Surgió de un hábil inmigrante italiano llamado Lorenzo Tomasella.

En el trayecto de su viaje en barco desde Italia con sus hijos, fue presa de una colosal tempestad que amenazó la vida de su familia de una muerte segura.

Entonces él promete levantar un Capilla a Nuestra Señora del Buen Consejo si llegan sanos y salvos a destino.

Finalmente así ocurrió y cinco años más tarde pudo cumplir lo prometido.

ns del buen consejo corrientes imagen chica

Lorenzo Tomasella talla en algarrobo escenas que reflejan su visión personal del infierno.
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También pueden apreciarse varias figuras en la pared correspondiente a la Sacristía que han sido comparadas con imágenes de la Salamandra, «Cueva del Diablo».
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De ahí que la Capilla se la suele llamar «La Capilla del Diablo”.

 

LA HISTORIA

Don Lorenzo Tornasella había partido de Génova, el 31 de marzo de 1899 en el “Vapor Olvia”.

Llegaron a Buenos Aires el 30 de abril del mismo año.

El 16 de mayo ingresaron al Hotel del Inmigrante al que se accedía en barcazas ya que las dársenas no existían.

Con Don Lorenzo Tomasella viajaron sus hijos: Catalina (23 anos) José ya casado con Antonia Zoilo, viajó con otro pasaporte. Constante (20 años), Juan 18 años), Santiago (15 años), Rosa (11 años), Maria (10 años). Arcángela (7 años).

Después de una fuerte tormenta que hace zozobrar la embarcación que los traía a este continente.
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Ante la desesperación que le generó esta circunstancia, le pide ayuda a la Virgen María Bajo la Advocación del Buen Consejo.
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Y le promete que cuando llegara a América levantaría un templo en su honor.

Don Lorenzo Tomasella y sus hijos, luego de Buenos Aires continuaron el viaje a Goya en la Provincia de Corrientes en barco y se instalaron en Colonia Carolina.

capilla del buen consejo en corrientes 

LA CONSTRUCCIÓN DE LA IGLESIA

Según el testimonio de Arcángela

“como en Colonia Carolina no había Iglesia, Don Lorenzo decidió construir una Capilla, con ayuda de sus hijos”

Durante el desempeño del padre José Rodríguez, se tramitó con fecha 25 de junio de 1904, la solicitud de Don Lorenzo Tomasella para erigir en Colonia Carolina, en un terreno de su propiedad, una Capilla bajo la advocación de Nuestra Señora del Buen Consejo.

El Obispo de Paraná Monseñor Rosendo de la Lastra y Gordillo, le autorizó la bendición de las Primeras Piedras del futuro oratorio.

Dice Arcángela:

“Comenzamos el trabajo el Viernes Santo. Mis hermanos decían: “¿para que vamos a trabajar hoy? Vamos a respetar la fecha”, pero papá les contestaba que “lo nuestro es cosa de Santos”.

Para el 17 de mayo de 1909 el padre Rodríguez informaba a su Obispo que
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“esa Capilla esta terminada y mide 12 metros de largo por 4 metros de ancho, tiene un pequeño altar mayor de material y en él se ostenta una imagen tallada de la Santísima Virgen del Buen Consejo.
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Tiene igualmente una Sacristía y una torre con dos pequeñas campanas.
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Creo que la Capilla esta en condiciones de bendecirse”.

Se encuentra ubicada a 15 km de la ciudad de Goya en la 1º Sección, Paraje Colonia Carolina.

En uno de sus viajes en busca del cuerpo de su esposa que había quedado en Italia, trajo dos campanas grabadas con su nombre y la fecha.

El campanario tiene 6 metros de alto, rematado en punta y coronado por una cruz de hierro.

En el 1904 cuando finaliza la construcción de la capilla, hace la donación de la misma al Obispado de Paraná.

crucifijo en capilla del buen consejo corrientes

 

EL MILAGRO DE SU NIETA

Un segundo hecho sucede mientras la construcción de la Iglesia y tiene características de milagro.

Una nieta de Don Lorenzo cayo y quedó bajo las ruedas de un carro que transportaba 1000 Kg. de tierra cuando se estaba rellenando el terreno para la construcción de la capilla.

La niña resultó ilesa y Lorenzo impresionado por lo sucedido siguiendo su vocación por el arte dibujó la escena con la leyenda “Creo que Dios existe Salvador”.

José, el 4º hijo, recuerda:

“En un rincón del campo había un pequeño desnivel y se lo relleno con tierra que se transportaba en un carro tirado por bueyes.
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Una de mis hijas, Luisa, que apenas caminaba, quedo bajo la rueda del carro cargado de tierra. Sentimos el llanto cuando ya había pasado la rueda sobre su cuerpo.
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Pero Luisa resultó ilesa.
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Por ello agrega “el nos llevó a que creyéramos en un verdadero milagro.
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No obstante, ví cerca una quijada de vaca, que coloqué debajo de la rueda, hice pasar el carro cargado y el hueso se rompió, lo que certificó que todo lo que ocurrió fue un milagro.
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Por eso papá hizo un dibujo donde ilustra este hecho.
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Este dibujo se conserva en la Capilla de Nuestra Señora del Buen Consejo.”

imagen en capilla del diablo en corrientes

 

LA CAPILLA

En sus momentos libres Don Lorenzo diseñaba esculturas, muchas de las cuales aun se conservan.

La obra de Lorenzo Tomasella fue la demostración de un artesano que puso de manifiesto su habilidad para tallar en madera, por ejemplo la imagen de la Virgen y el niño que se encuentran entronizados en el altar.
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Este Altar tiene 3 m de altura, totalmente tallado con madera de la zona.
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Las imágenes están hechas con troncos de lapacho, modeladas con un pequeño cuchillo y una talladora, sus únicas herramientas que aun se conservan.

Motivado por lecturas fantásticas llenas de parábolas, talló escenas del infierno en un gran retablo en sobrerrelieve y bajorrelieve, donde serpientes y seres diabólicos rodeaban a quienes eran llevados a ese ambiente.
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Eran escenas del juicio final, evidente influencia de la literatura preferida por el: La Divina Comedia.

Talló crucifijos, candelabros, altares, diablos de diversos tamaños. E

n el retablo había un diablo negro que contaba los pecados, el fuego lo abrazaba, reflejos simulaban el infierno, víboras y animales de diversos tamaños y la presencia de una figura de hombre en un lugar del retablo como indicando la relación del mal y de las miserias del hombre.

Tenía una puerta para cerrar el retablo y arriba del mismo una inscripción referida al infierno.

Talló también un Cristo, un reloj con péndulo, además, un busto de su esposa que colocó en la capilla.

Quizás por esta muestra tan definida donde manifiesta su proceso de conversión y sus ideas sobre el infierno es que esta capilla fue definida como la Capilla del Diablo, original nombre puesto por la población y los visitantes.

A pesar de los saqueos que ha sido sometida la Capilla, pueden apreciarse varias de las figuras de la pared correspondiente a la sacristía que han sido comparadas con imágenes de la Salamandra (cueva del diablo según la creencia profana del sur de Latinoamérica y explica la denominación del lugar).

La capilla estuvo clausurada a partir del año 1970 y reabierta al culto en 1977.

En ella se encuentra una de las campanas que trajo Don Lorenzo Tornasella de Italia, la otra fue donada a la Capilla de la Virgen del Carmen de Isabel Victoria.

El 25 de junio de 2007, el Poder legislativo de la Provincia de Corrientes, declaró Monumento Histórico e integrante del Patrimonio Cultural a la Capilla “Nuestra Señora del buen Consejo” situada en Colonia Carolina, Dpto. Goya.

Fuentes:


Equipo de Colaboradores de Foros de la Virgen María

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