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Oración de cada día.
Cada día vamos agregando una oración para ese día y mantenemos las óraciones de la última semana.

 

el poder de la oración

 

¿LAVARME TÚ A MI LOS PIES?

¿Lavarme Tú a mí los pies?
Y si es necesario, Señor,
todo mi pobre ser.

¡Lávame y purifícame!
Hazme comprender que, el camino del servicio
es una llave que abre la puerta del cielo

Que el servir, aún sin ser recompensado,
es garantía de que soy de los tuyos.
Por eso, Señor, ¡lávame!

Pero, te pido Señor, que no te inclines demasiado
Soy yo quien, en este Jueves de tanto amor,
necesito plegarme en mi orgullo

Soy yo quien en estas horas memorables,
estoy llamado a conquistar tu corazón
ofrendándome a los hombres.

¡Lávame, mi Señor!
Para que, mis manos,
puedan acariciar rostros doloridos
Para que, mis pies,
puedan acompañar hermanos perdidos

LO QUE QUIERAS, MI SEÑOR
Me has amado y, al amarme,
brota en mí lo que Tú sembraste:
amor por los que me rodean
amor hacia los que me piden
pasión por los más débiles

Sí, mi Señor; haré lo que Tú quieras
Porque, si algo tiene el Jueves Santo,
es Misterio de amor y de ternura
Misterio de Sacerdocio y aroma de Eucaristía
Misterio de tu presencia
que siempre permanecerá y estallará en el altar

LO QUE TU QUIERAS, MI SEÑOR
Porque, cada vez que comamos de este pan,
Porque, cada vez que bebamos de este vino,
recordaremos tu querer y tu deseo
nos llenaremos con tu Memorial y tu Palabra
con tu gesto de siervo arrodillado.

LO QUE TU QUIERAS, MI SEÑOR
Sólo te pedimos una cosa:
que nunca nos falte la Eucaristía
para estar eternamente a Ti unidos
Amén

J.Leoz

JESUCRISTO REY DE LA PAZ

Hace dos mil años, alguien se presentó ante el mundo como la persona capaz de cambiar la historia con un Mensaje Nuevo: «El Mandamiento del Amor y del Servicio».

Su estilo de vida fue único, y su Mensaje un camino seguro para construir la convivencia entre todos los hombres: Un mundo en el que al fin se pueda vivir en paz.

Pero basta con mover las hojas del periódico, poner en funcionamiento la radio, o asomarse a la ventana del televisor, para contemplar una fotografía del mundo, roto en mil pedazos por el odio, la violencia y la guerra. En el mundo no hay paz.

Desde nuestra sencillez de personas que sentimos la situación de este mundo, vamos a gritar a los cuatro costados que se puede vivir en paz, para ver si alguien escucha nuestro grito.

Para que vuelvan «las palomas de la paz» a anidar en nuestra sociedad.

COMPARTIENDO VIDA… DIOS EN CADA COSA

Si estuviéramos a la orilla de este lago no veríamos el corazón dibujado entre las montañas, un corazón que Dios pinta para nosotros.

En la vida nos sucede esto con frecuencia… No nos damos cuenta de los gestos de amor que Dios nos brinda a cada paso.

Tenemos personas cerca que nos quieren, sin embargo todo nos parece poco e, inconscientemente, exigimos más y más amor…

Una mirada puede transmitir cariño pero a veces la interpretamos con recelo, pensando que algo quieren de nosotros…

La naturaleza, regalo continuo de Dios nos envuelve con su belleza pero no siempre sabemos descubrirla…

Detrás de un gesto bondadoso a veces creemos ver intereses ocultos…

… Pero cuando entramos en lo profundo de nuestro ser, sin filtros que nos condicionen, es cuando descubrimos el gran amor que Dios nos ofrece por medio de sus criaturas.
Es importante que nos distanciemos de las cosas que nos hacen dudar para poder descubrir ese Dios bondadoso que nos ama con locura.

BUENOS DÍAS SEÑOR

Enséñanos a no amarnos a nosotros mismos,
a no amar solamente a nuestros amigos,
a no amar sólo a aquellos que nos aman.

Enséñanos a pensar en los otros
y a amar, sobre todo, a quienes nadie ama.

Concédenos la gracia de comprender que,
mientras vivimos una vida demasiado feliz,
hay millones de seres humanos,
que son también hijos tuyos y hermanos nuestros,
que mueren de hambre, sin haber merecido morir de hambre;
que mueren de frío, sin haber merecido morir de frío;
que mueren sin haber merecido morir.

Señor, ten piedad de todos los pobres del mundo;
y no permitas que nosotros vivamos felices sin compartir nuestros bienes,
sin entregar nuestras vidas,
sin luchar por un mundo donde sea posible el amor.

Haznos sentir la necesidad de trabajar por un mundo más justo,
líbranos de nuestro egoísmo,
concédenos la gracia de la generosidad.

¡TENGO TANTO MIEDO, SEÑOR!

De invertir tiempo, ideas y sudor,
esfuerzo e ilusión, y como respuesta
encontrar sólo el vacío o la incomprensión.
¿Por qué me has dado tanto, Jesús?
Con menos talentos divinos,
se vive la vida más fácilmente y mejor
Con más comodidad y sin tantos riesgos

¡TENGO TANTO MIEDO, SEÑOR!
De no estar a la altura que Tú me marcas
de no dar la talla en el campo de batalla:
en la familia, o en el trabajo
en la enfermedad o en la salud
en la palabra o en la obra

¡TENGO TANTO MIEDO, SEÑOR!
De gastar por el camino lo que Tú me has dado
aquello que pienso que es mío y no tuyo
De quemarme por brindarme y ofrecerme
o cansarme de sembrar sin recoger nada a cambio

¡TENGO TANTO MIEDO, SEÑOR!
De que regreses y, tu fortuna, la encuentres mal empleada
por mi falta de valentía o audacia
por mi cobardía o desinterés
por mi timidez o mi falta de seguridad

¡CUÁNTO MIEDO TENGO, SEÑOR!
De no invertir mi vida como, Tú en la cruz, lo hiciste:
con silencio, grandeza y dolor
con perdón, humildad y sacrificio
con fe, esperanza o misericordia

¡CUÁNTO MIEDO TENGO, SEÑOR!
De mirarme a mí mismo,
y viendo lo mucho que me has dado
creer que no merece la pena arriesgarlo todo:
por Dios y por el hombre
por la Iglesia y por el mundo
por mis hermanos y por mí mismo

¡CUÁNTO MIEDO TENGO, SEÑOR!
Que vengas…y me pilles con el pie cambiado
lejos de tus caminos y, con mis talentos,
sin haberlos utilizado a fondo.

RECOPILANDO PENSAMIENTOS

Vale más actuar exponiéndose a arrepentirse de ello, que arrepentirse de no haber hecho nada.
Hablar es una necesidad, escuchar es un arte.
Querer es tener el valor de chocar con los obstáculos.
No es amigo quien ríe mis risas, sino quien llora mis lágrimas.
Al pobre le faltan muchas cosas; al avaro, todas.
Nada puede hacerme daño excepto yo mismo; el mal que me agobia lo llevo conmigo y jamás sufro realmente sino por mi culpa.
Retírate de ti mismo cuando necesites compañía.
Sé paciente con todo el mundo; pero sobre todo contigo mismo.
Vivimos mientras nos renovamos.
La vida en sí es el más maravilloso cuento de hadas.
El hombre tiene ilusiones como el pájaro tiene alas. Eso es lo que lo sostiene.
Sonreír es la mejor manera de estar en el mundo

ERES DISCÍPULO DE JESÚS SI…

1. SI clavas sonrisas como banderas en todos los caminos a los que están sentados en la angustia existencial y en la marginación.

2. SI prestas a Cristo tus manos para que siga acogiendo y acariciando a los sin rostro atrayente… si prestas a Cristo tus labios, tu corazón, tu ser entero, para que siga amando a los desheredados de caricias y de los más elementales cuidados.

3. SI pasas por la vida disminuyendo las tristezas y las penas de los hermanos, que es, según el poeta, el trabajo más grande.

4. SI ofreces la propia sangre a cada instante como moneda de rescate por los aburridos y desencantados.

5. SI tienes manos abiertas para acoger, acariciar, levantar, sostener y ayudar a los débiles y pequeños.

6. SI tienes un estilo festivo de vivir, y el encanto, la sonrisa, el saludo y felicidad son los cuatro pilares de tu personalidad.

7. SI pasas por este mundo brindando alegría y disminuyendo las tristezas de los enganchados a las esclavitudes de la sociedad de consumo.

8. SI repartes a diario el pan de la alegría a los hambrientos del gozo y de la sonrisa.

9. SI te haces fortaleza para el débil, amistad para el abandonado y sonrisa para el desilusionado y pasota.

10. SI proclamas que el cristianismo es una convivencia festiva, un estar de fiesta con Jesús, que es El mejor amigo, porque es el amigo que nunca falla. Si das a entender que el elemento festivo es algo esencial al Cristianismo…

Si vives todo esto desde tu corazón serás «discípulos de Jesús». ¡Evidente!

 

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