Ante una Rusia nuevamente militarista.
Una vez más estamos en presencia de una Rusia agresiva y militarista dominando las noticias. Algunos dirán que no hace diferencia con el militarismo de EE.UU., que interviene directa o indirectamente en todos los conflictos del mundo con un estilo bélico y no de pacificación; y tienen razón. Pero la diferencia es que María se apareció en Fátima para pedir la Consagración del Rusia al Inmaculado Corazón de María por parte del Papa para que no siguiera esparciendo sus errores, cosa que formalmente nuca se hizo, a pesar de que según la vidente de Fátima, en una de sus últimas declaraciones antes de morir, había dicho que el cielo había tomado como válida la Consagración de Mundo hecha por Juan Pablo II.
Y habrá otros que está confundidos con el lenguaje cristiano de Putin, que se presenta como el “campeón” mundial de la restauración de los valores cristianos en y el defensor de los cristianos. ¿Maquillaje, oportunismo, interés genuino, pura fe? Pero lo cierto es que si bien en Rusia el cristianismo ha hecho progresos luego de la caída del comunismo, sigue teniendo las tasas más altas de aborto, de alcoholismo, las más bajas de nacimiento, lo cual pone a la nación en extremo peligro.
Esto es para discernir.
EL PEDIDO DE LA CONSAGRACIÓN A RUSIA
El 13 de junio de 1929, mientras la Hermana Lucía estaba en el noviciado de las Hermanas Doroteas en Tuy, España, Nuestra Señora cumplió Su promesa del 13 de julio de 1917:
“…para prevenir esto, vendré a pedir la consagración de Rusia a Mi Inmaculado Corazón y la Comunión reparadora de los Primeros Sábados Si atendieran mis peticiones, Rusia se convertirá y habrá paz. Si no, esparcirá sus errores por el mundo, promoviendo guerras y persecuciones a la Iglesia. Los buenos serán martirizados, el Santo Padre tendrá mucho que sufrir, varias naciones serán aniquiladas. Al final, mi Inmaculado Corazón triunfará. El Santo Padre consagrará Rusia a mí, y se convertirá, y un período de paz será otorgado al mundo. En Portugal se conservará siempre el dogma de la fe…”
El 13 de junio de 1929, escribe la Hermana Lucía que, estando ella una noche sola… en medio de la capilla… cuando la única luz era la de la lámpara:
“De repente, se iluminó toda la capilla con una luz sobrenatural y sobre el altar apareció una cruz de luz que llegaba hasta el techo. En una luz más clara se veía, en la parte superior de la cruz, un rostro de un Hombre y Su Cuerpo hasta la cintura. Sobre su pecho había una paloma igualmente luminosa. Y clavado en la cruz, el cuerpo de otro hombre. Un poco por debajo de la cintura, suspendido en el aire, se veía un Cáliz y una Hostia grande sobre la cual caían unas gotas de Sangre que corrían a lo largo del Rostro del Crucificado y una herida en Su pecho. Escurriendo por la Hostia, esas gotas caían dentro del Cáliz.”
“Bajo el brazo derecho de la Cruz estaba Nuestra Señora con Su Inmaculado Corazón en Su Mano… (Era Nuestra Señora de Fátima con Su Inmaculado Corazón … en Su mano izquerda … sin espada ni rosas, pero con una corona de espinas y llamas). Bajo el brazo izquierdo (de la Cruz), unas grandes letras, como si fueran de agua clara cristalina, que corrían hacia el altar, formaban estas palabras: ‘Gracia y Misericordia’. Comprendí que me era mostrado el misterio de la Santísima Trinidad y recibí luces sobre este misterio que no me es permitido revelar”.
Luego Nuestra Señora dijo a la Hermana Lucía:
“Ha llegado el momento en que Dios pide al Santo Padre que haga, en unión con todos los Obispos del mundo, la Consagración de Rusia a Mi Inmaculado Corazón; prometiendo salvarla por este medio. Son tantas las almas que la justicia de Dios condena por pecados cometidos contra Mí, que vengo a pedir Reparación. Sacrifícate por esta intención y reza”.
En 1984 Juan Pablo II hizo una Consagración de Mundo al Inmaculado Corazón de María, que la hermana Lucía reputó como que fue aceptada por el “cielo”.
COMO CATÓLICOS, ¿CÓMO DEBEMOS RESPONDER AHORA?
Debemos orar, por supuesto. Pero hay algo más que podamos hacer. Rusia está en extrema necesidad de conversión (como la mayoría de los países en el mundo), y mientras que a la Iglesia Ortodoxa se le ha dado más libertad en la Rusia post-soviética, la gente está muy lejos de convertirse.
Las tasas de aborto en Rusia y los países de la antigua Unión Soviética son los más altos del mundo. Mientras que la Iglesia Ortodoxa ha hecho algunos avances con el pueblo de Rusia, su alcance es aún muy limitado, e incluso en la mejor de las interpretaciones, la falta de comunión con la Santa Sede representa un serio problema para el pueblo ruso.
Debido a Rusia, las almas están pereciendo, el mundo está amenazado con la guerra, y las naciones continúan siendo aniquiladas.
Se necesita más. Lo que se necesita es que Rusia sea consagrada al Inmaculado Corazón de María. Rusia es un país en extrema necesidad de la ayuda de nuestra Madre Santísima.
¿PERO LA CONSAGRACIÓN DE RUSIA NO SE LLEVÓ A CABO EN 1984?
No se puede negar razonablemente la veracidad de la Hermana Lucía, o de cualquier otra persona involucrada en el asunto de que la consagración de 1984 fue ‘aceptada por el cielo.’
Habría que estar ciego para no ver que tan rápidamente en los talones de esa consagración, la amenaza planteada por la Unión Soviética se disipó tanto como el Leviatán comunista se desintegró. Que la consagración fue aceptada por el cielo y fue eficaz está más allá de toda duda razonable.
Pero también hay que admitir, que a pesar de la desintegración de la Unión Soviética fue un milagro, no parece por sí misma haber cumplido finalmente las promesas hechas por la Virgen.
Ninguna persona razonable puede hacer el caso de que el Inmaculado Corazón de María ha triunfado en el mundo en los últimos 30 años. En todo caso, parece claro que el mundo va alegremente en la dirección opuesta.
Mientras que la Iglesia Ortodoxa ha sido liberada hasta cierto punto en Rusia, con las tasas de aborto más altas del mundo y con un 22% de la población que sigue siendo atea declarada y menos del 10% de la población asiste a la Iglesia una vez al mes, esto apenas representa la conversión de una manera significativa, incluso dejando totalmente de lado el cisma permanente de la Iglesia rusa.
Además, es imposible argumentar, que los errores de Rusia del siglo XX no siguen propagándose en todo el mundo, y que las últimas décadas llenas de guerra y decadencia pueden en modo alguno interpretarse como un período de paz que se concede al mundo.
Así que si uno cree en Fátima y en las promesas de la Virgen, se debe concluir que unos 30 años después de la Consagración del Mundo al Inmaculado Corazón de María, estas promesas no se han cumplido.
Estos le deja a uno con dos opciones a considerar. En primer lugar, que María aún cumplirá lo prometido, pero de una manera alejada de la consagración de 1984, quizás para no ser visto como una consecuencia obvia de ello.
O bien, es razonable suponer que, incluso la eficacia de la consagración de 1984, obviamente ésta no fue una consagración que finalmente precipitó el cumplimiento completo de las promesas de la Virgen.
Pero incluso dejando todo eso de lado. Rusia es un país que todavía es en gran parte prácticamente ateo y el hogar de prácticas abominables, y está de nuevo en marcha con una amenaza militarista y económica para sus vecinos.
Que Rusia tiene que ser y debe ser consagrada al Inmaculado Corazón de María parece tan claro como el día. No importa donde cualquier cristiano se encuentre respecto a Fátima y a la consagración de 1984, Rusia y el mundo, necesita de la protección de Nuestra Señora.
¿Hay alguna buena razón para argumentar por qué Rusia no debe ser consagrada (por primera vez o de nuevo) al Corazón Inmaculado de María? Estas consagraciones se renuevan periódicamente. Y si se produce esta consagración, ¿por qué no hacerlo por su nombre y en unión del público con los Obispos del Mundo? Ahora es el momento, Rusia y el mundo lo necesitan.
Fuentes: NC Register, Signos de estos Tiempos