En un castillo romano había una imagen de la Virgen sentada en un trono con el Niño Jesús en brazos.

Y con la paloma descendiendo sobre ella, que es el Divino Amor.

Es muy venerada por los creyentes desde el siglo XII en base a los milagros realizados para Roma.

Y en especial, se la conoce como la “Salvadora de Roma”.
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Porque las plegarias a ella, solicitadas por Pio XII, impidieron la destrucción de Roma en la segunda guerra mundial.

La historia del Santuario de Nuestra Señora del Divino Amor, se inicia en el siglo XIII, cuando en la zona del agro romano había una especie de fortaleza de la familia Savelli-Orsini, llamada Castillo de Leva.

Sobre una torre del castillo había una imagen de la Virgen sentada en un trono con el Niño Jesús en brazos y con la paloma descendiente sobre ella como el símbolo del Espíritu Santo, que es el Divino Amor.

La imagen, pintada en fresco en esa misma época, era muy venerada por los pastores de la zona.

 

EL PRIMER MILAGRO

En la primavera del 1740, uno de los numerosos peregrinos que se dirigirán a la tumba de San Pedro se encontraba perdido en el medio del campo cuando divisó un castillo.
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Al aproximarse, fue atacado por una jauría de perros.
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En tan inminente peligro, vio en lo alto de la torre del castillo una imagen de Nuestra Señora y gritó: «Señora mía, sálvame!».
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En el mismo instante, los perros, pareciendo obedecer una orden, se detuvieron y quedaron mansos.

Esa imagen era conocida como del Divino Amor.

La noticia corrió por toda la región y las personas comenzaron a visitar el local del prodigio.

Así nacieron las peregrinaciones que se mantienen hasta el día de hoy.

primer milagro del divino amor

Después del prodigio, el 5 de septiembre del mismo año, la imagen fue quitada del muro y transferida a la vecina hacienda «La Falconiana», en la cual estaba la pequeña iglesia de Santa María de los Magos.

Después de cinco años, el 19 de abril de 1745, la imagen fue llevada de nuevo a su antigua sede.

Donde en tanto habían construido una iglesia que fue consagrada en 1750 por el Cardenal Carlo Rezzonico, quien después fue el Papa Clemente XIII.

El 13 de mayo de 1883, el Capitulo Vaticano, corona la imagen de la Virgen.

En el 1930, viene nombrado rector Don Umberto Terenzi.

El 8 de diciembre de 1932, el Santuario se convierte en parroquia, y Don Umberto es el primer párroco.

El 25 de marzo del 1942, Don Umberto instituye la Congregación de las Hijas de Nuestra Señora del Divino Amor, siguiéndole veinte años después los sacerdotes Oblatos, que desde entonces el Santuario es custodiado por ellos.

 

ROMA, LA CIUDAD ETERNA BAJO DOMINACIÓN EXTRANJERA

Dueña de una fabulosa historia que cubre casi tres milenios, Roma ya conoció todo lo que una ciudad podría presenciar.

Pasó de ser una pequeña aldea a orillas del Tíber a la imponente capital de un dilatadísimo imperio, vivió días de fausto e incalculable poder, así como períodos de triste decadencia seguidos por un radiante renacimiento.

Altanera, sufrió asedios, incendios, invasiones y pestes. Sobrevivió a todo ello para recibir con propiedad el título de “Ciudad Eterna”.

Aun así, en el año 1944 su longeva historia parecía haber llegado inexorablemente a su fin.

Como había sucedido otras veces, la ciudad vivía bajo el dominio extranjero, ocupada por fuerzas alemanas desde septiembre de 1943.
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El suelo romano ya había experimentado el tremendo impacto de los bombardeos aéreos, como el que aniquiló el barrio de San Lorenzo el 19 de julio de 1943, provocando centenares de víctimas.
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Aunque las Fuerzas Aliadas habían desembarcado en Anzio a fines de enero de 1944, avanzaban con enervante lentitud.

 

PRONÓSTICO DE INMINENTE DESTRUCCIÓN

En mayo de ese mismo año, en la previsión de futuras operaciones militares a gran escala en Europa, la conquista de Roma se tornó en objetivo de máxima importancia para los Aliados. La noche del 11 al 12 de mayo dio comienzo la gran batalla.

A 120 kilómetros de la ciudad, en la región de Montecassino, 650 cañones del XIII Cuerpo del Ejército Inglés comenzaron un bombardeo contra un importante contingente alemán acuartelado en dicho lugar.

Como consecuencia, la multisecular abadía benedictina quedó reducida a escombros. Acto seguido empezó a moverse el V Ejército norteamericano.

La noticia de este primer ataque aumentó no poco el temor en Roma: ¿sería un preludio de lo que esperaba a la Ciudad Eterna?.

Los acontecimientos parecían indicar que sí.

El 4 de junio todo presagiaba el inicio de un duro combate.

Dispuestos a ofrecer férrea resistencia, los alemanes habían instalado poderosas cargas de explosivos en todos los puentes que cruzaban el Tíber, para destruirlos en el caso que tuvieran que batirse en retirada.

Por su parte, el general británico Harold George Alexander decidió lanzar sus dos mil carros de combate al asalto de la ciudad.

Se veía venir una lucha casa a casa, palmo a palmo, tan devastadora como lo había sido ya en otras ciudades europeas. Un panorama terrible que angustiaba a todos los romanos.

fresco del divino amor

 

EL VOTO DE LA CIUDAD DE ROMA

En circunstancias como ésa los hombres se acuerdan más fácilmente de recurrir al auxilio divino.

Así, con la tragedia como marco, el Papa Pío XII invitó al pueblo a hacer un voto pidiendo que la ciudad fuera salvada de la destrucción.

Peregrinaba entonces por varias iglesias de Roma la milagrosa imagen de Nuestra Señora del Divino Amor, muy venerada por los romanos desde el siglo XII.
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El amenazador día 4 de junio, en la Iglesia de San Ignacio de Loyola, millares de romanos fueron a implorar la protección de la Madre de DIOS.
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El Papa Pío XII ordenó la lectura del solemnemente voto por el cual el pueblo de Roma prometía “corregir y mejorar su conducta moral, para hacer su vida más conforme a la de Nuestro Señor Jesucristo”.
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Y construir un nuevo santuario e iniciar una obra de caridad en su honor.

Casi al mismo tiempo, un misterioso mensaje de Hitler canceló la orden de resistencia y el ejército alemán se retiró de la ciudad, a la que entraron poco después las Fuerzas Aliadas en medio de los vítores de una multitud desbordante de alegría.

Semejante desenlace fue tan sorpresivo, que el mismo Primer Ministro británico, Winston Churchill, afirmó:

“La conquista de Roma se dio de un modo ajeno a toda previsión”.

L’Osservatore Romano» del 12-13 de Junio de 1944 dice:

«Clarísimo el prodigio, y tanto más sorprendente cuanto las circunstancias humanas parecían opuestas».

La solícita Madre de Dios había atendido desde el Cielo las oraciones de sus hijos afligidos, y la ciudad fue liberada sin derramar una sola gota de sangre.

 

“SALVADORA DE ROMA”

Una semana después, el Papa Pío XII se reunió con los fieles para una oración de gratitud, el 11 de junio de 1944.
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Ocasión en la cual dio a Nuestra Señora del Divino Amor el título de “Salvadora de Roma”:
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“Miramos hacia ti, Madre del Divino Amor, esperando por ti, por tu maternal intercesión, nuestra salvación […] ¡Vela por tu Roma!”

Décadas más tarde, el 1 de marzo de 1979, el Papa Juan Pablo II visitó el Santuario de Nuestra Señora del Divino Amor y lo definió como “el Santuario Mariano de Roma”.

Vuelve para el 7 de junio de 1987 para la apertura del Año Mariano.

altar del divino amor

 

“TAMBIÉN HOY SE NECESITA LA CONVERSIÓN A DIOS”

Benedicto XVI, al igual que lo hicieron sus antecesores, quiso venerar a esta Madre tan bondadosa.

El 1 de mayo del 2006 visitó su santuario, rezó el rosario con los fieles presentes y les dirigió alentadoras palabras:

“De aquí, desde este Santuario del Divino Amor, esperamos una gran ayuda y apoyo espiritual para la diócesis de Roma. […] .
Esperamos especialmente la fuerza interior para cumplir el voto que hicieron los romanos aquel 4 de junio de 1944”.

Agregó que

“también hoy se necesita la conversión a Dios” para que el mundo se vea libre de las guerras y el terrorismo.

Y concluyó:

“Queridos hermanos y hermanas, en este santuario renuevo la invitación que hice en la encíclica Deus caritas est: Vivamos el amor y hagamos entrar así la luz de Dios en el mundo” .

Refiriéndose al título de “Nuestra Señora del Divino Amor”, el Papa subrayó que ilumina el vínculo que une a María con el Espíritu Santo,

“desde el comienzo de su existencia, cuando en su concepción el Espíritu, el Amor eterno del Padre y del Hijo, hizo morada en Ella y la preservó de toda sombra de pecado.

Después, cuando el mismo Espíritu Santo hizo nacer en su seno al Hijo de Dios.

Más tarde aún, a lo largo de toda su vida, en la que, con la gracia del Espíritu, se ha realizado en plenitud la palabra de María: “Aquí estoy, soy la sierva del Señor”.

Y finalmente cuando, en la potencia del Espíritu Santo, María ha sido asunta con toda su humanidad concreta junto al Hijo en la gloria de Dios Padre”.

nuevo santuario del divino amor

 

DESPUÉS DE LA GUERRA

Después de la guerra el Santuario reabre sus puertas y se desarrollan obras caritativas, culturales y de apostolado.

Comienza la publicación de las revistas «Parrocchia» en 1946 y «La Madonna» en 1954, mientras el folleto «La Madonna del Divino Amore» hecho en 1931, reanuda sus publicaciones.

En la casa de las hermanas vienen hogares huérfanas, mientras poco a poco se forman otras casas religiosas en varias parte de Italia y en el exterior con las Misiones en Colombia en 1971,en Brasil en 1991 y en Perú en 1993.

Desde 1983 está en función la Casa del Peregrino, para convenciones, retiros, ejercicios espirituales.

Desde 1983 el Domingo de Ramos y Viernes Santo a las 20.30, se hace la más espectacular y sagrada representación romana del Via Crucis.

En los años 80 se han hecho muchos trabajos de restauración del Santuario y en 1991 se hizo la delicada restauración del altar y del antiguo y precioso fresco de Nuestra Señora del Divino Amor.

El 29 febrero de 1991 ha sido publicado el edicto del Cardenal Vicario Gamillo Ruini, para la canonización del Siervo de Dios Don Umberto Terenzi, fundador de la obra de Nuestra Señora del Divino Amor.

El Sínodo Diocesano abierto en 1986 y concluido en 1993 delante a Nuestra Señora del Divino Amor en la plaza de San Pedro, constituye el evento más importante de la Iglesia Romana para dar el voto a través de la renovación espiritual, y el crecimiento de la comunión en la misión de la Iglesia hacia la Ciudad y hacia el Mundo.

interior santuario del divino amor

 

PEREGRINAJE NOCTURNO A PIE

Desde el primer milagro se iniciaron los peregrinajes populares que se hicieron cada vez más numerosos, y continúan siéndolo todavía.
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Entre los mas importantes están los que se hacen desde la Pascua hasta los últimos días de octubre, se hacen cada sábado en la noche a pie, desde el paseo Arqueológico cubriendo una distancia de cerca 15 km.

La peregrinación toma la Vía Apia Antigua, donde el sacerdote avisa:

«Caminamos por las mismas vías en las cuales antiguamente pudieron haber caminado los Apóstoles San Pedro y San Pablo».

Para la misma llegan devotos de todas partes del mundo.

Los fieles parten de la plaza de Porta Capena a medianoche, pasan por lugares históricos como la Via Apia Antigua, la Iglesia del Quo Vadis, las Catacumbas de San Calixto y el Mausoleo de las Fosas Ardeatinas, llegando al santuario la mañana del domingo.

Ahí, saludados por los primeros rayos del sol naciente, los romeros presentan a la Virgen sus súplicas más íntimas y piden, naturalmente, que la protección divina siga guardando la Ciudad Eterna. Otro peregrinaje nocturno también se realiza el 7 de diciembre en la vigilia de la Inmaculada.

Se engaña quien piense que, para atraer jóvenes a una peregrinación, hoy en día se debe hacerles oír música rock o hacer bromas.

No. La marcha es dirigida por un sacerdote que entona cánticos religiosos tradicionales, reza el Rosario y varias letanías.

Al llegar al santuario, los peregrinos se aproximan a los vitrales, a través de los cuales se puede ver a la Patrona de Roma; ahí se quedan contemplándola y rezando.

Las peregrinaciones pasaron por altos y bajos.

Después de un siglo comenzaron a decaer, debido a que vendedores de todo tipo se apoderaron del lugar dándole un aire de fiesta.

Hacia 1930, aproximadamente, el santuario se transformó en una verdadera ruina, una zona invadida por ladrones y ratas.

Pero la Providencia Divina velaba por el lugar sagrado y suscitó un párroco que lo regeneró.

Hoy es visitado todos los años por casi dos millones de peregrinos.

Fuentes:


Equipo de Colaboradores de Foros de la Virgen María

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