En 1557 llega a Guanajuato la imagen de la Virgen María.

Que más adelante será reconocida con la advocación de Nuestra Señora de Guanajuato.

El grupo de expedicionarios que la llevaba desconocía la ubicación formal de Guanajuato.

virgen de guanajuato

Para aliviar su extravío imploraron en oración a la imagen de la Virgen.
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Luego de la oración vino la señal divina.
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Un par de palomas que a juicio de los expedicionarios provenían de Guanajuato.
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Al seguir su vuelo llegaron sin mayores contratiempos al Real de Minas de Guanajuato…

El Estado Libre y Soberano de Guanajuato es una de las 32 Entidades Federativas de México y se ubica en la región central del territorio nacional.

La ciudad de Guanajuato es su capital, originariamente zona minera que prosperó con el descubrimiento de ricas vetas de oro y plata en el siglo XVII.

La ciudad de Guanajuato fue el centro minero más importante de la Nueva España. También fue capital del país durante el mandato de Benito Juárez.

En la Florida Granada de Muhamad Al-Mar el nazarita, los Cristianos Granadinos tributaban acendrado culto a la misma virgen de Guanajuato.

En el año 714 al verse asaltados en su iglesia por los Moros, y temerosos de un desacato a la preciosa reliquia, ocultáronla, llevándola a sepultar, fuera de la población en una húmeda cueva subterránea.

Mientras que los musulmanes dominaron en España, permaneció oculta la Virgen por más de 8 siglos, y reconquistada Granada, por los Reyes Católicos, fue descubierta dicha imagen a mediados del siglo XVI y entregada al poderoso emperador Carlos V.

Carlos V conocedor de que el naciente mineral florecía, quiso hacerle un presente, el de la virgen descubierta en Santa Fe de Granada a la Nueva España, que, ¡cosa singular!, se conservaba intacta no obstante ser de madera y haberse hallado sepultada en húmeda cueva por más de 800 años.

La Nueva España había sido conquistada por Cortés, más tarde en 1530 Nuño de Guzmán, primero, y luego en 1546, D. Rodrigo Vázquez del Río, habían agregado con sus conquistas, a la Corona de Castilla, las montañas de Guanajuato. Al ser en estas descubiertas las primeras betas de Oro y Plata en 1548 y 1550, voló la fama de sus fabulosas riquezas hasta el solio del monarca Español.

 

EL ARRIBO DE LA IMAGEN

En 1557 llega a Guanajuato la imagen de la Virgen María, que más adelante será reconocida con la advocación de Nuestra Señora de Guanajuato.
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La tradición establece que el rey de España, Carlos V, hizo la donación de la imagen al Mineral de Guanajuato, pero habiendo abdicado el rey a favor de su hijo Felipe II, es al nuevo soberano a quien corresponde hacer llegar el presente.

Sólo habían pasado 11 años desde que en 1546 el virrey Antonio de Mendoza concedió a Rodrigo Vázquez “una estancia de caballería y media de tierra, cerca del nacimiento de un río que se llama Guanajuato”; luego, en 1548, se produce el descubrimiento de la Mina de San Bernabé, y en 1550 la Mina de San Juan de Rayas.

El noble granadino Perafán de Rivera es nombrado primer alcalde mayor y juez superintendente del Real de Minas de Guanajuato, quien al momento de iniciar su marcha para tomar posesión del nuevo encargo real es igualmente el conductor de la sagrada imagen.

El grupo de expedicionarios encabezado por Perafán de Rivera, desconocía la ubicación formal de Guanajuato, y en su última estación decidió acampar en las inmediaciones de lo que actualmente conocemos como La Yerbabuena.

Al día siguiente y para aliviar su extravío imploraron en oración a la imagen de la Virgen, la cual había sido colocada sobre un tambor militar de alta caja, luego de la oración vino la señal divina, un par de palomas que a juicio de los expedicionarios provenían de Guanajuato, luego fue preciso seguir su vuelo para llegar sin mayores contratiempos al Real de Minas de Guanajuato. 

 

IMAGEN DE NUESTRA SEÑORA DE GUANAJUATO

Nuestra Señora de Guanajuato es una escultura de pie, con niño, mide 1.15 m., está esculpida en una sola pieza de madera de cedro policromada y estofada.

El manto y túnica con que se adorna es de misma talla y madera; pero esto no impide que se mantenga siempre con uno de los riquísimos mantos de costosas y diversas telas que tiene.

Con las extremidades laterales, le abraza y cubre desde su soberano pecho hasta su sagrado vientre, quedando este, por uno y otro lado, casi del todo cubierto de admirables figuras y rosas de perlas finas, de muchísimos diamantes y demás ricas piedras, encasquilladas en oro de los mejores quilates.

Pero abundan tanto sus costosos adornos que no es muy fácil decir la multitud de preseas y alhajas de inestimable valor que la devoción le ha tributado.

En la mano derecha tiene una Rosa de la misma madera y sobre el brazo izquierdo mantiene a su benditísimo Niño, unido a la misma estatua de la Señora.

Tiene la manecita derecha abierta y levantada ante el pecho de la Virgen, la izquierda vuelta hacia abajo cogiendo con ella un pajarito verde, todo de la misma madera y de una pieza con la misma señora con tal arte y maravilla que el piecesito derecho lo tiene casi dentro del sagrado vientre de la Madre, y el izquierdo, fuera adornado con una de los muchos calzados que tiene de oro.

Siendo de la misma materia la corona imperial, embutidas en ella muchas perlas finas y riquísimas piedras de valor.

La imagen de la Virgen María, al parecer, no tenía ninguna advocación definida, pero cuando estaba en el hospital de los tarascos recibió la primer advocación como la Virgen del Rosario, ya que según se tiene noticia, durante algún tiempo sostuvo en su mano derecha un rosario; al poco tiempo le fue retirado y en su lugar colocaron un cetro.

Fundamentándose en que la calidad del obsequio real tenía la función de que la imagen patrocinara la ciudad, comenzó a recibir la advocación popular de Nuestra Señora de Guanajuato.

Los religiosos dominicos, como es bien sabido tienen por su Patrona a la Virgen Santísima bajo su advocación del Rosario, de la cual existen siempre una o más imágenes en sus conventos y de esta circunstancia, juntamente con la de tener Nuestra Señora de Guanajuato un rosario en su mano derecho, resultó que los expresados religiosos pretendieran tener ciertos derechos sobre la venerada Imagen.

Fácil era ciertamente desvanecer los ilusorios fundamentos de esa pretensión, pues, por una parte, cuando vivió Santo Domingo de Guzmán, y le fue revelada la practica del rosario, ya tenía la imagen de Guanajuato varios siglos de existencia; y por otra, nunca tuvo la advocación mencionada, sino que, después de su venida a Guanajuato, se le puso por devoción el rosario en la mano, así como pudo ponérsele cualquier otro piadoso objeto; y para evitar nuevas dificultades, se creyó mejor sustituir el rosario con el rico cetro que vemos actualmente.

ns de guanajuato de costado

Fue así que la ciudad la condecora con un bastón recamado de piedras preciosas y le ponen una banda de generala. En la actualidad luce la del General Guanajuatense D. Sostenes Rocha.

 

DONDE FUE PUESTA LA IMAGEN

Para 1557 cuando arriba la imagen, solamente funcionaba como recinto religioso la capilla del hospital de los indios mexicanos; la imagen fue colocada en ella y permaneció ahí por un espacio de ocho años.
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En 1565 pasó al hospital de indios tarascos por un prolongado espacio de 131 años, hasta que en 1696 fue trasladada al templo parroquial, hoy Basílica, donde permanece hasta nuestros días.

Hacia 1671, durante el curato del doctor José Hurtado de Castilla, se inicia la construcción de la iglesia parroquial, en sustitución de los “hospitales” y de otra que se presume estaba en los actuales terrenos de la Basílica, como lo establece la crónica religiosa, la cual fue concluída después de 25 años de trabajo en 1696.

Guanajuato inicia al siglo XVIII con un florecimiento económico que se hace evidente con la creación de instituciones como el Colegio de la Santísima Trinidad en 1732, o con la obtención del Título de Ciudad que le otorga Felipe V el 8 de diciembre de 1741, la designación de Capital de Intendencia en 1786, o bien en la edificación de diversos y monumentales templos 

 

LA BASÍLICA COLEGIATA DE GUANAJUATO

La antigua parroquia, ahora Basílica Colegiata de Nuestra Señora de Guanajuato, terminada de edificar en 1696, es uno de los edificios capitales del barroco manierista del siglo XVII.
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La iglesia, de planta de cruz latina de 60 metros de largo, 8 de ancho y 15 de altura en la bóveda, por 30 de altura en la cúpula central, conserva todo el resto de su estructura original.

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La fachada principal está reconocida por los peritos, como un ejemplar de los más puros del estilo barroco en México.

Guanajuato_Guanajuato_Basilica

La construcción se realizo casi en su totalidad gracias a la aportación de los mineros, su devoción y generosidad se vio culminada en tan magnifica obra.

Cuenta con tres puertas de acceso. Cada puerta ostenta una fachada en cantera rosa del barroco manierista, sobresaliendo la fachada principal, sobre la que se erige una torre campanario de tres cuerpos de la misma época y estilo de todo el edificio; además del cubo del reloj se aprecia otra torre de inferiores proporciones y de bello estilo churriguera del siglo XVIII.

Al lado del bautisterio y unido a él hay una capilla neoclásica con dos ligeras torres, cuyo estilo choca con el resto del templo. Fue construida entre los años de 1870 y 1878; dedicada a la Virgen de Lourdes.

En el interior se advierte la proliferación de altares neoclásicos armonizando con la profusión de lámparas y ornamentos.
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En el presbiterio existe el baldaquino donde se localiza la imagen española de la virgen legendaria que recibe la veneración de los fieles.

La hermosa sacristía es adornada con tres pinturas magnificas de Juan Antonio Vallejo, que representan la última Cena, a San Juan Nepomuceno y la muerte de San Andrés Avelino.

Uno de los laterales está dedicado a San Nicolás Tolentino, patrono de la minería, y el otro a San Ignacio de Loyola, patrono de la ciudad.

El piso del templo, cuyo original posiblemente era de duela de mezquite, y luego fue de losa, data de 1956 y es de material marmóreo.

En el siglo XVIII el marqués de San Clemente edificó un anexo al templo para camarín de la Virgen, el que posteriormente fue acondicionado para bautisterio, contando con una bella pila sacramental y con pinturas de Miguel Cabrera.

La capilla donde se encuentra el cadáver del padre Jarauta, sirvió en el siglo pasado para guardar los auténticos restos de Santa Faustina Mártir.

El cuerpo amado de esta santa y de su sangre en polvo, contenida en un bello vaso, fueron adquiridos en Roma por el segundo Conde de Valenciana.

Debidamente certificados en la Santa Sede llegaron a la ciudad de México en el año 1803 y fueron puestos a la pública veneración en la capilla particular de la casa del Conde, en la calle de plateros (ahora Madero) de la capital virreinal.

En 1812, bajo fe de notario, fueron depositados en la urna que los contiene actualmente. El conde de Valenciana donó el cuerpo y la sangre de Santa Faustina a la parroquia de Guanajuato y se colocaron en 1826 en una capilla cuyo altar fue hecho por el arquitecto Eduardo Tresguerras.

En 1907, con motivo del patronato canónico de la Virgen de Guanajuato, los restos de la Santa fueron trasladados al altar mayor. 

 

LAS FIESTAS DEL PATROCINIO E ILUMINACIONES

La crónica religiosa de Guanajuato registra en el siglo XVIII impresionantes celebraciones de las fiestas del patrocinio de la Virgen de Guanajuato. Al respecto, Manuel Rangel en su monumental obra sobre la Virgen de Guanajuato nos dice lo siguiente:

interior de la basilica de guanajuato

“El siglo XVIII vio las más lucidas festividades del patrocinio, y son muchas las noticias de aquel tiempo que nos hablan de la piadosa emulación con que cada gremio, cofradía, minas y barrios de la ciudad celebraban el octavario del patrocinio, tratando de superar cada uno al que le había precedido.

Los mineros sobre todo, alma y vértebra de Guanajuato, entonces hacían derroche de gastos en tales solemnidades, invitaban a los mejores predicadores y orquestas para las varias misas de cada día, mandaban componer ‘loas’ y ‘sonetos’ a los mejores poetas de la tierra y sus alrededores y los hacían imprimir, para repartirlos entre el pueblo, en ricas telas de seda a falta de buen papel, las descargas de dinamita a distintas horas del día, y los vistosos ‘castillos’ y demás fuegos de artificio por las noches.”

Las fiestas del octavario del patrocinio del año 1765 sirven para encabezar los actos de la dedicación del Templo de la Compañía de Jesús, ya que la Virgen de Guanajuato fue elegida como madrina del nuevo templo.

Los festejos iniciaron el segundo domingo de noviembre con una procesión que iba encabezada por el Señor Sacramentado, seguido de la imagen de la Virgen a la que le colocaron en su mano las llaves del nuevo santuario:

“Hacían punta (en la grandiosa procesión) los estandartes de las cofradías, seguían las Sagradas Familias (o sea los conventos de religiosos) en cuerpo de comunidad, y cerraba el venerable clero (revestido) de sobrepellices y estolas, llevando por delante en hombros al patrón principal de la ciudad, el grande patriarca San Ignacio de Loyola…

Caminaba este vistoso aparato, siendo en los circunstantes… embeleso del oído el armonioso golpe de música, que venía entre la armoniosa madrina y el Divinísimo… conducido por los jesuitas y el venerable clero, encabezado por varios capitulares de la Santa Iglesia Catedral de Valladolid, venidos exprofeso.

Acompañaban ocho sacerdotes revestidos de pluvial; el cuerpo de la ciudad; el comercio; el pueblo entero, entre repiques jubilosos de campanas y descargas de dinamita”.

Las Iluminaciones a la Virgen de Guanajuato, son una tradición que se desarrolla en todos los barrios y colonias de la capital, cuya historia se remonta a inicios del siglo XVIII.
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En estas festividades los habitantes de cada barrio de la ciudad, se organizan para recibir a la imagen peregrina de Nuestra Señora de Guanajuato.

Presuntamente se proporcionó el nombre de Iluminaciones porque con la festividad, se iluminaban los callejones en una época donde no había alumbrado público.

Las Iluminaciones son verbenas populares que han representado a lo largo del tiempo, el esparcimiento espiritual de las familias de los barrios de la ciudad.

El resto de la diversión consistía en estar con la familia disfrutando de platillos típicos como las enchiladas mineras o los tradicionales vasos con frutas.

Esta festividad culmina en la Plaza de la Paz, frente a la Basílica de Nuestra Señora de Guanajuato.

En el 2007 las Iluminaciones se extendieron por 29 días, del 20 al 31 de octubre y del 1 al 18 de noviembre, excepto el 2 de noviembre, Día de Muertos.

Pero previamente, el 10 de agosto, se festejaron los 450 años de la llegada de la imagen de Nuestra Señora a Guanajuato.

Ella es la invocada en las angustias, en los aprietos, en las aflicciones, Ella es el antídoto, Ella es la que representando a la Gran señora que triunfa en el Empíreo, acá en la tierra es el conducto por donde desagua Dios sus misericordias.

¡¡Guanajuato, Bendito seas por que la Madre de Dios te escogió para cubrirte con su Manto!!.

Fuentes:


Equipo de Colaboradores de Foros de la Virgen María

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