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El error fatal del discurso políticamente correcto de occidente.
La jihad en occidente, o se la guerra islámica contra los infieles, está creciendo rápidamente, como lo muestran los últimos atentados. Pero un absurdo discurso “políticamente correcto” impide ver a los políticos liberales y de izquierda la relación de esos jihadistas con la actividad del resto de los musulmanes de occidente; lo que está siendo letal, porque si no se puede definir bien al enemigo, no se le puede combatir.

 

Anjem Choudary iman con discurso de odio en occidente

 

La tesis manejada es que se trata de “lobos solitarios”, o sea musulmanes que de repente se radicalizan y realizan los atentados. Sin embargo la realidad muestra que no hay una “generación espontánea”, porque quienes se radicalizaron y cometieron los actos de violencia están, curiosamente, vinculados en occidente a grupos y figuras musulmanas que tienen una verborragia radical.

LA FALTA DE INTEGRACIÓN A LOS VALORES OCCIDENTALES

Hay una larga lista de terroristas de la pesadilla islamista en la que musulmanes supuestamente bien integrados en las sociedades occidentales aparentemente se transmutan súbitamente en asesinos de no-musulmanes.

En esta serie hay médicos, como Malik Nadal Hasan, psiquiatra y comandante del Ejército de Tierra que asesinó a 13 compañeros en Fort Hood en noviembre de 2009.

También eran médicos los ocho musulmanes relacionados con los atentados con coche bomba en Londres y Glasgow en junio de 2007 que trabajaban en hospitales del Reino Unido. Estos son calificados erróneamente como “lobos solitarios”.

Entre los más reciente en la memoria colectiva, pero desgraciadamente no serán los últimos, destacan los hermanos Tsarnaev, el menor de ellos Dzhokhar ciudadano norteamericano y estudiante de Medicina, y el mayor, Tamerlan, relacionado con el triple crimen perpetrado en Waltham, cerca de Boston, el 11 de septiembre de 2011 en el que aparecieron degollados tres jóvenes judíos, Brendan Mess (25), Erik Weissman (31), and Raphael Teken (37) en el apartamento de Mess. Según había declarado el mismo TamerlanTsarnaev, Brendan Mess era su mejor amigo, “aparentemente” contraviniendo las órdenes de Alá a los musulmanes que prohíben a estos ser amigos de judíos y cristianos,

Corán 5:51: ¡Creyentes! ¡No toméis como amigos a los judíos y a los cristianos! Son amigos unos de otros. Quien de vosotros trabe amistad con ellos, se hace uno de ellos. Alá no guía al pueblo impío.

El miércoles 22 de mayo de 2013 fue degollado en la vía pública un soldado británico sin uniforme militar de unos veinte años de edad en Londres. El crimen fue perpetrado por dos musulmanes mientras gritaban Allahú Akbar [Alá es el más grande] y que aparentemente han grabado su crimen, guiado por

la aleya del Corán 8:12: Cuando vuestro Señor inspiró a los ángeles: “Yo estoy con vosotros. ¡Confirmad, pues, a los que creen! Infundiré el terror en los corazones de quienes no crean. ¡Cortadles del cuello, pegadles en todos los dedos!” 

LOS TIPOS DE GENERACIÓN ESPONTÁNEA

Hoy en día muchos políticos y líderes de opinión, aunque cada vez menos, creen en la teoría de la generación espontánea del lobo solitario islamista, y piensan que un musulmán espontáneamente deviene terrorista por mutación o desviación súbita de la corriente mayoritaria del Islam, y no reparan en que no es necesario tener un contacto directo y orgánico con Al Qaeda, aunque si es imprescindible tenerlo con círculos o ambientes jihadistas, como mezquitas, madrassas, en la cárcel, con imanes, jeques, o por Internet.

Los terroristas se originan a partir de círculos y ambientes de otros islamistas y el origen de un islamista solamente se produce a partir de otro islamista que se basa en los hechos y dichos de los primeros seguidores de Muhammad y de este mismo.

Hay musulmanes de nacimiento o conversos al Islam que se islamizan, se “radicalizan”, y cuando estos quieren devenir en ejemplo y modelo de “buenos” musulmanes aceptan y practican todas las ordenanzas musulmanas, incluida la jihad. Hay otros musulmanes que se radicalizan, se islamizan, por miedo, miedo ante sus familias y sociedad con el objetivo de limpiar ante aquellas y Alá sus graves faltas, como las adulteras árabe-palestinas que devinieron shahids -islamikazes-.

Otros están presionados por sus propios preconceptos, “la viuda ha de vengar al cónyuge muerto en el jihad”, o “el hermano ha de vengar al hermano” – como las islamikazejs viudas negras chechenas en Rusia, o por el deseo de integración en grupos sociales islámicos, en búsqueda de heroicismo o “subir épicamente a la familia en el altar de la fama islámica y del mundo musulmán”.

También los hay que llegan al jihad por un misticismo religioso sustitutivo a su falta de identidad propia y deseo de integración en grupos musulmanes.

Y también los hay, aunque estos no son numerosos, como recurso económico por la ayuda monetaria que reciben todas las familias de los shahids -islamikazes- por parte de ONG islámicas y gobiernos musulmanes.

Estos asesinos, retardados y degenerados morales pero que, con alguna excepción, en absoluto son disminuidos cultural e intelectualmente, todos ellos y sin excepción tienen toda una ideología estructurada y cimentada en las enseñanzas coránicas que reciben de sus líderes religiosos.

CALDO DE CULTIVO PARA EL ISLAMISMO

Obviamente en primer lugar para ser jihadista es necesario ser musulmán, aunque es bien cierto que todo terrorista islámico es musulmán, no es menos cierto que no todo musulmán es terrorista.

El Islam es una religión con más de mil cuatrocientos millones de fieles y existe desde hace más de 13 siglos. Esta religión incluye a todos los fieles musulmanes, desde los generalmente discretos sufíes hasta los jihadistas.

Podríamos clasificar grosso modo a los musulmanes como nominales, moderados y radicales (o islamistas). Dentro de los islamistas destacan los jihadistas, los combatientes que practican y llevan a cabo el jihad, siendo estos una minoría pero apoyados plena y moralmente por el resto de islamistas y justificados por gran parte de los moderados y nominales.

Únicamente los radicales están dispuestos a morir matando y perpetrar atentados en nombre del Islam y de Alá. En diversos grados, los musulmanes nominales y moderados sienten ante los crímenes religiosos desde indiferencia a justificación y complacencia y los islamistas gozan plenamente. Sólo unos cuantos son capaces de mostrar públicamente rechazo ante la barbarie del totalitarismo islámico. Se podrá aducir que muchos musulmanes tienen miedo a manifestarse contra la barbarie islámica y sus crímenes, pero nadie sabe mejor que los mismos musulmanes el verdadero ambiente se respira en el medio musulmán, y si ellos están amedrentados es porque son conscientes del gran apoyo que gozan estos islamistas.

Según las fuerzas de seguridad occidentales, en Occidente un quince por ciento de musulmanes son islamistas, pero este porcentaje va en aumento.

Hay una gran permeabilidad en el paso de musulmán nominal a moderado y de este a radical -islamista, el proceso inverso es realmente muy complicado y peligroso por las represalias de los islamistas a sus ex compañeros.

MADRASSAS, MEZQUITAS, CÁRCELES Y ZONAS DE LA SHARIA

Las escuelas religiosas musulmanas, las madrassas, tanto en Occidente como en el mundo musulmán, están financiadas mayormente por Arabia Saudita, y son los centros en los que se adoctrina a los niños en el integrismo sunita wahhabita que inculca a los infantes el odio contra el no musulmán.

Gran parte de las mezquitas y sus imanes en Occidente reciben fondos y son costeadas por Arabia Saudita. En muchas mezquitas se infunde el jihadismo.

Muchos de estos musulmanes en Occidente ven televisión de Al Yazira, de Qatar, y de otros países islámicos. Arabia Saudita e Irán son el modelo de país para los sunnitas y chiítas respectivamente, ambos  estados financian organizaciones terroristas que asesinan en nombre del Islam.

En las cárceles muchos musulmanes son reorientados en el islamismo como camino de redención social ante su colectividad.

En muchas ciudades europeas existen zonas Sharia en las que se aplican las leyes y códigos del Islam. También los musulmanes que no observan la Sharia son amonestados o se les inflinge castigos físicos por parte de islamistas que ejercen el rol de policía religiosa islámica.

LLAMATIVO SILENCIO DE LOS MODERADOS

Ante crímenes religiosos cometidos en nombre de Alá o del Islam, a veces hay algún lacónico comunicado de entidades musulmanas, pero no se han producido movilizaciones por parte de musulmanes en contra del jihadismo ni de la presunta “malinterpretación” por parte de los presuntos “desviados del Islam”, como algunos líderes musulmanes afirman cuando se refieren a sus correligionarios islamistas, con el fin de congraciarse con la población occidental.

El silencio e indiferencia de la gran mayoría de los musulmanes ante los crímenes perpetrados por sus correligionarios y en nombre de su religión deviene un silencio cómplice que refuerza a los islamistas, ya que la falta de rechazo es entendido, y posiblemente puede que tengan razón al interpretarlo así, como un apoyo real al terror del totalitarismo islámico.

Si en lugar de ser dos islamistas los asesinos del soldado británico degollado hubieran sido dos argentinos o dos españoles los criminales y que lo hubieran justificado a causa de la guerra y ocupación de las Malvinas y de Gibraltar, respectivamente, los líderes políticos y plenamente la sociedad argentina o española hubieran manifestado su claro y total repudio y rechazo a este asesinato.

Este silencio sólo ocurre entre musulmanes. ¿Porqué este silencio, si es que en verdad ellos están en contra del jihadismo y sus crímenes?

COMBATE CONTRA EL JIHADISMO

El Islam a lo largo de su historia todavía no ha tenido una reforma que reinterprete la religión y respete la alteridad, separe la religión de la política, reduzca la religión al ámbito de lo privado y abandone el proselitismo violento. El Islam se mantiene como en tiempos de la jihad, la Guerra Santa, de Muhammad y sus primeros seguidores.

La guerra contra el jihadismo es ideológica, y será únicamente en este campo donde se decidirá el resultado. Previamente es imprescindible derrotarlo en el campo policial y militar, especialmente donde el combate es bélico y terrorista, como en Mali, Nigeria, Afganistán, Filipinas, Israel. Mientras haya estados poderosos como Arabia Saudita e Irán, que financian y alientan el islamismo a nivel planetario, la derrota militar no está garantizada. Los cuerpos y fuerzas de seguridad de los estados occidentales y los servicios de inteligencia tendrán que conocer el Islam y el islamismo y sus entresijos y colaborar estrechamente.

 Fuentes: GEES, Signos de estos Tiempos 

 

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