A cualquier casta o creencia que pertenezcas si necesitas salvación, necesitas creer en Jesús y aceptarlo como Señor y salvador de tu vida. Tienes que abandonar todas las otras creencias, de creer en otros dioses, de creer en ídolos y supersticiones, etc. Tú debes de estar convencido que Jesús murió por tus pecados e iniquidades. «Si tu confiesas con tus labios al Señor Jesús y crees en tu corazón que Dios lo resucitó de la muerte, tú serás salvo.» (Rom 10, 9)
Oración
Padre Celestial, yo ….(nombre), gracias por darme a Jesús, tu Hijo unigénito para morir por mí en la cruz llevando mis pecados y enfermedades, para que yo pudiera morir al pecado y vivir una vida íntegra. En el pasado, mi mente estaba a ciegas sobre la forma de salvación que tú habías preparado para mí. Y así yo traté de justificarme ante ti por mis buenas obras no sabiendo que «mis buenas obras son como paño manchado». (Is 64, 6). Hoy me encuentro totalmente inútil delante de ti, incapaz de hacer nada por mí mismo para salvarme. Como San Pablo, yo grito : «¡Desgraciado de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo que me lleva a la muerte?» (Rom 7, 24)
Hoy, Oh mi Jesús, estoy convencido en mi corazón que «no hay Salvación en ningún otro, porque no hay bajo el cielo otro nombre dado entre los hombres por el cual nosotros debamos salvarnos.» (Hch 4, 12)
Y así Padre, trayendo a la mente tu promesa. «Cuando me busquéis de todo corazón, me dejaré encontrar de vosotros» (Jer 29, 13-14), vengo ante Ti abierto de mente y corazón buscando tu salvación, y confieso abiertamente delante de todos que Jesucristo es el único Salvador del mundo. Yo creo esto con todo mi corazón, y lo proclamaré sin avergonzarme en el futuro delante de los hombres.
Padre, hoy, convencido verdaderamente de mi fracaso para crecer en la gracia que Tú me has dado, vengo ante Ti con un espíritu deshecho, a confesar mi pecado de rechazar el Señorío de Jesús en mi vida, que es tan necesario para mi salvación.
Y así Padre, conforme a tu plan de salvación yo creo, en mi corazón y abiertamente proclamo que Jesucristo es el Señor (Rom 10, 9). Yo deseo ser un Cristiano llenado del Espíritu y cantar tus alabanzas por siempre. (Ef 5 , 18).
Señor Jesucristo, yo creo que eres el Hijo del Dios Vivo, nacido de la Virgen María, para ser el Salvador de todos los hombres. Te confieso mis pecados y te acepto como mi Salvador, Señor y Maestro. Lávame hasta quedar limpio en tu preciosa Sangre. Libérame completamente del dominio de Satanás, de mis tendencias a pecar, de mi egoísmo y egocentrismo. Ven al trono de mi corazón, amado Jesús.
Yo quiero que seas el Señor de mi vida, el dueño indiscutible de todo lo que soy y de todo lo que tengo. Te invito a que entres en todas las áreas de mi vida, para que seas el dueño de mi vida y me controles y me guíes como te plazca.
(Ahora menciona cada área de tu vida cuando dices: «Yo te entrego»).
Yo te entrego mi vida entera mi familia, trabajo, negocios, propiedades, casa, dinero, entendimiento, educación, amigos, entretenimientos, estudios, aficiones, etc.
Ven Señor Jesús, Tú eres mi todo. Yo creo en tu palabra «A todos los que Le recibieron, a los que creen en Su nombre, Él les dio poder de hacerse hijos de Dios, quienes fueron nacidos, no de la sangre, ni del deseo de la carne, ni del deseo del hombre, sino de Dios.» (Jn 1, 12-13). Gracias Jesús. Alabado seas Jesús, Gloria a tu nombre.
(Continua alabando a Jesús canta un himno de alabanza a Jesús).
Lee los siguientes pasajes bíblicos:
Is 43, 1-12; Rom 10, 5-21; Ap 7, 9-17