenando a todos los obispos católicos que hagan lo mismo, Rusia se convertirá y Dios librará milagrosamente el Pueblo de Dios, de lo que de otro modo sería su devastación.
Esta es la única opción, porque Nuestro Señor ha dicho que Él no otorgará las gracias asociadas a la conversión de Rusia por ningún otro medio.
Cuando Sor Lucia, preguntó a Jesús porque la conversión de Rusia será fruto de la Consagración de esta al Inmaculado Corazón, el Señor respondió,
«Porque quiero que se vea claro que ese triunfo es del Inmaculado Corazón de María y así se extiende el culto y la devoción a Su Inmaculado Corazón junto a la devoción a Mi Sagrado Corazón».
Bueno hasta aquí lo que queríamos hablar sobre la necesidad de la Consagración de Rusia al Inmaculado Corazón de María hoy más que nunca.
Y me gustaría preguntarte si piensas que este Papa o el venga lo harán, porque dijo la Virgen que al final un Papa lo hará.
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