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La obsesión demoníaca es un tormento que no implica posesión.

Aparte de las tentaciones normales y cotidianas, las formas en que los demonios nos atormentan son desde fuera y desde dentro.

Cuando nos atormentan desde fuera del cuerpo, se llama «obsesión» o «opresión», dependiendo de los fenómenos implicados.
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Cuando nos atormentan desde dentro del cuerpo, se llama «posesión».

Dios permite que los espíritus malignos ejerzan su actividad en el mundo material.

Y una de las formas de actuar que tiene el maligno es molestar a las personas.

Que lo hace para obstaculizar y prevenir el bien espiritual de las almas.

Un caso bien típico es lo que sucedió con el Santo Cura de Ars.

En una biografía del Santo Cura de Ars se relata algo que fue ventilado en su proceso de beatificación.

Desde los primeros años del sacerdocio, Juan María Vianney experimento cosas extrañas en su rectoría, sonidos y extraños acontecimientos en la noche.

Entonces pidió a un feligrés que le acompañara una noche en la rectoría para tener otra opinión.

Y este feligrés pasó la noche con el Santo Cura de Ars con un arma cargada y en la propia cama de Vianney.

A eso de la medianoche escuchó un temblor del picaporte de la puerta y golpes con un palo.

Y luego oyó unos terribles estruendos en el presbiterio como si fueran carros andando a toda velocidad.

Este feligrés abrió la ventana pero no vio nada.

Y sin embargo luego la casa comenzó a temblar por un cuarto de hora.

Mientras eso sucedía, Juan María Vianney fue inmediatamente a la habitación para preguntarle si había oído algo.

Y los dos coincidieron que habían oído lo mismo.

Al otro día el Cura de Ars le pidió nuevamente al feligrés que le hiciera compañía para seguir analizando el fenómeno.

Pero el feligrés le dijo que ya había tenido suficiente.

Y durante 15 días tuvo un extraño temblor en las piernas, aunque el mismo declaró que no había sentido miedo.

Esto que describió el feligrés fue la experiencia del Santo Cura de Ars durante años.

El maligno lo molestaba y atormentaba sin descanso.

El propósito del maligno era obstaculizar la pastoral de Vianney y quitarle la paz.

Este es un caso donde otras personas pueden comprobar al maligno actuando sobre una persona desde el exterior.

Pero en la mayoría de los casos no es así, sino que se trata de una obsesión más íntima para con una persona.

   

CÓMO DEFINE GABRIELE AMORTH LA OBSESIÓN DIABÓLICA

El Padre Gabriele Amorth, exorcista ya fallecido define la obsesión demoníaca de la forma siguiente.

Pensamientos obsesivos, a veces incluso de formas racionalmente absurdas, pero de tal naturaleza que la víctima es incapaz de liberarse.

Por lo tanto la persona obsesionada vive en perpetuo estado de postración, desesperación, y en los casos más graves, con intentos de suicidio.

Los síntomas incluyen ataques repentinos.

Casi siempre la obsesión influye en los sueños.

Algunas personas dicen que esto es una evidencia de enfermedad mental, que requiere los servicios de un psicólogo o psiquiatra.

Aunque lo mismo podría decirse de todas las demás formas de fenómenos demoníacos.

Algunos de los síntomas, sin embargo, son tan incompatibles con las enfermedades conocidas que apuntan con certeza al mal.

Sólo un experto con un ojo bien entrenado puede identificar las diferencias cruciales.

Amorth ha visto en la obsesión demoníaca que ataca a la persona bajo influencia día y noche sin parar.

Por la noche hay sueños horribles y el alma es atormentada.

Durante el día, hay vergüenza o miedo, porque los sueños implican abusos o conductas pecaminosas, sugeridas constantemente por el enemigo.

   

ILUMINACIÓN, IDENTIFICACIÓN Y EXPULSIÓN

Por lo visto, aunque el demonio actúa desde afuera, libra un asalto tan intenso como el que se puede ver en la posesión.

Hay muy diversos grados en que las obsesiones capturan al individuo.

Los hay leves, en que parecen ser un apéndice de las tentaciones.

Y basta que el individuo de un paso atrás y se ilumine que lo que le sucede es anormal, identifique que ese pensamiento obsesivo viene del demonio y acuda al auxilio de Jesús, María o los santos para su expulsión.

Entonces los pensamientos obsesivos desaparecen inmediatamente y se instala en el individuo una sensación de paz.

Aunque no puede cantar victoria permanentemente.

Porque en cualquier momento en que esté distraído volverán.

Y debe comenzar de nuevo el proceso de iluminación, identificación y expulsión.

Pero hay casos más graves, en que el proceso falla en alguna etapa.

Y no se puede lograr la expulsión total, porque o bien queda un resto pendiente de la obsesión, digamos latente, o si bien la agudeza del empuje amaina, el individuo sabe que volverá.

Esto en general sucede ya sea porque el individuo no tiene la libertad de conciencia para recorrer todo el camino o porque el demonio ha apuntado hacia él con saña especial.

   

¿EN QUE SITUACIONES ENTRAN LOS ASALTOS OBSESIVOS?

No pretendemos ser exhaustivos, pero he aquí las principales razones por las que ingresa una obsesión a una persona.

   

PARTICIPACIÓN EN EL PECADO

Este tipo de asalto puede ocurrir en los que dan “entrada” en sus vidas al diablo mediante la participación voluntaria en el pecado.

Jugando con las tentaciones, las herejías.

Preocupándose excesivamente por los horóscopos, cartas astrales, lectura de manos y toda la parafernalia de predicciones del futuro.

También llegando a estar excesivamente interesados en lo oculto.

Y profundizando en cosas como comunicarse con los muertos, la adivinación, y así sucesivamente.

   

COMUNICACIÓN CON FANTASMAS

La locura de caza de fantasmas de hoy en día lleva el riesgo enorme de que los demonios muy a menudo se disfrazan de fantasmas.

O sea como seres humanos que han muerto corporalmente y cuyos espíritus están en el purgatorio, y que Dios les ha permitido visitar a los vivos por alguna causa.

No es nuestra intención decir que no haya almas del purgatorio que llegan a la tierra por permisos especiales, sino al contrario, hay muchos testimonios de que existen.

Pero el algunos casos los demonios de disfrazan como ellas y si el individuo receptor no tiene buen discernimiento lo pueden embaucar.

   

ENTRAN POR LAS MALDICIONES

Este tipo de ataque también puede ser soportado por una persona que ha sido maldecida por otra.

Por ej. por satanistas y otros que se dedican a la magia y llaman a los demonios para alcanzar el poder.

Por supuesto, pueden ser contratados aquellos que lanzar hechizos y emitir maldiciones.

El contacto con objetos malditos también puede ser un factor.

Ciertas formas de enfermedad mental pueden ser causadas por ellos o atraen a lo demoníaco.

Pero también suceden cuando los demonios ven debilidad y atacan.

Muchos de nuestros enfermos mentales son víctimas de lo diabólico; a veces sólo de ellos y a veces en conjunción con su enfermedad.

   

EL DIABLO ATACA A QUIENES MÁS SE DEDICAN A DIOS

También se puede encontrar que a medida que una persona crece en la virtud y la santidad, será objeto de este tipo de ataque demoníaco.

Incluso algunos de nuestros grandes Santos han sido víctimas de la obsesión y la opresión.

Porque el maligno no puede soportar ver a la gente más cerca de Dios y a veces les asalta en formas horribles en un intento de conseguir que cedan a la desesperación.

Por ej, le pueden aparecer pensamientos blasfemos mientras reza.

O tal vez se le atormente con ciertos pensamientos lujuriosos, blasfemos, o de otras maneras dolorosas.

También una sensación de pesimismo y que las cosas van mal.

Que sus oraciones no tienen respuesta y Dios está ausente.

Aparentemente surgen de la nada y sobre una base regular, pero muy especialmente cuando uno está involucrado en la oración, está en la misa, etc.

Así surge una depresión, una sensación de aislamiento, un sentimiento de pérdida de la esperanza, la detección de una presencia oscura.

Todos estos pueden ser ejemplos de obsesión.

Porque los que están en el camino de la santidad son a menudo objeto de ataques demoníacos

   

FANTASÍAS DE ATAQUES SEXUALES

A veces los ataques demoníacos pueden asumir una naturaleza sexual.

Demonios llamados «íncubos» (masculino) y «súcubos» (femenino) los atacan, por lo general durante el sueño.

Íncubos y súcubos son, en el pensamiento medieval, capaces de cambiar de forma según sea necesario, en función del sexo de sus víctimas.

En el Libro XV, capítulo XXIII de «Ciudad de Dios», San Agustín habla de íncubos, silvanos y faunos y afirma que las experiencias de ellos son tan numerosas que sería descarado a negar su existencia:

“La misma Escritura confiable da testimonio de que los ángeles han aparecido a los hombres en sus cuerpos y que no sólo podían ser vistos, sino también tocado.

Hay, también, un rumor muy general, que muchos han verificado por su propia experiencia, o el que personas de confianza que han oído la experiencia que otros corroboran, que silvanos y faunos, que se denominan comúnmente «íncubos», a menudo habían hecho asaltos malvados a las mujeres, y satisfecho su deseo sobre ellas.

Y que ciertos demonios, llamados Duses por los galos, están constantemente tratando y efectuando esta impureza es tan generalmente afirmado, que era imprudente negarlo”.

   

FANTASÍA DE ABDUCCIONES

Otro fenómeno popular en estos tiempos son las reclamaciones de «abducciones extraterrestres».

Las personas que sufren estas experiencias las describen de manera similar a lo anterior

Estos seres por lo general vienen a ellos por la noche, cuando están en la cama.

Ellos son sacados de sus camas y transportados a lo que parece ser una «nave espacial».

Allí les someten a exámenes físicos dolorosos de carácter sexual en su mayoría, a menudo tomando óvulos y espermatozoides de ellos.

A menudo son forzados a tener relaciones sexuales con estos seres, con otras criaturas que parecen ser híbridos de estas supuestas «alienígenas» y seres humanos, y con otros seres humanos que han sido «secuestrados».

Las experiencias son aterradoras, y a menudo suceden en varias ocasiones a lo largo de la vida de uno «de los secuestrados».

A veces los «secuestros» no se recuerdan directamente, sino que se recuerdan en los sueños, bajo hipnosis, o cuando se activa algún estímulo cuando la persona  está despierta, tales como la visión de algo parecido a las representaciones de los extraterrestres, o luces brillantes en la noche, etc.

Pero aún hay «secuestrados» que no recuerdan directamente todavía y tienen la sensación de que algo horrible les ha sucedido.

Algo que no recuerdan y que está causando un gran sufrimiento, incluso hasta el punto de experimentar trastorno de estrés postraumático.

También a menudo van a encontrar extrañas cicatrices y marcas en sus cuerpos y no se explicarán un lapso de «tiempo perdido» en su vida.

Otros «secuestrados» se acuerdan directamente de sus experiencias como pesadillas.

Se sienten paralizados, incapaces de moverse e incluso de hablar.

Estas criaturas son percibidas como siniestras, al menos en un primer momento.

Y esta es la parte aterradora porque unos pocos «secuestrados», aunque aterrados, se aclimatan a estos «secuestros» y luego «evangelizan» sobre los «extraterrestres».

El conocido escritor Whitley Strieber es una de esas personas.

Y una de las cosas que se describen es que al mirar a los ojos de estos supuestas «extraterrestres» aparece una sensación de que uno está perdiendo su alma.

   

CUALES SON LOS SÍNTOMAS MAS COMUNES EN CASOS GRAVES

   

1 – Las personas parecen quedar auto-aisladas por el tormento

Inicialmente, el individuo va a la iglesia y parece ser un cristiano fuerte.

Y luego, cuando los eventos sobrenaturales ocurren el individuo trata de evitarla.

   

2 – En otros casos un trauma psicológico, fue la puerta de entrada a la obsesión demoníaca

El traumatismo incluye abuso físico cuando niños, la participación en un ritual, violación, y vivir en una casa con la actividad demoníaca, para nombrar unos pocos.

   

3 – La gente con obsesión demoníaca es llevada a creer que será auto-liberada del tormento

Y en algunos casos cuando no logra el apoyo de la Iglesia, la persona comienza a creer que el enemigo se ha infiltrado en la iglesia y tiene que asistir a brujas o sanadores.

Esto sucede cuando el enemigo está aumentando el tormento.

Este es el principio del aislamiento espiritual y mental del individuo.

El enemigo da falsas profecías sobre curaciones y advierte al individuo a no busque la oración.

El enemigo está constantemente hablando con ellos y a veces creen que se comunican con un ángel.

Luego la persona se aísla de sus familiares y de las personas con las que vive.

   

4 – El individuo cree que hay lugares en la casa donde residen los espíritus malignos

Por lo que permanecen confinados en partes de su casa o una habitación.

Algunas personas creen que sus vecinos de al lado son miembros del aquelarre de brujas que le han enviado a espiar.

   

5 – Los tormentos incluyen ataques físicos, psicológicos y espirituales

Los ataques se hacen implacables, son reales, pero rara vez se manifiestan físicamente a otras personas.

El objetivo es hacer que la persona se vea loca, mientras que al mismo tiempo conducen a la persona a la locura.

La persona pronto empieza a dar señales de que «no puedo vivir más así».

O a veces «Vienen por mí» y otras señales de advertencia.

El juego final de los demonios es que la persona termine su propia vida.

   

6 – Las personas parecen buscar hogares contaminados

Muchas veces una persona va a huir de una casa donde saben que hay este tipo de actividad, y se refugian en una casa que también tiene actividad espíritus impuros.

Así los demonios secuestran la visión espiritual de la persona y dejan su huella allí en la mente de la persona.

Los demonios son implacables atormentando a la gente de esta manera y la persona generalmente desarrolla una paranoia.

   

7 – Las formas de paranoia incluyen voces espirituales, que convencen a la persona que nadie en la iglesia puede ayudarlos

La paranoia puede correr tan profundamente que las personas piensan que están viviendo una película de horrible horror.

Todo el mundo alrededor de ellos es parte de una conspiración con raíces demoníacas.

Lo que es interesante es que estas personas no van a hablar con los consejeros de la iglesia o pastores.

¿Por qué? Porque los demonios les hacen desconfiar.

Estas personas, que son atormentados, tienen una pizca de cordura que les deja recordar lo que les ocurrió cuando la obsesión se le arraigó.

Esto es a lo que se aferran cuando buscan ayuda.

Pero una persona con obsesión demoníaca tratará de dictar cómo debe ser su proceso de curación.

Están convencidos en sus propias mentes que saben cómo entregar liberarse, lo que es una mentira del enemigo.

Y actúan su mentalidad de víctima indefensa.

El signo más común de la obsesión demoníaca grave son generalmente pesadillas horribles noche tras noche.

Aquí es donde el individuo debe asumir la responsabilidad y quitarse la mentalidad de víctima y luchar.

Porque la persona puede llegar a ser consumida por la obsesión, hasta un punto en que el enemigo le convence que la ayuda de Dios nunca vendrá y debe poner fin a su propia vida.

Fuentes:


Sergio Fernández, Editor de los Foros de la Virgen María

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