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Otro niño camino a los altares.

En este video quiero contarte de un caso excepcional que te va a conmover.

Es sobre una niña de gran fe, Teresita Castillo de Diego, de 10 años, que falleció el 7 de marzo de 2021 en «olor a santidad».

Poco antes de su muerte fue designada misionera por la archidiócesis de Madrid. 

Teresita era de una belleza sobrenatural.

Una niña enferma por un tumor en la cabeza, que desde su cama de enferma era misionerita de la Iglesia.

La pequeña falleció a consecuencia del tumor con el que llevaba luchando tres años, pero su historia, su testimonio de fe y de amor a la Iglesia y a la misión, han dado la vuelta al mundo. 

En España ya la consideran Patrona de los niños católicos misioneros.

Toda su historia es extraordinaria desde que llegó de Siberia, Rusia, adoptada por padres españoles.

En este video te queremos contar el asombroso caso de precoz santidad de una niña, de cómo se puede ser santo ya en los primeros años de vida y cómo se inscribe dentro de la línea de niños que murieron en olor a santidad, de los cuales hemos realizado varios videos.

El mundo católico se ha maravillado tras la publicación el 8 de marzo de 2021 de una carta en Twitter del P. Ángel Camino, vicario episcopal de la arquidiócesis de Madrid, quien relató cómo la niña Teresita anhelaba compartir su fe con los demás para que «puedan ir al cielo», como decía ella. https://twitter.com/tonihalamadrid/status/1368936157480951810

El sacerdote cuenta en una carta enviada a todos los fieles de la diócesis, que ese día, tras celebrar la Misa en el Hospital, los capellanes del Hospital de La Paz le propusieron visitar a una niña gravemente enferma, que tenía programada al día siguiente una operación para extirpar un tumor en la cabeza.

Él relató,

«Hemos llegado a la Unidad de Cuidados Intensivos debidamente equipados, he saludado a médicos y enfermeras, y acto seguido me han llevado a la cama de Teresita que estaba junto a su madre Teresa. 

Un vendaje blanco rodeaba toda su cabeza, pero tenía la cara suficientemente descubierta como para percibir un rostro verdaderamente brillante y excepcional«

Le explicó que acudía «en nombre del Cardenal Arzobispo de Madrid para traerle a Jesús».

La niña preguntó al Padre Ángel: “Me traes a Jesús, ¿verdad?”, y a continuación añadió: “¿Sabes una cosa? Yo quiero mucho a Jesús”. 

Y en ese momento la madre intervino en la conversación e invitó a su hija: “Dile a Ángel lo que tú quieres ser”.

Teresita respondió: «Yo quiero ser misionera». El padre Ángel quedó impactado por la respuesta, totalmente inesperada para él.

Recogiendo fuerzas de dónde no tenía, por la emoción que le produjo la respuesta, le dijo el padre Ángel, 

«Teresita, yo te constituyo ahora mismo misionera de la iglesia, y esta tarde te traeré el documento que lo acredita y la cruz misionera».

Entonces el sacerdote administró el Sacramento de la Unción, y le dio la Comunión y la bendición apostólica del Papa. 

El Vicario contó que fue un momento de oración, sumamente sencillo, pero “profundamente sobrenatural”. 

Se unieron a ellos algunas enfermeras que espontáneamente tomaron unas fotos, y que quedaron como un recuerdo imborrable. 

El padre Ángel se despidió mientras ella, con su mamá, se quedaba rezando y dando gracias.

Aquella misma mañana, en la Vicaría, el padre Ángel elaboró el oficio de misionera y lo presentó en un pergamino verdaderamente precioso, que fue diseñado especialmente.

Luego tomó la cruz de misionera y a las cinco de la tarde regresó de nuevo al Hospital de La Paz. 

Lo estaban esperando los capellanes y fueron derecho a la Unidad de Cuidados Intensivos.

«En cuanto me ve la mamá», narra en su testimonio el vicario, dice en voz alta «Teresita, ¡no me lo puedo creer! Viene el señor Vicario con el regalo para ti».

La niña tomó en sus manos el documento y la cruz, y le pidió a su madre que la colgara junto a la cama

«Esa cruz pónmela en la barra para que la vea bien, y mañana me la llevo al quirófano. Ya soy misionera», dijo Teresita.

Aquel regalo le había llegado a Teresita en un momento especialmente duro. 

Como narró su madre Teresa en un reportaje a la agencia de noticias de la Archidiócesis de Madrid, en aquel momento «ya llevaba dos válvulas que habían fallado y cada vez que le fallaba una válvula y se le obstruía, era mucho el dolor».

La madre contó que Teresita llegó a España cuando tenía 3 años después de ser adoptada, porque procedía de Siberia, Rusia

Destacó que tenía una “vida espiritual profunda y fuerte” a la vez que, como todos los niños, “quería jugar y estar con niños”. 

En su colegio madrileño de las Hijas de Santa María del Corazón de Jesús, en Galapagar, solía ir a Misa diaria y comulgar.

Según su madre, Teresita era conocida por su amabilidad y actitud alegre, su personalidad era extraordinaria; tenía mucha empatía con la gente. Ella era muy ingeniosa, muy cariñosa. 

Ella saludaba a todos, incluso a los extraños. Mucha gente se conmovía por la forma en que los saludaba. Nadie era un extraño para ella.

Y además Teresita estaba muy enamorada de Jesús, al punto que una vez le dijo a su abuela que por mucho que la amaba, amaba aún más a Jesús. 

La enfermedad de Teresita comenzó en 2015, cuando le detectaron el tumor. 

El tratamiento inicial, con cirugía para extirpar el tumor y quimioterapia durante un año, fue un éxito. 

Sin embargo, en 2018 el tumor volvió a aumentar.

Tuvo que someterse a una nueva operación y a un nuevo tratamiento en Suiza. 

Pero un accidente jugando a finales de 2020 la llevó otra vez al hospital y el 2 de enero fue nuevamente ingresada debido a los fuertes dolores de cabeza que sufría.

Antes de la operación, programada para el 11 de enero, se la encomendó al Beato adolescente italiano Carlo Acutis y a la venerable Montserrat Grases, una joven de 17 años, de gran religiosidad que falleció de cáncer en 1959. 

Esa cirugía del 11 de enero de 2021 no pudo realizarse debido a una complicación médica. 

Hubo que ponerle un drenaje en la cabeza para reducir la hidrocefalia. 

Y por si eso fuera poco, Teresita y su madre dieron positivo por coronavirus, por lo que hubo que aislarlas.

Entonces la válvula comenzó a fallar, se obstruía, y eso le causaba gran dolor, mientras, el tumor seguía creciendo sin posibilidad de operarse. 

Teresita vivió esa situación con su fuerte espiritualidad. 

Dijo su madre que como ella tenía ofrecidos sus sufrimientos, pensaba que igual Jesús se estaba aprovechando para salvar a más y más almas. 

Y recordó también las palabras de la niña: «Lo estoy ofreciendo por la gente; por ejemplo, por alguien que esté malito, por los sacerdotes».

En sus últimas semanas de vida, Teresita «era como una crucificada», dijo su madre

Esta era la sensación que se tenía cuando, ante su imposibilidad para beber agua, las enfermeras le ponían gasas empapadas en agua en la boca. 

Pero, al mismo tiempo, su afán por ser misionera aumentaba: «Quiero ser misionera, quiero vivir por Jesús», repetía.

Su testimonio dio la vuelta en todo el mundo misionero.

Su madre contó que Teresita tuvo varios sueños sobre el cielo y que había visto a su abuelo fallecido. 

La niña dijo que había pedido a Dios si pudiera ver al beato Carlo Acutis, un adolescente italiano que murió de leucemia en 2006, después de ofrecer su sufrimiento final para la conversión de las almas.

Hasta el momento en que la instituyó misionera, la fuerza de la fe de Teresita ya había dejado una profunda huella en el padre Ángel Camino, pero lo que sucedió a continuación le causó un asombro inmenso.

«Lo que yo no me podía imaginar es que, a través de los contactos de los padres, este testimonio llegó a oídos del Delegado Nacional de Misiones de España», afirmó. 

El delegado lo llamó al día siguiente y le hizo esta pregunta al padre Ángel: «¿Tú has constituido en el Hospital de La Paz a una niña misionera?».

Efectivamente, le dijo: «ayer después de darle la unción y la comunión, la constituí misionera con la oración preceptiva y posteriormente le llevé el documento con la cruz de misionera».

Entonces el Delegado Nacional de Misiones le informó que «este testimonio ha dado la vuelta en todo el mundo misionero y ya han puesto a Teresita como una nueva protectora para los niños en misión en España».

A las 9:00 de la mañana del domingo 7 de marzo de 2021 Teresita dejó esta vida. 

Antes de terminar el velatorio, la tía de Teresita pidió permiso al padre Ángel para mostrar el audio que Teresita le envío el mismo día en que él la había constituido misionera. 

Textualmente se oyó una voz muy suave, como de alguien que está cansado, pero que saca fuerzas de dónde no las tiene y dice: 

«Hola tía, te cuento una cosa muy importante para mí, esta mañana después de recibir la Unción y la Comunión, el Vicario de Madrid me ha constituido misionera: ya soy misionera».

Teresita fue enterrada al día siguiente. 

Bueno hasta aquí lo que te queríamos contar de Teresita cuyo proceso de beatificación seguramente comenzará pronto, porque recién partida de este mundo, ya logró innumerables devotos y probablemente ya estarán en camino los milagros. 

Y me gustaría preguntarte si conoces niños anónimos que tienen ese tipo de santidad de esta pequeña Teresita.

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